viernes, 4 de noviembre de 2022

PENSAMIENTOS 30. Hermann Hesse ("Lecturas para minutos")

 



Hermann Hesse fue un poeta, novelista y ensayista nacido en Calw, Alemania, el 2 de julio de 1877 y muerto en Montagnola, Suiza, el 9 de agosto de 1962. De su padre, misionero nacido en Estonia, heredó el deseo de lo absoluto y la tendencia a la crítica y a la autocrítica. También por parte de sus abuelos por rama materna, suabos y suizo-franceses, se puede rastrear el mismo origen religioso en sus oficios. Su abuelo, el doctor Gundert, fue un misionero famoso y gran filólogo conocedor del sánscrito y capaz de hablar varias lenguas indias. Todo este origen mixto de su ascendencia iba a impedirle al escritor el respeto por los nacionalismos y las fronteras. En 1880 Hermann se convierte con tres años en súbdito suizo, al ser su padre destinado en una misión a Basilea. Allí permanece hasta el verano de 1886, cuando su padre es de nuevo destinado a Calw. Esta piedad religiosa que nutre a su familia sólo la mantiene el futuro escritor hasta los catorce años. A partir de su adolescencia se rebela contra la estrecha religiosidad pietista de sus padres. Tanto en Basilea como en Calw, Hermann Hesse pasó por ser un buen estudiante, hasta que en 1891 tuvo que elegir carrera, decantándose por cursar estudios de Teología en el seminario de Württember; allí comienzan sus calamidades, ante su deseo de ser escritor y su pugna por evitar una profesión que se plegaba al deseo de sus padres. Varias fugas del seminario y un grave episodio de neurosis culminan esta época que describe en su novela "Bajo las ruedas". El periodo siguiente, después de ingresar en 1892 en el instituto de segunda enseñanza de Consstatt, está marcado por su amistad con  los golfos y con los estudiantes mayores de mala fama y su vida disoluta emborrachándose en las tabernas, y que aparecerá descrito en su novela "Demián". Su siguiente ocupación, la de aprendiz de librero en una pequeña ciudad, le iba a durar todavía menos, ya que a los tres días de haber empezado, se fuga asqueado por la vida insustancial que le aguardaba y permanece varios días en la calle hasta que sus padres lo acaban encontrando. De regreso a la ciudad de Calw, se pasa en la casa familiar dos años sin hacer nada productivo, para desesperación de sus padres. Data de estos años, sin embargo, su afición por el estudio, devorando la biblioteca de su abuelo y de su padre, hasta que se le declara una dolencia en la vista. De 1893 a 1895 convive íntimamente con el pueblo trabajador por primera y única vez en su vida, cuando por motivos románticos toma el blusón azul de mecánico e ingresa a hacer prácticas en un taller y fábrica de relojes de torre de Calw. En el otoño de 1895 se reaviva su interés por el trabajo de librero y pasa un aprendizaje de tres años en una antigua y sólida librería de Tubinga, donde la mayoría de la clientela estaba compuesta por teólogos y filólogos. Lee sin parar y se inicia en sus primeros escritos. Su obsesivo interés por la vida y los escritos de Goethe dejan paso al culto por Nietzsche. En 1899 pasa de Tubinga a Basilea, como ayudante de librería y todas estas experiencias las narra en "Lauscher", que publicaría con seudónimo en 1901, lo que le abre las puertas al año siguiente para la publicación de sus poemas. Animado por la editorial que había publicado Lauscher, publica seguidamente "Comenzind", que recibiría críticas favorables de algunas personalidades literarias. El éxito cosechado le permite casarse en el verano de 1904 y se instala en Gaienhoffen, un pequeño pueblo a orillas del lago de Constanza. Vive modestamente los siguientes tres años en una casa de labradores, hasta que se construye su propia casa y lleva una vida natural en contacto con la tierra. Más tarde se referirá a  este periodo como "la época burguesa de su vida", durante la cual nacerían sus tres primeros hijos. Sin embargo, una angustia existencial que se iba larvando le lleva a a poner fin a este periodo con un viaje a la India en 1911. En el otoño de 1912 se muda a Berna para vivir en una casa rústica antigua. Sus problemas existenciales se agravan cuando estalla la primera guerra mundial y sus ideales pacifistas entran en colisión con el fervor guerrero del ambiente; sus artículos periodísticos acaban disonando en medio del coro belicista de la opinión pública. En 1915 se incorpora a la legación alemana de Berna como voluntario y trabaja hasta 1919 ayudando a los prisioneros alemanes en territorio enemigo, llegando a trabajar como funcionario del Ministerio de la Guerra, destacado en Berna. Sus artículos pacifistas publicados en periódicos le hacen entrar en conflicto con su condición de funcionario al