Jorge Guillén nace en Valladolid, en el seno de una familia
burguesa, en 1893. Allí realiza sus primeros estudios hasta que se traslada a
Madrid para comenzar la carrera de
Filosofía y Letras. En esta ciudad
inicia a la vez una estrecha relación con la residencia de Estudiantes, en
donde más tarde conocerá a alguno de los miembros más destacados de la
generación del 27, además de Juan Ramón Jiménez y Ortega y Gasset. Entre 1909 y 1911
viaja por Suiza e Italia. Después de un traslado a Granada, obtiene allí la
licenciatura en 1913. Desde 1917 a 1923 sucede a Pedro Salinas como lector de
español en La Sorbogne. Antes había pasado un periodo largo en Alemania. En uno
de sus frecuentes viajes por Europa conoce, en la localidad de Trégastel
(Bretaña), a la que más tarde será su primera mujer, Germaine Cahen, con la que
tendrá dos hijos. En 1924 se doctora en Madrid con una tesis sobre el
“Polifemo” de Góngora. Durante tres años desempeña la cátedra de Lengua y
Literatura Española en la Universidad de Murcia, ciudad en la que fundará,
junto a unos amigos, la revista “Verso y Prosa”. Es también, durante este
periodo, cuando envía a
revistas sus primeros poemas, que culminan con la publicación, en el año
1928, de su primer libro, “Cántico”, que en una primera edición constaba sólo
de 75 poemas, lejos todavía de su magna versión definitiva. En Oxford pasa tres
años como Lector de Español, de 1929 a 1931. El destino sigue uniendo a dos
poetas que quedarán vinculados por estrecha amistad hasta el final: de
nuevo le toca suceder a Pedro Salinas, esta vez en la cátedra de la Universidad
de Sevilla. Allí le sorprende el estallido de la Guerra civil. Después de un
breve encarcelamiento en Pamplona, en 1928, parte hacia el exilio. Durante su etapa fuera de España ejercerá su
labor docente en las Universidades de Middlebury, McGill (Montreal) y en el
Wellesley College, donde vuelve a ocupar el puesto que deja vacante el
inevitable Salinas. Después de la muerte de su mujer, Germaine, y de jubilarse
en el Wellesley College, en 1957 marcha
a Italia, donde conocerá al año siguiente a su segunda mujer, Irene
Mochi-Sismondi, junto con la que regresa durante un breve periodo de tiempo a
la ciudad de Málaga. Harvard y Puerto Rico son sus nuevos destinos docentes,
hasta que una caída, con rotura de cadera, lo aparta definitivamente de la
enseñanza. Durante los últimos años de su vida radicó su residencia
definitivamente en la ciudad de Málaga, donde le fueron llegando multitud de
premios como reconocimiento a su categoría como poeta y ensayista, entre ellos
el premio Cervantes, en 1976, y el Alfonso Reyes, en 1977. Murió en Málaga el 6
de febrero de 1984.
A Jorge Guillén se le ha considerado discípulo de Juan Ramón Jiménez, por su
inclinación a la poesía pura, que el definía como “todo lo que queda en el
poema después de haber eliminado todo lo que no es poesía”. Jorge Guillén
comienza tardíamente su carrera poética con la publicación de los 75 poemas de
Cántico en 1928, que será ampliada con sucesivos poemas, hasta alcanzar los 334
en su versión final publicada en México en 1950. Jorge Guillén concibió siempre
su obra como un todo orgánico que se iría completando con más libros: Clamor
(1963), Homenaje (1967), otros poemas (1973) y final (1982). Obra de actitud
optimista, exalta el deleite de existir, la armonía cósmica y la plenitud de
ser. Su obra ha sido tachada por la
crítica de fría e intelectual, pero se trata de una visión superficial que no tiene en cuenta toda su trayectoria. Su obra
oscila desde la poesía pura y conceptual de “Cántico” al tratamiento poético de los problemas sociales más acuciantes, como se puede
apreciar en su segundo libro, “Clamor”. No obstante, se percibe una patente
unidad dentro de su obra, que responde a una trayectoria vital. En “Clamor”
(1963), afloran a la superficie los aspectos más problemáticos de la
existencia: la injusticia, el desorden o la muerte. Su permanente actitud de
júbilo vital es lo que hace, sin embargo, que su fe en el hombre permanezca
intacta. Con su tercer libro, “Homenaje”, -alguno de cuyos poemas se
seleccionan aquí-, vuelve a cerrar un círculo abierto con “Cántico” y, desechando las preocupaciones sociales, se concentra en las grandes obras
literarias de todos los tiempos.
Siempre se ha proclamado la influencia
indudable de Paul Valéry, al que admiró y tradujo. También la influencia de Mallarmé, en lo tocante a la organización
de sus poemas. Dámaso Alonso y otros han señalado el
influjo del cubismo, pero el autor se ha encargado de negar cualquier relación
consciente con este movimiento. La tendencia conceptual de su poesía se ha
asociado con la etiqueta de “deshumanización del arte”, que en su momento
acuñó Ortega. Se puede ver su poesía como un intento de depurar la realidad de
todo lo que es contingente y superfluo, mediante un lenguaje desnudo y preciso que
busca transparentarla. Trata de someter el mundo que le rodea a una
sutil estilización poética que a la fuerza hace que su poesía resulte
abstracta, pero siempre deja intacta la materia viva y concreta de la que ha
partido.
Guillén siempre mostró un gran interés por las métricas
tradicionales, especialmente de arte menor. La estrofa que mejor conecta con su
idiosincrasia poética es la décima. Se adecua a su gusto por la concisión y la redondez. Recurre mucho al encabalgamiento, a veces
abrupto, lo que le permite dislocar la sintaxis y el ritmo y destacar el
significado de ciertas palabras claves. Su afán por esencializar el mundo se
refleja en oraciones nominales y en una sintaxis simple. Las ideas se suceden
entrecortadamente y sin ampulosidad. Al elevar las cosas a un plano
trascendente, éstas aparecen dotadas de un alma propia que queda expresada en
el abundante uso de personificaciones.
