miércoles, 18 de octubre de 2017

POETAS 97. Jorge Guillén III ("Homenaje")


Jorge Guillén nace en Valladolid, en el seno de una familia burguesa, en 1893. Allí realiza sus primeros estudios hasta que se traslada a Madrid  para comenzar la carrera de Filosofía y  Letras. En esta ciudad inicia a la vez una estrecha relación con la residencia de Estudiantes, en donde más tarde conocerá a alguno de los miembros más destacados de la generación  del 27, además de Juan Ramón Jiménez y Ortega y Gasset. Entre 1909 y 1911 viaja por Suiza e Italia. Después de un traslado a Granada, obtiene allí la licenciatura en 1913. Desde 1917 a 1923 sucede a Pedro Salinas como lector de español en La Sorbogne. Antes había pasado un periodo largo en Alemania. En uno de sus frecuentes viajes por Europa conoce, en la localidad de Trégastel (Bretaña), a la que más tarde será su primera mujer, Germaine Cahen, con la que tendrá dos hijos. En 1924 se doctora en Madrid con una tesis sobre el “Polifemo” de Góngora. Durante tres años desempeña la cátedra de Lengua y Literatura Española en la Universidad de Murcia, ciudad en la que fundará, junto a unos amigos, la revista “Verso y Prosa”. Es también, durante este periodo, cuando envía a  revistas sus primeros poemas, que culminan con la publicación, en el año 1928, de su primer libro, “Cántico”, que en una primera edición constaba sólo de 75 poemas, lejos todavía de su magna versión definitiva. En Oxford pasa tres años como Lector de Español, de 1929 a 1931. El destino sigue uniendo a dos poetas que quedarán vinculados por estrecha amistad hasta el final: de nuevo le toca suceder a Pedro Salinas, esta vez en la cátedra de la Universidad de Sevilla. Allí le sorprende el estallido de la Guerra civil. Después de un breve encarcelamiento en Pamplona, en 1928, parte hacia el exilio.  Durante su etapa fuera de España ejercerá su labor docente en las Universidades de Middlebury, McGill (Montreal) y en el Wellesley College, donde vuelve a ocupar el puesto que deja vacante el inevitable Salinas. Después de la muerte de su mujer, Germaine, y de jubilarse en el Wellesley College, en 1957 marcha  a Italia, donde conocerá al año siguiente a su segunda mujer, Irene Mochi-Sismondi, junto con la que regresa durante un breve periodo de tiempo a la ciudad de Málaga. Harvard y Puerto Rico son sus nuevos destinos docentes, hasta que una caída, con rotura de cadera, lo aparta definitivamente de la enseñanza. Durante los últimos años de su vida radicó su residencia definitivamente en la ciudad de Málaga, donde le fueron llegando multitud de premios como reconocimiento a su categoría como poeta y ensayista, entre ellos el premio Cervantes, en 1976, y el Alfonso Reyes, en 1977. Murió en Málaga el 6 de febrero de 1984.


A Jorge Guillén se le ha considerado  discípulo de Juan Ramón Jiménez, por su inclinación a la poesía pura, que el definía como “todo lo que queda en el poema después de haber eliminado todo lo que no es poesía”. Jorge Guillén comienza tardíamente su carrera poética con la publicación de los 75 poemas de Cántico en 1928, que será ampliada con sucesivos poemas, hasta alcanzar los 334 en su versión final publicada en México en 1950. Jorge Guillén concibió siempre su obra como un todo orgánico que se iría completando con más libros: Clamor (1963), Homenaje (1967), otros poemas (1973) y final (1982). Obra de actitud optimista, exalta el deleite de existir, la armonía cósmica y la plenitud de ser.  Su obra ha sido tachada por la crítica de fría e intelectual, pero se trata de una visión superficial que no tiene en cuenta toda su trayectoria. Su obra oscila desde la poesía pura y conceptual de “Cántico” al tratamiento poético de los problemas sociales más acuciantes, como se puede apreciar en su segundo libro, “Clamor”. No obstante, se percibe una patente unidad dentro de su obra, que responde a una trayectoria vital. En “Clamor” (1963), afloran a la superficie los aspectos más problemáticos de la existencia: la injusticia, el desorden o la muerte. Su permanente actitud de júbilo vital es lo que hace, sin embargo, que su fe en el hombre permanezca intacta. Con su tercer libro, “Homenaje”, -alguno de cuyos poemas se seleccionan aquí-, vuelve a cerrar un círculo abierto con “Cántico” y, desechando las preocupaciones sociales, se concentra en las grandes obras literarias de todos los tiempos.

 

Siempre se ha proclamado la influencia indudable de Paul Valéry, al que admiró y tradujo. También la influencia de Mallarmé,  en lo tocante a la organización de sus poemas.  Dámaso Alonso y otros han señalado el influjo del cubismo, pero el autor se ha encargado de negar cualquier relación consciente con este movimiento. La tendencia conceptual de su poesía se ha asociado con la etiqueta de “deshumanización del arte”, que en su momento acuñó Ortega. Se puede ver su poesía como un intento de depurar la realidad de todo lo que es contingente y superfluo, mediante un lenguaje desnudo y preciso que busca  transparentarla. Trata de someter el mundo que le rodea a una sutil estilización poética que a la fuerza hace que su poesía resulte abstracta, pero siempre deja intacta la materia viva y concreta de la que ha partido.


Guillén siempre mostró un gran interés por las métricas tradicionales, especialmente de arte menor. La estrofa que mejor conecta con su idiosincrasia poética es la décima. Se adecua a su gusto por la concisión y la redondez. Recurre mucho al encabalgamiento, a veces abrupto, lo que le permite dislocar la sintaxis y el ritmo y destacar el significado de ciertas palabras claves. Su afán por esencializar el mundo se refleja en oraciones nominales y en una sintaxis simple. Las ideas se suceden entrecortadamente y sin ampulosidad. Al elevar las cosas a un plano trascendente, éstas aparecen dotadas de un alma propia que queda expresada en el  abundante uso de personificaciones.