servicio del aparato oficial y acaba rompiendo -como escribirá más tarde en un esbozo de autobiografía- con el mundo burgués, con la patria y la vida familiar. Y es que al final de la guerra, su matrimonio estaba ya tan perturbado -agudizado por la enfermedad mental que aquejaba a su mujer- que acaba divorciándose y parte solo hacia Tesino. Poco antes de la guerra, y a través de unas lecturas, Hesse traba conocimiento con el psicoanálisis, y a partir de 1916 se deja psicoanalizar periódicamente por un discípulo de Jung, que le presentará más tarde al maestro, quien le iba a introducir en el dominio de su mundo simbólico. Como consecuencia de todo este interés por los símbolos y la teoría del psicoanálisis nace su novela "Demián", publicada en 1919. Es ahí, según sus propias palabras, donde el literato burgués, idílico y con éxito se iba a convertir en el escritor problemático y marginado que persistirá hasta su muerte. También nace a partir de esta época su vocación por la pintura, a la que se dedica en sus ratos libre por la alegría y la tolerancia que le reportan. En 1924 se casa con Ruth Wenger y obtiene la nacionalidad suiza. Poco antes, en 1922 había publicado su novela "Sidhartha", fruto de su interés por las filosofías hinduísta y budista. Utilizando un lenguaje sencillo y con estilo poético, la novela relata el esfuerzo del protagonista -inspirado en la figura de Budha- por acceder a la sabiduría y encontrar el sentido de la existencia en medio de una humanidad desorientada  y en  un mundo que se aleja de la sensatez. También late en la obra el tema de la búsqueda de la esencia de las cosas más allá de las apariencias. Si bien esta novela iba a pasar algo desapercibida en el momento de su publicación, cobrará nueva vida cuando en la década de los 60 sea adoptada como guía por aquellos jóvenes americanos que en su rebeldía buscaban una pauta que les orientase de acuerdo con su inconformismo vital. En 1927, después del éxito de su novela "El lobo estepario", se casa con su tercera esposa Ninon Dolbin. En esta novela afronta un tema que será central en su obra: el de la enajenación. Este problema lo recrea a través de la personalidad escindida de su protagonista entre la naturaleza humana y la animal.  Hesse reduce el problema de la enajenación a una estrechez psíquica y a un dualismo metafísico entre espiritualidad e instinto, hasta perder de vista las causas y estructuras sociales. El lobo estepario, Harry Haller,  sufre una fuerte perturbación de la identidad. Pero las causas de su desgarramiento y de su melancolía, resultan, como Hesse hace suponer al editor ficticio de que "sus padres cariñosos, pero muy estrictos y piadosos, así como sus maestros, le educaron en esa línea que tiene como base toda educación: el doblegar la voluntad. Pero en vez de aniquilar su personalidad, sólo habían logrado enseñarle a odiarse a sí mismo. Siendo su vida entera un buen ejemplo de que, sin estimarse a sí mismo, tampoco es posible amar al prójimo. Los intentos de Harry Haller de escapar del mundo burgués llevando una existencia lobuna no son más que una aparente alternativa -que el autor critica- al odiado mundo burgués, al que sin embargo está apegado y marca su carácter. En 1931 comienza a gestar su última gran obra, "El juego de abalorios", que va a ir preludiada por el relato publicado al año siguiente, "El viaje a Oriente". Ante la deriva del pueblo alemán, comienza a abogar activamente en prensa por los autores judíos y las personas perseguidas por los nazis. Durante la guerra se convierte en un autor censurado y se recluye para trabajar en su "juego de abalorios", que finalmente publica en Suiza en 1943. Es posiblemente esta novela utópica ambientada en una sociedad futura, y en la que se da preminencia a los valores del conocimiento, lo que le vale la concesión del premio nobel en 1946. En uno de sus últimos escritos autobiográficos precisa cuál es el tono y el ideario que anima "el Juego de Abalorios" y casi todos sus escritos: "Que la vida vale la pena ser vivida, es el último contenido y consuelo de todo arte, aunque hayan tenido que morir todos los que glorifican la vida. Que el amor es superior al odio, la comprensión superior a la ira, la paz más noble que la guerra." Hesse pasó sus últimos años recluido en su casa de Montagnola, al margen de todo movimiento literario, grupo o asociación, sin conceder entrevistas ni dejar entrar en su casa la radio o la televisión. Aceptó hacia el final de su vida los varios premios que se le concedieron pero sin ir a recogerlos. El 8 de agosto de 1962, poco después de acabar su último poema empezado unos días antes, falleció mientras dormía a causa de una hemorragia cerebral.




