domingo, 29 de marzo de 2020

POETAS 97. Jorge Guillén V ("Final")






Jorge Guillén nace en Valladolid, en el seno de una familia burguesa, en 1893. Allí realiza sus primeros estudios hasta que se traslada a Madrid  para comenzar la carrera de Filosofía y  Letras. En esta ciudad inicia a la vez una estrecha relación con la residencia de Estudiantes, en donde más tarde conocerá a alguno de los miembros más destacados de la generación  del 27, además de Juan Ramón Jiménez y Ortega y Gasset. Entre 1909 y 1911 viaja por Suiza e Italia. Después de un traslado a Granada, obtiene allí la licenciatura en 1913. Desde 1917 a 1923 sucede a Pedro Salinas como lector de español en La Sorbogne. Antes había pasado un periodo largo en Alemania. En uno de sus frecuentes viajes por Europa conoce, en la localidad de Trégastel (Bretaña), a la que más tarde será su primera mujer, Germaine Cahen, con la que tendrá dos hijos. En 1924 se doctora en Madrid con una tesis sobre el “Polifemo” de Góngora. Durante tres años desempeña la cátedra de Lengua y Literatura Española en la Universidad de Murcia, ciudad en la que fundará, junto a unos amigos, la revista “Verso y Prosa”. Es también, durante este periodo, cuando envía a  revistas sus primeros poemas, que culminan con la publicación, en el año 1928, de su primer libro, “Cántico”, que en una primera edición constaba sólo de 75 poemas, lejos todavía de su magna versión definitiva. En Oxford pasa tres años como Lector de Español, de 1929 a 1931. El destino sigue uniendo a dos poetas que quedarán vinculados por estrecha amistad hasta el final: de nuevo le toca suceder a Pedro Salinas, esta vez en la cátedra de la Universidad de Sevilla. Allí le sorprende el estallido de la Guerra civil. Después de un breve encarcelamiento en Pamplona, en 1928, parte hacia el exilio.  Durante su etapa fuera de España ejercerá su labor docente en las Universidades de Middlebury, McGill (Montreal) y en el Wellesley College, donde vuelve a ocupar el puesto que deja vacante el inevitable Salinas. Después de la muerte de su mujer, Germaine, y de jubilarse en el Wellesley College, en 1957 marcha  a Italia, donde conocerá al año siguiente a su segunda mujer, Irene Mochi-Sismondi, junto con la que regresa durante un breve periodo de tiempo a la ciudad de Málaga. Harvard y Puerto Rico son sus nuevos destinos docentes, hasta que una caída, con rotura de cadera, lo aparta definitivamente de la enseñanza. Durante los últimos años de su vida radicó su residencia definitivamente en la ciudad de Málaga, donde le fueron llegando multitud de premios como reconocimiento a su categoría como poeta y ensayista, entre ellos el premio Cervantes, en 1976, y el Alfonso Reyes, en 1977. Murió en Málaga el 6 de febrero de 1984.

A Jorge Guillén se le ha considerado  discípulo de Juan Ramón Jiménez, por su inclinación a la poesía pura, que el definía como “todo lo que queda en el poema después de haber eliminado todo lo que no es poesía”. Jorge Guillén comienza tardíamente su carrera poética con la publicación de los 75 poemas de Cántico en 1928, que será ampliada con sucesivos poemas, hasta alcanzar los 334 en su versión final publicada en México en 1950. Jorge Guillén concibió siempre su obra como un todo orgánico que se iría completando con más libros: Clamor (1963), Homenaje (1967), otros poemas (1973) y final (1982). Obra de actitud optimista, exalta el deleite de existir, la armonía cósmica y la plenitud de ser.  Su obra ha sido tachada por la crítica de fría e intelectual, pero se trata de una visión superficial que no tiene en cuenta toda su trayectoria. Su obra oscila desde la poesía pura y conceptual de “Cántico” al tratamiento poético de los problemas sociales más acuciantes, como se puede apreciar en su segundo libro, “Clamor”. No obstante, se percibe una patente unidad dentro de su obra, que responde a una trayectoria vital. En “Clamor” (1963), afloran a la superficie los aspectos más problemáticos de la existencia: la injusticia, el desorden o la muerte. Su permanente actitud de júbilo vital es lo que hace, sin embargo, que su fe en el hombre permanezca intacta. Con su tercer libro, “Homenaje”, -alguno de cuyos poemas se seleccionan aquí-, vuelve a cerrar un círculo abierto con “Cántico” y, desechando las preocupaciones sociales, se concentra en las grandes obras literarias de todos los tiempos.

 Siempre se ha proclamado la influencia indudable de Paul Valéry, al que admiró y tradujo. También la influencia de Mallarmé,  en lo tocante a la organización de sus poemas.  Dámaso Alonso y otros han señalado el influjo del cubismo, pero el autor se ha encargado de negar cualquier relación consciente con este movimiento. La tendencia conceptual de su poesía se ha asociado con la etiqueta de “deshumanización del arte”, que en su momento acuñó Ortega. Se puede ver su poesía como un intento de depurar la realidad de todo lo que es contingente y superfluo, mediante un lenguaje desnudo y preciso que busca  transparentarla. Trata de someter el mundo que le rodea a una sutil estilización poética que a la fuerza hace que su poesía resulte abstracta, pero siempre deja intacta la materia viva y concreta de la que ha partido.

 Guillén siempre mostró un gran interés por las métricas tradicionales, especialmente de arte menor. La estrofa que mejor conecta con su idiosincrasia poética es la décima. Se adecua a su gusto por la concisión y la redondez. Recurre mucho al encabalgamiento, a veces abrupto, lo que le permite dislocar la sintaxis y el ritmo y destacar el significado de ciertas palabras claves. Su afán por esencializar el mundo se refleja en oraciones nominales y en una sintaxis simple. Las ideas se suceden entrecortadamente y sin ampulosidad. Al elevar las cosas a un plano trascendente, éstas aparecen dotadas de un alma propia que queda expresada en el  abundante uso de personificaciones.


DURACIÓN


El placer pasado

Es memoria actual

No se perdió todo,

Queda claridad,

Un íntimo gozo

Que también es real,

Lazo de alma y cuerpo,

Nostalgia dual,

Tú, presente ahí,

Yo en nuestra verdad.



PATINAR

Los bailarines, ah, patinadores

Sobre un suelo perfecto que es de hielo

Deslizándose trazan

Velocísimas, suaves, rigurosas

Curvas, continuas curvas de arrebato,

De entrega, de abandono,

Y resbalan, se yerguen

Con dominio absoluto, soberano,

Celestes cuerpos de celeste llano.





¿QUIÉN SERÉ?

Bajo mi piel subyace todo un mundo

Que soy yo, yo profundamente ignoto

Con sus correlaciones infinitas

Entre sus elementos y corrientes.

Subsiste sin visión el orden lóbrego

De exigencias puntuales que se cumplen

Según ley de mi vida, si no muerte.

Tengo que obedecer a los mandatos

Implacables, terribles, deliciosos

En esa prodigiosa autonomía

Bajo su dios.

                       ¿Quién era, quién seré?



2

Ese protagonista caminante

Que observa comentando, siempre lúcido,

La realidad en torno

Tal cual es, verdadera,

Ese hombre es un hombre,

Propio vivir auténtico

Bien encajado en él, por eso humilde,

Enajenado nunca,

Hacia verdad el incesante impulso.



3

El buen actor es otro ser, ficticio.

Y también quien reduce entre las gentes,

Y en la vida privada el más secreto

Que dialoga su amor, sus extravíos,

Y el que vaga por sueños y desvelos,

y… Más y más. Innúmero el etcétera,

que no puede romper la misteriosa,

continua identidad inescrutable:

-Soy Zutano.



4

Mis respuesta enérgicas o torpes

A las solicitudes de las horas

Dependen de un espíritu en su carne,çuna asamblea que es mi yo más propio.


Sin embargo, me digo: ¿Quién seré?

¿La identidad persiste en esos cruces

Del vivir?

                Yo me siento responsable.


Doy la cara, la firma. ¿Soy mi nombre?

Vivo siendo en un ser itinerante.

¿Una ilusión el aire que respiro?



5

Nos decía una voz: Hubo un instante

De mi revelación definitiva.