Los poemas que se seleccionan aquí proceden de su tercer libro, “Homenaje”, (1967). Son más de 650 poemas –alguno data de 1949- y están agrupados en varias partes: destacan “Al margen” y “Variaciones”. “Al margen” contiene poemas inspirados en las grandes obras y creadores de la literatura universal. Logra captar el significado vital de textos y autores. "Variaciones" merecerá selección aparte en esta página: contiene numerosas versiones castellanas de poetas portugueses, ingleses franceses, alemanes, etc. En la última parte de “Homenaje”, la que se titula “Fin”, recoge diversas experiencias personales que le sirven para hacer balance de su vida y producción literaria. Casi al final de sus días –el poeta cuenta 73 años cuando lo publica- se aplica a reflexionar sobre su obra como algo que ya considera completado. Vuelve a plantear reflexiones generales sobre las delicias del mundo: el amor, la belleza y los valores del hombre. Y en este repaso que Guillén hace de las grandes obras de la cultura, queda contagiado y vuelve a perfilar mejor los grandes valores de la Creación que había ya esbozado en su primer libro.


 
PLAUSIBLE CONJETURA


¡Las doce en el reloj!


El mundo es otro círculo.


¿Se me revela ahora

Su centro, su principio?

Todo es aquí planicie

Dorada por los trigos

Que espiga a espiga forman

El cuerpo de un estío

Con voluntad de ser

Un solo impulso erguido

Bajo el cielo atrayente

Desde ese azul.

                            Admiro

Con fervor de mirada

Convergencia y signos

De algo que yo, torpe,

Escruto y no descifro.

Y mientras mi ignorancia

Sigue curva de río,

Contemplo –fascinado-

La Creación en vilo

Suspendida… ¿de qué,

De quién? Atisbo

Plausible conjetura.

¡Ay, nada más, Dios mío!

 


 

 

 

AL MARGEN DE LAS DANZAS DE LA MUERTE

VISIÓN PROHIBIDA

Sepulcros escuros de dentro fedientes

 

Mas verdad vos digo que al cantar del gallo

Seredes tornado de otra figura

                          “La danza de la muerte”

 

-Cuando tus disposiciones

Excelentes de esqueleto

Rindan su carne fugaz

A un ejecutor del Tiempo

Y se cumpa en lo profundo

Su simple esquema completo…

 

-No te esfuerces en soñar

Tales espantos. No hay medio

De imaginarse a sí propio

Reducido a puros huesos.

 

                   -Así sea.

                   -¡Ciegos!

               

 

AL MARGEN DE PASCAL

 

UNA ENCARNACIÓN

Je ne vois que des infinités de toutes parts,

Qui m’enferment comme un atome et

Comme une ombre…

                                         “Pensées, 3, III

Es infeliz y siente la miseria

De ser hombre pequeño, pequeñísimo

Frente a su Creador, sin fin loado,

Que se interesa por la criatura,

Pobre mortal en su rincón minúsculo

De galaxia por entre las galaxias,

Entre los años-luz.

                                 Y Dios, amable,

Se aviene a redimir y salva al hombre.

Episodio que en tanto, tanto espacio

Queda humilde: doméstico servicio.

Todo es siempre la casa del Señor.

 

 

AL MARGEN DE JOVELLANOS

 

DENTRO DEL CASTILLO TODAVÍA

En una madrugada

-la hora infame de la policía-

Fue el imprevisto “arresto”.

Al ejemplar varón no le perdona

La mirada envidiosa –ve muy claro-

Su aplomo a tal altura. ¿Qué sucede?

Piensa. Luego delinque.

 

En cartuja y castillo siete años

Padece sin defensa, prisionero

Bajo la autoridad de los peores.

“!Justicia!” Mundo sordo.

… Y por fin, libertad. Aclamación.

Palma rebulle. “!Viva Jovellanos!”

Tropas, banderas, música, gentío.

 

El varón ejemplar

Suscita solidarios sentimientos.

¿Guerra civil? La patria en desgarrones.

A través de los años se repite

La usurpación pomposa del poder.

Por el castillo vaga todavía

La sombra del egregio.

 

 

 

AL MARGEN DE GOETHE

 

LO HUMANO EFÍMERO

             Zum Augenblicke dürft’ich sagen:

               Verweile doch, du bist so schön!

     “Faust”, 2, V, Grosser vorhof des Palasts

Dure aún el momento que es la vida

Sagrada así, ya desapareciendo,

Muriendo a cada instante

Sin ninguna aureola de infinito,

Sin promesa de fondos absolutos,

A través de momentos bellos, feos,

Siempre valiosos porque son reales

En ese más allá como un regalo

De la tierra, del agua, de la llama,

Del aire trasparente,

O turbio, sofocante,

Regalo natural

-también quizá divino-

Con fuerza superior que se me impone

Para que sea yo quien la domine,

La sujete al nivel

De un equilibrio nuestro,

Mi meseta de amor, de gratitud.

¿Eternidad de Elena?

Quero lo humano efímero.

 

EGO

Íntimamente solemne,

Sin cesar se ve a sí mismo

Como el viajero que otea

Las pirámides de Egipto.

 

HACIA EL HOMBRE

            Man sshent sich nach des Lebens Bächen,

           Ach! Nach des Lebens Quelle hin.

                             “Faust”, I Studierzimmer

Si dioses ya no esperan tras la tumba,

¿Nuestra muerte despoja de sentido

Final a nuestra vida y su torrente?

 

Que el esfuerzo domine tal balumba.

Lanzar me baste al curso del olvido

La intención de ser hombre dignamente

 

 

 

AL MARGEN DE NOVALIS

 

NOCHE NUESTRA, NOCHE AJENA

                             Zu der heiligen, unaussprechlichen

                            Geheimnisvollen Nacht

                                 “Hymnen an die nacht”, I

¡Oh noche pura bajo las estrellas!

Firme y sereno cielo me ilumina

Sin romper esta dulce oscuridad

Que me oculta amparándome. Los hombres,

Invisibles los unos a los otros,

Ven compañía en las constelaciones,

Que tiemblan sólo si las contemplamos

A través de una atmósfera cruzada

Por nuestras inquietudes. Noche pura,

A los ojos clemente aunque terrible

Por espacios y espacios remotísimos

En una soledades tan vacías

Mientras no las alumbre una conciencia,

Una mirada de atención amante.

Dentro de este sosiego –que mantengo

Yo también a compás de tantos astros-

Se alza la noche donde todos somos

Solos y juntos una incomprensible

Trabazón soberana de minúsculos.

