Jorge Guillén nace en Valladolid, en
el seno de una familia burguesa, en 1893. Allí realiza sus primeros estudios
hasta que se traslada a Madrid para
comenzar la carrera de Filosofía y
Letras. En esta ciudad inicia a la vez una estrecha relación con la
residencia de Estudiantes, en donde más tarde conocerá a alguno de los miembros
más destacados de la generación del 27,
además de Juan Ramón Jiménez y Ortega y Gasset. Entre 1909 y 1911 viaja por
Suiza e Italia. Después de un traslado a Granada, obtiene allí la licenciatura
en 1913. Desde 1917 a 1923 sucede a Pedro Salinas como lector de español en La
Sorbogne. Antes había pasado un periodo largo en Alemania. En uno de sus
frecuentes viajes por Europa conoce, en la localidad de Trégastel (Bretaña), a
la que más tarde será su primera mujer, Germaine Cahen, con la que tendrá dos
hijos. En 1924 se doctora en Madrid con una tesis sobre el “Polifemo” de
Góngora. Durante tres años desempeña la cátedra de Lengua y Literatura Española
en la Universidad de Murcia, ciudad en la que fundará, junto a unos amigos, la
revista “Verso y Prosa”. Es también, durante este periodo, cuando envía a revistas sus primeros poemas, que culminan
con la publicación, en el año 1928, de su primer libro, “Cántico”, que en una
primera edición constaba sólo de 75 poemas, lejos todavía de su magna versión
definitiva. En Oxford pasa tres años como Lector de Español, de 1929 a 1931. El
destino sigue uniendo a dos poetas que quedarán vinculados por estrecha amistad
hasta el final: de nuevo le toca suceder a Pedro Salinas, esta vez en la
cátedra de la Universidad de Sevilla. Allí le sorprende el estallido de la
Guerra civil. Después de un breve encarcelamiento en Pamplona, en 1928, parte
hacia el exilio. Durante su etapa fuera
de España ejercerá su labor docente en las Universidades de Middlebury, McGill (Montreal)
y en el Wellesley College, donde vuelve a ocupar el puesto que deja vacante el
inevitable Salinas. Después de la muerte de su mujer, Germaine, y de jubilarse
en el Wellesley College, en 1957 marcha
a Italia, donde conocerá al año siguiente a su segunda mujer, Irene
Mochi-Sismondi, junto con la que regresa durante un breve periodo de tiempo a
la ciudad de Málaga. Harvard y Puerto Rico son sus nuevos destinos docentes,
hasta que una caída, con rotura de cadera, lo aparta definitivamente de la enseñanza.
Durante los últimos años de su vida radicó su residencia definitivamente en la
ciudad de Málaga, donde le fueron llegando multitud de premios como
reconocimiento a su categoría como poeta y ensayista, entre ellos el premio
Cervantes, en 1976, y el Alfonso Reyes, en 1977. Murió en Málaga el 6 de
febrero de 1984.
A Jorge Guillén se le ha
considerado discípulo de Juan Ramón
Jiménez, por su inclinación a la poesía pura, que el definía como “todo lo que
queda en el poema después de haber eliminado todo lo que no es poesía”. Jorge
Guillén comienza tardíamente su carrera poética con la publicación de los 75
poemas de Cántico en 1928, que será ampliada con sucesivos poemas, hasta
alcanzar los 334 en su versión final publicada en México en 1950. Jorge Guillén
concibió siempre su obra como un todo orgánico que se iría completando con más
libros: Clamor (1963), Homenaje (1967), otros poemas (1973) y final (1982).
Obra de actitud optimista, exalta el deleite de existir, la armonía cósmica y
la plenitud de ser. Su obra ha sido
tachada por la crítica de fría e intelectual, pero se trata de una visión
superficial que no tiene en cuenta toda su trayectoria. Su obra oscila desde la
poesía pura y conceptual de “Cántico” al tratamiento poético de los problemas
sociales más acuciantes, como se puede apreciar en su segundo libro, “Clamor”.