Me gusta ser patriota, pero antes soy hombre, y cuando ambas cosas no se compaginan le doy siempre la razón al hombre.

*****

Por todas partes se busca la "la libertad" y la "felicidad" en algún lugar tras de nosotros, de puro miedo a que se nos recuerde la propia responsabilidad, nuestro propio camino. Durante unos años se bebe y se festeja y después nos arrastramos y nos convertimos en personas serias al servicio del Estado.

*****

Hay quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí mismos.

*****

El que es demasiado cómodo para pensar por su cuenta y para constituirse en juez propio se somete a los mandamientos, cualesquiera que sean. Bien fácil tiene la cosa.

*****

Quien "no encaja en el mundo", está siempre cerca de encontrarse a sí mismo. Quien encaja en él, no se encontrará nunca, pero llegará a Consejero Nacional.

*****

"La humanidad", es decir, la mayoría de los hombres, siempre ha estado en contra de los que quieren el bien, pues la masa no es buena ni mala, sino ante todo indolente, y no hay nada que odie tanto como las llamadas a su conciencia. Los que llevan a cabo el desarrollo hacia algo más elevado, hacia la superación del egoísmo y la desidia son siempre individuos, nunca mayorías.

*****

El hombre no es una configuración firme y duradera (tal fue el ideal de la Antigüedad, pese a las ideas contrarias de sus sabios), es más bien un experimento y una transición, no es otra cosa que el puente estrecho y peligroso entre la naturaleza y el espíritu. Hacia el espíritu, hacia Dios, le empuja su más íntima determinación -hacia la naturaleza, de vuelta hacia la madre, le arrastra su más íntimo anhelo: entre ambas fuerzas oscila llena de angustia su vida.

*****

Una y otra vez se aferra uno a las cosas a las que tomado cariño y piensa que se trata de fidelidad, pero es sólo pereza.

*****

Creo que no soy responsable del sentido o de la falta de sentido de la vida, pero sí soy responsable de lo que haga con mi propia y única vida.

*****

El hombre no es algo firme, hecho y acabado, nada único y unívoco, sino algo en proceso de llegar a ser, un experimento, una intuición y futuro, poryección y nostalgia de la naturaleza hacia nuevas formas y posibilidades.

*****

La vida no tiene sentido, es cruel, necia y a pesar de todo maravillosa -no se burla de los hombres (que para eso hace falta tener espíritu), pero tampoco se ocupa de ellos más que de los gusanos. Que precisamente el hombre sea un capricho y un juego cruel de la naturaleza, es un error que imagina el hombre porque se considera muy importante. Tenemos que ver que a nosotros los hombres, la vida no nos resulta más difícil que a cualquier pájaro u hormiga, sino más fácil y más hermosa. Tenemos que aceptar la crueldad de la vida y la necesidad de la muerte, no con lamentos, sino saboreando esta desesperación. Sólo después de digerir toda la atrocidad o falta de sentido de la naturaleza podremos empezar a enfrentarnos a esta cruda falta de sentido y arrancarle un significado. Es lo máximo y lo único de que es capaz el hombre. Todo lo demás lo hacen mejor los animales.

