Federico
García Lorca nace en Fuentavaqueros, Granada, el 5 de junio de 1898. Su padre
es un rico hacendado, casado en segundas nupcias con la maestra del pueblo.
Ciertos problemas motrices hacen que el pequeño Federico comience a hablar y
andar muy tardíamente. Cuando tiene cinco años, la familia se traslada al
vecino pueblo de Valderrubio. A los siete años ingresa en el internado de los
escolapios de Almería, pero una grave enfermedad de la boca le obliga a volver
con sus padres. Van a vivir a Granada y estudia el bachillerato en el colegio
del Sagrado Corazón de Jesús. Desde niño aprende a tocar la guitarra. Es muy
aficionado a las coplas populares y a la función de teatro. Más tarde estudia
piano y armonía y sueña con dedicarse a la música, pero sus padres le obligan a
cursar una carrera universitaria. En 1915 comienza derecho y Filosofía y letras
en Granada. La pasión de escribir sustituye a su frustrada vocación de músico. Su padre financia en 1918 la
publicación de “Impresiones y paisajes”, que es un fracaso de ventas. Traba
una amistad imperecedera con Manuel de Falla. En 1919 se va a estudiar a Madrid.
Al principio se hospeda en una casa de pupilaje donde vivía uno de sus amigos. Pronto
entra contacto con Alberto Jiménez Fraud, heredero de Giner de los Ríos, que le
ofrece una plaza en la prestigiosa Residencia de Estudiantes. Con él llevaba
una recomendación de Fernando de los Ríos dirigida al poeta Juan Ramón Jiménez.
Allí se encuentra con el poeta Jorge Guillén. La residencia contó además con
figuras importantes, como Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset y Juan Ramón
Jiménez. A ellos acudirían renombrados hombres de ciencia y letras como Albert
Einstein, Madame Curie, Valery, Marinetti, Valle-Inclán, Ortega , Gregorio
Marañón o Eugenio d’Ors. Allí comienza a convivir y a trabar amistad con Pepín
Bello, Rafael Alberti y Luís Buñuel y también comienzan sus apasionadas y
tortuosas relaciones con Salvador Dalí. Trabaja duro para abrirse camino en el mundo de las letras
y conseguir la independencia económica de sus padres. Pero no acaba de concentrar en los estudios y
tampoco obtiene éxito como autor dramático ni como poeta. Por insistencia de su
padre, logra por fin acabar la carrera de derecho en 1923. También a instancias
de su padre, comienza a plantearse la posibilidad de algún trabajo lucrativo. Proyecta
hacer oposiciones pero también irse a Italia. Durante el verano de 1924, García
Lorca trabaja en el desarrollo del Poema del cante Jondo, que el titulará el
romancero gitano. Lorca esclarecerá la entraña del proceso creativo de este
poemario comentando tiempo después que “el romancero gitano no es gitano más que en algún trozo al principio.
En su esencia es un retablo andaluz de todo el andalucismo. Al menos como yo lo
veo. Es un canto andaluz en el que los gitanos sirven de estribillo”. 1924 también
fue el año de la composición de una de las obras más representadas en vida del
autor, una comedia de corte cervantino, “La zapatera prodigiosa”. En marzo de
1925 se le abren nuevos horizontes y la oportunidad de viajar. Una oferta
para dar una conferencia en Barcelona da paso a la invitación de Salvador Dalí para que visite Cadaqués.
Fueron aquellos días felices y alegres, cargados de sensaciones y de juegos
infantiles. Allí se iniciaron los coqueteos con Ana María Dalí y con el mismo
Salvador, a quien le uniría, además de una profunda amistad, una intensa
relación amorosa. En Cadaqués realiza su primera lectura pública de “Mariana Pineda",
ante la familia de su amigo. Luego una segunda lectura ante un grupo de amigos
próximos a la familia. Es tanto el entusiasmo que suscita, que le proponen un
homenaje en el hotel comercio de Figueres y más tarde en el Ateneo barcelonés.