Los poemas que se seleccionan aquí proceden de su tercer
libro, “Homenaje”, (1967). Son más de 650 poemas –alguno data de 1949- y están
agrupados en varias partes: destacan “Al margen” y “Variaciones”. “Al margen”
contiene poemas inspirados en las grandes obras y creadores de la literatura
universal. Logra captar el significado vital de textos y autores. "Variaciones"
merecerá selección aparte en esta página: contiene numerosas versiones
castellanas de poetas portugueses, ingleses franceses, alemanes, etc. En la
última parte de “Homenaje”, la que se titula “Fin”, recoge diversas experiencias
personales que le sirven para hacer balance de su vida y producción literaria.
Casi al final de sus días –el poeta cuenta 73 años cuando lo publica- se aplica
a reflexionar sobre su obra como algo que ya considera completado. Vuelve a
plantear reflexiones generales sobre las delicias del mundo: el amor, la belleza y los valores del hombre. Y en
este repaso que Guillén hace de las grandes obras de la cultura, queda
contagiado y vuelve a perfilar mejor los grandes valores de la Creación que
había ya esbozado en su primer libro.
¡Las doce en
el reloj!
El mundo es
otro círculo.
¿Se me
revela ahora
Su centro,
su principio?
Todo es aquí
planicie
Dorada por
los trigos
Que espiga a
espiga forman
El cuerpo de
un estío
Con voluntad
de ser
Un solo
impulso erguido
Bajo el
cielo atrayente
Desde ese
azul.
Admiro
Con fervor
de mirada
Convergencia
y signos
De algo que
yo, torpe,
Escruto y no
descifro.
Y mientras
mi ignorancia
Sigue curva
de río,
Contemplo
–fascinado-
La Creación
en vilo
Suspendida…
¿de qué,
De quién?
Atisbo
Plausible
conjetura.
¡Ay, nada
más, Dios mío!
AL MARGEN DE
LAS DANZAS DE LA MUERTE
VISIÓN
PROHIBIDA
Sepulcros escuros de dentro fedientes
Mas verdad vos digo que al cantar del
gallo
Seredes tornado de otra figura
“La danza de la muerte”
-Cuando tus
disposiciones
Excelentes
de esqueleto
Rindan su
carne fugaz
A un
ejecutor del Tiempo
Y se cumpa
en lo profundo
Su simple
esquema completo…
-No te
esfuerces en soñar
Tales
espantos. No hay medio
De
imaginarse a sí propio
Reducido a
puros huesos.
-Así sea.
-¡Ciegos!
AL MARGEN DE
PASCAL
UNA
ENCARNACIÓN
Je ne vois que des infinités de
toutes parts,
Qui m’enferment comme un atome et
Comme une ombre…
“Pensées, 3, III
Es infeliz y
siente la miseria
De ser
hombre pequeño, pequeñísimo
Frente a su
Creador, sin fin loado,
Que se
interesa por la criatura,
Pobre mortal
en su rincón minúsculo
De galaxia
por entre las galaxias,
Entre los
años-luz.
Y Dios, amable,
Se aviene a
redimir y salva al hombre.
Episodio que
en tanto, tanto espacio
Queda
humilde: doméstico servicio.
Todo es
siempre la casa del Señor.
AL MARGEN DE
JOVELLANOS
DENTRO DEL
CASTILLO TODAVÍA
En una
madrugada
-la hora
infame de la policía-
Fue el
imprevisto “arresto”.
Al ejemplar
varón no le perdona
La mirada
envidiosa –ve muy claro-
Su aplomo a
tal altura. ¿Qué sucede?
Piensa.
Luego delinque.
En cartuja y
castillo siete años
Padece sin
defensa, prisionero
Bajo la
autoridad de los peores.
“!Justicia!”
Mundo sordo.
… Y por fin,
libertad. Aclamación.
Palma
rebulle. “!Viva Jovellanos!”
Tropas,
banderas, música, gentío.
El varón
ejemplar
Suscita
solidarios sentimientos.
¿Guerra
civil? La patria en desgarrones.
A través de
los años se repite
La
usurpación pomposa del poder.
Por el
castillo vaga todavía
La sombra
del egregio.
AL MARGEN DE
GOETHE
LO HUMANO
EFÍMERO
Zum Augenblicke
dürft’ich sagen:
Verweile doch, du bist so schön!
“Faust”, 2, V, Grosser vorhof des Palasts
Dure aún el
momento que es la vida
Sagrada así,
ya desapareciendo,
Muriendo a
cada instante
Sin ninguna
aureola de infinito,
Sin promesa
de fondos absolutos,
A través de
momentos bellos, feos,
Siempre
valiosos porque son reales
En ese más
allá como un regalo
De la
tierra, del agua, de la llama,
Del aire
trasparente,
O turbio,
sofocante,
Regalo
natural
-también
quizá divino-
Con fuerza
superior que se me impone
Para que sea
yo quien la domine,
La sujete al
nivel
De un equilibrio
nuestro,
Mi meseta de
amor, de gratitud.
¿Eternidad
de Elena?
Quero lo
humano efímero.
EGO
Íntimamente
solemne,
Sin cesar se
ve a sí mismo
Como el
viajero que otea
Las
pirámides de Egipto.
HACIA EL
HOMBRE
Man
sshent sich nach des Lebens Bächen,
Ach! Nach des Lebens Quelle hin.
“Faust”, I Studierzimmer
Si dioses ya
no esperan tras la tumba,
¿Nuestra
muerte despoja de sentido
Final a
nuestra vida y su torrente?
Que el
esfuerzo domine tal balumba.
Lanzar me
baste al curso del olvido
La intención
de ser hombre dignamente
AL MARGEN DE
NOVALIS
NOCHE
NUESTRA, NOCHE AJENA
Zu der heiligen,
unaussprechlichen
Geheimnisvollen
Nacht
“Hymnen an die nacht”, I
¡Oh noche
pura bajo las estrellas!
Firme y
sereno cielo me ilumina
Sin romper
esta dulce oscuridad
Que me
oculta amparándome. Los hombres,
Invisibles
los unos a los otros,
Ven compañía
en las constelaciones,
Que tiemblan
sólo si las contemplamos
A través de
una atmósfera cruzada
Por nuestras
inquietudes. Noche pura,
A los ojos
clemente aunque terrible
Por espacios
y espacios remotísimos
En una
soledades tan vacías
Mientras no
las alumbre una conciencia,
Una mirada
de atención amante.
Dentro de
este sosiego –que mantengo
Yo también a
compás de tantos astros-
Se alza la
noche donde todos somos
Solos y
juntos una incomprensible
Trabazón
soberana de minúsculos.