Yo supe quién yo era.

De verdad conocí mi rostro-nombre.

Y mi yo verdadero es quien me guía.

No, no –dijo otra voz.

Es siempre ignoto el yo para sí mismo:

Aparición confusa

Que con la realidad jamás coincide.

Se repuso otra voz cortés y clara:

¿No estamos en flexible dependencia

De lo que nos adviene?

Continuidad ocurre en el esfuerzo.

“Yo soy mi cotidiana tentativa.”


La gran frase de Ortega recordemos:

“Yo soy yo -¿quién, yo?- y mi circunstancia.”

Mi circunstancia con diversa fuerza…

Se nos impone a veces enemiga:

Dictadura –con nuestras artimañas

De resistencia o viaje. Normalmente

La circunstancia ¿no es el “aire nuestro”?

Realidad que nos nutre y se respira.

Amistad, el  amor, la intensa Historia,

Que se llama –feliz- el gran Ortega.



ESE YO

        Su soledad, su dios, su Yo, Yo, Yo

     “Y Otros Poemas”, “Le moi adorable”


Ese “moi adorable”… No, de veras.

Es ese de Narciso renaciente

Dentro del yo soberbio ante su espejo.


El egoísta yo muy solitario,

Que se busca y no topa más que vana

Vacuidad conducente al gran vacío,


Miserable vacío en una hoguera

De agónico autoardor entre cenizas,

Un solo claroscuro vacilante.


Es el yo del artista que se adora,

El dios que se desea hasta en su culto:

“Heme aquí tan cruel y siempre bello”.


Idólatras del yo, ritual solemne,

Hondo fondo hediondo con sus ratas,

Con sus animalejos inventados.


¡Ese “moi adorable” tan ilustre!



SEAMOS

Soñaba.

“Quiero salir, salir al fin de mí,

Fugarme de la cárcel en que vivo,

Más allá de mis límites.”

Y soñaba, doliente.


¿Ser otro ser? Quiá representado

Por ti en escena propia,

Autor, actor, teatro, farsa, feria,

Ser un papel andante de argumentos,

A fuerza de infligirte “no, pues no”.


O en ebriedad latir, o más, con droga,

O ascender a frenético delirio.

Ser un casi demente,

Ser otro en baraúnda colectiva,

Ser otro enhechizado.


¿Es eso ser?

¿O ser difícilmente

Según tu vocación si la alcanzase,

Y con hijos, con obras,

Tu trascendencia en plenitud madura?



SE BUSCA

¿Y qué sentido nuestra vida tiene?

Cierto, cierto sentido…

La solución no viene del paisaje.

Nuestras mentes darán una sentencia.

¿Todo imaginación? Ah, no, tampoco.


Buscamos la verdad.



RAÍCES

El pasado pasó como presente.

Como pasado aún vive en restos rotos,

Todavía sustancia.

Fluye por raicillas,

Por raíces acaso vigorosas.

El hombre, la suprema tentativa,

Por fortuna feliz también es árbol.

¿Sin raíz, sin historia? No, jamás

Falso monstruo quimérico.



SOMBRA Y CORAZÓN


      EN EL HOMENAJE A CONCHA ZARDOYA


“Historia femenina inacabable”

Ella lo dice con su voz muy suya,

Que es eco de la voz universal,

Dicha en la sombra.


Todo está en una sombra que recoge

Dolor, angustia de los desvalidos.

¿Y no lo somos todos? De repente,

Black-out, la oscuridad de gran Historia.

“Un extraño lugar

De vibración común, terrible y dulce.”

Soledad, soledad jamás de veras:

Reúne algo común al hombre con el hombre,

Y no sólo en el repliegue de obediente,

Bajo los espantosos poderíos.


Los horrores que a todos nos circundan,

No tanto por razón de nuevo siglo,

Aumentan la congoja de la vida,

Que nos resume voz de una mujer

Con imaginación más, más sensible

Que esos ilustres jefes, geniales –y tan rudos.


“La tierra es más piadosa que los hombres”

El alma siempre tierna así lo entiende,

Y los ojos retornan a la rosa,

Perfección de natura.

La rosa, “compasiva en su luz, consoladora.

Belleza. No cruel”

“Sencillísma, plena, transparente.”


La afirmación del Ser no se extravía,

Aunque sombras y sombras la recubran,

Aunque la muerte… Choque violento,

Perplejidad. Y más se ahonda el alma,

Y allí se queda. ¿Sin salida acaso?

“Mientras haya preguntas…”

Y recupera el alma algún alivio.

Que interrogue, que aguarde, que preserve

“La profunda raíz de la esperanza”.

(Tumba de Agamenón, perennes sombras.

Aquel silencio, sin ninguna fecha.)


Vencerá el corazón? Es “sangre y alma”.

“Se afirma una verdad insobornable”,

Esa certeza que remueve a muchos.

El corazón la trasfigura y crea,

Protagonista firme, tenacísimo

En su rincón herético humildemente.

Voz de veras poética se impone.



LA ASTRONOMÍA

Entre todas las ciencias, la flor: astronomía.

Extraordinarios los descubrimientos

En ese mundo enorme y sus galaxias.

¡Enorme! Nos parece ya infinito.

Es la base muy sólida de la humildad humana.

¿y un solo Móvil guía de universo,

Interesado por un solo punto

De la Tierra, planeta sin realce?

¿O tal vez capital de las galaxias?

Enorme el universo. Y yo, minúsculo.

Lo confieso: minúsculo. ¡Minúsculo!



TAMBIÉN OCURRE

El amor cristaliza en una forma,

La doble forma justamente opuesta.

Los dos felices cumplen con su norma,

La selva convirtiéndose en floresta.


Se consolida un fondo que resiste.

Nunca aridez. Pareja nunca triste.


Sensación de placer y de embeleso.

Un lúcido entusiasmo en la pareja.

Hombre y mujer se enlazan: sexo y seso.

La luz envuelve. Todo se despeja.



LO INDISPENSABLE

Sin un verdadero amor,

Sin un quehacer verdadero

La Historia no justifica

Nuestro paso por la Tierra.



LA REALIDAD Y EL FRACASO

1

¿Soñó una falsa imagen de este mundo,

Y este mundo –sin culpa-

No coincidió con el error soñado?


Hubo algo más que una ilusión perdida.


2

Sintió deseos nunca satisfechos.

¿Qué deseaba: gran amor, riqueza,

El saber, el poder, las elegancias,

Un dominio social, el gran renombre?

Le asaltaban deseos

Sensuales, muy precisos o muy vagos.

Exigía dulcísima armonía

Como en sus paraísos infantiles.

Y se lanzaba hacia la primavera

Con delicado cuerpo adolescente.


¿Qué sucedió?

¿Hubo persecución, enfermedad, miseria?

Jamás externos dramas.

Nos dijo: “Mi experiencia es un fracaso”.

Un fracaso del mundo.

                                        ¿No del hombre?


3

A pesar de victorias muy gozosas,

¿Por qué acusaba siempre?

¿Era siempre inferior la realidad,

Que al fin se le escapaba a su deseo’


Oscura tentativa

De quien consigue ser difícilmente,

interna confusión contradictoria

Parada en este punto de impotencia,

Desazones del ser

Que lo es mal y poco.


¿Pecado original’

Boceto insuficiente.

Se prolonga una angustia

Suspensa en ese trance de fracaso.



SEGUNDA CARTA URGENTE

Como Tú no te ausentas, yo te diré a mi lado

Mucho mejor en verso que sigo enamorado.

La vida cotidiana construye, no desgasta

Nuestro ser de pareja que va viviendo… ¿hasta

Cuándo? Pregunta inútil. No hay confín ya previsto.

Con ahelos comunes tú existes y yo existo,

Y pongo en la palabra “compañera” la esencia

De nuestra relación, que a vida nos sentencia:

Entrañable verdad sin vanas ilusiones.

No hay momento de error que tú no me perdones.

El mundo en tyorno se abre para nuestra avidez.

Viajes, países, libros gozamos a la vez.

A mi pluma el ambiente real no es ajeno.

La mañana a los dos nos dispone su estreno.

¿Soledades? Jamás. Un linaje rodea

A todos nos aturde la universal pelea,

Y a este fervor tan íntimo le confieso: tú vales.