. Se le considera un
juglar, un trovador y su nombre se extiende por todos los rincones de España y
América. La estancia en Cataluña fue decisiva en la promoción definitiva de
Federico. En 1927 publica su “Libro de poemas”, a la vez que consigue que
Margarita Xirgu interprete con éxito en un teatro de Barcelona “Mariana Pineda,
con el decorado pintado por Salvador Dalí. Durante esta época, se dedica
también a la pintura, reúne sus dibujos y los expone en una galería de
Barcelona. En Diciembre se desplaza Federico desde Granada a Sevilla para
participar en una serie de actos literarios en la Real Sociedad Económica de
Amigos del País. Con el poeta viajan Alberti, Gerardo Diego, Dámaso Alonso,
Guillén y Bergamín, además del torero Ignacio Sánchez Mejía. El acto inaugural
termina con la lectura de un pasaje de la Primera Soledad de Góngora a cargo de
Alberti y Lorca. Se lee también un texto de Bergamín en el que se exponen las
influencias de la nueva lírica, que se reparten entre el simbolismo francés,
Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. La lectura del Romancero Gitano recibe
severas críticas de Dalí y Buñuel, y se ahonda el distanciamiento estético. La
incomprensión de sus viejos amigos, sumada a la ruptura de una relación amorosa
con un escultor madrileño, sumen a Federico en una fuerte depresión que trata
de aliviar aprovechando un viaje a Estados Unidos de Fernando de los Ríos. En
Junio parte con su amigo en Barco desde Barcelona y llegan a la ciudad de Nueva
York. Allí estudia en la universidad de Columbia y se gana la vida dando
conferencias. Este episodio deja huella decisiva en su vida y obra. En Nueva
York queda impresionado por las escenas de pánico que vive en las calles debido al hundimiento de la bolsa. En la Habana pasa, hospedado en la casa de unos
amigos españoles, los días más felices de su vida, según propio testimonio. A su llegada a España escribe la obra de
teatro “el Público" y se lleva a escena “La zapatera prodigiosa”. También
publica “El poema del cante jondo, con notable éxito. Con
el advenimiento de la República, y a instancias de Fernando de los Ríos, a la
sazón ministro, Lorca se embarca en "la barraca", un proyecto teatral ambulante
que tenía que representar obras clásicas españolas por los pueblos de España:
para empezar, escogerá entremeses cervantinos y “La vida es Sueño”, y contará con la colaboración de Benjamín Palencia
y Ramón Gaya, entre otros. En el tiempo libre que le deja su actividad en "la barraca", escribe la obra
de teatro “así que pasen cinco años”, donde exhibe su preocupación por la
soledad del ser humano, el rápido paso del tiempo y la incapacidad para
satisfacer el amor. Entre marzo y mayo de 1932 viaja por varias ciudades
españolas para impartir conferencias promovidas por los Comités de Cooperación
intelectual. La honda impresión que le causa Galicia se traducirá en la
escritura de seis poemas escritos en gallego, que le publicará su amigo Blanco
Amor. En Agosto descansa en Granada de
las representaciones de la barraca y escribe en poco tiempo “Bodas de Sangre”,
que se representará al año siguiente en Madrid con gran éxito de taquilla.
Regresa de nuevo a Granada para escribir Yerma, un drama sobre la mujer
estéril. En Julio de 1933 Federico
viaja a Argentina para acudir al estreno de Bodas de Sangre. Lleva consigo en
el barco los escritos de las conferencias que iba a impartir –“Juego y Teoría
del duende”- y varios poemas amorosos que integrarán más tarde su póstumo “Diván del Tamarit”. Allí
conoce a Neruda y a Borges. Además, la representación de la Zapatera Prodigiosa y Mariana Pineda,
tanto en Buenos Aires como en Montevideo,
le reportan por primera vez pingues beneficios. A su regreso a España
enseguida da a la imprenta, por mediación de Blanco Amor, algunos poemas de
Diván del Tamarit en un intento de recrear la atmósfera morisca de Granada. La muerte de su amigo torero y escritor en una
plaza de toros de Manzanares le conmueve hasta al punto de hacerle escribir uno
de los mejores poemas elegíacos de la lírica española: “Llanto por la muerte de
Ignacio Sánchez Mejía”. A finales del
34 estrena Yerma y escribe Doña Rosita
la Soltera, “en la línea trágica de nuestra vida social, las españolas que se
quedaban solteras”, sátira que fustiga
toda la cursilería y mojigatería de la vida provinciana. Es esta una
época de intensa actividad que va recogiendo los éxitos de su trayectoria. El
“romancero gitano” bate records de venta. En Barcelona estrena Doña Rosita con
gran acogida y en sus recitales de poemas del Cante Jondo y Romancero se le
escucha con admiración y fervor. Al mismo tiempo sigue manteniendo sus desplazamientos
con la barraca, que ya empieza a dar sus últimos coletazos, retirado el favor del
gobierno de Lerroux. La última obra que termina
poco antes de su muerte es Bernarda Alba, el drama de una mujer que tras
quedarse viuda decide, con mano autoritaria, convertir su casa en un convento
de clausura donde encierra a sus hijas para evitar las habladurías del pueblo.