Etéreo es
Dios o el universo. ¡Noche!
AL MARGEN DE
FLAUBERT
¿QUIÉN NO HA
DICHO TONTERÍAS?
Alors une faculté
pitoyable se développa dans
Leur esprit [de Bouvard et Pécuchet], celle de
Voir la bêtise e de ne plus la
tolérer.
Ella dijo
una tontería,
Y se
escabulló avergonzada.
Mal hecho.
¿Quién pretendería
No caer
jamás en bobada?
No hay boca
virgen de impureza,
No hay sabio
de una sola pieza.
Del
infalible Dios nos guarde.
Déjame que
estreche tu mano,
Con yerros
hombre más hermano.
Nuestra
llama en tinieblas arde.
II
Era tan
inteligente
Que
inventaba tonterías
Mayores que
las del tonto
Sin vuelos
ni altanerías,
Perdido al
fin el oriente.
AL MARGEN DE
THOREAU
CULTO DE LA
AURORA
I have been as sincere
a worshipper
Of Aurora as the Greeks
“Walden”, II
Y
despertarse. ¿Dónde
Mejor que
entre arboledas junto a un lago?
“Renuévate a
ti mismo cada día.”
Aquel hombre
lo entiende,
Y la mañana
es siempre edad heroica.
Una odisea
vaga por el aire
Con un vigor
perenne de frescura
Frente a una
flor que nunca se marchita.
Su Genio a
cada uno
Le pone ante
el suceso memorable:
La vida que
le asalta y le realza.
“Los poetas,
los héroes
Son hijos de
la Aurora”,
Y en torno
al pensamiento así ya elástico
-Bajo la luz
del sol-
Todo el día
mantiene
Transparencia
temprana.
Hombre: con
firme expectación de aurora
Retornemos
al mundo ¿No es gran arte
Modificar la
cualidad del día?
AL MARGEN DE
TOLSTOI
IVAN ILICH Y
LA MUERTE
“Muerte. ¿Mi
muerte? No, no lo comprendo.”
El dolor le
acercaba
Con su
lógica absurda
¿A qué
final, qué tránsito?
Y con toda
su fuerza,
Tirante en
contención sin concesiones,
Resistía
ante el saco estrecho y negro,
Ese saco
hacia donde le arrastraba…
¿Quién,
quién? No era culpable.
¿Por qué
entonces la muerte?
Se levantaba
en rebelión su vida
Contra la
atroz incongruencia injusta,
Aquel
absurdo ya tan aflictivo
Como el
propio dolor que le empujaba,
Le echaba al
agujero incomprensible.
¿Por qué se
encarnizaba aquel sufrir
En sus
cuarenta y cinco años correctos?
Y aullaba
sin cesar, uh, uh muy lóbrego.
“Ah, qué
importa la vida ni la muerte.”
Todo tal vez
había sido vano.
Pero…
¡Vivir, vivir! Y resistía
Sin
comprender. ¡Absurdo saco negro!
AL MARGÉN DE
BÉCQUER
LAS
GOLONDRINAS
Volarán las
oscuras golondrinas
Bajo, muy
bajo, casi a ras del suelo,
Y lanzándose
en ráfagas que rasgan
Transparencias
elevarán el vuelo.
Pero
aquéllas que vimos aquel día
Nunca más
volverán. Melancolía.
¿Qué será de
nosotros? ¿Hay consuelo?
LAS
MADRESELVAS
Olerán las
tupidas madreselvas
Escalando la
tapia del jardín,
Pero ni tú
ni yo recogeremos
Aquel aroma
a nuestro amor afín.
Y este amor
como aroma disolviéndose
¿No llegará a su fin?
AL MARGEN DE
MALLARMÉ
AIRE DE MAR
La
chair est triste, hélas, et j’ai lu tous les livres
Ah, la carne
no es triste, no leí todo libro,
Jamás se me
hartarán los ojos ni las manos.
Tan enorme
es la hora que yo no la calibro.
Nunca es
mayor la nada que en los lamentos vanos.
AL MARGEN DE
HENRY JAMES
LA MUSA
RETIRADA
“The Aspern Papers
La musa
retirada,
Retirada en
retiro de recuerdos,
Vive
reinando sola en su pasado,
Insigne
entre el amor
-tan suyo,
tan secreto noche a noche-
Y las
palabras de la poesía,
Pública al
fin, ya célebre.
¿Fue quizás
el fantasma
De un hombre
que soñase
Con la
belleza purificadora?
Allí está.
No es ficción. No es un concepto.
En su
palacio, junto al agua viva,
Es ella siempre:
musa
-con un alma
en su carne-
Del verso
que volando desde un nido
Asciende
hasta su cúspide,
Más allá de
los bosques olvidados.
Los poemas,
la s cartas y en su reino
La mujer
para siempre ya reinante.
AL MARGEN DE
RIMBAUD
ASENTIMIENTO
El mulo ya
vendado se embrutece en la noria,
Las tierras
disimulan escondrijos de topos,
Y un can al
sol dedica su gracia mingitoria
Con el
asentimiento de los heliotropos.
POR
DELICADEZA
Por
delicadeza
Tu vida
perdiste.
Ni amor que
te meza
Ni en la
jaula alpiste.
Magia de
cabeza
Y el suelo
tan triste…
Claudel por
ti reza.
ESTRECHA CON
TUS BRAZOS
Estrecha con
tus brazos la realidad rugosa.
También a la
intemperie de febrero es tu amiga.
Ella con tu
mantillo te soñará la rosa,
A quien
dirás su nombre para que a ti te siga.
AL MARGEN DE
UNAMUNO
HOMBRE
Genialmente
inoportuno,
Con su yo
molesta aposta,
Inmortal a
toda costa:
Unamuno.
VOZ AL CAER
“Yo necesito
un Dios que me haga eterno a mí.”
Lo exige
voluntad frenética, feroz,
Que arroja
preces, preces con empuje de alud.
Les responde
el estrépito de su propio tropel.
NO SE
ADMITEN PROTESTAS
Périssons en résistant
“Obermann” y
“El sentimiento trágico”
Perezcamos
resistiendo,
Aunque
hostiles a la muerte,
Sin
protestas. ¿Fin horrendo?
Nada sentirá
lo inerte.
Esa
evidencia no enmiendo.
