miércoles, 24 de mayo de 2017

POETAS 88. Alfonso Costafreda (Suicidios y otras muertes)

 
 


Nació en 1926 en Tárrega, Lérida. Su infancia iba a quedar marcada por la muerte de su padre en 1935. Se traslada a Madrid en 1945 para estudiar Derecho, y allí intima con el grupo de poetas que se movían alrededor de Vicente Aleixandre.  Continua sus estudios en la Universidad de Barcelona, donde comienza a relacionarse con Carlos Barral, Alberto Oliart, Jaime Ferrant, Gabriel Ferrater y Gil de Biedma. En 1949 recibe el premio Boscán por su libro “Nuestra elegía”. Hasta 1953 repartió sus estudios entre París y Dublín. En 1955 gana una oposición para funcionarios internacionales de la Organización Mundial de la Salud y se traslada a Ginebra, donde coincide con el poeta José Ángel Valente, que le dedicaría más tarde un poema con motivo de su fallecimiento. En 1966 escribe su segundo libro, “Compañera de hoy”. Carlos Barral estaba preparando en 1974 la publicación de su tercer libro “Suicidios y otras muertes”, cuando le llega  la noticia de su trágico fin:  había pasado a engrosar -con obvia ironía- la lista de poetas suicidas que en su ultimo obra se había dedicado a glosar. El propio Carlos Barral aclaró que el suicidio en Alfonso “se había ido convirtiendo en los últimos años en una aspiración cada vez más abstracta que ya no necesitaba de motivos y circunstancias”. En la  biografía que su amigo Jaime Ferrater escribió para Ediciones Júcar, puntualiza sobre una muerte que se había venido gestando en sucesivas crisis y a través de un aislamiento cada vez mayor: más que el suicidio, lo que le fascinaba eran los suicidas. “Veía en ellos el máximo signo de libertad. Encarnaban, seguramente para él, la máxima transgresión”. A juicio de uno de sus antólogos, Costafreda “hizo una obra pequeña, en cuanto a cantidad, pero una de las de mayor sensibilidad de nuestra poesía. Por una de esas injusticias de la vida, y porque vivió tiempo fuera de nuestro país, la obra de Costafreda es prácticamente desconocida entre nosotros”. Para mitigar un poco esa injusticia se dejan  seleccionados aquí un puñado de poemas de ese original, triste y hermoso libro que es “Suicidios y otras muertes”, y que aparece presidido por una  cita de Antonin Artaud.

***** 

UNA VIDA GROTESCA

Me acerqué, vi el reflejo
de una vida deforme,
que por esta ciudad
he caminado tanto
que todo temor mío
encuentra aquí su nombre.


Tuve de mi existencia
la imagen que me daba
el temor de la muerte,
salí de un laberinto
donde todo era enorme.


Salí, así lo espero
de una vida grotesca




*****


I. DETRÁS DE LA COLINA

CUARENTA INVIERNOS

De nuevo mi garganta
lucha por respirar,
el tranvía nocturno
suena como un tambor,
más de cuarenta inviernos
puedo contar aquí.


Misericordia, pongo
mi cuerpo a cuatro patas,
dibujo sombras, desciendo muros.
Fingiré la demencia,
otros cuarenta inviernos
que no me obliguen a vivir



*****


UN SIERVO OCIOSO

No, no sé lo que quiero ni lo que no quiero,
y en qué cerca de mí apoyarme podré, cuando
es la memoria ahora como un siervo ocioso…


No siento, no conozco, no recuerdo, y para quién
me esforzaré en salir del laberinto sórdido,
forzar la trampa que yo mismo he urdido,
recuperar el aniimal herido, cuidarlo yo,
cuidarme de mí mismo…



*****


AVE RAPAZ

Entrará el mar lentamente en tus venas,
oh nadador que esperaste la noche
y la soledad para medir tus fuerzas
con la tormenta, digo
con tu propio destino,
desde el principio con algo que sabías
superior a ti mismo.