Etéreo es Dios o el universo. ¡Noche!

 
 

 

AL MARGEN DE FLAUBERT

 

¿QUIÉN NO HA DICHO TONTERÍAS?

            Alors une faculté pitoyable se développa dans

             Leur esprit  [de Bouvard et Pécuchet], celle de

             Voir la bêtise e de ne plus la tolérer.

I

Ella dijo una tontería,

Y se escabulló avergonzada.

Mal hecho. ¿Quién pretendería

No caer jamás en bobada?

No hay boca virgen de impureza,

No hay sabio de una sola pieza.

Del infalible Dios nos guarde.

Déjame que estreche tu mano,

Con yerros hombre más hermano.

Nuestra llama en tinieblas arde.

 

II

Era tan inteligente

Que inventaba tonterías

Mayores que las del tonto

Sin vuelos ni altanerías,

Perdido al fin el oriente.

 

 

AL MARGEN DE THOREAU

 

CULTO DE LA AURORA

                        I have been as sincere a worshipper

                       Of Aurora as the Greeks

                                                                “Walden”, II

Y despertarse. ¿Dónde

Mejor que entre arboledas junto a un lago?

“Renuévate a ti mismo cada día.”

Aquel hombre lo entiende,

Y la mañana es siempre edad heroica.

Una odisea vaga por el aire

Con un vigor perenne de frescura

Frente a una flor que nunca se marchita.

Su Genio a cada uno

Le pone ante el suceso memorable:

La vida que le asalta y le realza.

“Los poetas, los héroes

Son hijos de la Aurora”,

Y en torno al pensamiento así ya elástico

-Bajo la luz del sol-

Todo el día mantiene

Transparencia temprana.

Hombre: con firme expectación de aurora

Retornemos al mundo ¿No es gran arte

Modificar la cualidad del día?

 

 

 

AL MARGEN DE TOLSTOI

 

IVAN ILICH Y LA MUERTE

“Muerte. ¿Mi muerte? No, no lo comprendo.”

El dolor le acercaba

Con su lógica absurda

¿A qué final, qué tránsito?

Y con toda su fuerza,

Tirante en contención sin concesiones,

Resistía ante el saco estrecho y negro,

Ese saco hacia donde le arrastraba…

¿Quién, quién? No era culpable.

¿Por qué entonces la muerte?

Se levantaba en rebelión su vida

Contra la atroz incongruencia injusta,

Aquel absurdo ya tan aflictivo

Como el propio dolor que le empujaba,

Le echaba al agujero incomprensible.

¿Por qué se encarnizaba aquel sufrir

En sus cuarenta y cinco años correctos?

Y aullaba sin cesar, uh, uh muy lóbrego.

“Ah, qué importa la vida ni la muerte.”

Todo tal vez había sido vano.

Pero… ¡Vivir, vivir! Y resistía

Sin comprender. ¡Absurdo saco negro!

 

 

 

AL MARGÉN DE BÉCQUER

 

LAS GOLONDRINAS

Volarán las oscuras golondrinas

Bajo, muy bajo, casi a ras del suelo,

Y lanzándose en ráfagas que rasgan

Transparencias elevarán el vuelo.

Pero aquéllas que vimos aquel día

Nunca más volverán. Melancolía.

¿Qué será de nosotros? ¿Hay consuelo?

 

LAS MADRESELVAS

Olerán las tupidas madreselvas

Escalando la tapia del jardín,

Pero ni tú ni yo recogeremos

Aquel aroma a nuestro amor afín.

Y este amor como aroma disolviéndose

             ¿No llegará a su fin?

 

 

 

AL MARGEN DE MALLARMÉ

 

AIRE DE MAR

           La chair est triste, hélas, et j’ai lu tous les livres

Ah, la carne no es triste, no leí todo libro,

Jamás se me hartarán los ojos ni las manos.

Tan enorme es la hora que yo no la calibro.

Nunca es mayor la nada que en los lamentos vanos.

 

 

 

 

AL MARGEN DE HENRY JAMES

 

LA MUSA RETIRADA

                “The Aspern Papers

La musa retirada,

Retirada en retiro de recuerdos,

Vive reinando sola en su pasado,

Insigne entre el amor

-tan suyo, tan secreto noche a noche-

Y las palabras de la poesía,

Pública al fin, ya célebre.

 

¿Fue quizás el fantasma

De un hombre que soñase

Con la belleza purificadora?

Allí está. No es ficción. No es un concepto.

En su palacio, junto al agua viva,

Es ella siempre: musa

-con un alma en su carne-

Del verso que volando desde un nido

Asciende hasta su cúspide,

Más allá de los bosques olvidados.

 

Los poemas, la s cartas y en su reino

La mujer para siempre ya reinante.

 

 

 

AL MARGEN DE RIMBAUD

 

ASENTIMIENTO

El mulo ya vendado se embrutece en la noria,

Las tierras disimulan escondrijos de topos,

Y un can al sol dedica su gracia mingitoria

Con el asentimiento de los heliotropos.

 

POR DELICADEZA

Por delicadeza

Tu vida perdiste.

Ni amor que te meza

Ni en la jaula alpiste.

Magia de cabeza

Y el suelo tan triste…

Claudel por ti reza.

 

 

ESTRECHA CON TUS BRAZOS

Estrecha con tus brazos la realidad rugosa.

También a la intemperie de febrero es tu amiga.

Ella con tu mantillo te soñará la rosa,

A quien dirás su nombre para que a ti te siga.

 

 

 

AL MARGEN DE UNAMUNO

 

HOMBRE

Genialmente inoportuno,

Con su yo molesta aposta,

Inmortal a toda costa:

               Unamuno.

 

VOZ AL CAER

“Yo necesito un Dios que me haga eterno a mí.”

Lo exige voluntad frenética, feroz,

Que arroja preces, preces con empuje de alud.

Les responde el estrépito de su propio tropel.

 

NO SE ADMITEN PROTESTAS

             Périssons en résistant

             “Obermann” y “El sentimiento trágico”

Perezcamos resistiendo,

Aunque hostiles a la muerte,

Sin protestas. ¿Fin horrendo?

Nada sentirá lo inerte.

Esa evidencia no enmiendo.