AL MARGEN DE
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
SEGÚN LA
DEBIDA NECESIDAD
“Mucho y
perfecto” dijo.
Ni tanto ni
tan calvo
Con mi
fervor me salvo.
Soy de mis
obras hijo.
EL ASNO
El asno
serio, malicioso, firme,
Dulce si
Juan Ramón lo monta y muda
Su ser en el
de un puro corderillo,
El asno
proletario para siempre…
HOY TAMBIÉN
-No los
nombres ya más porque es la rosa,
Flor que el
esteta canta para el rico.
-Disiento.
Se pondrá sobre tu losa:
Yace aquí un
“duro” de caletre chico.
AL MARGEN DE
LAMPEDUSA
VIDA
CONDENADA, VIDA SALVADA
Le prince d’Aquitaine á
la tour abolie
NERVAL
Sotto la luce di cenere il
paesaggio sobbalzava, irredimibile
“Il Gattopardo”
Egli, come poeta, si
affissa su questa Medusa
LUIGI
RUSSO
Príncipe de
Aquitania con la torre abolida,
Melancólico,
fuerte, lejano Lampedusa,
Qué
desesperación en tu amor a la vida
Bajo aquella
mirada mortal de la Medusa.
Asesinaste
al héroe. Sin piedad le infundiste
La obsesión
de ese mar que tu oído escuchaba.
Mar –o
volcán- de muerte que con tu fuerza triste
Supiste
convertir en ceniza de lava.
Entonces,
Lampedusa, te salvó el acto mismo
De expresar
para siempre tu implacable zozobra.
Torre no ya
de príncipe se elevó del abismo
La medusa
fue musa: bella quedó en tu obra.
MARGEN VARIO
AUTOR Y
LECTOR
Álamos, olmos,
hermoseando el día,
De nuevo verdad
BLAS DE
OTERO, “No espantéis el ruiseñor”
¿Dónde
habita el lector? Habita dentro
De una
comunidad indispensable:
En idioma
común, común cultura.
Al autor y
al lector los une el centro
De un
círculo en que sólo quien bien hable
Llega a la
humanidad que más perdura.
DOMINIO
Terrible
mundo. Respirado mundo.
CARLOS
BOUSOÑO, “Invasión de la realidad”
El mundo me
rodea con inmediato cerco.
Invade a los
pulmones realidad sutilísima
Que
necesariamente, no por lujo, yo invado.
Vivir es
invadir estos alrededores
Que me
aguardan o mandan, me tientan o atropellan.
Portentosa
aventura: llegar hasta las paces
Del minuto
presente. Domino la invasión.
AL MARGEN DE
UN CÁNTICO
MÁS TIEMPO
“Más amor que tiempo”
“Mundo en claro”
Me inaugura
el día con tus brazos
Que me
acogen, me salvan, me consuelan
Del empuje
del tiempo velocísimo
Donde somos
el mar y el navegante.
Es inútil
decir confusamente
Que este
minuto flota quieto, libre
Como si
fuese intemporal. Sentimos
Más aún a
través de una ternura
Maravillosa
–frágil- que este curso
Nos lleva,
nos arrastra. Más te quiero.
LA
JUSTIFICACIÓN
Varonil de
sexo a sexo,
Fue muy
querido por eso,
Hombre cabal
de mujer
Que lo fue
con todo el ser.
Sin
mentirse, nunca vieja,
Duraba así
la pareja.
No fue
solemne destino.
Obra fue de
amor y tino.
En la
Tierra, tan dolida,
Se justificó
la vida.
ANTONIO
MACHADO
EL APÓCRIFO
Entre
aquellos apócrifos poetas que inventara
Ya apunta
sin perfil un Antonio Machado.
Es este San
Antonio de Collioure. No para
De quejarse,
dolido. “Así, tan mutilado,
El verso
falsamente se me reduce a prosa.
¡Mi poesía
–gime- yace oculta en mi fosa!
CARTA
URGENTE
Te has ido.
Me has dejado solo frente al deseo:
Mi afición a
mezclarte con todo lo que veo,
A seguir tu
perfume por esa escalerilla
Que nos
lleva hasta el piso de una verdad sencilla:
Nada más
necesario, más dulce ni más justo
Que unir en
el coloquio tu gusto con mi gusto.
Y mi gusto
va a ti, que ya te llamas “Tú”,
A quien
digo: te quiero, je t’aime, I love you.
En cualquier
lengua el verbo capital me conviene,
Y hasta muy
bien callado también ti voglio bene.
Como aquí no
te hallas, a este papel ahora
Le diré que
eres tú quien tanto me enamora,
Y en esta
soledad de diciembre quisiera
Dar a tu
sola imagen valor de verdadera
Compañía. De
modo muy leve me contento.
Vivimos en
la forma precaria del momento.
Otra yo no
conozco, ¿Soledades? Te has ido.
Ni tú ni yo
sabemos de eclipse ni de olvido.
Ya no oteas
quizá por el cristal del tren
El paisaje,
tan tuyo. Y reclinas la sien
Para mejor
soñar con los ojos cerrados.
Ah, tus ojos
cerrados… Lo sé. No es que un abismo
Vaya a
causarte vértigo. Nada existe a tus lados.
Quieres amar
así. ¿Me ves? Soy tu amor mismo.
PASAPORTE
¿Por qué
español? Lo quiso mi destino.
Años,
años y años extranjero,
Fui lo que
soy, no lo que me convino.
Hado con
libertad: soy lo que quiero.
“QUERIDO
GUILLÉN”
A José María Valverde
Por dios, no
me llame “Guillén”.
Me disgusta
ese vocativo.
Directamente
no convivo
Si no dice
“Jorge” también.
“Don Jorge”
entona con mi sien,
Sien de
cierta edad y sus canas,
Aunque
”Jorge” por las mañanas
Todavía me
corresponde.
Como sea,
lléveme adonde
Nuestras
almas estén cercanas.
JOSÉ MORENO
VILLA
Muerto en el
destierro, muerto,
Cuando
soñaban sus ojos
Con el azul
de aquel puerto.
Pluma y pincel
y paleta
Le
consolaban entonces
Quintaesenciado
Caleta.
¿Qué es
vivir? Eso: con brío
“llenar y
llenar el saco”,
No se
presienta el vacío.
Al sol de su
propio islote
Florecía
discreción
Lozana de
mero brote.