No obstante, se percibe una patente unidad dentro de su obra, que responde a
una trayectoria vital. En “Clamor” (1963), afloran a la superficie los aspectos
más problemáticos de la existencia: la injusticia, el desorden o la muerte. Su
permanente actitud de júbilo vital es lo que hace, sin embargo, que su fe en el
hombre permanezca intacta. Con su tercer libro, “Homenaje”, -alguno de cuyos
poemas se seleccionan aquí-, vuelve a cerrar un círculo abierto con “Cántico”
y, desechando las preocupaciones sociales, se concentra en las grandes obras
literarias de todos los tiempos.
DURACIÓN
El placer
pasado
Es memoria
actual
No se perdió
todo,
Queda
claridad,
Un íntimo
gozo
Que también
es real,
Lazo de alma
y cuerpo,
Nostalgia
dual,
Tú, presente
ahí,
Yo en
nuestra verdad.
PATINAR
Los
bailarines, ah, patinadores
Sobre un
suelo perfecto que es de hielo
Deslizándose
trazan
Velocísimas,
suaves, rigurosas
Curvas,
continuas curvas de arrebato,
De entrega,
de abandono,
Y resbalan,
se yerguen
Con dominio
absoluto, soberano,
Celestes
cuerpos de celeste llano.
¿QUIÉN SERÉ?
Bajo mi piel
subyace todo un mundo
Que soy yo,
yo profundamente ignoto
Con sus
correlaciones infinitas
Entre sus
elementos y corrientes.
Subsiste sin
visión el orden lóbrego
De
exigencias puntuales que se cumplen
Según ley de
mi vida, si no muerte.
Tengo que
obedecer a los mandatos
Implacables,
terribles, deliciosos
En esa
prodigiosa autonomía
Bajo su
dios.
¿Quién era, quién seré?
2
Ese
protagonista caminante
Que observa
comentando, siempre lúcido,
La realidad
en torno
Tal cual es,
verdadera,
Ese hombre
es un hombre,
Propio vivir
auténtico
Bien
encajado en él, por eso humilde,
Enajenado
nunca,
Hacia verdad
el incesante impulso.
3
El buen
actor es otro ser, ficticio.
Y también
quien reduce entre las gentes,
Y en la vida
privada el más secreto
Que dialoga
su amor, sus extravíos,
Y el que
vaga por sueños y desvelos,
y… Más y
más. Innúmero el etcétera,
que no puede
romper la misteriosa,
continua
identidad inescrutable:
-Soy Zutano.
4
Mis
respuesta enérgicas o torpes
A las
solicitudes de las horas
Dependen de
un espíritu en su carne,çuna asamblea que es mi yo más propio.
Sin embargo,
me digo: ¿Quién seré?
¿La
identidad persiste en esos cruces
Del vivir?
Yo me siento responsable.
Doy la cara,
la firma. ¿Soy mi nombre?
Vivo siendo
en un ser itinerante.
¿Una ilusión
el aire que respiro?
5
Nos decía
una voz: Hubo un instante
De mi
revelación definitiva.
Yo supe
quién yo era.
De verdad
conocí mi rostro-nombre.
Y mi yo
verdadero es quien me guía.
No, no –dijo
otra voz.
Es siempre
ignoto el yo para sí mismo:
Aparición
confusa
Que con la
realidad jamás coincide.
Se repuso
otra voz cortés y clara:
¿No estamos
en flexible dependencia
De lo que
nos adviene?
Continuidad
ocurre en el esfuerzo.
“Yo soy mi
cotidiana tentativa.”
La gran
frase de Ortega recordemos:
“Yo soy yo
-¿quién, yo?- y mi circunstancia.”
Mi
circunstancia con diversa fuerza…
Se nos
impone a veces enemiga:
Dictadura
–con nuestras artimañas
De
resistencia o viaje. Normalmente
La
circunstancia ¿no es el “aire nuestro”?
Realidad que
nos nutre y se respira.
Amistad,
el amor, la intensa Historia,
Que se llama
–feliz- el gran Ortega.
ESE YO
Su
soledad, su dios, su Yo, Yo, Yo
“Y Otros Poemas”, “Le moi adorable”
Ese “moi
adorable”… No, de veras.
Es ese de
Narciso renaciente
Dentro del
yo soberbio ante su espejo.
El egoísta
yo muy solitario,
Que se busca
y no topa más que vana
Vacuidad
conducente al gran vacío,
Miserable
vacío en una hoguera
De agónico
autoardor entre cenizas,
Un solo
claroscuro vacilante.