Hijos, Teresa, Claudio me son siempre esenciales.

Mi descendencia: nietos, biznietos, perspectiva

Feliz, las esperanzas en claridad, arriba.

Mientras, la Historia enorme nos colma con sus dones,

El horror, las proezas y siempre hacia un futuro

Que será extraordinario contra presagio oscuro.

“Irene” es paz. ¡Oh Paz! Mi voz mejor entonces.



AUSENCIA DE RUIDO

Una silenciosísima explosión

De luz en un instante.

                                       ¿Qué? Relámpago.


Se suceden relámpagos sin truenos.


Esta ausencia de ruido da al fenómeno

Su hermosura sin mínima retórica.



DE LA VEJEZ

1

Esta falta de tiempo en los finales,

Años… El hombre aún concibe y puede,

Realizar con la angustia de los límites,

Próximos, tan normales, tan inciertos.

Y su melancolía rememora

La infinitud del juvenil futuro,

De veras, sin querer, así sentido.


2

No se ve ni se siente viejo el viejo

Cuando prorrumpe de su ser un ímpetu

Que dispara sus labios y sus brazos.

Prosigue el yo de vida ahora joven

No el de aquel mozo desaparecido.

He ahí los deseos –bajo tiempo

Que pesa.


3

“Las hijas de las madres que amé tanto

Me besan ya como se besa a un santo.”

Y las madres también. Y yo las beso.

(En el fondo resalta puro un beso.)


4

Era un secreto regocijo límpido,

Era un gozo profundo que de pronto

Se me imponía muy incongruente.

Era la ingenuidad de una inocencia

Juvenil, sin querer tan entrañable,

En reposo quizá de una vigilia

Más bien tranquila. ¿Fábula es el tiempo?

Las edades resurgen, se barajan,

Laberinto vital.


5

Cansancio, gran cansancio de una Historia

Que monótonamente se repite

Con mucha pesadez.


Los muchos años ¡ay! Se nos resuelven

En una perspectiva pesadísima

¿Adiós entonces?

                               No, no. Esperemos.



3. DRAMATIS PERSONAE




III EPIGRAMAS


La vida bien vivida y entendida,

Si se resuelve ya serenamente,

No nos deja sabor del todo amargo.

Se va oyendo un rumor. La vida es fuerte.


¿El superhombre?

Designación hipócrita de un dios.

-¿Hombre divino?

-Quimera de humildad en el orgullo.

-¿Y quién quieres ser tú?

-Hombre. Y nada más. Y ya es bastante.


Los impulsos valiosos de los hombres

Son amor, amistad, admiración.


Sin estos tres impulsos,

La condición humana más común,

Todo es superficial.

Condenó al hombre Dios a tales superficies,

Verdadero pecado original.


Esos amigos son superficiales.

¿Amigos? ¿Literatos envidiosos?


 Vida privada en decadencia.

Frenesí de la exhibición.

Se complace el hombre en ser público.

Ah, que se descorra el telón.

La fama es un ruido muy tosco.

Ellos dicen: “En él me enrosco”.




II

Me despierto. Me zumba en los oídos

Un gran rumor del cielo y de la tierra

Como si hubiese el más solemne fondo.

¿Al mundo así con ilusión respondo?


Una sola gaviota ha madrugado,

Y nadie sino yo contempla el vuelo

Que va cruzando espacio silencioso.

Pura amplitud en soledad alzada

Sobre instante libérrimo, bellísimo.


¿Es una vida muy superficial?

Constante exhibición irá extendiendo

Las superficies sobre superficies.

Y si quizá se mira en el espejo,

¿honda la imagen? Apariencia vana.

Jamás la vida es sólo superficie:

Un camino muy serio hacia la muerte.



Esa creencia en la Resurrección…

Me lo explicó un creyente.

-¿Y la famosa “cuarta dimensión”?

-No la entiende mi mente.

-Einstein ha sido un sublime Colón.

-En tal magia no puedo hincar el diente.


Nos dice un refrán odioso.

Feroz: “Más vale lo malo

Conocido que lo bueno

Por conocer”. Mucho pánico

Yace en esa tradición:

Pánico a la vida misma.



UNA VOZ

                  (ADIVINANZA)

               (De qué países)


Aquel General

Cuánto asesinaba.

Y qué bueno era.

¡Gloria a mi país!


El secuestro es maravilloso:

Aventura, crimen, justicia,

Revolución por seria causa,

Delito vulgar. ¡Qué delicia!


Gran poeta pero mal bicho.

Es infalible lo bien dicho


Y lo peor: era ya un dios.

Atroz, atroz, adiós, adiós.


¿Pena de muerte? No

                                       Yo no discuto.

Es crimen absoluto

Que el sofista se alíe con el bruto.


              Ascensor,

Capacidad máxima:

             Ocho personas.


              Tirano

Capacidad mínima

              Medio millón de muertos.


Elementos de toda dictadura.


Bases: el homicidio y la mentira.

Matar, matar, matar, seguir matando,

Mentir, mentir, mentir, seguir mintiendo.

Imposible cualquier criterio crítico.


Santa voz: la verdad os hará libres.

Todo el país padece un hondo pánico.

No se atreve a ensayar a ser moderno.

Ay, con tanto remilgo y fuerza bruta

¿Logrará mantener su propio infierno?




  EL JUEGO Y LA GUERRA

-¿Juega Vd. Al ajedrez?

-Ignoro ese juego ilustre.

Pero mi vida y mis obras

Se reducen a jugar.


Es el modo corriente de ser civilizados.

Las ciencias y las artes así se desenvuelven.

En esa convivencia tan pacífica

Convergen los esfuerzos

Hacia las creaciones del espíritu.


-¿Y si el cuerpo se turba y no funciona?

-Entonces no se juega.

La falta de salud exige los cuidados

De especiales peritos.


¿Más, más vida? Más juego.

-¿Esa es toda la Historia?

-Nunca, nunca jamás.


Habrá enemigos siempre que nos manden

Verter ríos sangrientos. ¡Guerras, guerras!

Una de dos: jugamos o matamos.


¡Lejos el ajedrez!



DECLARACIÓN

Yo jamás he vivido de negocio:

Patrono explotador de esfuerzo ajeno.


Moderados los gajes del oficio.

Nunca escribir para ganar dinero

Página de poema ni de prosa.

¿Y los premios? Tardía lotería.


Burgués, en suma por destino histórico.

No, no soy proletario ni aristócrata.

Lo declaro ante el juez inexorable,

Dogmático de clero y anticlero.


Que conste;

Yo jamás he vivido de negocio.



A soledades no voy

De soledades no vengo,

Porque para andar en vida

No bastan mis pensamientos.



No me podrán quitar el placentero

Sentir, entreverado de aflicciones,

Consecuencia en rigor de vida-vida,

Adhesión al contacto fecundante.



Me canso de increpar a los peores.

¡Tanta complicidad en tanto crimen!

Dejémoslo. ¿Futuro? Yo lo ignoro.

Me bastan esos años asumidos

A través de una vida en un planeta

Que a veces logra cúspides geniales.

Gracias. ¡Adiós!




IV

TIEMPO DE ESPERA


1

Aquella antigua patria

Debió afrontar la gran edad moderna,

Que es “un antiguo error”. Y no lo quiso.


Y emprendió un retroceso violento.

Años atroces, años de fracaso,

De fracaso esencial: una cruzada.


         Tiranía. Bienestar.

         Tantos coches por la calle

         Justifican que no hable

         La voz libre de la gente,

         El espíritu viviente.

         Tiranía. Corrupción.


2

Nos sonroja nuestra Historia:

La época del secuestro.

Esa confusión de ideas

Alcanza un grado siniestro.

Los criminales se crecen

Inspirados por el estro

De la Gran Revolución:

“El sumo derecho nuestro”.

Monstruo al fin el asesino,

Que ya es fantasma de espectro.


3

Españoles castizos,

Absolutistas,

Quieren llenar de muertos

Sus grandes listas.

Todo muy serio.

Ya no hay lugar más grato

Que el cementerio.



4

Muchísimos asesinatos fueron

Imprescindibles

Para crear y mantener la base

Del poder absoluto: el terror colectivo.


Pero el asesinato no es negocio.