La obra, que no llegaría a estrenar, se convierte en símbolo de la España negra
y represora. Esta carrera de éxitos se ve bruscamente interrumpida por la
muerte el 19 de agosto de 1936. Su asesinato convirtió a Lorca en víctima
arquetípica del fascismo e influyo en la difusión de su figura como poeta
universal. El fusilamiento de Lorca queda explicado por razones políticas en un
contexto general de represión. Se le consideraba un rojo indeseable que se había significado con la firma de
documentos antifascistas y tomando actos públicos en apoyo del comunismo
internacional. Además estaba unido por lazos de amistad o parentesco a personas
tan malquistas como Fernando de los Ríos o Manuel Fernández, su cuñado, alcalde
socialista de Granada a la sazón, que también sería ejecutado. Por otra parte la
burguesía granadina no parecía dispuesta a perdonarle los duros ataque que le
había dirigido poco tiempo antes. La denuncia partiría de los ultracatólicos de
la CEDA, que se movían en torno al comandante José Valdés, jefe de gobierno de
Granada tras la sublevación, quien firmó la sentencia de muerte. Casi todas las
investigaciones han exonerado de culpa a los hermanos Rosales, destacados
falangistas con los que Federico tenía una gran amistad, principalmente con
Luis. El 16 de julio, Lorca se había trasladado de Madrid a Granada donde
pensaba hallarse más seguro. Tras haber sufrido varias amenazas pidió a Luís
Rosales que lo refugiara en su casa. Se instaló allí el 9 de agosto. El 16
fueron a sacarlo con una orden de detención. Parece probado que los Rosales
hicieron todo lo posible por salvarlo, pero el desenlace fue inesperadamente
rápido. Después de ser trasladado a distintos calabozos, el 19 fue fusilado en
un paraje cercano a Víznar, junto a un maestro y dos anarquistas.
Cabría
distinguir dos momentos en la actitud de Lorca ante la edición de su obra: el
primero abarcaría hasta 1928, fecha de edición del Romancero Gitano, y el
segundo se extendería hasta el año de su muerte. En la primera etapa Lorca
proyecta y gestiona la edición de sus libros; en la segunda, en cambio, se
muestra remiso a la entrega de textos a los editores. El centro de todo este
proceso se sitúa en el éxito del Romancero. A pesar de quedar satisfecho con el
libro, le molestaba que fuera leído en clave pintoresca. El autor del ciclo
neoyorkino era consciente del salto cualitativo que representaban los poemas
que había traído de EEUU. Se acentúa entonces en Lorca un creciente afán de
comunicación directa y personal con el público de oyentes y espectadores.
Jorge Guillén definió al poeta como bardo anterior a la imprenta. Posada señala que una de las claves del éxito universal de Lorca es la traducibilidad de su obra. La maleabilidad para verterse en otras lenguas residen en la raigambre de la tradición: sabe captar de una forma viva la vieja tradición y el folklore de la poesía hasta expresarla en forma arquetípica con originales rasgos personales: la relación sangre-fecundidad-muerte, la polivalencia de la luna, la fascinación por los filos de las navajas, en suma la sacralidad de la vida. Este prurito por la tradición se conjuga a la vez con una vasta cultura en la que no se ha reparado, pero que se halla en sus versos perfectamente asimilada y camuflada. Entre las grandes influencia de esas abundantes lecturas transubstanciadas es la Biblia y Shakeapeare.
Para el mismo Posada el tema central de Lorca es el de la frustración, expresado tanto en un plano ontológico como social. Un mero repaso de sus temas nos enfrenta primero con el del amor, formulado y asumido en una dimensión cósmica, con su concreción en un evidente pansexualismo amoroso, que disuelve la oposición entre el amor heterosexual y el homosexual. Otros dos temas esenciales son los de la esterilidad y la infancia, vinculado el primero en el Amor oscuro, pero no únicamente a él, y sentido el segundo como la cara opuesta de la esterilidad. El tema de la muerte ha suscitado una considerable atención; sigue siendo válido el planteamiento de Salinas -la vida sentida por la vía de la muerte- y es muy perspicaz el enfoque de Francisco García Lorca al abordar la consideración de la muerte como un asesinato. Pero hay también en Lorca una vida de los muertos, de rostro espantoso. En Lorca parece subyacer una metafísica de la muerte, pero también del tiempo y la destrucción del principio de identidad. Pero el Lorca metafísico y mítico es capaz de tocar de modo estremecedor temas de la revolución y la injusticia vistos desde el ángulo de la represión implacable, como es el caso del Romancero Gitano o Poeta en Nueva York. Hay en Lorca una agudísima y siempre ascendente conciencia de solidaridad de los desposeídos y humillados de este mundo que amplifica considerablemente la voz poética. Pero la mayor hazaña artística de Lorca es la creación de una lengua poética propia. En 1928, en carta a Jorge Zalamea, proclama que la suya es una poesía de “abrirse las venas”. Y así, en el marco de una doble crisis estética, propiciada por el éxito ambiguo del Romancero gitano, que se suma a la disolución de la poesía pura y el triunfo del irracionalismo, Lorca escribe en Nueva York el gran ciclo poético traspasado por el dolor, la revuelta que expresa una imaginación tan vertiginosa como profunda. A su regreso de América, el teatro le va ganando terreno a la poesía. La evolución de la poesía da cuenta de varios datos esenciales. La casi ilimitada capacidad de esta voz para tocar todos los registros, su profunda versatilidad estilística, en las antípodas de la repetición de formas y tonos, y su maestría total en el uso de la tradición métrica española.