*****

Sin el animal dentro de nosotros somos ángeles castrados.

*****

El espíritu sólo es bueno y noble cuando obedece a la verdad; en cuanto la traiciona, en cuanto deja a un lado el respeto y se hace flexible y moldeable a su gusto, se convierte en lo demoníaco en potencia, es peor que la bestialidad animal e instintiva, que al fin y al cabo siempre conserva algo de la inocencia de la naturaleza

*****

Se puede recuperar la inocencia en cualquier momento si reconocemos y sufrimos hasta el final el mal y la culpa que nos corresponde, en lugar de buscar la culpa en el prójimo.

*****

Ninguna persona puede ver y comprender en otros lo que ella misma no ha vivido.

*****

Hay lectores que se pasan la vida con una docena de libros y, no obstante, son auténticos lectores. Y hay otros que se han tragado todo y saben hablar de todo y, sin embargo, todo el esfuerzo ha sido inútil. Pues la formación precisa algo que forma: un carácter, una personalidad. Caundo no existe, cuando la formación se realiza sin sustancia, en cierto modo en el vacío, puede resultar ciencia, pero no amor y vida. Lectura sin amor, saber sin respeto, formación sin corazón es uno de los mayores pecados contra el espíritu.                                                 

*****

La sabiduría de todos los pueblos es una y la misma; no hay dos o una; solo hay una. Lo único que tengo que reprochar a las religiones y a las iglesias es su inclinación a la intolerancia: ni un cristiano ni un mahometano reconocerá con gusto que su creencia es buena y santa, pero no privilegiada, ni patente, sino hermana de todas las otras formas de fe en las que intenta hacerse visible la verdad.

*****

No hay una vida noble y elevada sin el conocimiento de que existen los diablos y los demonios ni sin la lucha constante contra ellos.

*****

Exigimos que la vida tenga sentido, pero tiene exactamente el sentido que nosotros somos capaces de darle. Como el individuo no es capaz de hacerlo sino de modo imperfecto, se ha intentado encontrar una respuesta consoladora en las religiones y en las filosofías.

Todas las respuestas conducen a lo mismo: la vida adquiere su sentido sólo a través del amor. Es decir: cuanto más capaces somos de amar y de entregarnos, tanto más sentido adquiere nuestra vida.

*****

Si las Iglesias y sacerdotes de Cristo fueran como él mismo, sobrarían los poetas.

*****

Cada hombre no es sólo él mismo; es también el punto único, especialísimo y, en todo caso, importante y notable en el que se cruzan los fenómenos del mundo sólo una vez así, y nunca más. Por eso es importante, eterna y divina, cada una de las historias humanas; por eso cada hombre, mientras vive y realiza la voluntad de la naturaleza, es admirable y digno de toda atención. En cada uno  ha tomado forma el espíritu; en cada uno sufre la criatura; en cada uno es crucificado un redentor.

*****

!Tratamos siempre los límites de nuestra personalidad con un margen tan estrecho! Contabilizamos a favor de nuestra persona únicamente aquello que distinguimos como individual y reconocemos como excepcional. Pero estamos constituidos por la constitución entera del mundo, y así como nuestro cuerpo lleva en sí las tablas genealógicas de la evolución desde el pez y aún antes, también nuestra alma contiene todo lo que haya podido vivir alguna vez en almas humanas. Todos los dioses y demonios que alguna vez han sido, todos están en nosotros; están ahí como posibilidades, como deseos, como recursos. Si la Humanidad entera desapareciese, a excepción de una única criatura, medianamente dotada, que no hubiera disfrutado de ningún tipo de educación, esa criatura volvería a encontrar el proceso de las cosas, dioses, demonios, paraísos, mandamientos y prohibiciones, Antiguo y Nuevo Testamento; podría volver a reproducirlo todo.

*****

El tiempo pasa y la sabiduría permanece. Cambia de forma y de ritos, pero en todos los tiempos reposa sobre el mismo fundamento: la incorporación del hombre a la naturaleza, al ritmo cósmico. Podrán llegar tiempos inquietos que reclamen una y otra vez la emancipación del hombre de ese orden, pero esa seudoliberación siempre conduce a la esclavitud, igual que el hombre actual, muy emancipado, es esclavo abúlico del dinero y de la máquina.