Fuese la libertad la forma
suprema del renunciamiento, pero
sueños y pesadillas tantas veces
te devuelven, te imponen lo perdido,
en tus ojos nocturnos te lo marcan con fuego.
Lo que ahora pretendes está más cerca,
has de ir más lejos,
entrará el mar lentamente en tus venas,
drogas, ave rapaz, suicidio lento.



*****


ADJETIVO TENAZ

Una palabra, por ejemplo, el mar…
y pondré la distancia necesaria
entre el mar y cualquier
adjetivo tenaz que corriera en su búsqueda.
¿Quién podrá encontrar, suficiente, seguros,
los sonidos, las voces, las interrogaciones?


Avanza, avanza hacia ese mar, oh mar adentro,
y que sean tormentas tus interrogaciones,
y vientos y delirios, amor al fin,
y no cesa de andar y correr y destruye
a tu paso la red que te impida ser libre.



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II. EN SU NATURALEZA
INSTRUCCIÓN

Y tu me preguntaste,
¿que hay en el centro de la tierra?
¿Hay casas diminutas roedadas de fuego
donde arden los niños no obedientes,
traviesos en la escuela?


Seis años, dulces, seis años dulces,
poblados ya de pútrida enseñanza.



*****


VIDA TAN MALOGRADA

Vida tan malograda no debiera contarse,
a quién hablar, con qué lenguaje.
De haber verdades o razones o respuestas
para mí mismo las tuviera.
Si delicada o poderosa
pudiera mmi mano consolarte
a ti te la daría,
mas no la tengo para nadie.



*****


BREVÍSIMOS POEMAS
Al escribir de nuevo
siempre me repitiera
brevísimos poemas, delirios, obsesiones,
la culpa que me acecha
como un ave de presa,
el viento que incesante
el universo altera,
la noche donde irrumpen
con furia los temores.


Queda el amor, ¿qué queda del amor?,
el amor a mi hija,
distante, verdadera,
de mi vivir acaso la razón primera
a quien me resistiera a transmitir
de oscuridad una cargada herencia.


 

*****


III SUICIDIOS Y OTRAS MUERTES

Pero que pensaría usted de un suicidio anterior, un suicidio que nos hiciera regresar, pero al otro lado de la existencia, y no del lado de la muerte. Sólo éste tendría valor para mí. No le tengo apetito a la muerte, yo siento el apetito del no ser, de nunca haber caído en ese reducto de imbecilidades, de abdicaciones, de renuncias y de obtusos encuentros…
                                                                    A. Artaud



LA CEREMONIA

Aunque no quieres morir,
pero que empiecen
la ceremonia y los preparativos,
que vayan a llorar
como si fueran ya inminentes
el luto, el cadáver, la miseria.



*****


EL MENSAJE

Para otros abriste
un mensaje ardiente y terrible;
aunque tu piel no exista, de par en par
con la muerte las palabras se funden,
a la muerte tu ciencia es superior.


Y será inevitable que tus versos
verdades-cuervos
roerán para siempre
el Espíritu que intentó destruirte.



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HART CRANE

Después de construir
palabra con palabra,
metal contra metal
el puente majestuoso;
después de edificar
con piedras y con sombras
los blancos edificios,
dejada ya su huella
en la inmortalidad,
el poeta Hart Crane
miró hacia el Sur
con los ojos cargados
decían de esperanza,
dijera yo más bien
de desesperación.
navegó y navegó
en búsqueda no sé
de qué vida o razón,
siguió la estrella errante
que guía al fugitivo,
y en una noche oscura
salió sin ser notado
y se hundió en el mar.



*****


G.F.
Opongo
a toda la retórica y vacía
y humillante
poesía
hispánica actual,
la obra viva, aún más viva ahora
de un gran poeta catalán destruido.



*****


VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS

Fuera el primero
o el segundo fuera
a descubrir, saber o decidir
que hacía falta
humildad y valor
no orgullo o cobardía.


Fue el último,
penúltimo o quien fuera
en desdeñar artes y sortilegios
cuando la carne falta y Ella.