El hambre, siempre el hambre.


Tecnócratas al cabo de los años,

Ingeniosos tecnócratas

Inventaron remedios.


Y ante Dios y los hombres pudo justificarse

Todo lo criminal y el poder absoluto.


Razón, la Economía. ¿Lo esencial será eso?


5

La vida avanza plural,

No según rigor de clave.

Inextinto el material.

Tiempo de espera. ¡Quién sabe!


6

¿El vivir de tumbo en tumbo?

“soñemos, alma, soñemos.”

Inventemos vida y rumbo.


7

Un fondo inquisitorial

             -Disparate-

Y un  autócrata moderno

             -No hay debate-

Forman un solo caudal,

             Río Orate,

Que aspira a ser Río Eterno.


8

Y lúcido, pérfido, caústico,

Sin saber de miel ni laurel,

Escoge la tabla de piedra

Para inscribir: “me soy muy fiel”.

Nadie más libre. Dictador.

¡Alabado sea el peor!


9

Una agonía muy larga.


En sus concéntricos círculos

Una atención general


Mezcla iracundias y cálculos,

Augurios quizá de paz.


Otra vez asoma el alba.

Los gallos quieren cantar.


10

Muere el tirano, muere el tiranísimo.

Los cómplices en duelo se lamentan

Y se yerguen, tonantes, militantes,

Y cada díez minutos

Estalla un cañonazo

Con fragor clamoroso,

Que resume el terror de aquella historia.


Fragor, terror, final apoteosis

A la desesperada…



11

                    Manuel Azaña

                    In memoriam

Sucedió.

                La paz victoriosa

Con un rigor de tiranía

Se impuso a los vencidos –siempre.


La tiranía, sí, se acaba.

No hay Régimen sin Vencedores.

Aquella guerra, sí, se pierde.



12

Estalló entonces el acontecimiento

Después de cuarenta años implacables,

A los cuarenta en puntos la Historia.


Y se irguieron los más pisoteadosVíctimas respiraron en las cárceles

A los cuarenta en punto de la Historia.


Se estremecieron cómplices solmnes,

Crujieron uniformes con sus cruces

A los cuarenta en punto de la Historia.


Sonrieron al sol los perseguidos,

Sus lares restauraron los dispersos

A los cuarenta en punto de la Historia.


Se sintieron felices las palabras,

Volaron por el aire más que pájaros

A los cuarenta en punto de la Historia.


Bajo la omnipotencia del Poder,

Entre ricos y prósperos negocios

A los cuarenta en punto de la Historia.


¿O eran las cinco en punto de la tarde’

Eran años –cuarenta- fugitivos,

A los cuarenta en punto, punto, punto.


13

-¿Qué es una guerra civil?

Matanza entre dos discrepantes-

Atención: cada viviente

Podría ser fusilado

Bajo el mismo crimen, único

Pude yo también morir.



14

Época de gran mudanza.

            Por fin se avanza.

¡ay grillos en una olla.

           Todo se embrolla.

De nuevo como otra vez.

           Qué pesadez

La Historia de esa Península.

           Ínsula, ínsula.

Se ahoga en el agua el pez.



13

El bien y el mal siempre juntos

Ofrece el vivir humano.

Distinción capitalísima:

Muchos son los incapaces

De asesinar a los hombres.

Lector: no has matado a nadie.

Ni yo. Seremos amigos.



16çLleguemos al momento por fin equilibrado.

Atrévete a decirte, español tan patriota:

                     Defiéndame Dios de mí.


Ese eterno proceso en retroceso,

Mientras se esperan músicas divinas,

No impide aún corazón lanzarse ileso

Tras ti, oh Paz, y lo que tú combinas.



17

Después de tantos años de poder absoluto

Fundado en el terror –mata, miente, corrompe-

Y tan honda la crisis general de la época,

Degradación confusa de todo lo supremo,

Desesperados hay con rabia, con desánimo

Sin una perspectiva que implique actividad.


Nunca simplifiquemos: nula visión abstracta

Sin contacto preciso con las siempre complejas,

Distintas realidades y sus contradicciones,

Que admiten una ayuda de esfuerzo esperanzado

Hostil a ese abandono del cobarde suicidio.

¿Quién va creando Historia?

                                                 Retroceso no habrá.



NONAGENARIO

Ese nonagenario

Ya es otro personaje.

La persona, disuelta por las sombras,

No sabe nada entonces de sí mismo,

Del orbe de los otros.

A diario se agita,

Come, duerme, fantasma.

Dura crisis del fin: desmemoriado,

Animal, sin historia.



PRESENTE QUE REBOSA

                         (Quai St. Michel)

Junto al pretil del muelle viendo el río

Se paró

             Contemplaba el curso manso

Del agua con espumas en la orilla.

Y la dama apoyaba su mirada,

Vaga entonces quizá, más bien absorta,

Sobre aquella fluencia, suficiente

Compañía en la luz de aquel domingo.

Sola por entre gentes, rubia, firme,

Con energía erguida resguardando

Sabe Dios qué potencia de futuro.

¿Adónde encaminaba su hermosura?

Aquel tesoro implícito en espera…

¿De qué? Con un pasado de treinta años

Quizá, ¿qué impulso ahora la impelía?

¿Cuál sería su nombre en su lenguaje?

Ese tiempo compacto de presente

Condensaba en figura femenina,

Certera su atracción, una inminencia

Deslizante, muy rauda hacia una incógnita:

El minuto siguiente de una vida.



OTRO SNOB

-¿Quién es ese impertinente

Que quiere ser distinguido?

-Un menor sin propio impulso,

En teatro posturitas,

Apariencias, vanidades,

Antes de su propia muerte

Condenado a nunca ser.

-¿Es condena merecida?

-Sino trágico: no es.




4. EN TIEMPO FECHADO


LA PRIMERA FRASE

Ninguna luz era en el mundo,

Nada hay que ver. Sólo un vacío,

Que así permaneció anterior

Al “fiat lux”, por nadie dicho,

O por Alguien no material,

El protagonista divino.

Irradió un ser, luciente siendo.

Después ¿qué? ¿Ya era el tiempo, niño?

Y con su espacio y con su espera.


Nuevo texto.

                     “Dijo Dios: Brote la Nada.”

                                         “Juan de Mairena”, XXX


Hay más allá de Dios, del Ser –creía-

La Nada con mayúscula solmene

Que impide que la Nada sea Nihil.

“Él con su corazón lo intuye todo”,

También acaso en juego intelectual,

Paso de la palabra entre palabras.

¿Un sacramento? ¿Poesía pura?

¿Antonio así comulga con el verbo?


Nunca Dios pronunció “La Nada brote”.

Inútil herejía. –Juego puro.



DIÓGENES

Diógenes, buen cínico, filósofo,

Está ahí como asceta pordiosero,

Frente a la sociedad establecida,

Muy agresivo, libre, solitario

Como si fuese impertinente hippy.


Le acusaron. –Eres un ignorante.

¿y a la vez un filósofo?

-Ser un sabio en conducta, ¿No es ya filosofía?


Le preguntan: -¿Qué es lo mejor del mundo?

Sin sombra de conflicto respondió:

-Libertad de lenguaje:

-¿Y cuál es el valor máximo de la vida?

-La esperanza, las esperanzas nuestras.


El arte de vivir es muy difícil.

-Necesita ejercicio

Al modo de los músicos y atletas.


Diógenes se reía

De saberes científicos, les lanzaba sus retos.

¿y a tanto se atrevía, tan cercano Platón

Y viviente Aristóteles?

Heracles, su maestro, dios entonces,

Decidía: libertad ante todo.


Exclamó nuestro héroe

Contemplando preludios de gran fiesta.

-Si eres hombre ¿no sientes

Que es fiesta cada día?


Diógenes, en su época de esclavo

Se opuso a quien quería rescatarle.

-Leones nunca esclavos de su guardas.

Los guardas son esclavos de esas fieras.


Diógenes muere. Dice un epitafio:

Ha volado a la estrella del león.


“Antología Palatina.” Otro epitafio:

Dijo a Caronte:

Llévame a la otra orilla de la Estigia.

Yo he despojado toda vida humana

De su soberbia.


Pan, alforja, sayal, bastón y copa.