Pedro Salinas señala que la función de las metáforas lorquianas no es decorativa, sino significante, reveladora: son anuncios de lo desusado, de lo misterioso que este mundo poético tiene en su fondo, y que cobrando formas de personaje o hecho, caerá sobre el escogido en la hora fatal. Avisan de una inminencia, de un algo que se prepara en lo que va a venir, inexorable. Ya que el reino poético de Lorca, luminoso y enigmático a la vez, está sometido al imperio de un poder único y sin rival: la muerte. La visión de la vida y de lo humano que en Lorca luce y se trasluce está fundada en la muerte. Su manera de sentir la vida es por la vía de la muerte.
Los poemas expuestos en esta entrada pertenecen al “Poema del cante jondo”, compuesto en su casi totalidad en noviembre de 1921. No dio término al conjunto hasta 1931, después de ser cuidadosamente revisado. Desde 1927 se habían ido ofreciendo anticipos de textos sueltos en revistas. Este libro, a diferencia de las obras precedentes, presenta una clara unidad temática y también de tono y sentimiento. Lo más característico es la aplicación de las técnicas de vanguardia a materiales pertenecientes al acervo tradicional. Lorca ha intentado plasmar el embrujo y la magia de un espacio mítico percibidos a través de sus cantes, sus paisajes y sus gentes. Según Arango “llega a encarnar en su verso la esencia musical del cante mismo, el contenido de sentimiento y pasión que en él se expresa y hasta el fondo real plástico donde esa música y esos sentimientos se crean. Hace objetivos su sentir en una poesía la vez lírica y descriptiva, presidida por el misterio, el dolor y la muerte. La versificación, con sus características series fluctuantes es ágil y rítmica. Al decir de Leo Spitzer, el documento tradicional se confunde y esfuma con los elementos surgidos directamente de la fantasía del poeta. “Así como Falla llega a la creación de falsas melodías populares, García Lorca elabora falsos versos tradicionales. No parte de la materia tradicional, sino que la encauza y la hace aflorar.
LA
GUITARRA
Empieza
el llanto
De
la guitarra.
Se
rompen las copas
De
la madrugada.
Empieza
el llanto
De
la guitarra.
Es
inútil callarla.
Es
imposible
Callarla.
Llora
monótona
Como
llora el agua,
Como
llora el viento
Sobre
la nevada.
Es
imposible
Callarla.
Llora
por cosas
Lejanas.
Arena
del Sur caliente
Que
pide camelias blancas.
Llora
flecha sin blanco,
La
tarde sin mañana,
Y
el primer pájaro muerto
Sobre
la rama.
¡Oh
guitarra!
Corazón
malherido
Por
cinco espadas.
BALADILLA
DE LOS TRES RÍOS
El
río Guadalquivir
Va
entre naranjos y olivos.
Los
dos ríos de Granada
Bajan
de la nieve al trigo.
¡Ay, amor
Que se fue y no vino!
El
río Guadalquivir
Tiene
las barbas granates.
Los
dos ríos de Granada,
Uno
llanto y otro sangre.
¡Ay, amor
Que se fue por el aire!
Para
los barcos de vela
Sevilla
tiene un camino;
Por
el agua de Granada
Solo
reman los suspiros.
¡Ay, amor
Que se fue y no vino!
Guadalquivir,
alta torre
Y
viento en los naranjales.
Dauro
y Genil, torrecillas
Muertas
sobre los estanques.
¡Ay, amor
Que se fue por el aire!
¡Quién
diría que el agua lleva
Un
fuego fatuo de gritos!
¡Ay, amor
Que se fue y no vino!
Lleva
azahar, lleva olivas,
Andalucía,
a tus mares.
¡Ay, amor
Que se fue por el aire!
PAISAJE
El
campo
De
olivos
Se
abre y se cierra
Como
un abanico.
Sobre
el olivar
Hay
un cielo hundido
Y
una lluvia oscura
De
luceros fríos.
Tiembla
junco y penumbra
A
la orilla del río.
Se
riza el aire gris.
Los
olivos,
Están
cargados
De
gritos.
Una
bandada
De
pájaros cautivos
Que
mueven sus larguísimas
Colas
en lo sombrío.
EL
GRITO
La
elipse de un grito,
Va
de monte
A
monte.
Desde
los olivos
Será
un arco iris negro
Sobre
la noche azul.