Fueron pretextos en realidad,
la libertad, la tentación vencieron
el terror y el instinto.



*****


EL POETA DESAPARECIDO

Dijiste, qué inútil vocación
la nuestra, fácil parecería
pensar en la mujer y poseerla,
charlar con los amigos,
pensar en la hermosura cotidiana
de la ciudad que amamos, en las calles
recorridas sin fin, redescubiertas siempre,
y en la noche del mar que apaciguara.
las horas dedicadas a la filología,
a ver con microscopio las palabras,
los números trazar, las “matemáticas severas”.


Decías: vivir en Calafell, en San Cugat… o en
                    Copenhague,
ver a Carlos, A Jaime o a Valverde.
Tanta lucidez, tanta pureza,
a nadie conociera;
su oficio sin embargo fuera
sorda maledicción,
del hombre, de los dioses o de nadie,
el cuerpo exigente clamaba y reclamaba.
Consciente y solitario
dejaste al fin este absurdo destino.



*****


EL AHORCADO

El ahorcado era un hombre
miserable, sin fe.
Nadie pudo explicar
su gesto, su miseria.


Aún muerto sin embargo
el brillo de los ojos
decían, revelaba
una incurable soledad.


El inventario es leve,
descubrieron dispersas
fotos antiguas,
piezas varias de identidad
y una vieja cruz sin hombre.



*****


LA COMPRENSIÓN DE HENRY

Leyó hasta muy tarde en casa de Richard y en el Maine,
¿32 años tenía? Richard y Helen se acostaron muy pronto
y mi esposa admirable muy pronto se acostó.
Me desvestí y me metí en la cama,
poniendo en el libro el marcador,
dormí hasta el caliente desayuno.


Más allá de la costa había una isla, P’tit Manaan,
del césped de Richard
en un franco declive.
A las cuatro sentí un escalofrío.
Sólo pocos minutos para que nazca un hombre.
una concentración aquí y ahora.
Y pensé de repente, a diferencia de Bach,
que una noche desnudo
sin pijama andaría
del húmedo jardín al escarpado,
hacia el agua terribe e iría para siempre
debajo de la mar contorneando la isla.
      (Ensayo de interpretación en memoria de J.B.)



*****


SILVIA PLATH

Pildoras y más píldoras,
y al final destrucción y silencio.
Vigilante el cóndor
reclamaba su presa;
y rondaba y rondaba
confidente y guardían,
consuelo al fin de la motivación más alta.
Con honor y bondad,
con su escasa ciencia
el doctor intentaba
de la mujer y las palabra
romper el círculo severo.


“Pero lo haré de nuevo
porque morir es arte
que conozco muy bien,
y ten cuidado, Júpiter o Lucifer,
me levantaré de mis cenizas
y con mi cabellera pelirroja
devoraré los hombres como el viento.”



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IV. LA CALLE

AULLAN

En la sorda montaña
los pájaros no cantan, aúllan,
cautivos de un cielo inclemente
una fuerza invisible
Los impulsa hacia una muerte cierta
y a quién importa
que ahora un movimiento
que fuera dulce y armonioso
el ave conduzca a un final pavoroso.



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EL VERDADERO
                                         A Carlos Barral



El mar, quién ha visto y cantado
el mar esplendoroso
donde un breve puñado
refleja tanta luz,
sereno, poderoso,
como un dios que todo lo otorgara.


Pero otros han visto
de su cara interior
el implacable rictus.
¿Quién sabe si no han visto al Verdadero?
Ella lo contempló y para olvidarlo
esconde todavía la mirada
en el rincón más ciego de sus ojos.



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MÍNIMOS AUNQUE FUERAN

Dame, misericordia
el derecho a rechazar
mínimos aunque fueran
los instantes de luz;
que de ti recibiera
completa la ceguera
y que pueda vivir
sin Mí y sin Ella.
Ven, tú, misericordia,
y más oscura seas.