Diógenes sobrepasa a su figura.



CON LAO-ZI

Aquellos pensamientos taoístas

No se quedan aislados, polvorientos.

Nos lanzan sugestiones, atracciones.

Contestamos con voz de simpatía.


“Hombre de superior virtud no tiene

Virtud.” En apariencia. “La posee.”

¿Paradojas? Hay muchas.

“Palabras verdaderas parecen paradojas.”


“¿Qué es más digno de estima?”

“¿La fama o la persona?” Lo auténtico se busca.

“¿Qué será lo peor, ganar, perder?”

Por rutas de ambición se pierde el hombre.

Se quiere ser auténtico.


“Gran lujo en los ropajes, las espadas al cinto,

Manjares y riquezas.” Llamadlo por sus nombres.

Son “Jefes de bandidos”.

Una conciencia ahí: este gran Lao-Zi.


“Deseo no tener ningún deseo.”

“Poseo tres tesoros: El amor,

Sobriedad. No atreverme a ser primero.”

¿Espectador? Desde la orilla actúa.


“Victoria en regocijos

Es encontrar placer en matar hombres.”

Más, más aún.

“Si el pueblo teme sin cesar la muerte,

Entonces alguien tiene tarea de matanza.”

Ya muy bien lo sabíamos, no hay duda.


“¿Humor, sabiduría?”

“Regir un gran Estado es algo así

Como freír un pez, un pez pequeño.”

“Todo es siempre difícil para el sabio.”


La verdad ante todo.

“Palabras agradables no son las verdaderas.

Palabras verdaderas no son las agradables.”

También:

“Hablar poco es conforme con la naturaleza.”


Valor en el idioma.

“Los nombres son principio de las cosas.”


Por último…

“Retirarse una vez realizada la obra.

He ahí, he ahí el dao del cielo.”


Dao: la clave misteriosa, el misterioso dao.



VIDA CORTA

Chaos innúmeros auvidum confundere mundos

                                        “Belli civilis”, VI, 696


No pudo concluir su gran poema.

Cuando le suicidaron era joven:

Sólo un cuarto de siglo. Son ya veinte

Las centurias de voz jamás callada.

Lucano sigue vivo con nosotros.


Dime, feliz Barbarie rozagante:

¿Habrá posteridad, historia antigua?



SUICIDIO COMPRENSIBLE


Un encuentro en un viaje.


Aquel esclavo griego era bellísimo.

Adriano, emperador, enamorado,

Se lo llevó consigo para siempre.

Antinoo, perfecta criatura,

Fue convertido en dios –con sacerdotes.

No aguantó ser divino aquel muchacho.

¿Y qué ocurrió? Pues… que se suicidó.


Divos toleran coros de loores…



INFIERNO

               Ma tu perché ritorni a tanta noia?

        Dice Virgilio a Dante, “Inferno” I, 76


Los destructores siempre van delante,

Cada día con más poder y saña,

Sin enemigo ya que los espante.

Triunfa el secuestro con olor de hazaña,

Que pone en haz la hez del bicho humano.

Ni al más iluso al fin la historia engaña.

El infierno al alcance de la mano.



PURGATORIO

                         XIII, 70 – XIV, 81-84


Era la gran cornisa de la envidia.

Para que nada viesen un alambre

Perforaba sus párpados a todos.

Guido del Duca –de Romaña- dijo:

“Confieso mi pasión, mi envidia ardiente”.

Los valores ajenos bien veía,

Y su videncia le dolía mucho.

Terrible admiración contradictoria:

Posee el admirable al envidioso.

Querría ser el otro, tan odiado,

Mientras rubor a su semblante quema.



LA FUERZA DEL PENSAMIENTO

                       Por la dolce memoria di quel giorno

                       PETRARCA, “Trionfo d’Amore”, I,2


Se querían a distancia.

La fuerza del pensamiento

Lograba la concordancia

Del placer con mutuo aliento.

Era una tensa ternura

Que en el recuerdo perdura

Vivaz, real, eficaz.

Y la mera fantasía

Con sus alas mantenía

Tal vuelo de amor a paz.


Una mujer entrevista

Con tanta hermosura ignota

Se convierte en ideal

De un amor que no se agota.

Queda el nombre hasta en el bronce.

(Hijos de hogar fueron once.)

El distante enamorado

Traza con rigor sonetos.

Idea y gloria también

Son realidades –y retos.


   

EL BURLADOR

                                   Téllez – Tirso


Muy canalla ese Don juan,

Primero de la corriente

Donde será un capitán

De este cristiano Occidente.


Burlador –engañador

Con cinismo, con perfidia.

A sabiendas de que así

Toda su vida es mentira.


Fray Gabriel es implacable.

Lo empuja para que vaya

Directamente al infierno

Que merece tal canalla.


Don Juan Tenorio es brutal

Y muy duro en el engaño

Que deshace a cada víctima

con astucia de bellaco,


Más valeroso en la cena

Con el muerto, gran viviente

Que a las llamas le condena

Donde arderá, muy consciente.



UN PASEANTE SOLITARIIO

ROUSSEAU, “rèverie d’un Promeneur Solitaire”, 1782


Con un acuerdo unánime proscrito por su siglo,

-Filósofos sutiles de Razón-

Jean- Jacques se retira a la natura,

Se retrae a conciencia solitaria.


“horror de raza humana.” Si a tal mundo

Lo siente ya extranjero,

Se estudiará a sí mismo y la natura.

“La fuente de la dicha está en nosotros.”

Dios sabe que Jean-Jacques es inocente

“Aquel tono dogmático de aquellos charlatanes”

Precisamente sus perseguidores.

El solitario piensa con el disentimiento.

De corazón-razón.


Y ahora…

Jean-Jacques en el silencio se recoge

Sin más rumor que el grito de las águilas,

Gorjeo entrecortado de los pájaros,

Retumbo de torrentes que de montañas cae.

El alma goza de éxtasis, arrobos.

¿nada más? Por allí los vegetales

Solicitan atenta observación.

Ya en medio de aquel lago,

Tendido sobre un bote,

La mirada pendiente de las nubes,

Entregándose a horas y más horas

De ensoñación confusa,

Sentía deleitosamente vida,

Y a su propia existencia era deleite.


Y luego herborizaba por aquellos contornos.

La tierra nos ofrece muy bellos espectáculos.

Y pensaba en Linneo y su Botánica.

Y soñando seguía así fundiéndose

Con éxtasis y arrobos en el sistema entero

De natura, de toda la natura,

Y buscaba las leyes generales.

El estudio, sereno.

“Y retorno a mi herbario, que me hace feliz.”


Jean-Jacques, tan remoto de los malos,

Es ya lo que la gran natura quiere:

Profunda dicha. “Yo… yo soy yo mismo.”

¿Al margen de la Historia?

Siempre causa de Historia, lo sabemos.



ENEMIGO

-¿Tiene usted enemigos?

                                            -Uno solo:

El que me simplifica.


Críticos, casi críticos, veloces,

Repiten frases fuera de contexto.

Y sin haber leído juzgan,

                                           rudos.

“El mundo está bien hecho.”

                                                       ¡Todavía!

El hombre, si no está desesperado,

Se adhiere a este vivir con sus pulmones.


Es “Aire Nuestro”,

Y respirando, libre, goza, sufre,

Perdura con su crítica, protesta.

¿Inútil insistir?



LA MATERIA


         A materia e forte e absoluta

          Sen ela nao ha poesía.

         MURILLO MENDES, “Poesía em pánico”


Poesía, espiritual conato.

Por entre las palabras y el espíritu,

Intuiciones, visiones, sentimientos,

Jamás pura abstracción. Se apoya siempre

Sobre eso que está ahí, total materia,

Compacta de elementos muy concretos

Que nos salvan: rehúsan el vacío.



LOS TIRANOS

En este siglo son tres los tipos de tirano.

El loco, el perverso, el vulgar.

En arrebato de pasión absurda

Va destruyendo raza muy valiosa.

Un poderoso jefe, muy dogmático,

Hasta sus compañeros aniquila.

Mediocre pillo sin ninguna idea

En su favor irradia su poder absoluto.

¡Cuántos asesinados! Siglo XX.

Maravillosa técnica científica.