¡Ay!
Como
un arco de viola
El
grito ha hecho vibrar
Largas
cuerdas del viento
¡Ay!
(Las
gentes de las cuevas
Asoman
sus velones.)
¡Ay!
EL
SILENCIO
Oye,
hijo mío, el silencio.
Es
un silencio ondulado,
Un
silencio,
Donde
resbalan valles y ecos
Y
que inclina las frentes
Hacia
el suelo.
EL
PASO DE LA SIGUIRIYA
Entre
mariposas negras
Va
una muchacha morena
Junto
a una blanca serpiente
De
niebla.
Tierra de luz,
Cielo de tierra.
Va
encadenada al temblor
De
un ritmo que nunca llega:
Tiene
el corazón de plata
Y
un puñal en la diestra.
¿Adónde
vas, siguiriya,
Con
un ritmo sin cabeza?
¿Qué
luna recogerá
Tu
dolor de cal y adelfa?
Tierra de luz,
Cielo de tierra.
DESPUÉS
DE PASAR
Los
niños miran
un punto lejano.
Los
candiles se apagan.
Unas
muchachas ciegas
Preguntan
a la luna,
Y
por el aire ascienden
Espirales
de llanto.
Las
montañas miran
Un
punto lejano.
Y
DESPUÉS
Los
laberintos
Que
crea el tiempo,
Se
desvanecen.
Se
desvanecen.
(Sólo
queda
El
desierto.)
El
corazón,
Fuente
del deseo,
Se
desvanece.
(Sólo
queda
El
desierto.)
La
ilusión de la aurora
Y
los besos
Se
desvanecen.
Sólo
queda
El
desierto.
Un
ondulado
Desierto.
POEMA
DE LA SOLEA
Tierra
seca,
Tierra
quieta
De
noches
Inmensas.
(Viento
en el olivar,
Viento
en la sierra.)
Tierra
Vieja
Del
candil
Y
la pena.
Tierra
De
la muerte sin ojos
Y
las flechas.
(vientos
por los caminos,
Brisa
en las alamedas.)
PUEBLO
Sobre
el monte pelado
Un
calvario.
Agua
clara
Y
olivos centenarios.
Por
las callejas
Hombres
embozados,
Y
en las torres
Veletas
girando.
Eternamente
Girando.
¡Oh
pueblo perdido
En
la Andalucía del llanto!
PUÑAL
El
puñal
Entra
en el corazón
Como
la reja del arado
En
el yermo.
No.
No
me lo claves.
No.
El
puñal,
Como
un rayo de sol,
Incendia
las terribles
Hondonadas.
No.
No
me lo claves.
No.
ENCRUCIJADA
Viento
del Este:
Un
farol
Y
el puñal
En
el coraz´çon.
La
calle
Tiene
un temblor
De
cuerda
En
tensión,
Un
temblor
De
enorme moscardón.
Por
todas partes
Yo
Veo
el puñal
En
el corazón.
¡AY!
El
grito deja en el viento
Una
sombra de ciprés.
(Dejadme
en este campo
Llorando.)
Todo
se ha roto en el mundo.
No
queda más que el silencio.
(Dejadme
en este campo
Llorando.)
El
horizonte sin luz
Está
mordido de higueras.
(Ya
os he dicho que me dejéis
En
este campo
Llorando.)
SORPRESA.¡
Muerto
se quedó en la calle
Con
un puñal en el pecho.
O
lo conocía nadie.
¡Cómo
temblaba el farol!
Madre.
¡Cómo
temblaba el farolito
De
la calle!
Era
madrugada. Nadie
Pudo
asomarse a sus ojos
Abiertos
al duro aire.
Que
muerto se quedó en la calle
Que
con puñal en el pecho
Y
que no lo conocía nadie.
LA
SOLEA
Vestida
con mantos negros
Piensa
que el mundo es chiquito
Y
el corazón es inmenso.
Vestida con mantos negros.
Piensa
que el suspiro tierno,
El
grito, desaparecen
En
la corriente del viento.
Vestida con mantos negros.
Se
dejó el balcón abierto
Y
al alba por el balcón
Desembocó
todo el cielo.
¡Ay yayayayay,
Que vestía con mantos negros!
CUEVA
De
la cueva salen
Largos
sollozos.
(Lo
cárdeno
Sobre
lo rojo.)
El
gitano evoca
Países
remotos.
(Torres
altas y hombres
Misteriosos.)
En
la voz entrecortada
Van
sus ojos.
(Lo
negro
Sobre
lo rojo.)
Y
la cueva encalada
Tiembla
en el oro.
(lo
blanco
Sobre
lo rojo.)
ENCUENTRO
Ni
tú ni yo estamos
En
disposición
De
encontrarnos.
Tú…
por lo que ya sabes.
¡Yo
la he querido tanto!