*****

El saber se puede comunicar; en cambio, la sabiduría, no. Cabe hallarla, cabe vivirla, cabe estar lleno de ella; pero decirla y enseñarla no se puede. Una verdad sólo permite que la pronuncien y la envuelvan en palabras cuando es unilateral. Unilateral es todo lo que puede ser pensado con pensamientos y expresado con palabras. Carece de totalidad, de redondez, de unidad. En cambio, el mundo, lo sapiente a nuestro alrededor y en nuestro interior, nunca es unilateral.

*****

Las sentencias fueron todas verdades y conocimientos esenciales en la mente del primero que las pensó, pero en boca del primer mono de repetición y perezoso mental que las cita se convierten ya en tonterías y equívocos.

*****

Las cosas que vemos son las mismas que están en nosotros. No hay más realidad que la que tenemos en nosotros. Por eso la mayoría de los hombres viven de manera tan irreal, porque consideran las imágenes externas como si fueran la realidad y, en cambio, no dejan que se manifieste su propio mundo interior. Se puede ser feliz así, pero cuando se conoce la otra posibilidad no cabe  ya la elección de seguir el sendero de la mayoría.

*****

Los libros no están ahí para hacer aún menos independientes a las personas dependientes, y tampoco para para proporcionar una vida ficticia y barata a las personas incapacitadas para la vida. todo lo contrario: los libros sólo tienen valor cuando conducen a la vida y la sirven y le son útiles, y cada hora de lectura que no produce al lector una chispa de fuerza, un presagio de rejuvenecimiento, un aliento de nueva frescura, es tiempo desperdiciado.

*****

Dejemos tranquilamente sin leer los incontables libros de texto, sumarios e historias de la filosofía; cualquier obra de un pensador original nos da más, pues nos obliga a pensar y educa y aviva nuestra consciencia.

*****

Con la lectura ocurre como con todos los demás placeres: se hace tanto más profunda y duradera cuanto más intensa y afanosamente nos entregamos a ella.

*****

Ni siquiera dos de cada mil libros tienen la capacidad de despertar la impresión de que no es a un autor a quien escuchamos hablar, sino a las cosas mismas.            

*****

Cuando observo un bosque que quiero comprar, o talar o hipotecar, no veo el bosque, sino sus relaciones con mi querer. Pero si no quiero nada de él y sólo dirijo mi mirada "distraida" a su verde profundidad, entonces es bosque, naturaleza y vegetación; entonces es hermoso.

*****

El aburrimiento es algo que no conoce la naturaleza; es un invento de los habitantes de la ciudad.

*****

No actuamos impulsados por opiniones y reflexiones abstractas, sino que en realidad todos los pasos de nuestra vida los damos movidos por el fondo primario de nuestra esencia, por el temperamento de nuestra raza, por impulsos inconscientes. Después buscamos la filosofía que mejor cuadra con ello.

*****

El mundo está tan chiflado fuera de los manicomios como dentro.

*****

Es difícil no sobrevalorar las virtudes que tenemos. Es difícil no supravalorar las virtudes que nos gustaría tener. Fácilmente infravaloramos los sufrimientos ajenos. Con mayor facilidad aún supravaloramos la felicidad ajena.

*****

Una noche en que tuve que asistir a una parturienta vi que el máximo dolor y la máxima voluptuosidad tienen una expresión muy semejante.

*****

Arte es la contemplación del mundo en estado de gracia.

*****

La soledad del artista, y en general la del hombre de talento, me parece inevitable, lo mismo si tiene suerte y éxito como si no. Igual de comprensible y, en el fondo, igual de bien me parece que la persona de talento, de fantasía, disimule en lo posible esa soledad. Pues aun siendo inevitable que la persona dotada de talento note, antes o después, la vacía y triste limitación del hombre medio, tiene que rechazar esa observación, porque al final le llevaría a una falta de amor y a un desprecio de los seres humanos que él tampoco soportaría. Pero la gran soledad, a veces heladora, del artista o del pensador en medio del hombre adocenado, oculta o no, está siempre presente, es el precio que pagamos por lo que poseemos de más.

