lunes, 22 de mayo de 2017

POETAS 54. Roberto Appratto



Nació en Montevideo, Uruguay, en 1950. Es profesor de Literatura y de Teoría Literaria. Coordina Talleres de escritura desde 1990. Ha sido incluido en la antología “Piedras Pulidas”. Sobre la poesía de Appratto, Eduardo Milán ha escrito en el prólogo de esta antología : “Appratto proviene de la tradición poética latinoamericana que se vincula inmediatamente con la antipoesía por la autorreflexión sistemática: toda línea escrita merece ser cuestionada en la medida en que el poema y, más aún, el hacer poesía es un acto bajo apercibimiento. Su poesía sobrevive de ese coloquialismo como alimento dinamizador que intima con el lector prevenido. Esto es importante: sólo la prevención del lector ubica el poema de Appratto en la encrucijada de una forma de hacer que, si bien no oculta su fundamento lírico profundo -en el que finalmente confía- no deja de ponerlo en permanente entredicho”.

19

[De Levemente ondulado]
pérdida pérdida pérdida
la pérdida la más pérdida
no hay otra cosa que
pérdida todo lo que puedo pensar
es pérdida no admite traducción
es pérdida no es la palabra


pérdidaes pérdida salgo a la calle
y es pérdida prendo la luz del cuarto
pérdida pienso un rato y es estrictamente
pérdida pienso un rato y es estrictamente
pérdida fantaseo sobre el futuro pero en seguida
es la pérdida no es más que pérdida
lo que puedo hacer es pérdida lo que se me ocurre
es pérdida si me lamento es en razón de
la pérdida todo lo demás se confronta
con la pérdida si alguna vez hubo otra cosa
hoy es la pérdida no es la imagen de la pérdida
es la pérdida
no es una reflexión sobre el estado actual
es la pérdida no es el deseo de otra cosa que pudiera
eventualmente consolar sino
la pérdida la pérdida no es la debilidad que viene
luego de la pérdida no hay luego de la pérdida
es la pérdida
acá la conciencia no juega no puede porque
es la pérdida por lo tanto la pérdida
hace ver la pérdida y sólo la pérdida
si uno mira para ahí.




*****


6

[De Levemente ondulado]

el futuro
el futuro está aquí.
el futuro nos gobierna.
el futuro nos dice algo indeterminado.
el futuro está también allá, a lo lejos.
el futuro tiene un aura particular.
el futuro pasa por la palabra futuro.
el futuro se oscurece a medida que avanza.
el futuro hace silencio para que pensemos en él.
el futuro parece compuesto de partículas invisibles.
el futuro parece compuesto de partículas invisibles.
el futuro se presenta así:
el futuro habla con una voz cósmica, muy delicada.
el futuro es una zona extraña, imaginaria, porosa.
el futuro, cuando pensamos en él, nos saca el aire.
el futuro es un tiempo en que las ilusiones,
los deseos, son idiomas.
el futuro, a veces, entra en la filosofía.
el futuro quiere decir algo en forma de símbolo.
el futuro.
el futuro tiene un aire cinematográfico,
de paisaje desolado al atardecer.
el futuro tiene otro aire cinematográfico,
de noche desde una nave.
el futuro es una sola frase, una sola imagen,
vistas desde acá.
el futuro es una dispersión de palabras, pocas,
en la página.
el futuro está animado por un zumbido.
el futuro no es exactamente eso o bien
el futuro deja de ser futuro cuando
se dramatiza, es decir, si no pensamos en
el futuro como un armónico del presente
o una serie borrosa en que
el futuro se conecta con escenas falsas,
de amor o luminosas, donde
el futuro se aclararía como una
profundización del pasado ignorada por
el futuro, sino en el futuro como
un campo magnético que atrae
las miradas sobre
el futuro, que se mantiene aparte,
un viento en la altura:
el futuro no se deja relatar, por eso mismo
el futuro piensa por nosotros desde la penumbra más
absoluta.



*****


19
[De Levemente ondulado]

La mosca está parada, o posada
Sobre la pared
Exactamente bajo la línea que separa una baldosa
De otra
Está quieta
El cuerpo apunta hacia abajo,
En un ángulo de 45º en relación con la línea
En algún momento, puede ser,
Volará
Por el momento
Parece meditar sobre algo
Con un mínimo de gasto
Ignoro el sentido del tiempo de la mosca
Ella lo usa
A la perfección
Es la idea misma de la espera solitaria
Como un sheriff sin alguaciles, con las manos
Encima del escritorio.
El sol de otoño presiona las ventanas
En silencio: todo sonido
Se integra a la quietud de la mosca
Toda furia, toda pasión
es un vuelo posible en un lugar
del futuro de la mosca
El presente
Es un decorado que se descubre al entrar
Como el primer pensamiento de la pieza
Y así la mosca, desde ese lugar,
Supera la tensión reflejada en su rostro
Sin moverse
Sabe, en el silencio pleno de la tarde,
En la claridad que empieza a entrar
En su cerebro pequeñísimo,
Que todo lo que está en el aire
Es un paréntesis de su deseo:
Desde ahí proyecta, hacia abajo,
En el gesto de aparente desinterés
Dibujado por su cuerpo en la baldosa,
Un éxtasis de imaginación sensual,
La pérdida voluptuosa del sentido
Por el amor que la sostiene.
Eso
Cuando vuela. La mosca
Está en equilibrio con su mundo
Y no cae
aunque le vibren las alas de emoción.




*****

29
[De Levemente Ondulado]

Esos momentos en los cuales no vacilo,
cuando la noche, en pleno descenso,
abre un espacio en el aire
delante de mí. Los sonidos
En presente puro,
disponibles.
Llego y me instalo para pedir un café:
no vacilo. Éste es el arte
de mantenerse solo,
como sobre una cuerda en su máximo
estado de tensión. Mientras tanto
miro al vacío y silbo: la melodía, breve,
intempestiva,
proyecta el cuerpo hacia fuera;
el sentimiento canta para mí,
estoy bien. El dominio sobre el lugar
es el dominio sobre el tiempo,
de un modo que el mozo parece comprender
sin esfuerzo. Si un aire de legítima tristeza
corta mi respiración un instante,
no es nada: la presión que la realidad ejerce sobre nosotros
es siempre variable, y es esto
lo que tengo para dar esta noche; éste
es el presente que un segundo café
retiene junto a mí,
más denso y mas iluminado.

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