Sigue
esa veredita.
En
las manos,
Tengo
los agujeros
De
los clavos.
¿No
ves cómo me estoy
Desangrando?
No
mires nunca atrás,
Vete
despacio
Y
reza como yo
A
San Cayetano,
Que
ni tú ni yo estamos
En
disposición
De
encontrarnos.
ALBA
Campanas
de Córdoba
En
la madrugada.
Campanas
de amanecer
En
Granada.
Os
sienten todas las muchachas
Que
lloran a la tierna
Soleá
enlutada.
Las
muchachas
De
Andalucía la alta
Y
la baja.
Las
niñas de España,
De
pie menudo
Y temblorosas faldas,
Que
han llenado de luces
Las
encrucijadas.
¡Oh,
campanas de Córdoba
En
la madrugada,
Y
oh, campanas de amanecer
En
Granada!
POEMA
DE LA SAETA
A Francisco Iglesías.
ARQUEROS
Los
arqueros oscuros
A
Sevilla se acercan.
Guadalquivir abierto.
Anchos
sombreros grises,
Largas
capas lentas.
¡Ay,
Guadalquivir!
Vienen
de los remotos
Países
de la pena.
Guadalquivir
abierto.
Y
van a un laberinto.
Amor,
cristal y piedra.
¡Ay,
Guadalquivir!
NOCHE
Cirio,
candil,
Farol
y luciérnaga.
La
constelación
De
la saeta.
Ventanitas
de oro
Tiemblan,
Y
en la aurora se mecen
Cruces
superpuestas.
Cirio,
candil,
Farol
y luciérnaga.
SEVILLA
Sevilla
es una torre
Llena
de arqueros finos.
Sevilla para herir,
Córdoba para morir.
Una
ciudad que acecha
Largos
ritmos,
Y los
enrosca
Como
laberintos.
Como
tallos de parra
Encendidos.
¡Sevilla para herir!
Bajo
el arco del cielo,
Sobre
su llano limpio,
Dispara
la constante
Saeta
de su río.
¡Córdoba para morir!
Y
loca de horizonte,
Mezcla
en su vino,
Lo
amargo de Don Juan
Y
lo perfecto de Dionisio.
Sevilla para herir,
¡Siempre Sevilla para herir!
PROCESIÓN
Por
la calleja vienen
Extraños
unicornios.
¡De
qué campo,
De
qué bosque mitológico?
Más
cerca,
Y
parecen astrónomos.
Fantásticos
Merlines
Y
el Ecce Homo,
Durandarte
encantado
Orlando
furioso.
PASO
Virgen
con mirañaque,
Virgen
de la Soledad,
Abierta
como un inmenso
Tulipán.
En
tu barco de luces
Vas
Por
la alta marea
De
la ciudad,
Entre
saetas turbias
Y
estrellas de cristal.
Virgen
con mirañaque,
Tú
vas por el río de la calle,
¡hasta
el mar!
CRISTO
MORENO
Cristo
moreno
Pasa
De
lirio de Judea
A
clavel de España.
¡Miradlo por dónde viene!
En
España.
Cielo
limpio y oscuro,
Tierra
tostada,
Y
cauces donde corre
Muy
lenta el agua.
Cristo
moreno,
Con
las guedejas quemadas,
Los
pómulos salientes
Y
las pupilas blancas.
¡Miradlo por donde va!
BALCÓN
La
Lola
Canta
saetas.
Los
toreritosçla rodean,
Y
el barberillo
Desde
su puerta,
Sigue
los ritmos
Con
la cabeza.
Entre
la albahaca
Y
la hierbabuena,
La
Lola canta
Saetas.
La
lola aquella,
Que
se miraba
Tanto
en la alberca.
MADRUGADA
Pero
como el amor
Los
saeteros
Están
ciegos.
Sobre
la noche verde,
Las
saetas
Dejan
rastros de lirio
Caliente.
La
quilla de la luna
Rompe
nubes moradas
Y
las aljabas
Se
llenan de rocío.
¡Ay,
pero como el amor
Los
saeteros
Están
ciegos!
GRÁFICO
DE LA PETENERA
A Eugenio Montes
CAMPANA
En
la torre
Amarilla
Dobla
una campana.
Sobre
el viento
Amarillo,
Se
abren las campanadas.
En
la torre
Amarilla
Cesa
la campana.
El
viento con el polvo
Hace
proras de plata.
CAMINO
Cien
jinetes enlutados,
¿dónde
irán,
Por
el cielo yacente
Del
naranjal?
No
a Córdoba ni a Sevilla
Llegarán.
Ni
a Granada la que suspira
Por
el mar.
Esos
caballos soñolientos
Los
llevarán,
Al
laberinto de las cruces
Donde
tiembla el cantar.