Sobrio,
sonriente, pulcro,
Fue recreándose
en gracia
Desde la
cuna al sepulcro.
PEDRO
SALINAS
A Dámaso Alonso
I
Pedro
Salinas, él, ya nunca “tú”.
No esa
triste ficción
Como si me
escuchase…
¿Desde la
tierra donde el cuerpo a solas
Niega a
quien fue viviente?
Con todo su
vivir
Murió. Murió
del todo.
¿Ya
del todo?
Compartiendo
los aires
Que acogen
nuestra vida,
Aunque ya en
propio Olimpo,
Intocado por
muerte sobrevive
Sin amenaza
de vejez siquiera,
Maduro para
siempre en la memoria.
Ser único.
Se alumbra una figura.
¡Arranque
generoso!
Es él, aquel
amigo,
Hoy ya
sustancia nuestra,
Y no por
comunión.
Tú fuiste…
No, no así.
Ningún
fantasma invoco.
Él, él, tan
admirable.
II
Amigo.
Sin quimeras
De trances
absolutos,
Fiel a tantas
verdades relativas,
Comunes las
delicias y aflicciones,
Más acá de
las últimas reservas:
El clave
temperado
De la
amistad segura.
Aquel
callejear nocturno en Burgos,
Aquella
confidencia de Madrid,
Aquel juego
de ingenio con tal nombre,
Aquella
indignación,
Periódico
entre manos…
Transparentes
momentos
En que un
alma es su voz,
La voz
propicia al diálogo vivísimo,
Y más futuro
exige.
¿No
trasladaba Aldana a un firmamento
La ansiedad
de coloquio?
Inteligencia
en acto,
Del corazón
no explícito ya cómplice.
Y el
silencio –mortal, incongruente,
Brusco –tajó
el coloquio.
III
Una
curiosidad inextinguible
Se aplica a
más lugares, gentes, obras.
¿Para saber?
Para entender gozando
De círculos
concéntricos de vida
Con por
menores que descubren fondos.
Y los escaparates
por las calles
Ofrecen
mundo, y las bibliotecas
-¡Aquella
biblioteca de Coimbra!-
Son montones
de espíritus que aguardan.
Pero
aguardan amigos, estudiantes
Retornan a
escuchar, y suenan timbres,
Innumerables
solicitaciones,
Mientras
debemos a diaria Historia
Nuestras
ayudas, nuestras disidencias:
Condenación,
aplauso, chiste, risa,
Delicada
piedad, y qué ternura,
Más, más
amor, y tan concreta el alma.
Un placer, y
es el lento saboreo.
Todo, todo
más claro hasta ese límite
Que sostiene
el pudor más varonil.
IV
La muerte no
casaba
Con una
madurez en propia cúspide,
Frente a los
horizontes
De un afán
más agudo cada día.
Entre quizá
premuras
Una mirada
en calma contemplaba
Los azules
marinos
O ese blanco
papel
Dispuesto
hacia la mente.
¡Inseguro el
azar,
Tan
favorable al caos!
De pronto
-¿ya?- la nada.
¿Y aquel
esfuerzo por crear un orden
Con esta
profusión que nos circunda?
Un destino
sin plan
Nos arrebata
a ciegas
Al más que
nunca en pleno
Merecedor de
vida bien cumplida.
Definitivo
tajo
Que nos
dolió, nos duele.
V
Aquí mismo
respiran sus vocablos:
Última
quintaesencia,
Y así, con
su tictac
Silencioso
de pulso,
Mantenido a
través
De esta
palpitación de la mañana
Que aquí
transcurre ahora.
¿Vida de
siempre? Vida de ahora mismo,
A un compás
que la ahonda, verdadera
Sin ornato,
desnuda.
El verso
vive en ti,
Lector, y tú
lo asumes
Como infusa
existencia enraizada
Bajo tu
superficie.
Ahí,
transfigurado,
Fluye por
ritmo el tiempo
Con su
verdad exenta
De
accidentes ya inútiles,
Suma
concentración de poesía,
Oro que
fuese humano.
Pero el oro
no basta.
Por un
camino humilde,
Un rasgo
accidental –recuerdo súbito-
Evoca a todo
el hombre con la fuerza
De una
resurrección.
Mis ojos se
humedecen.
Vivo surge
en la luz a quien sabemos
Sin luz
cercano al mar
Que él tan
amorosamente contemplara.
Y el muerto
vivacísimo
Nos conduce
a frontera
Sin
consuelo, sin aire de consuelo,
Irrespirable
al fin.
Murió el
amigo-amigo para siempre,
Y muriendo
con él sobrevivimos,
Él aún con
nosotros.
Algo perenne
dura.
Tierra junto
al rumor de aquellas olas.
Late bien
este hallazgo de palabras,
Sentid:
Pedro Salinas.
EMILIO
PRADOS
Con ternura
de veras solitario,
Hacia todo
sonríe.
Y son muchos
los seres que le cercan
En amistad o
en lucha
Como si
fuesen ya fantasmas buenos,
O crueles
tal vez
Que le
persiguen, íntimos
Por la
sangre, las médulas.
¡Soledad! Y
riquísima.
A la noche
de grillos, luciérnagas, luceros
No habrá de
sosegar, tampoco al alba,
Tan cruda,
tan real, desgarradora, cuando las amenazas de la muerte
Consiguen
trasparencia de diamante,
Y asciende
sobre el cuerpo aquel espíritu,
Y se
esconden, se buscan, flotan, sufren.
Familiar ya,
la muerte
Circula por
un ámbito
Doméstico de
gracia.
Y el poeta
–que sin cesar lo es-
Sonríe con
amor desde su luz,
Su propia
luz nocturna.
PERROS
VAGABUNDOS
Un perro,
débil, ladra caminando.
Otro, firme,
responde.
Más ladridos
acuden,
Se cruzan,
se atropellan,
Superpuestos,
discordes, insolentes.
En diálogo,
son diálogos
En una
confusión que se enmaraña
Con retórica
bulla
De réplica
inútiles.
El ocio de
esos perros vagabundos,
Hostiles al
dormido,
Por calles
matutinas
Difunde
entre ventanas y balcones
La no
vencida selva.
Edad de Oro,
virgen Paraíso,
¿Antes,
después o nunca?
Testarudos,
los perros
Prosiguen
arrojándose ladridos
Como una algarabía
casi humana
Que al
estúpido estrépito
Da ya
carácter de incidente urbano.