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MONTALE

El terror de la vida no es ridículo
afirma Montale. Reconfortante es
de una tan alta voz estar en el consenso.
Más si pienso que yo confudiera
una forma de vida con el temor de otra
acaso fuera otra la opinión.
Ligeros o cargados de un peso insorportable
poco habrán de importar nuestras palabras,
sólo la vida misma
sigue su curso imperturbable.



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¿HAY ACASO UN LENGUAJE?

¿Hay acaso un lenguaje? Ponlo en duda,
que te juzguen, condenen, desconozcan,
amigos no te quedan ni palabras.


Solitario recorres ciudades extranjeras
y en voz baja murmuras sonidos de disparidad.
Acaso ciertas veces las cadencias encuentras
en el ritmo del cuerpo en movimiento,
y son momentos de felicidad.


Harto y cansado al fin
hacia un sórdido bar tus pasos te han llevado
e intentas encontrar en el hastío
patéticos y breves
instantes de sensualidad.



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EL LIBRO

Este libro no existe.
Páginas que habitaran
absurdas el vacío. Recuerdo
-la asociación no es evidente-
el ave enloquecida
volando, revolando sobre el mar
sin poder o sin saber posarse,
giraba en el vacío,
valaba dentro de sí misma
¿Son vida las palabras o van contra la vida?



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V. DE PUNTILLAS

Julia Wright es su nombre
y ha entrado en mi poesía lentamente,
casi de puntillas vino y ahora es la existencia
más constante del despertar y el sueño.
Es más que mi defensa, su presencia
se hace sentir de la noche al alba.
Su fuerza es el silencio, el amor su sentido;
pero persiste el alma impenetrable.



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LA DESGANA

Amiga, en ti pensara
con la obsesión a veces,
otras con la desgana,
de quien
mal colmado de amor ya no se nutre
de nada ni de nadie y a sí mismo se entierra,
objeto y fin de su propia pasión.



*****


NO SÉ QUIÉN SOY

Insistiré, insisto,
te interrogo, te pierdo
y te vuelvo a encontrar,
huésped de mis palabras, reflejo
de la interrogación.


Mas nunca cesaré mi asedio
hasta descubrir quién eres;
quizá descubrir quién soy.



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HELVÉTICA LADERA

Me pierdo en lo invisible
Fuera de ti, sin cuerpo.
Levanté con palabras
un castillo desierto.


Hablaba por hablar,
cesó de pronto el viento.
Para que tú volvieras
te envié mensajeros.



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VI. HOLOCAUSTO

Holocausto, holocausto
de las palabra
y tú te inter
ponías
entre el fuego y el
sufrimiento del habla.



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LOS DIOSES

No se obstinen los dioses
en proteger lo poco que nos queda,
que hagan decentemente su trabajo
tan sólo un breve gesto y recuperen
lo que les pertenece.



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VII. APUNTES 

APUNTES

Apuntes de una vida, indicios
de otra, si alguien me lee acaso
en este espejo torpe
verá su propio rostro.



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VOCACIÓN

Fuera la voz
ofrecimiento acaso
más vivo y vehemente
que la ardiente memoria
que se crispa en mis brazos.


Caen de un cielo atormentado
ascuas de luz
¿Serán al fin
contornos del amor
tan esperados
para un mundo real?


Obseso en la pregunta estoy.
Existir a través de las palabras,
vocación insolente.



*****


NO HAY OTRA FORMA DE VIVIR

Para Alcanzar la libertad no dudes
en desprenderte de todo, de todos.
Vida que se supiera al borde del abismo.
Todo lo perderás,
y aunque te pierdas a ti mismo,
náufrago serás y luz del día.



*****


PALABRAS DE PAUL CELAN

Pero aún pudo verte, un eco
que caería a tientas
con la antena de las palabras, lomo
de la separación.


Su rostro suavemente resignado,
la lámpara que ardiera;
mas de repente surge
dentro de mí una llama
en que susurras con dolor. No Nunca.


1 comentario:

  1. Poesía verdaderamente desesperada...y verdaderamente buena.

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