Con
siete ayes clavados,
¿dónde
irán
Los
cien jinetes andaluces
Del
naranjal?
LAS
SEIS CUERDAS
La
guitarra,
Hace
llorar a los sueños.
El
sollozo de las almas
Perdidas,
Se
escapa por su boca
Redonda.
Y
como la tarántula
Teje
una gran estrella
Para
cazar suspiros,
Que
flotan en su negro
Aljibe
de madera.
DANZA
EN
EL HUERTO DE LA PETENERA
En
la noche del huerto
Seis
gitanas,
Vestidas
de blanco
Bailan.
En
la noche del huerto,
Coronadas,
Con
rosas de papel
Y
biznagas.
En
la noche del huerto,
Sus
dientes de nácar,
Escriben
la sombra
Quemada.
Y
en la noche del huerto,
Sus
sombras se alargan,
Y
llegan hasta el cielo
Moradas.
MUERTE
DE LA PETENERA
En
la casa blanca muere
La
perdición de los hombres.
Cien jacas caracolean.
Sus jinetes están muertos.
Bajo
las estremecidas
Estrellas
de los velones,
Su
falda de moaré tiembla
Entre
sus muslos de cobre.
Cien jacas caracolean.
Sus jinetes están muertos.
Largas
sombras afiladas
Vienen
del turbio horizonte,
Y
el bordón de una guitarra
Se
rompe.
Cien jacas caracolean.
Sus jinetes están muertos.
FALSETA
¡Ay,
petenera gitana!
¡Yayay,
petenera!
Tu
entierro no tuvo niñas
Buenas.
Niñas
que le dan a Cristo muerto
Sus
guedejas,
Y
llevan blancas mantillas
En
las ferias.
Tu
entierro fue de gente
Siniestra.
Gente
con el corazón
En
la cabeza,
Que
te siguió llorando
Por
las callejas.
¡Ay,
petenera gitana!
¡yayay,
petenera!
DE
PROFUNDIS
Los
cien enamorados
Duermen
para siempre
Bajo
la tierra seca.
Andalucía
tiene
Largos
caminos rojos.
Córdoba,
olivos verdes
Donde
poner cien cruces,
Que
los recuerden.
Los
cien enamorados
Duermen
para siempre.
CLAMOR
En
las torres
Amarillas,
Doblan
las campanas.
Sobre
los vientos
Amarillos
Se
abren las campanadas.
Por
un camino va
La
muerte, coronada
De
azahares marchitos.
Canta
y canta
Una
canción
En
su vihuela blanca,
Y
canta y canta y canta.
En
las torres amarillas,
Cesan
las campanas.
El
viento con el polvo
Hacen
proras de plata.
DOS
MUCHACHAS
A Máximo Quijano
LA
LOLA
Bajo
el nranjo lava
Pañales
de algodón.
Tiene
verdes los ojos
Y
violeta la voz.
¡Ay,
amor,
Bajo
el naranjo en flor!
El
agua de la acequia
Iba
llena de sol,
En
el olivarito
Cantaba
un gorrión.
¡Ay,
amor,
Bajo
el naranjo en flor!
Luego,
cuando la Lola
Gaste
todo el jabón
Vendrán
los torerillos.
¡Ay,
amor,
Bajo
el naranjo en flor!
AMPARO
Amparo,
¡Qué
sola estás en tu casa
Vestida
de blanco!
(Ecuador
entre el jazmin
Y
el nardo.)
Oyes
los maravillosos
Surtidores
de tu patio,
Y
el débil trino amarillo
Del
canario.
Por
la tarde ves temblar,
Los
cipreses con los pájaros,
Mientras
bordas lentamente
Letras
sobre el cañamazo.
Amparo,
¡Qué
sola estás en tu casa,
Vestida
de blanco!
Amparo,
¡Y
qué difícil decirte:
Yo
te amo!
VIÑETAS
FLAMENCAS
A Manuel Torres, “niño de Jerez”
Que tiene tronco de Faraón
RETRATO
DE SILVERIO FRANCONETTI
Entre
italiano
Y flamenco,
¿cómo
cantaría
Aquel
Silverio?
La
densa miel de Italia
Con
el limón nuestro,
Iba
en el hondo llanto
Del
siguiriyero.
Su
grito fue terrible.
Los
viejos dicen que se erizaban
Los
cabellos,
Y se
abría el azogue
De
los espejos.
Pasaba
por los tonos
Sin
romperlos.
Y
fue un creador
Y un
jardinero.
Un
creador de glorietas
Para
el silencio.
Ahora
su melodía
Duerme
con los ecos.
Definitiva
y pura.
¡Con
los últimos ecos!
JUAN
BREVA
Juan
Breva tenía
Cuerpo
de gigante
Y voz
de niña.
Nada
como su trino.