Normal
ciudad selvática
Se despierta
hacia el sol.
Todo se
intrinca. Perros. ¡Esos perros!
DIÁLOGOS
Soñemos,
forma, soñemos.
Visitar tu
boca, sabia,
Es placer de
inteligencia.
Vivir en tu
boca, dulce,
Es placer de
corazón.
Gocemos,
alma, gocemos.
LOS CELOS
A Julián Calvo
Pour la jaulousie il n’est ni
possé ni
Avenir et (que) ce qu’elle imagine
Est toujours le Présent.
PROUST, “La
fugitive”.
Imágenes en
fragmentos,
Noticias de
fechas, actos,
Y se me
aparecen cactos
Que punzan
mis pensamientos.
Quiero saber
de tu vida,
De eso que
fue tan vivido
Que vive aún
como olvido
Dentro del
alma dormida.
Me calmaría
entender
Con
exactitud mayor
Cómo era
aquel amor
Tan abolido
de ayer,
Una película
muda,
Cinematógrafo
horrendo,
Ojos que
estuviesen viendo
Carne en
gozo más desnuda,
Piel
ofrecida al recreo
Tantas veces
consumado,
Crisis de
glorioso estado
¿A media luz
ya lo oteo?
Sobre tu
carne está escrita
La
inscripción más evidente.
Va el pasado
en la corriente
Que actual
placer precipita.
Y con todo…
todo es nuevo,
Recién
creado, distinto.
Nunca me
engaña el instinto
Que hasta el
embeleso llevo.
Y como somos
historia,
-“hoy es
siempre Todavía”-
Lo mejor
vivido envía
Su empuje
hacia nuestra euforia.
Buen amor no
se reniega.
El nuestro
ha sido el más hondo.
Dentro de la
noche escondo,
Ante tu
absoluta entrega,
Mis tan
vergonzosos celos
Para que los
aniquiles
Tú misma,
noche de viles
Inquietudes
y desvelos.
TORRE DEL
TIEMPO
Las cinco.
Por el aire aún nocturno,
Dentro de tu
silencio suena y pasa
La hora,
percutida golpe a golpe,
Que los
reúne a todos –los dormidos
Y los que ya
remueve la vigilia-
En torno de
la torre así vibrante
Contra el
espacio vacuo. Torre: tiempo,
con metal y
con número conciencia
del poblado
sin nadie por la calle,
tiempo
repoblador.
… Y ya las
seis.
LA EDAD
¿Cuál es mi
edad? ¿Con cifras se la expresa?
¡No es un
cálculo ajeno a la inmediata
Sensación de
vivir? No, no se trata
De imitar el
balance de una empresa.
Fulano y
Compañía, no soy presa
Del número
que forma una reata
De tantos,
tantos años. ¿Quién acata
Ley del
tiempo según la letra impresa?
Sé ahora de
mi edad por el dorado
Rayo que en
esta tarde me ilumina
Mi fuerza de
fervor, mi afán maduro.
Un benévolo
duende está a mi lado.
Es ya bella
en la rosa hasta la espina.
Contra la
edad se alza mi futuro.
FLORACIÓN
Y todo
Podría ser
de nuevo
Como nueva
es la flor,
La misma
flor de siempre
Con raíces
oscuras
De su mucho
vivir,
Y se alzaría
al sol novel impulso.
Todo el
pasado late en el presente,
Y el
presente no estalla; brota, brota
Con tensión
de verdor muy trabajado
Por la más
implacable primavera,
Y dulce, sin
capricho,
Mientras el
sol realza algunas hojas
Que una
brisa le ofrece.
Espesa,
A la mano
ofrecida,
Una capa de
luz
Se esparece
por las cosas,
Los bordes,
Sobre esas
superficies de blancura
Viviente.
Esta luz
abre el mundo,
Lo arroja a
la presión de nuestras palmas,
A sonrisas
de rostros
Que desean,
esperan, se revelan.
Este frescor
de viento
Promete, nos
promete… Respiradlo.
Escuchad los
rumores del follaje.
¿No sientes
ya que todo
Podría ser
de nuevo?
Las manos en
las manos,
Y una boca
entreabierta
Junto a
tendida boca,
Y una
hermosura, simple en su reposo,
Por su
propio candor iluminada.
Y la entrega
otra vez
Al mundo que
no miente
Bajo la
posesión
Cumplida:
Extrema
posesión de la trabada
Verdad
En los trabados
cielos
Alrededor de
esta amorosa Tierra,
Del eje
tiernamente estremecido
Que es esta
luz, abrazo
De ansiedad
y hermosura
Para que
todo siempre sea nuevo.
CULTO
La deseo, la
imagino,
Y nunca
jamás la toco.
Va
formándose el destino;
Sentir tan
humano foco
Al igual del
más divino.
No goza la
así ya diosa
De ser
divina ni humana,
Y en su
soledad reposa
Mientras mi
ilusión se afana
Tras la
imagen más hermosa.
CONTRA EL
SILENCIO
Este
silencio atroz me desespera,
Y ser no
puede un desenlace humano.
No retorne
mi mano ya a tu mano.
Que suene
una palabra verdadera.
La boca muda
permanece fuera
Del día
hermoso por el que me afano:
Don de
espíritu en forma sin arcano
Muy confuso
de tácita sordera.
Yo necesito
oír una palabra,
Aunque
ninguna puerta ya me abra,
Y quede
errando a solas por la calle.
Es todo
preferible a la tortura
De afrontar
esa nada tan oscura
Que me
fuerza a morir, a que me calle.
ÓPTIMO ESTÍO
Rosa desnuda en oro
MIGUEL PIZARRO
Rosa.
Perfección como escudo.
Desnuda.
Negada a estar triste.
En oro de
estío el desnudo.
Así serás
porque así fuiste.
CONTRAFIGURA
Recordando a
Don Martín Vázquez de Arce.
El libro se
cae
De las
manos: golpe.
Un golpe que
dice,
Tajante
vejez.
El libro me
inclina,
Me lleva
hacia tierra.
Por sueños
Espesos,
Dentro,
Lejos,
Dentro.
Aquel
admirable
Doncel de
Sigüenza,
Lector en su
tumba…
Mientras yo,
viviente,
Leo mal, no
leo,
Leo mi
destino.
DOBLE
INOCENCIA
“Perdón.