 

 

 

AL MARGEN DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

 

SEGÚN LA DEBIDA NECESIDAD

“Mucho y perfecto” dijo.

Ni tanto ni tan calvo

Con mi fervor me salvo.

Soy de mis obras hijo.

 

EL ASNO

El asno serio, malicioso, firme,

Dulce si Juan Ramón lo monta y muda

Su ser en el de un puro corderillo,

El asno proletario para siempre…

 

HOY TAMBIÉN

-No los nombres ya más porque es la rosa,

Flor que el esteta canta para el rico.

-Disiento. Se pondrá sobre tu losa:

Yace aquí un “duro” de caletre chico.

 

 

 

AL MARGEN DE LAMPEDUSA

 

VIDA CONDENADA, VIDA SALVADA

                 Le prince d’Aquitaine á la tour abolie

                                                                                     NERVAL

 

                    Sotto la luce di cenere il paesaggio sobbalzava, irredimibile

                                                                                     “Il Gattopardo”

 

                     Egli, come poeta, si affissa su questa Medusa

                                                                                       LUIGI RUSSO

Príncipe de Aquitania con la torre abolida,

Melancólico, fuerte, lejano Lampedusa,

Qué desesperación en tu amor a la vida

Bajo aquella mirada mortal de la Medusa.

 

Asesinaste al héroe. Sin piedad le infundiste

La obsesión de ese mar que tu oído escuchaba.

Mar –o volcán- de muerte que con tu fuerza triste

Supiste convertir en ceniza de lava.

 

Entonces, Lampedusa, te salvó el acto mismo

De expresar para siempre tu implacable zozobra.

Torre no ya de príncipe se elevó del abismo

La medusa fue musa: bella quedó en tu obra.

 

 

 

MARGEN VARIO

 

AUTOR Y LECTOR

            Álamos, olmos, hermoseando el día,

             De nuevo verdad

BLAS DE OTERO, “No espantéis el ruiseñor”

¿Dónde habita el lector? Habita dentro

De una comunidad indispensable:

En idioma común, común cultura.

 

Al autor y al lector los une el centro

De un círculo en que sólo quien bien hable

Llega a la humanidad que más perdura.

 

 

DOMINIO

            Terrible mundo. Respirado mundo.

CARLOS BOUSOÑO, “Invasión de la realidad”

 

El mundo me rodea con inmediato cerco.

Invade a los pulmones realidad sutilísima

Que necesariamente, no por lujo, yo invado.

Vivir es invadir estos alrededores

Que me aguardan o mandan, me tientan o atropellan.

Portentosa aventura: llegar hasta las paces

Del minuto presente. Domino la invasión.

 

 

 

AL MARGEN DE UN CÁNTICO

 

MÁS TIEMPO

                     “Más amor que tiempo”

                         “Mundo en claro”

Me inaugura el día con tus brazos

Que me acogen, me salvan, me consuelan

Del empuje del tiempo velocísimo

Donde somos el mar y el navegante.

Es inútil decir confusamente

Que este minuto flota quieto, libre

Como si fuese intemporal. Sentimos

Más aún a través de una ternura

Maravillosa –frágil- que este curso

Nos lleva, nos arrastra. Más te quiero.

 

LA JUSTIFICACIÓN

Varonil de sexo a sexo,

Fue muy querido por eso,

Hombre cabal de mujer

Que lo fue con todo el ser.

Sin mentirse, nunca vieja,

Duraba así la pareja.

No fue solemne destino.

Obra fue de amor y tino.

En la Tierra, tan dolida,

Se justificó la vida.

 

 

 

ANTONIO MACHADO

 

EL APÓCRIFO

Entre aquellos apócrifos poetas que inventara

Ya apunta sin perfil un Antonio Machado.

Es este San Antonio de Collioure. No para

De quejarse, dolido. “Así, tan mutilado,

El verso falsamente se me reduce a prosa.

¡Mi poesía –gime- yace oculta en mi fosa!

 

 

 

CARTA URGENTE

Te has ido. Me has dejado solo frente al deseo:

Mi afición a mezclarte con todo lo que veo,

A seguir tu perfume por esa escalerilla

Que nos lleva hasta el piso de una verdad sencilla:

Nada más necesario, más dulce ni más justo

Que unir en el coloquio tu gusto con mi gusto.

Y mi gusto va a ti, que ya te llamas “Tú”,

A quien digo: te quiero, je t’aime, I love you.

En cualquier lengua el verbo capital me conviene,

Y hasta muy bien callado también ti voglio bene.

Como aquí no te hallas, a este papel ahora

Le diré que eres tú quien tanto me enamora,

Y en esta soledad de diciembre quisiera

Dar a tu sola imagen valor de verdadera

Compañía. De modo muy leve me contento.

Vivimos en la forma precaria del momento.

Otra yo no conozco, ¿Soledades? Te has ido.

Ni tú ni yo sabemos de eclipse ni de olvido.

Ya no oteas quizá por el cristal del tren

El paisaje, tan tuyo. Y reclinas la sien

Para mejor soñar con los ojos cerrados.

Ah, tus ojos cerrados… Lo sé. No es que un abismo

Vaya a causarte vértigo. Nada existe a tus lados.

Quieres amar así. ¿Me ves? Soy tu amor mismo.

 

 

PASAPORTE

¿Por qué español? Lo quiso mi destino.

Años, años  y años extranjero,

Fui lo que soy, no lo que me convino.

Hado con libertad: soy lo que quiero.

 

 

“QUERIDO GUILLÉN”

                         A José María Valverde

Por dios, no me llame “Guillén”.

Me disgusta ese vocativo.

Directamente no convivo

Si no dice “Jorge” también.

“Don Jorge” entona con mi sien,

Sien de cierta edad y sus canas,

Aunque ”Jorge” por las mañanas

Todavía me corresponde.

Como sea, lléveme adonde

Nuestras almas estén cercanas.

 

 

JOSÉ MORENO VILLA

Muerto en el destierro, muerto,

Cuando soñaban sus ojos

Con el azul de aquel puerto.

 

Pluma y pincel y paleta

Le consolaban entonces

Quintaesenciado Caleta.

 

¿Qué es vivir? Eso: con brío

“llenar y llenar el saco”,

No se presienta el vacío.