Era
la misma
Pena
cantando
Detrás
de una sonrisa.
Evoca
los limonares
De
Málaga la dormida,
Y hay
en su llanto dejos
De
sal marina.
Como
Homero cantó
Ciego.
Su voz tenía
Algo
de mar sin luz
Y naranja
exprimida.
LAMENTACIÓN
DE LA MUERTE
Sobre el cielo negro,
Culebrinas amarillas.
Vine
a este mundo con ojos
Y me
voy sin ellos.
¡Señor
del mayor dolor!
Y
luego,
Un
velón y una manta
En
el suelo.
Quise
llegar a donde
Llegaron
los buenos.
¡Y
he llegado, Dios mío!...
Pero
luego,
Un
velón y una manta
En
el suelo.
Limoncito
amarillo,
Limonero.
Echad
los limoncitos
Al
viento.
¡Ya
lo sabéis!... Porque luego,
Luego,
Un
velón y una manta
En
el suelo.
Sobre
el cielo negro,
Culebrinas
amarillas.
CONJURO
La
mano crispada
Como
una medusa
Ciega
el ojo doliente
Del
candil.
As
de bastos.
Tijeras
en cruz.
Sobre
el humo blanco
Del
incienso, tiene
Algo
de topo y
Mariposa
indecisa.
As
de bastos.
Tijeras
en cruz.
Aprieta
un corazón
Invisible,
¿La veis?
Un
corazón
Reflejado
en el viento.
As
de bastos.
Tijeras
en cruz.
MEMENTO
Cuando
yo me muera,
Enterradme
con mi guitarra
Bajo
la arena.
Cuando
yo me muera
Entre
los naranjos
Y la
hierbabuena.
Cuando
yo me muera
Enterradme
si queréis
En
una veleta.
¡Cuando
yo me muera!
TRES
CIUDADES
A Pilar Zubiaurre
MALAGUEÑA
La
muerte
Entra
y sale
De
la taberna.
Pasan
caballos negros
Y gente
siniestra
Por
los hondos caminos
De
la guitarra.
Y
hay un olor a sal
Y a
sangre de hembra,
Con
los nardos febriles
De
la marina.
La
muerte
Entra
y sale
Y sale
y entra
La
muerte
De
la taberna.
BARRIO
DE CÓRDOBA
TÓPICO
NÓCTURNO
En
la casa se defienden
De
las estrellas.
La
noche se derrumba.
Dentro
hay una niña muerta
Con
una rosa encarnada
Oculta
en la cabellera.
Seis
ruiseñores la lloran
En
la reja.
Las
gentes van suspirando
Con
las guitarras abiertas.
BAILE
La
Carmen está bailando
Por
las calles de Sevilla.
Tiene
blancos los cabellos
Y brillantes
las pupilas.
¡Niñas,
Corred
las cortinas!
En
su cabeza se enrosca
Una
serpiente amarilla,
Y va
soñando en el baile
Con
galanes de otros días.
¡Niñas
Corred
las cortinas!
Las
calles están desiertas
Y en
los fondos se adivinan,
Corazones
andaluces
Buscando
viejas espinas.
¡Niñas,
Corred
las cortinas!
SEIS
CAPRICHOS
A Regino Sáinz de la Maza
ADIVINANZA
DE LA GUITARRA
En
la redonda
Encrucijada
Seis
doncellas
Bailan.
Tres
de carne
Y tres
de plata.
Los
sueños de ayer las buscan,
pero
las tiene abrazadas
Un
Polifemo de oro.
¡La
guitarra!
CANDIL
¡Oh,
qué grave medita
La
llama del candil!
Como
un faquir indio
Mira
su entraña de oro
Y se
eclipsa soñando
Atmósferas
sin viento.
Cigüeña
incandescente
Pica
desde su nido
A las
sombras macizas,
Y se
asoma temblando
A los
ojos redondos
Del
gitanillo muerto.
CROTALO
Crótalo.
Crótalo.
Crótalo.
Escarabajo
sonoro.
En
la araña
De
la mano
Rizas
el aire
Cálido,
Y te
ahogas en tu trino
De
palo.
Crótalo.
Crótalo.
Crótalo.
Escarabajo
sonoro.
CHUMBERA
Laoconte
salvaje.
¡Qué
bien estás
Bajo
la media luna!
Múltiple
pelotari.
¡Qué
bien estás
Amenazando
al viento!
Dafne
y Atis,
Saben
de tu dolor.
Inexplicable.
PITA
Pulpo
petrificado
Pones
cinchas cenicientas
Al
vientre de los montes,
Y muelas
formidables
A los
desfiladeros.
Pulpo
petrificado
CRUZ
La
cruz.
(Punto
final
Del
camino.)
Se
mira en la acequia.
(Puntos
suspensivos.)
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