¿Qué es poesía?”
Pregunta el
inocente a su maestro
-Soy poeta.
No sé. Definición no guía
Nuestro
empeño más nuestro.
Yo no soy en
las fórmulas tan diestro
Que pueda
responderte con finura.
¿Qué es
poesía? Dices.
Felices
Los profanos.
Su gusto les procura
Soluciones.
Quizá tu propia tía…
DEL CONTACTO
AL ACTO
¿”Conformismo”?
Jamás conforme estuve
Con esa
imposición desordenada
Que es
siempre el Orden. ¡Ah, la sociedad!
Nunca estará
bien hecho el mundo humano.
Humanas
criaturas hay capaces
De residir
en esencial acorde,
Y por eso
tan físico, tan denso,
Con esa
realidad ahí surgida.
No se
fracasa por deber diario.
Vivir no es
cultivar una impotencia.
Varón será
quien ame poseyendo.
-¿Acorde?-
Poderío suficiente
Para asir
esta vida, nuestra vida,
Y lograr el
contacto fecundante.
LOS POETAS
PROFESORES
¿Y qué?
Usted me querría
Genial
ignaro. ¡Por Dios!
Sostengo mi
día al borde
Mismo de mi
vocación
Sin negocio
que me anule,
Sin ocio en
que impere yo
Como
altanero parásito
De… No te
canses, amor.
Trabajar
también ahonda
La vida: mi
inspiración.
CHISPA
VERBAL
Noche muy
larga, muy larga
Como si
fuese infinita
Porque el
silencio la carga
De vacío
donde habita
Mudo y sordo
un orbe ignoto.
Yo con la
conciencia acoto
Mi parte en
ese vacío,
Y a oscuras
y desde dentro
De mí mismo
alumbro un centro:
Con mi
palabra me guío.
TENTATIVA DE
COLABORACIÓN
Sobre el
silencio nocturno
Se levantan,
se suceden
Frases. Las
impulsa un ritmo:
Claro
desfile de versos
Que sin
romper el negror
De la noche
a mí me alumbran.
Se funden
cadencia y luz:
Palabra
hacia poesía,
Que se
cumple acaso en ti,
En tu
instante de poeta,
Mi lector.
BRUSCO
DESPERTAR
Bruscamente
me despierto,
Soñaba con
violencia.
Aún me
sacude el ímpetu
De un trance
tan imperioso
Que me tiene
preso en ansia,
En confusa
expectación.
No distingo
la frontera
Que separe
mis pasiones
Vividas de
las fingidas.
¿Todo es
mundo verdadero?
ALTA MORAL
“Procura
No tener
siempre razón”
Decía como
en canción
Una voz de
una altura.
“Procura
No tener
siempre razón.”
¡Oh vida
verdadera, vida impura!
MELANCOLÍAS
Melancolías
de sexagenario…
Poco a poco,
sin crisis, dulcemente
Casi, voy
presentado mi renuncia
Cortés y ya
serena, sonriente
Jamás, a
tantas rosas del rosario
Que fue tan
mío.
¡Juvenil rosario!
Una
resignación ya por las venas
Se me
difunde, me persuade, gana.
Algún
suspiro se insinúa apenas.
El tiempo se
desliza siempre vario.
CREMACIÓN
¿Cremación
de mi cadáver?
Qué espanto: suicidio póstumo.
Por mí no me moriré
Me morirán –aunque opongo
Mi lanza al Dragón, que yo
No he de vencer como el Otro.
Auto de fe, no, jamás
Doctor Cazalla retórico.
Ni yo seré mi cadáver
Ni mi propio abismo afronto.
RAZÓN PURA: RAZÓN PRÁCTICA
-No hay propósito bajo
Que para él exista.
-Atención, no te fíes.
Es un idealista
-Si siempre está en las nubes…
-Con más tierra a la vista.
REAJUSTE
Me encontraba en un abismo
De inconsistencia, perplejo.
Sólo recobré mi fe
Cuando me alumbró el consejo
De un amigo: “Sé tú mismo”
¡Realidad!
Y respiré.
EL HONDO MUERTO
Angustia no te cause el hondo muerto.
Espantosa es la nada para el vivo
Hay cementerio sólo ante el despierto.
EL CABALLERO
(EN UN CAFÉ)
Hombres, todos: terrible “machedumbre”.
La vida así no puede ser más fea.
Gracias a la mujer el hombre es hombre.
UNA IMAGEN
La niña
salió de casa,
Casa donde
va aprendiendo
Cómo es el
mundo y los nombres
Que le
alumbran sus misterios:
Tal
muchedumbre de seres,
De juegos
–propios, ajenos.
Salió a
pasear la niña,
Y mirando el
cementerio
Dijo del
modo más simple:
Este ajedrez
es de muertos.
CONSOLACIÓN
Es tan
estrepitoso nuestro día,
Desgarrado
por máquinas crueles,
Que el
silencio recubre nuestra noche
Como si las
alturas estelares
Nos
consolaran de habitar la Tierra.
CONFIANZA
Rehacer
estos órganos de vida fatigosa,
Volver a las
raíces, a su vigor nutricio,
Creer en el
silencio de esa noche estrellada,
Dormir,
dormir, dormir para resucitar.
SOPORTE
El mundo
está negado en la tiniebla.
No despunta
ni un ápice de ruido.
La
inmensidad se apoya sutilmente
Sobre un
soporte más sutil, sin cuerpo:
Esta
conciencia a oscuras con su luz.
DÍA DE
TRABAJO
Sensación de
madrugada.
Debe de
llover. Un ruido
También
golpea mi oído,
Que ayuda a
crear –la almohada
Lo está
sintiendo en mi frente-
Una imagen
de ese ambiente
De amanecer
sin aurora.
El día es
mandado obrero
Que afronta
a la fuerza un mero
Mundo sin
sol y labora.
A LA
RECÍPROCA
Heme aquí.
Desperté. Me ciñe el mundo
Con el
sosiego amable que le impongo,
Sosiego tan
infuso en la materia
Que
impersonal irradia y se me impone.
Es grato ser
objeto para el mundo.