(Fin de lectura: el horror –No, no por Dios, el vómito.)



CRISIS

Su cólera, de pronto, fue tan fuerte

Que se le revolvió contra sí mismo.

Morir, morir. No queda resistencia.

Por el balcón un salto hasta la calle.

Los nervios disparados no obedecen

A ninguna razón en el monólogo.

Pasan minutos. Soledad destruye.

El desconcierto borra la apariencia.

Una fatiga se insinúa, cede.

Alguien llega. Se habla con el mundo.

Hay que vivir. La realidad se impone.




II

OTRAS VARIACIONES


RONSARD “LES AMOURS”

Quand vous seres bien vieille, au soir, à la chandelle.


Cuando seréis muy vieja, frente a la luz candela,

Sentada junto al fuego, hilando y conversando,

Diréis, y con asombro, ante mis versos-acantos,

Ronsard me celebraba cuando yo era hermosa.


Entonces la sirvienta, oyendo tal noticia,

Y bajo su labor a medias soñolienta,

Al oír mis elogios habrá de despertarse

Vuestro nombre alabando en una inmortal loa.


Yo estaré bajo tierra, y fantasma sin huesos,

A la sombra de mirtos lograré mi descanso.

Junto a la lumbre os veo ya anciana acurrucada.


Sintiendo aún mi amor, lamentando el orgullo,

Vivid, hacedme caso, no esperéis a la mañana,

Y desde hoy coged las rosas de la vida.


Cuillez des aujourd’hui les roses de la vie.



CECILIA MEIRELES

                        Antonio Machado

                                 De “Mar absoluto”


Contigo, ANTONIO, Antonio Machado

Quisiera pasear contigo,

Por mañana de sierras, por la noche del río,

Con la naciente luna.


Palabras sosegadas irías tú diciendo,

Se moverían hojas en el árbol.

Eras tú el árbol, el árbol, Antonio,

Con su alma preliminar.


Palabras tristes que no me dijiste,

Sentidas en el viento, ya por otros lugares,

Los dioses de los campos quizá las recogiesen

Y las transformarían.


Tú, tú eras el árbol, andando por la tierra,

Con raíces vivientes, con pájaros cantores,

Contigo, ANTONIO, Antonio Machado,

Sería bueno pasear contigo.


Por montes y por valles ir andando andando,

Y entre los cazadores que se van a cazar

Oír a los lebreles que corren tras la luz,

Corza verde en el aire.



YVES BONNEFOY

                             De “LA TERRE”

                            (“Dans le leurre du seuil”)


I

Yo grito: ¡Mira!

El almendro se cubre

De millares de flores bruscamente.

Aquí, lo tan nudoso,

Lo siempre terrenal, lo desganado

En su puerto ya entran. Yo, la noche,

Consiento. Yo, el almendro,

Entro adornado en cámara nupcial.


Y, ya lo ves,

Hay manos de lo alto que en el cielo

Recogen

Como pasa una onda- en cada flor

Algo imperecedero de la vida.


Y las manos dividen esa almendra

En paz, y palpan extrayendo el germen.

Y se lo llevan, ya simiente

De mundos

A ese “nunca jamás” de flor efímera.


II

Tan arriba encontrémonos,

Que tanta luz

-como si rebosara de una copa

Donde el grito y la hora se entremezclan-

Sea un desbordamiento

Claro, y allí ya nada quede

Sino gran abudnancia,

Como tal abundancia designada.

Volvamos a encontrarnos,

Tomemos a puñados nuestra pura,

Presente desnudez

En el lecho nocturno y matutino,

Dondequiera que el tiempo profundice una zanja,

Donde el agua preciosa se evapore,

Cada uno hacia el otro, sí, llevémonos

Como todo animal y toda cosa,

Toda desierta ruta, toda piedra,

Todo metal, todo desbordamiento.

Mira bien, mira aquí:

Florece aquí la nada y sus corolas,

Sus colores de alba y de crepúsculo,

El don de una belleza, misteriosa,

El lugar terrenal,

También un verde umbrío, y el viento por las ramas.

El oro está en nosotros: un oro sin material.


Oro de no durar, de no tener,

El oro de un haber ya consentido.

Única llamarada

En el transfigurado flanco del alambique.


Y vale tanto el día que se acaba.

La calidad de luz es tan preciosa,

Tan simple ese cristal amarillento

De esos follajes,

De esos caminos entre manantiales,

Y tan satisfactorias nuestras voces,

Una para la otra,

Con tal sed de encontrarse, errabundas al lado,

Y mucho tiempo a oscuras por entre interrupciones.


Tú puedes llamar Dios a este vaso vacío,

Dios que no es, pero salva los dones,

Dios sin mirada y con manos que enlazan,


Dios celaje, Dios niño y por nacer,

Dios nave que comprende los antiguos dolores,

Dios bóveda

Para la estrella incierta de la sal

En la evaporación, única inteligencia

Que sepa y pruebe aquí.

                                                          (Paris, 14 agosto 1975)



ELIZABETH BISHOP

UN ARTE


El arte de perder no exige lastre.

Son hechas muchas cosas con intento

De pérdida. ¿Pérdidas? No hay desastre.


Si, perder, dad por bueno que os arrastre

Con sus llaves la hora malgastada.

El arte de perder no es un desastre.


Id perdiendo más lejos, más de prisa

Poblaciones y nombres con propósito

De viaje, lo que no será desastre.


Perdí el reloj materno, y la penúltima

-o última- de tres amadas casas.

El arte de perder no es un desastre.


Perdí ciudades, dos, hermosas, vastos

Reinos propios, dos ríos, Continente.

Me faltan, pero no es un gran desastre.


Y si te pierdo a ti (la voz burlona,

Un gesto amado) yo no habré mentido.

El arte de perder no exige lastre,

Aunque pudiera parecer desastre.



MICHAEL HAMBURGER

LA PUERTA

(THE DOOR)

                                     Para Jorge Guillén

Esposa, hija, nieta

Van de puntillas para que no cruja

La pared de palabras.

A diario la estrofa

Queda abierta al amor inquieto a veces,

A los errantes que cada día se apresuran.


Cuanto más, con aplomo se edifique,

Continuará la puerta siempre abierta

Para los pies que rozan

Límites familiares.

Para el aliento apenas oído ni entendido,

Trozos quizá de charla por el piso de abajo.


En esa habitación de tal lenguaje,

Los vocablos se mezclan

Con vientos allá lejos, los de España,

Y con voces más débiles y con huellas de pasos,

Respiración pretérita extinguida.

Y las palabras van hacia otros vientos,

A incógnitos lugares –o sabidos.


Fuera de cada estancia ya cerrada,

A través de la misma puerta abierta,

Los errantes ligeros y tranquilos,

Se halla usted en su propia habitación,

Y próximo o remoto permanece

Más y más perdurable para el amor callado.



MIMMO MORINA

    SAN FRANCISCO

Se refleja sobre las vidrieras

Mi rostro de hombre maduro,

Geométrico encuentro de mundos.


En la maraña de las calles

De la ciudad

En flor

Hincha la brisa al cielo.




III


MARCEL BATAILLON

Eminente sin énfasis, persona,

Una persona siempre,

Tan sabia que reserva

Su saber, tan profundo y elegante,

Sus muchas precisiones de erudito,

Y sólo ofrece su sabiduría,

Su calidad humana,

Ecuánime fusión

De inteligencia muy sensible y ánimo,

Rendimiento fraterno al otro prójimo.


Ante aquella actitud tan verdadera,

Sin cesar trasparente,

Dialoga con palabra siempre auténtica,

Y con tal sencillez

Como si todos fuesen sus iguales.

Y desde su París ira escrutando

Con amor a esta España en su maraña,

Relieve esclarecido ante sus ojos.

Excepcional maestro: su memoria

Queda en el corazón de sus amigos.



VICENTE ALEIXANDRE

I

Frente al mundo este hombre

Dice que “una materia inmensa dura”,

Nace “del existir”,

Y se detiene en alguien.

¿Quién seré yo?

“Soy lo que soy” con mi “nombre escondido”.

Poeta impersonal.

No se individualiza. Ni hace falta.

Le invade el universo.


Responde

Con su imaginación en explosión

A través de un lenguaje en elocuencia.