 

Al sol de su propio islote

Florecía discreción

Lozana de mero brote.

 

Sobrio, sonriente, pulcro,

Fue recreándose en gracia

Desde la cuna al sepulcro.

 

 

 

PEDRO SALINAS

                A Dámaso Alonso

I

Pedro Salinas, él, ya nunca “tú”.

No esa triste ficción

Como si me escuchase…

¿Desde la tierra donde el cuerpo a solas

Niega a quien fue viviente?

Con todo su vivir

Murió. Murió del todo.

 

                                          ¿Ya del todo?

Compartiendo los aires

Que acogen nuestra vida,

Aunque ya en propio Olimpo,

Intocado por muerte sobrevive

Sin amenaza de vejez siquiera,

Maduro para siempre en la memoria.

Ser único. Se alumbra una figura.

 

¡Arranque generoso!

Es él, aquel amigo,

Hoy ya sustancia nuestra,

Y no por comunión.

Tú fuiste… No, no así.

Ningún fantasma invoco.

Él, él, tan admirable.

 

II

Amigo.

             Sin quimeras

De trances absolutos,

Fiel a tantas verdades relativas,

Comunes las delicias y aflicciones,

Más acá de las últimas reservas:

El clave temperado

De la amistad segura.

Aquel callejear nocturno en Burgos,

Aquella confidencia de Madrid,

Aquel juego de ingenio con tal nombre,

Aquella indignación,

Periódico entre manos…

Transparentes momentos

En que un alma es su voz,

La voz propicia al diálogo vivísimo,

Y más futuro exige.

¿No trasladaba Aldana a un firmamento

La ansiedad de coloquio?

Inteligencia en acto,

Del corazón no explícito ya cómplice.

 

Y el silencio –mortal, incongruente,

Brusco –tajó el coloquio.

 

III

Una curiosidad inextinguible

Se aplica a más lugares, gentes, obras.

¿Para saber? Para entender gozando

De círculos concéntricos de vida

Con por menores que descubren fondos.

Y los escaparates por las calles

Ofrecen mundo, y las bibliotecas

-¡Aquella biblioteca de Coimbra!-

Son montones de espíritus que aguardan.

Pero aguardan amigos, estudiantes

Retornan a escuchar, y suenan timbres,

Innumerables solicitaciones,

Mientras debemos a diaria Historia

Nuestras ayudas, nuestras disidencias:

Condenación, aplauso, chiste, risa,

Delicada piedad, y qué ternura,

Más, más amor, y tan concreta el alma.

Un placer, y es el lento saboreo.

Todo, todo más claro hasta ese límite

Que sostiene el pudor más varonil.

 

IV

La muerte no casaba

Con una madurez en propia cúspide,

Frente a los horizontes

De un afán más agudo cada día.

Entre quizá premuras

Una mirada en calma contemplaba

Los azules marinos

O ese blanco papel

Dispuesto hacia la mente.

¡Inseguro el azar,

Tan favorable al caos!

De pronto -¿ya?- la nada.

¿Y aquel esfuerzo por crear un orden

Con esta profusión que nos circunda?

Un destino sin plan

Nos arrebata a ciegas

Al más que nunca en pleno

Merecedor de vida bien cumplida.

Definitivo tajo

Que nos dolió, nos duele.

 

V

Aquí mismo respiran sus vocablos:

Última quintaesencia,

Y así, con su tictac

Silencioso de pulso,

Mantenido a través

De esta palpitación de la mañana

Que aquí transcurre ahora.

¿Vida de siempre? Vida de ahora mismo,

A un compás que la ahonda, verdadera

Sin ornato, desnuda.

 

El verso vive en ti,

Lector, y tú lo asumes

Como infusa existencia enraizada

Bajo tu superficie.

 

Ahí, transfigurado,

Fluye por ritmo el tiempo

Con su verdad exenta

De accidentes ya inútiles,

Suma concentración de poesía,

Oro que fuese humano.

 

Pero el oro no basta.

Por un camino humilde,

Un rasgo accidental –recuerdo súbito-

Evoca a todo el hombre con la fuerza

De una resurrección.

 

Mis ojos se humedecen.

Vivo surge en la luz a quien sabemos

Sin luz cercano al mar

Que él tan amorosamente contemplara.

 

Y el muerto vivacísimo

Nos conduce a frontera

Sin consuelo, sin aire de consuelo,

Irrespirable al fin.

 

Murió el amigo-amigo para siempre,

Y muriendo con él sobrevivimos,

Él aún con nosotros.

Algo perenne dura.

Tierra junto al rumor de aquellas olas.

Late bien este hallazgo de palabras,

Sentid: Pedro Salinas.

 

 

 

EMILIO PRADOS

Con ternura de veras solitario,

Hacia todo sonríe.

Y son muchos los seres que le cercan

En amistad o en lucha

Como si fuesen ya fantasmas buenos,

O crueles tal vez

Que le persiguen, íntimos

Por la sangre, las médulas.

¡Soledad! Y riquísima.

 

A la noche de grillos, luciérnagas, luceros

No habrá de sosegar, tampoco al alba,

Tan cruda, tan real, desgarradora, cuando las amenazas de la muerte

Consiguen trasparencia de diamante,

Y asciende sobre el cuerpo aquel espíritu,

Y se esconden, se buscan, flotan, sufren.

 

Familiar ya, la muerte

Circula por un ámbito

Doméstico de gracia.

Y el poeta –que sin cesar lo es-

Sonríe con amor desde su luz,

Su propia luz nocturna.

 

 

 

PERROS VAGABUNDOS

Un perro, débil, ladra caminando.

Otro, firme, responde.

Más ladridos acuden,

Se cruzan, se atropellan,

Superpuestos, discordes, insolentes.

En diálogo, son diálogos

En una confusión que se enmaraña

Con retórica bulla

De réplica inútiles.

El ocio de esos perros vagabundos,

Hostiles al dormido,

Por calles matutinas

Difunde entre ventanas y balcones

La no vencida selva.

Edad de Oro, virgen Paraíso,

¿Antes, después o nunca?

Testarudos, los perros

Prosiguen arrojándose ladridos

Como una algarabía casi humana

Que al estúpido estrépito

Da ya carácter de incidente urbano.

Normal ciudad selvática

Se despierta hacia el sol.