MAL VIVIR
El posible
poema deseado
Que se ronda
más bien que se imagina,
El poema en
hondura submarina,
Y emerger no
se puede de ese estado,
El poema
hacia un dios balbuceado,
Y entre
rotos de nube se confina,
El poema
errabundo con sordina
De sombras
sobre un limbo sin pecado,
El poema que
no se escribe porque
No acaba de
vivirse lo vivido,
Todo
flotando en su falaz boceto…
¿y seré yo
el verdugo que lo ahorque,
Y solamente
quedará un quejido,
Y mi vivir
será tan incompleto?
TEMPORAL
Un mar
solemne de aguacero
Repercute en
mi corazón.
El mundo
puede ser un cero
Que me
absorba en su sinrazón.
Todo es agua
y todo me inunda
Con uniforme
baraúnda
Que mar y
nube precipita,
Oleaje,
niebla, goteo.
Algo resiste
que no veo.
Para más
tarde me da cita.
CURSO
Pasa el
tiempo, pasa el tiempo,
Y se me
acerca la hora
De ya no
sentir el tiempo
Que no pasa,
que no pasa.
No sé cuando
acabará,
Y es tan
incógnito el límite
Que estoy
viviendo en la luz
De mi feliz
ignorancia.
Señales se
me insinúan
Por la
mejilla y la sien,
Y con
lentitud creciente
Cansancio
–mayor- avanza.
Todo se
acelera, mientras,
Hacia su
propio final.
De tan
veloces son breves
Las
jornadas, las semanas.
Se deslizan
meses, años,
Muda en el
siglo la década,
Y el
instante es quien repite:
Pasas,
pasas, pasas, pasas.
EL REGRESO
AL LUGAR EN QUE HE VIVIDO
El regreso
al lugar en que he vivido
Tantos
veranos una doble dicha
No trae
pormenores de recuerdo,
Sí la
emoción y el aura en torno a ella.
Ella, que ya
no es ella. ¡Qué injusticia,
Y sin
posible apelación a un justo,
A un
tribunal! Morir así no es culpa
De nadie. Tú
no estás. Y permanece
Bajo el
nivel de una memoria activa,
Muy dentro
de este ser que soy de veras,
El vivir que
tú y yo vivimos juntos,
Actual hasta
el instante en que la nada
Me lleve a
mí también. Y los veranos
Seguirán
sucediéndose con sombras
De consuelo,
de amor, de vida íntimas.
TIEMPO Y
TIEMPO
Fiesta más
irreal no la he soñado
Nunca. Fue
anoche, ya de madrugada.
Estabas
viva, no resucitada.
Eras, sí, la
de antes ¿en qué estado?
Iba a
empezar la fiesta, y a mi lado
Sonreías,
aún de pie, callada.
No había
sido natural tu entrada.
Venías esta
vez de aquel pasado,
El nuestro
ya sin prórroga, concluso,
A fechas
sucesivas tan sumiso,
Siempre en
orden: el tiempo del reloj.
Mi memoria,
culpable de un abuso,
Se alzaba
contra lo que Dios no quiso:
Que hoy
fuese ayer.
¿y cómo yo soy
yo?
LA RAZÓN DE
LA SINRAZÓN
¿Es alguien,
algo, qué?
Materia
eterna
Sin
principio ni fin por entre azares,
Irracionales
siempre hasta su colmo:
La sinrazón
conduce a perfección
Traducida
por números, por leyes.
¿Orden
mental en suma de universo?
LA VIDA EN
EL AIRE
Una vez ha
de ocurrir:
El aire no
será mío.
La vida que
respiraba
Sin querer
–fatal ahínco
Por
inconsciente exigencia,
Un solo
soplo continuo-
Dejará de ser
atmósfera
De mi pecho.
Mundo en vilo,
Que me
sostenía el aire,
Se
desplomará.
¡Respiro!
LAS GAVIOTAS
INNUMERABLES
A Isabel y
Anita
Inmensa
entre mar y dunas,
No se veía
la playa
Bajo los
blancos inmóviles
De tantas
aves posadas
Dos niñas,
rubias al sol
Suyo que las
alegraba,
De pronto
corrieron, no,
Quietas ya:
maravilladas
Ante la
brusca ascensión
Unánime de
las alas.
VEINTE AÑOS
17-VI-1963
A Teresa y Steve
Veinte años
después de aquella fiesta
-Destino en
nudo de acontecimiento-
Sois
generosamente el fundamento
De una casa
al amor común dispuesta.
Sí, con
Antó, con Isabel y Anita
Es mi
continuo goce quien habita,
Y sólo amor
sostiene aquí el andamio
De una
felicidad tan cotidiana.
Firme
historia en el hoy profundo grana.
¡Gracias!
–os digo como epitalamio-
Veinte años después.
EL BALANCE
Pasan los
años y el fatal balance
Se impone ya
a los más desprevenidos.
¡Qué me propuse,
qué logré, qué alcance
Tuvieron mi
agudeza, mis sentidos?
Es inútil
que un modo siempre astuto
De mentirme
despliegue sus sofismas.
Con la
verdad al fin yo no discuto.
Mis
ilusiones hoy no son las mismas.
¿Me queda la
ilusión de ser yo mismo
Quien vale
más que el propio resultado?
La
experiencia retorna al catecismo.
Mi ser es mi
vivir acumulado.
Si se perdió
un gran don, si no fue nada,
Para
consuelo crecerá el orgullo.
Una potencia
así despilfarrada
Favorece
monólogo y murmullo.
El de veras
humilde pone el peso
De su ser en
su hacer: yo soy mi suma.
De
pretensión a realidad regreso.
Pulso del
oleaje esfuma espuma.
OBRA
COMPLETA
Siempre he
querido concluir mi obra,
Y sucediendo
está que la concluyo.
Lo mejor de
la vida mía es suyo.
¿hay tiempo
aún de más? Papel no sobra.
Al lograr mi
propósito me siento
Triste, muy
triste. Soy superviviente,
Aunque sin
pausa mane aún la fuente,
Y yo
responda al sol con nuevo aliento.
¡Dure yo
más! La obra sí se acaba.
Ay, con más
versos se alzaría obesa.
Mi corazón
murmura: cesa, cesa.
La pluma
será así más firme y brava.
Como a todos
a mí también me digo:
Límite
necesario nos defina.
Es atroz que
el minero muera en mina.
Acompáñeme
luz que abarque trigo.
Este sol
inflexible de meseta
Nos sume en
la verdad del aire puro.
Hemos
llegado al fin y yo inauguro,
Triste, mi
paz: la obra está completa.
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