Impulso violento

Se arroja hacia la luz y la trasciende

Con su palabra, siempre más allá

De un ser humano:

Fuerza de creación en ese espacio

Donde todo se junta, se penetra,

Y sin contradicciones

Todo es complementario en plena vida,

La ternura, la furia,

La destrucción o amor

Que gobierna galaxias.


II

Todo se relaciona aún más en la palabra.

“Un navío, me voy, adiós, al cielo.”

La discordia es armónica en tal viaje.

“Entonces son posibles… palabra sin sentido”

Ya que también lo tienen.

Por la frente así cruzan unos “pájaros

Cuyo sentido ignoro”.

Nada, nada podría destruir

“La unidad de este mundo”.


¿Y el hombre? “Pobre hombre”,

“De menguada presencia”, nunca “selva”:

Un elemento entre los elementos.

Y si esta voz afronta

Cara a cara compacta res taurina,

Aparece bajo una “mano inmensa”

Que sí “cubre celeste toro en tierra”


Es en la creación de ese mundo infinito

Donde con eficacia prevalece

La amorosa potencia,

Aquí ya un eco humano: poesía.

“Palabra sola y pura,

Por siempre –Amor- en el espacio bello.”

Y verá quien lo escrute

Como llega a lucir “piadosamente”.


Ah, no se pierda jamás el incesante

Contacto con la tierra.

Así prolongaremos nuestros seres,

“hechos ya tierra viva”.


¿El “mundo a sola”? No.

Nuestro muy semejantes,

Siempre tan inmediatos, nos escuchan.

Un arranque entrañable ofrece diestra

Fraternal, solidaria.

El tan viviente en medio de la Corte

No será ajeno a Historia,

Y asume apasionado el corazón

De todos, de ninguno,

Fiel a lazos que traban, unifican.


-¿Y desde dónde?

                                -Pues mirad, ahí.

… Y se abe una casa.

Sonríe un caballero

En todo su rigor de urbanidad.

Y preguntan los rostros apremiantes:

-¿Quién es?

-Nada hay que preguntar. Es el Poeta.



DIONISIO RIDRUEJO

Un hombre. Se equivoca.

(El interlocutor es infalible.)

Reconoce su error y lo combate.

(Lo que no entenderá jamás el necio.)

Conspira, va a la cárcel, es proscrito.

(-¿Dónde “la consecuencia”? –Grosería.)


Bastaba conocer a la persona,

Lejos de todo esquema inamovible,

Para que fuese amigo inolvidable.

Un alma delicada,

Muy sensible a la vida muy diversa,

Entiende a cada uno

Con un criterio serio de justicia.

Es la imaginación de lo posible

Quien a la inteligencia va orientando.

Poeta, pues, abierto al universo

Y a la aventura. Puede ser política,

Que nunca deja de inspirar al ánimo,

Siempre nobles los fines y los medios.

¿Los medios? Gran problema.

¿Y cómo entrar en la corriente sucia,

Ruda, brutal, a veces asesina?

Bien se hacía querer, varón singularísimo…

En ese fondo trágico de España.



J.L.B.

           Se llamaba libro de Arena,

      Porque ni el libro ni la arena tienen

     Principio ni fin.

                      JORGE LUIS BORGES


Y los ojos volvía hacia los años

Vividos, mal vividos con tristeza.

No era feliz por entre aquellos triunfos.

Y lo sentía con remordimiento

Como una propia culpa irreparable.


Su vejez le arrastraba… ¿hacia el olvido?

La muerte con su enigma incomprensible

Era una libertad liberadora.


¿Sería ahínco vano la escritura?

Pues seguirá acudiendo a las palabras,

Quién sabe, salvación definitiva,

¿Sin principio ni fin?

Para sus invenciones fama firme.



ESPERANDO A GODOT

Esperando … ¿A quién? –A Godot -¿A estas alturas?

Fatiga así esperar a quien tal vez no existe,

O no diría nada. ¿Un dios? Godot,

O simplemente God en un juego de sílabas.

Quien le espera no espera y desespera.


¿Queda todo extraviado en ese caos,

Roto en innumerables accidentes?

¿Y todo será absurdo?

¿Revelación real? Godot no viene

Fenómeno muy dentro de un espíritu.


Sola esa criatura desvalida,

Que no acepta el mensaje de los dioses

Ni consigue dotar de coherencia al mundo,

 Eso que existe ahí como un tesoro

De inteligentes iluminaciones.


Hay que inventar sentido,

No persistir con nada entre las manos,

Fracasadas, vacías,

Y sólo el solitario con su absurdo.

Esperemos de veras. ¿Hay vida? Ya esperanza.



AGENCIA DE VIAJES

                               (ÁLVAREZ ITURBIDE,

                                  “Recuerdos de antaño”)


Una agencia de viajes en el año

2000.

Un curioso cliente

Pedía información sobre planetas,

Contemplaba un gran mapa.

-Este planeta es muy civilizado

Todos sus habitantes

Piensan exactamente

Los mismos pensamientos.

-No, no, qué horror.


-En aquel astro hermoso,

Bajo unas estupendas dictaduras

Hay naciones unánimes

Y prósperas.

-Horror de horrores.


Yo quisiera un planeta

Con variedad viviente, respirable.



LA INCOMUNICACIÓN

Hay siempre una distancia que separa,

Variable sin cesar, a los humanos.

Sucede que de un golpe descubrimos

Entre nosotros y tal hombre espacio

Muy profundo, como si fuera astral.


Incomunicación doliente encuentro.

El lenguaje desune. Las razones

Son nada más instinto irresistible.

El amor, la amistad, ay, tentativas

Válidas –siempre en críticos paréntesis.


Relaciones innúmeras, muy débiles,

Se diluyen se esfuman entre nieblas.

Peores hay. Dogmáticos feroces

Proclaman sus principios incendiarios.

La incomunicación es espantosa.


Hay “diálogos”a tiros decisivos.

Se invoca hasta los dioses, que se yerguen

Entre las humaredas del combate.

Bípedos parlanchines, no perdamos

La fe. No somos todos delincuentes,


Vosotros, los humanos, sois capaces

                      De más, de Mucho Más.




PARA NO MANCHARSE

Una ansiedad de Tántalo es la tuya.

De acariciar no dejas utopías

Que,

         Ya reales,

                          Abandonarías

Sin prorrumpir, feliz, en aleluya.


Filósofo, prefieres lo ideal

Murmurando de lejos: mal, muy mal.



SOY Y NO SOY

                        To be and not to be


Se busca y no se encuentra.

¿Quién es? Jamás lo sabe.

Direcciones contrarias.

Le conducen a un caos,

El caos de sí mismo,

Un tormento infernal

Le exige destrucciones,

El flujo de los odios,

Ser y No Ser, atroz destino.


Y no alcanza jamás el Ser, fecundo.



ARTE DEL TERROR

I

Tentación: esa idea

De personalizar

En personaje vivo

-Sólo una fantasía-

A la muerte. ¡Cuidado!

La muerte nos acecha,

¿Nos persigue? Según.

Inútil la guadaña…


II

Se difunde un estilo catastrófico.

¿Una guerra mundial es inminente?

¿Destrucción –absoluta- de este mundo?

El temor y el gran cálculo discurren.

¿Será un placer el aniquilamiento?

¿O la espera secreta de un caudillo?


Historia imprevisible y completísima.



LO PÉSIMO

-En nuestro planetita, ¿cuál será, hoy por hoy,

Nuestra suprema infamia?


El viejo respondió: la crueldad.


Crueldad por recreo: romanos gladiadores

Que mueren ante el público.

Eso ya no es posible si es en orbe cristiano.

¡Progreso!


Homicidios políticos sin término.

Lo peor: aquel Auschwitz. El horror se razona.

La guerra que es cruzada. Son cómplices los diioses.

Salvación por patriotas: sacros asesinatos.


¡Milenio amenazante!

Se avergüenza la Tierra de tantas crueldades.


Y el viejo se alejó, cansado, melancólico.



¿FIIN DEL MUNDO?

I

¿Se anuncia un fin del mundo ya inminente?

Me resisto a creer en tal locura.

¿No creen los señores criminales

Que es quizá prematuro tal suicidio?