Todo se intrinca. Perros. ¡Esos perros!

 

 

DIÁLOGOS

Soñemos, forma, soñemos.

Visitar tu boca, sabia,

Es placer de inteligencia.

Vivir en tu boca, dulce,

Es placer de corazón.

Gocemos, alma, gocemos.

 

 

 

LOS CELOS

                A Julián Calvo

             Pour la jaulousie il n’est ni possé ni

             Avenir et (que) ce qu’elle imagine

             Est toujours le Présent.

                          PROUST, “La fugitive”.

 

Imágenes en fragmentos,

Noticias de fechas, actos,

Y se me aparecen cactos

Que punzan mis pensamientos.

 

Quiero saber de tu vida,

De eso que fue tan vivido

Que vive aún como olvido

Dentro del alma dormida.

 

Me calmaría entender

Con exactitud mayor

Cómo era aquel amor

Tan abolido de ayer,

 

Una película muda,

Cinematógrafo horrendo,

Ojos que estuviesen viendo

Carne en gozo más desnuda,

 

Piel ofrecida al recreo

Tantas veces consumado,

Crisis de glorioso estado

¿A media luz ya lo oteo?

 

Sobre tu carne está escrita

La inscripción más evidente.

Va el pasado en la corriente

Que actual placer precipita.

 

Y con todo… todo es nuevo,

Recién creado, distinto.

Nunca me engaña el instinto

Que hasta el embeleso llevo.

 

Y como somos historia,

-“hoy es siempre Todavía”-

Lo mejor vivido envía

Su empuje hacia nuestra euforia.

 

Buen amor no se reniega.

El nuestro ha sido el más hondo.

Dentro de la noche escondo,

Ante tu absoluta entrega,

 

Mis tan vergonzosos celos

Para que los aniquiles

Tú misma, noche de viles

Inquietudes y desvelos.

 

 

 

TORRE DEL TIEMPO

Las cinco.

                 Por el aire aún nocturno,

Dentro de tu silencio suena y pasa

La hora, percutida golpe a golpe,

Que los reúne a todos –los dormidos

Y los que ya remueve la vigilia-

En torno de la torre así vibrante

Contra el espacio vacuo. Torre: tiempo,

con metal y con número conciencia

del poblado sin nadie por la calle,

tiempo repoblador.

                                  … Y ya las seis.

 

 

LA EDAD

¿Cuál es mi edad? ¿Con cifras se la expresa?

¡No es un cálculo ajeno a la inmediata

Sensación de vivir? No, no se trata

De imitar el balance de una empresa.

 

Fulano y Compañía, no soy presa

Del número que forma una reata

De tantos, tantos años. ¿Quién acata

Ley del tiempo según la letra impresa?

 

Sé ahora de mi edad por el dorado

Rayo que en esta tarde me ilumina

Mi fuerza de fervor, mi afán maduro.

 

Un benévolo duende está a mi lado.

Es ya bella en la rosa hasta la espina.

Contra la edad se alza mi futuro.

 

 

 

FLORACIÓN

Y todo

Podría ser de nuevo

Como nueva es la flor,

La misma flor de siempre

Con raíces oscuras

De su mucho vivir,

Y se alzaría al sol novel impulso.

 

Todo el pasado late en el presente,

Y el presente no estalla; brota, brota

Con tensión de verdor muy trabajado

Por la más implacable primavera,

Y dulce, sin capricho,

Mientras el sol realza algunas hojas

Que una brisa le ofrece.

 

Espesa,

A la mano ofrecida,

Una capa de luz

Se esparece por las cosas,

Los bordes,

Sobre esas superficies de blancura

Viviente.

Esta luz abre el mundo,

Lo arroja a la presión de nuestras palmas,

A sonrisas de rostros

Que desean, esperan, se revelan.

Este frescor de viento

Promete, nos promete… Respiradlo.

Escuchad los rumores del follaje.

 

¿No sientes ya que todo

Podría ser de nuevo?

Las manos en las manos,

Y una boca entreabierta

Junto a tendida boca,

Y una hermosura, simple en su reposo,

Por su propio candor iluminada.

 

Y la entrega otra vez

Al mundo que no miente

Bajo la posesión

Cumplida:

Extrema posesión de la trabada

Verdad

En los trabados cielos

Alrededor de esta amorosa Tierra,

Del eje tiernamente estremecido

Que es esta luz, abrazo

De ansiedad y hermosura

Para que todo siempre sea nuevo.

 

 

CULTO

La deseo, la imagino,

Y nunca jamás la toco.

Va formándose el destino;

Sentir tan humano foco

Al igual del más divino.

No goza la así ya diosa

De ser divina ni humana,

Y en su soledad reposa

Mientras mi ilusión se afana

Tras la imagen más hermosa.

 

 

CONTRA EL SILENCIO

Este silencio atroz me desespera,

Y ser no puede un desenlace humano.

No retorne mi mano ya a tu mano.

Que suene una palabra verdadera.

 

La boca muda permanece fuera

Del día hermoso por el que me afano:

Don de espíritu en forma sin arcano

Muy confuso de tácita sordera.

 

Yo necesito oír una palabra,

Aunque ninguna puerta ya me abra,

Y quede errando a solas por la calle.

 

Es todo preferible a la tortura

De afrontar esa nada tan oscura

Que me fuerza a morir, a que me calle.

 

 

 

ÓPTIMO ESTÍO

               Rosa desnuda en oro

                      MIGUEL PIZARRO

Rosa. Perfección como escudo.

Desnuda. Negada a estar triste.

En oro de estío el desnudo.

Así serás porque así fuiste.

 

 

 

CONTRAFIGURA

               Recordando a

              Don Martín Vázquez de Arce.

El libro se cae

De las manos: golpe.

Un golpe que dice,

Tajante vejez.

El libro me inclina,

Me lleva hacia tierra.

 

Por sueños

                    Espesos,

Dentro,

             Lejos,

                       Dentro.

 

Aquel admirable

Doncel de Sigüenza,

Lector en su tumba…

Mientras yo, viviente,

Leo mal, no leo,

Leo mi destino.

 

 

 

DOBLE INOCENCIA

“Perdón. ¿Qué es poesía?”

Pregunta el inocente a su maestro

-Soy poeta. No sé. Definición no guía

Nuestro empeño más nuestro.