*****

En el mundo burgués de nuestros días, que actualmente tiembla en su mismísima base, el artista representa una especie de figura sustitutiva, y el burgués le atribuye y adjudica funciones que en realidad serían asunto de todos los hombres, pero que, a causa de la decadencia general, han sido abandonadas por la mayoría de los burgueses. Realmente el artista representa dentro de nuestra sociedad el único tipo humano que, tranquilamente y con la aprobación de la sociedad, se vive a sí mismo, es fiel a su propia naturaleza y cumple así una ley que todos los hombres tienen escrita en el corazón, pero cuyo eco se extingue para la mayoría en la sórdida lucha por lo cotidiano.

*****

Al genio, en cualquiera de sus formas, lo concibo como un intento de la naturaleza de establecer, a base de grandes sacrificios, el ejemplo de un tipo mejor, más logrado y más digno de vivir de lo que normalmenbte es el hombre.

*****

La causa de que sólo raras veces un escritor pueda vivir de su obra mientras que miles de periodistas sí pueden, radica en el hecho de que el noventa por ciento de lo que la gente se gasta en sus necesidades esprituales, se lo gasta en periódicos. De ahí que éste sea un buen campo en el que muchos hallan su sustento. Y posiblemente muchos de esos periodistas trabajan sinceramente y son gente bien intencionada que no tiene ni idea de que su periódico constituye el muro de separación entre el pueblo y el espíritu.

*****

El paraíso acostumbra a presentársenos como tal cuando ya hemos sido expulsados de él.

*****

Sólo se puede poseer la felicidad mientras no se la ve.

*****

Con el deber, la moral y con los mandamientos rara vez hacemos felices a los demás, porque con eso no nos hacemos felices ni a nosotros mismos. Si el hombre puede ser "bueno", sólo lo puede ser cuando es feliz.

*****

La felicidad es amor, no es otra cosa. El que sabe amar es feliz.

*****

Es algo manifiesto que amar y conocer es casi uno, que a la persona a la que más se quiere es a la que mejor se conoce.

*****

Es imposible el amor al prójimo sin amarse a uno mismo. El odio a uno mismo es exactamente igual que el egoísmo desaforado y al final produce el mismo aislamiento espantoso y la misma desesperación.

*****

Todas las cosas del mundo se pueden imitar y falsificar, menos el amor: el amor no se puede robar, ni imitar, vive sólo en el corazón que sabe entregarse totalmente. Esta es la fuente de toda arte.

*****

La gente no paga gustosa con confianza y amor, prefiere pagar con dinero y mercancías.

*****

La vida sólo adquiere sentido por el amor. Es decir: cuanto más amor y capacidad de entrega poseamos, tanto más sentido tendrá nuestra vida.

*****

No necesito ningún arma contra la muerte, porque la muerte no existe. Pero sí hay una: el miedo ante la muerte. Esa se puede curar.

*****

Creo que en la vida se puede trazar una frontera muy precisa entre juventud y vejez. La juventud cesa con el egoísmo, la vejez comienza con la entrega a los demás.

*****

Quien no pueda soportar la parcialidad y el atrevido espíritu revolucionario, quien prefiera una juventud sabia, complaciente y comprensiva en lugar de fanática y purítana, que la rechace. Se perjudicará a sí mismo.

*****

Así como el "conocimiento", es decir el despertar del espíritu, equivale a pecado en la Biblia (representado por la serpiente del Paraíso), así las costumbres y la tradición observan siempre con desconfianza el proceso de hacerse hombre, la individualización, la lucha del individuo para salir de la masa y alcanzar una personalidad, de la misma manera que los roces entre el joven y la familia, entre padre e hijo, siendo algo tan natural y antiguo, representan para el padre una rebelión inaudita.

*****

De viejos es cuando se ve por vez primera lo rara que es la belleza y el milagro que supone que crezcan flores entre las fábricas y los cañones y que entre los periódicos y los papeles de la bolsa haya también poesías.


No hay comentarios:

Publicar un comentario