A fuerza de tozuda estupidez,

En las hermosas noches estrelladas

¿habrá un planeta estúpido girando’


II

La turbamulta de las perturbaciones

Aumenta sin cesar intensamente.

Esto es la Historia de la Bestia Humana.

¿Historia Natural? Mucho peor.

La bestia parlanchina y discursiva

Culmina en sus poderes formidables.

Terror y destrucción total. ¿La muerte

No es más que estupidez? La Nada   es nada.

¿Dogmáticos crueles son la clave

De nuestro mundo?

                                    No. No lo creemos,

Energía se opone irresistible:

La esperanza, sustancia del viviente.


III

Larga marcha nocturna hacia la aurora,

Hacia más luz, hacia existencia activa

Con trabajos continuos y difíciles,

Insertos en un mundo que es de todos.

Y juntos nos salvamos o perdemos,

Porque el destino sigue en nuestras manos.


¿Y el amor? En las bases y en las metas.


IV

A la orilla del mar

El agua es transparente,

Y nos muestra un arrastre pedregoso,

Sin confusión, muy límpido.

Suaves ondulaciones ahora necesarias

Con cadencia de tiempo sosegado

Atraen nuestros ojos,

Y nos claman el alma ya sensible,

Frente al gran horizonte luminoso,

A esta paz tan concretas, bien vivida.



CAOS, NO

Tantas contradicciones,

Al fin complementarias,

Se juntan y se sirven

Las unas a las otras.

¿Todo es uno y lo mismo?

Todo es uno y diverso.


La historia no es un caos sin sentido.



UN NOMBRE

                 La tierra

               Con sus prodigios nos cierra

               La boca (Jorge, de “geo”…)

              “Homenaje”, “Geórgica personal”


Mi nombre es una vía ya terrestre

Que sólo enfoca mi destino humano.

Y si por gran fortuna se cumpliese,

Jamás la frustración me angustiaría.


Hacia metas sublimes yo no avanzo,

Atenido a los rumbos de ese nombre,

Que no es fatalidad perturbadora

Sino humildad, conciencia de mis límites.


¿Y si por lujos se me diesen cielos

Maravillosos, las eternidades

Sagradas, más allá de la aventura

Que a mi esfuerzo concierne en mi existencia?


¿Se rendiría mi razón al orbe

De los prodigios? Aunque yo ignorase

Mi posible tarea en esos términos,

¿Toda la Creación a mis espaldas?


Heme aquí, mientras vivo en este globo,

Entre amor y terror. Yo soy terrestre.



MISTERIOSO

Para el video misterioso

Vuelve el pasado en movimiento,

Y el instante insignificante

Llega en seguida a conmovernos.

¿Y por qué? Porque significa.

No cruzan su flujo y su tiempo,

Frente a nuestros ojos atónitos.

Sin arrastrarnos a lo inmenso,

Ese impulso que es esencial

Contra mareas, contra vientos,

Y jamás contacto con Nada,

Nada irreal que es siempre un sueño,

Y la gran verdad nos oculta:

El vivir del amigo muerto.

¿Cómo?

              Salinas.

                           Me emociono.

Es él y todo el universo.



CUANDO CONTEMPLO EL CIELO

Cuando contemplo el cielo

De este cruel ambiente en que procuro

Salir del orbe oscuro

Bajo un hermoso cielo

Que ofrece su armonía a mi desvelo,

¿Cómo no desear ordenador Espíritu?

El amor y la pena

Dan a mi corazón un movimiento

Que cada noche estrena

Su canto sin condena

De este gran universo en que yo aliento.

¿Cómo no desear una Supremacía?



BUSCAR NIDO

Me refugio en la tiniebla

De este cuarto así clemente.

Yo, dueño, soy quien la puebla.

La claridad de la mente

Rehúye cualquier fantasma.

Ni siquiera Proust con asma

Me lleva al tiempo perdido

En el oscuro futuro,

Y sin el menor conjuro

Mi esperanza busca nido.



LA PAREJA

Madrugada aún oscura.

Mediante un frío incisivo

Se ofrece el mundo ya acorde

Porque estás ahí conmigo.

Amor absolutamente

Fatal. Es nuestro destino.

Esos conatos del énfasis

Bien unidos son sencillos.

Va a salir el sol. Que alumbre

Nuestro abrazo: sol ya íintimo.



OTRA FE TAMBIÉN

La verdad como dogma irrefutable

       Causa un daño infinito.

Dogma es Poder. No roces ese cable.

       Asesinato es Rito.


La extinción del aliento en nuestro pecho

Se acepta con tristeza, sí, serena

Sin delirio de ser como los dioses.

Felices muchas almas de esperanza.

Tanta fe se respeta.


Me moriré. Mal trago triste y justo.

Esta es mi humilde fe.




5

FUERA DEL MUNDO



1

Quevedo y otros dicen: vida es muerte.

La muerte es el principio de la vida.

Hay contrarios humildes.

¿La vida? Pues es vida. ¡Muerte? Muerte.


Cada uno responda con su fe.

La fe, no la razón, es quien decide.


2

Heme aquí, sin descanso,

Sin apenas descanso en la jornada

De este continuo esfuerzo

Tras la posible meta del valor.


¿Alcanzaré mi propio ser humano,

Más allá de la bestia parlanchina,

En relación de amor y creación

Por entre los errores y dolores

Del hombre –que no es dios, por fin humano.


 3

Y dice el tentador con voz angélica:

Inmortales seréis como los dioses.


¿Desde un suelo de acróbata a ese puente

Donde Ninguna Parte ya principia

Habré de dar el salto incomprensible?



4

En el principio fue la conjetura.

Vivirá de esperanza.

Y da un gran salto: fe.


No perturbéis esa ambición sublime.

Dejad a cada uno esfera propia.



5

“¿Qué Tengo yo que mi amistad procuras?”


¿Aquel Motor Primero

Podría en mi fijarse,

En mí, tan diminuto,

Entre infinitos seres

Del tiempo y del espacio?


Humildemente yo me siento indigno

De atraer su atención.


¿me necesita a mí?

Esta pregunta suena y me anonada.

No interpondré ambiciones de orgulloso.

“Qué tengo yo que mi amistad procuras?”


¿El Primer Móvil necesitaría

Cánticos, alabanzas, oraciones,

Precisamente los elogios míos,

Sonantes en espacios tan enormes?


¿Cómo hacerme escuchar el Primer Móvil?

Y yo, con poca voz… Yo nada sé.

Feliz quien eso logre o que lo espere.


¿La Creación sería transición

Preliminar, insuficiente sierva?

Sin lugares, sin horas, ¿qué es el hombre?


¿Espléndido universo material

Va sucesivamente transformando

Su energía en un vértice de espíritu

Para acabar en coro de fantasmas,

Sobrantes las inútiles estrellas?

¿y yo al final en reunión de espectros?



6

Cuanto nosotros somos y tenemos

Forma un curso que va a su desenlace:

La pérdida total.

                              No es un fracaso.

Es el término justo de una Historia,

Historia sabiamente organizada.

Si naces, morirás. ¿De qué te quejas?

Sean los dioses, ellos, inmortales.


Natural que, por fin, decline y me consuma.

Haya muerte serena entre los míos.

Algún día -¿tal vez penosamente?-

Me dormiré, tranquilo, sosegado.

No me despertaré por la mañana

Ni por la tarde. ¿Nunca?

¿Monstruo sin cuerpo yo?

                                               Se cumpla el orden.


No te entristezca el muerto solitario.

En esa soledad no está, no existe.

Nadie en los cementerios.

¡Que solas se quedan las tumbas!



7

Es justo que me anule yo también,

Aunque tanto me aflija perder a quienes quiero.

Y a tantos, tantos otros: este astro natal.

Natura me rodea, me sostiene.



8

-Dios es el más importante.

-¿Y si acaso no existiese?

-Erguido en la interrogante,

Siempre capital es Ése.



9

Mi conciencia cristiana muy bien sabe

Que el homicidio es siempre asesinato.


¿Y la pena de muerte? El verdugo asesina.

Matar por patriotismo… Montón habrá de crímenes.


Guerra por Dios, Cruzada, matanza tras matanza.

Revolución, fanáticos de novel religión.


¡Ay, violencia!

                          Paz, queramos paz.





            





        












         








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