Yo no soy en las fórmulas tan diestro

Que pueda responderte con finura.

¿Qué es poesía? Dices.

Felices

Los profanos. Su gusto les procura

Soluciones. Quizá tu propia tía…

 

 

DEL CONTACTO AL ACTO

¿”Conformismo”? Jamás conforme estuve

Con esa imposición desordenada

Que es siempre el Orden. ¡Ah, la sociedad!

Nunca estará bien hecho el mundo humano.

 

Humanas criaturas hay capaces

De residir en esencial acorde,

Y por eso tan físico, tan denso,

Con esa realidad ahí surgida.

 

No se fracasa por deber diario.

Vivir no es cultivar una impotencia.

Varón será quien ame poseyendo.

 

-¿Acorde?- Poderío suficiente

Para asir esta vida, nuestra vida,

Y lograr el contacto fecundante.

 

 

 

LOS POETAS PROFESORES

¿Y qué? Usted me querría

Genial ignaro. ¡Por Dios!

Sostengo mi día al borde

Mismo de mi vocación

Sin negocio que me anule,

Sin ocio en que impere yo

Como altanero parásito

De… No te canses, amor.

Trabajar también ahonda

La vida: mi inspiración.

 

 

 

CHISPA VERBAL

Noche muy larga, muy larga

Como si fuese infinita

Porque el silencio la carga

De vacío donde habita

Mudo y sordo un orbe ignoto.

Yo con la conciencia acoto

Mi parte en ese vacío,

Y a oscuras y desde dentro

De mí mismo alumbro un centro:

Con mi palabra me guío.

 

 

 

TENTATIVA DE COLABORACIÓN

Sobre el silencio nocturno

Se levantan, se suceden

Frases. Las impulsa un ritmo:

Claro desfile de versos

Que sin romper el negror

De la noche a mí me alumbran.

Se funden cadencia y luz:

Palabra hacia poesía,

Que se cumple acaso en ti,

En tu instante de poeta,

          Mi lector.

 

 

 

BRUSCO DESPERTAR

Bruscamente me despierto,

Soñaba con violencia.

Aún me sacude el ímpetu

De un trance tan imperioso

Que me tiene preso en ansia,

En confusa expectación.

No distingo la frontera

Que separe mis pasiones

Vividas de las fingidas.

¿Todo es mundo verdadero?

 

 

 

ALTA MORAL

                “Procura

No tener siempre razón”

Decía como en canción

Una voz de una altura.

                 “Procura

No tener siempre razón.”

¡Oh vida verdadera, vida impura!

 

 

 

MELANCOLÍAS

Melancolías de sexagenario…

Poco a poco, sin crisis, dulcemente

Casi, voy presentado mi renuncia

Cortés y ya serena, sonriente

Jamás, a tantas rosas del rosario

Que fue tan mío.

                              ¡Juvenil rosario!

Una resignación ya por las venas

Se me difunde, me persuade, gana.

Algún suspiro se insinúa apenas.

El tiempo se desliza siempre vario.

 

 

 

CREMACIÓN

¿Cremación de mi cadáver?

Qué espanto: suicidio póstumo.

Por mí no me moriré

Me morirán –aunque opongo

Mi lanza al Dragón, que yo

No he de vencer como el Otro.

Auto de fe, no, jamás

Doctor Cazalla retórico.

Ni yo seré mi cadáver

Ni mi propio abismo afronto.

 

 

 

RAZÓN PURA: RAZÓN PRÁCTICA

-No hay propósito bajo

Que para él exista.

 

-Atención, no te fíes.

Es un idealista

 

-Si siempre está en las nubes…

-Con más tierra a la vista.

 

 

 

REAJUSTE

Me encontraba en un abismo

De inconsistencia, perplejo.

Sólo recobré mi fe

Cuando me alumbró el consejo

De un amigo: “Sé tú mismo”

 

¡Realidad!

                  Y respiré.

 

 

 

EL HONDO MUERTO

 

Angustia no te cause el hondo muerto.

 

Espantosa es la nada para el vivo

 

Hay cementerio sólo ante el despierto.

 

 

EL CABALLERO

                     (EN UN CAFÉ)

Hombres, todos: terrible “machedumbre”.

La vida así no puede ser más fea.

Gracias a la mujer el hombre es hombre.

 

 

UNA IMAGEN

La niña salió de casa,

Casa donde va aprendiendo

Cómo es el mundo y los nombres

Que le alumbran sus misterios:

Tal muchedumbre de seres,

De juegos –propios, ajenos.

Salió a pasear la niña,

Y mirando el cementerio

Dijo del modo más simple:

Este ajedrez es de muertos.

 

 

 

CONSOLACIÓN

Es tan estrepitoso nuestro día,

Desgarrado por máquinas crueles,

Que el silencio recubre nuestra noche

Como si las alturas estelares

Nos consolaran de habitar la Tierra.

 

 

 

CONFIANZA

Rehacer estos órganos de vida fatigosa,

Volver a las raíces, a su vigor nutricio,

Creer en el silencio de esa noche estrellada,

Dormir, dormir, dormir para resucitar.

 

 

 

SOPORTE

El mundo está negado en la tiniebla.

No despunta ni un ápice de ruido.

La inmensidad se apoya sutilmente

Sobre un soporte más sutil, sin cuerpo:

Esta conciencia a oscuras con su luz.

 

 

DÍA DE TRABAJO

Sensación de madrugada.

Debe de llover. Un ruido

También golpea mi oído,

Que ayuda a crear –la almohada

Lo está sintiendo en mi frente-

Una imagen de ese ambiente

De amanecer sin aurora.

El día es mandado obrero

Que afronta a la fuerza un mero

Mundo sin sol y labora.

 

 

 

A LA RECÍPROCA

Heme aquí. Desperté. Me ciñe el mundo

Con el sosiego amable que le impongo,

Sosiego tan infuso en la materia

Que impersonal irradia y se me impone.

Es grato ser objeto para el mundo.

 

 

 

MAL VIVIR

El posible poema deseado

Que se ronda más bien que se imagina,

El poema en hondura submarina,

Y emerger no se puede de ese estado,

 

El poema hacia un dios balbuceado,

Y entre rotos de nube se confina,

El poema errabundo con sordina

De sombras sobre un limbo sin pecado,

 

El poema que no se escribe porque

No acaba de vivirse lo vivido,

Todo flotando en su falaz boceto…

 

¿y seré yo el verdugo que lo ahorque,

Y solamente quedará un quejido,

Y mi vivir será tan incompleto?

 

 

 

 

TEMPORAL

Un mar solemne de aguacero

Repercute en mi corazón.

El mundo puede ser un cero

Que me absorba en su sinrazón.

Todo es agua y todo me inunda

Con uniforme baraúnda

Que mar y nube precipita,

Oleaje, niebla, goteo.

Algo resiste que no veo.

Para más tarde me da cita.

 

 

 

CURSO

Pasa el tiempo, pasa el tiempo,

Y se me acerca la hora

De ya no sentir el tiempo

Que no pasa, que no pasa.

 

No sé cuando acabará,

Y es tan incógnito el límite

Que estoy viviendo en la luz

De mi feliz ignorancia.

 

 

Señales se me insinúan

Por la mejilla y la sien,

Y con lentitud creciente

Cansancio –mayor- avanza.

 

Todo se acelera, mientras,

Hacia su propio final.

De tan veloces son breves

Las jornadas, las semanas.

 

Se deslizan meses, años,

Muda en el siglo la década,

Y el instante es quien repite:

Pasas, pasas, pasas, pasas.

 

 

 

EL REGRESO AL LUGAR EN QUE HE VIVIDO

El regreso al lugar en que he vivido

Tantos veranos una doble dicha

No trae pormenores de recuerdo,

Sí la emoción y el aura en torno a ella.

Ella, que ya no es ella. ¡Qué injusticia,

Y sin posible apelación a un justo,

A un tribunal! Morir así no es culpa

De nadie. Tú no estás. Y permanece

Bajo el nivel de una memoria activa,

Muy dentro de este ser que soy de veras,

El vivir que tú y yo vivimos juntos,

Actual hasta el instante en que la nada

Me lleve a mí también. Y los veranos

Seguirán sucediéndose con sombras

De consuelo, de amor, de vida íntimas.

 

 

 

TIEMPO Y TIEMPO

Fiesta más irreal no la he soñado

Nunca. Fue anoche, ya de madrugada.

Estabas viva, no resucitada.

Eras, sí, la de antes ¿en qué estado?

 

Iba a empezar la fiesta, y a mi lado

Sonreías, aún de pie, callada.

No había sido natural tu entrada.

Venías esta vez de aquel pasado,

 

El nuestro ya sin prórroga, concluso,

A fechas sucesivas tan sumiso,

Siempre en orden: el tiempo del reloj.

 

Mi memoria, culpable de un abuso,

Se alzaba contra lo que Dios no quiso:

Que hoy fuese ayer.

                                    ¿y cómo yo soy yo?

 

 

 

 

LA RAZÓN DE LA SINRAZÓN

¿Es alguien, algo, qué?

                                        Materia eterna

Sin principio ni fin por entre azares,

Irracionales siempre hasta su colmo:

La sinrazón conduce a perfección

Traducida por números, por leyes.

¿Orden mental en suma de universo?

 

 

 

LA VIDA EN EL AIRE

Una vez ha de ocurrir:

El aire no será mío.

La vida que respiraba

Sin querer –fatal ahínco

Por inconsciente exigencia,

Un solo soplo continuo-

Dejará de ser atmósfera

De mi pecho. Mundo en vilo,

Que me sostenía el aire,

Se desplomará.

                           ¡Respiro!

 

 

 

LAS GAVIOTAS INNUMERABLES

                                     A Isabel y Anita

Inmensa entre mar y dunas,

No se veía la playa

Bajo los blancos inmóviles

De tantas aves posadas

Dos niñas, rubias al sol

Suyo que las alegraba,

De pronto corrieron, no,

Quietas ya: maravilladas

Ante la brusca ascensión

Unánime de las alas.

 

 

 

VEINTE AÑOS

                      17-VI-1963

                           A Teresa y Steve

Veinte años después de aquella fiesta

-Destino en nudo de acontecimiento-

Sois generosamente el fundamento

De una casa al amor común dispuesta.

Sí, con Antó, con Isabel y Anita

Es mi continuo goce quien habita,

Y sólo amor sostiene aquí el andamio

De una felicidad tan cotidiana.

Firme historia en el hoy profundo grana.

¡Gracias! –os digo como epitalamio-

             Veinte años después.

 

 

 

 

 

EL BALANCE

Pasan los años y el fatal balance

Se impone ya a los más desprevenidos.

¡Qué me propuse, qué logré, qué alcance

Tuvieron mi agudeza, mis sentidos?

 

Es inútil que un modo siempre astuto

De mentirme despliegue sus sofismas.

Con la verdad al fin yo no discuto.

Mis ilusiones hoy no son las mismas.

 

¿Me queda la ilusión de ser yo mismo

Quien vale más que el propio resultado?

La experiencia retorna al catecismo.

Mi ser es mi vivir acumulado.

 

Si se perdió un gran don, si no fue nada,

Para consuelo crecerá el orgullo.

Una potencia así despilfarrada

Favorece monólogo y murmullo.

 

El de veras humilde pone el peso

De su ser en su hacer: yo soy mi suma.

De pretensión a realidad regreso.

Pulso del oleaje esfuma espuma.

 

 

 

OBRA COMPLETA

Siempre he querido concluir mi obra,

Y sucediendo está que la concluyo.

Lo mejor de la vida mía es suyo.

¿hay tiempo aún de más? Papel no sobra.

 

Al lograr mi propósito me siento

Triste, muy triste. Soy superviviente,

Aunque sin pausa mane aún la fuente,

Y yo responda al sol con nuevo aliento.

 

¡Dure yo más! La obra sí se acaba.

Ay, con más versos se alzaría obesa.

Mi corazón murmura: cesa, cesa.

La pluma será así más firme y brava.

 

Como a todos a mí también me digo:

Límite necesario nos defina.

Es atroz que el minero muera en mina.

Acompáñeme luz que abarque trigo.

 

Este sol inflexible de meseta

Nos sume en la verdad del aire puro.

Hemos llegado al fin y yo inauguro,

Triste, mi paz: la obra está completa.


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