Es el yo del
artista que se adora,
El dios que
se desea hasta en su culto:
“Heme aquí
tan cruel y siempre bello”.
Idólatras
del yo, ritual solemne,
Hondo fondo
hediondo con sus ratas,
Con sus
animalejos inventados.
¡Ese “moi
adorable” tan ilustre!
SEAMOS
Soñaba.
“Quiero
salir, salir al fin de mí,
Fugarme de
la cárcel en que vivo,
Más allá de
mis límites.”
Y soñaba,
doliente.
¿Ser otro
ser? Quiá representado
Por ti en
escena propia,
Autor,
actor, teatro, farsa, feria,
Ser un papel
andante de argumentos,
A fuerza de
infligirte “no, pues no”.
O en
ebriedad latir, o más, con droga,
O ascender a
frenético delirio.
Ser un casi
demente,
Ser otro en
baraúnda colectiva,
Ser otro
enhechizado.
¿Es eso ser?
¿O ser
difícilmente
Según tu
vocación si la alcanzase,
Y con hijos,
con obras,
Tu
trascendencia en plenitud madura?
SE BUSCA
¿Y qué
sentido nuestra vida tiene?
Cierto,
cierto sentido…
La solución
no viene del paisaje.
Nuestras
mentes darán una sentencia.
¿Todo
imaginación? Ah, no, tampoco.
Buscamos la
verdad.
RAÍCES
El pasado
pasó como presente.
Como pasado
aún vive en restos rotos,
Todavía
sustancia.
Fluye por
raicillas,
Por raíces
acaso vigorosas.
El hombre,
la suprema tentativa,
Por fortuna
feliz también es árbol.
¿Sin raíz,
sin historia? No, jamás
Falso
monstruo quimérico.
SOMBRA Y
CORAZÓN
EN EL HOMENAJE A CONCHA ZARDOYA
“Historia
femenina inacabable”
Ella lo dice
con su voz muy suya,
Que es eco
de la voz universal,
Dicha en la
sombra.
Todo está en
una sombra que recoge
Dolor,
angustia de los desvalidos.
¿Y no lo
somos todos? De repente,
Black-out,
la oscuridad de gran Historia.
“Un extraño
lugar
De vibración
común, terrible y dulce.”
Soledad,
soledad jamás de veras:
Reúne algo
común al hombre con el hombre,
Y no sólo en
el repliegue de obediente,
Bajo los espantosos
poderíos.
Los horrores
que a todos nos circundan,
No tanto por
razón de nuevo siglo,
Aumentan la
congoja de la vida,
Que nos
resume voz de una mujer
Con
imaginación más, más sensible
Que esos
ilustres jefes, geniales –y tan rudos.
“La tierra
es más piadosa que los hombres”
El alma
siempre tierna así lo entiende,
Y los ojos
retornan a la rosa,
Perfección
de natura.
La rosa,
“compasiva en su luz, consoladora.
Belleza. No
cruel”
“Sencillísma,
plena, transparente.”
La
afirmación del Ser no se extravía,
Aunque
sombras y sombras la recubran,
Aunque la
muerte… Choque violento,
Perplejidad.
Y más se ahonda el alma,
Y allí se
queda. ¿Sin salida acaso?
“Mientras
haya preguntas…”
Y recupera
el alma algún alivio.
Que
interrogue, que aguarde, que preserve
“La profunda
raíz de la esperanza”.
(Tumba de
Agamenón, perennes sombras.
Aquel
silencio, sin ninguna fecha.)
Vencerá el
corazón? Es “sangre y alma”.
“Se afirma
una verdad insobornable”,
Esa certeza
que remueve a muchos.
El corazón
la trasfigura y crea,
Protagonista
firme, tenacísimo
En su rincón
herético humildemente.
Voz de veras
poética se impone.
LA
ASTRONOMÍA
Entre todas
las ciencias, la flor: astronomía.
Extraordinarios
los descubrimientos
En ese mundo
enorme y sus galaxias.
¡Enorme! Nos
parece ya infinito.
Es la base
muy sólida de la humildad humana.
¿y un solo
Móvil guía de universo,
Interesado
por un solo punto
De la
Tierra, planeta sin realce?
¿O tal vez
capital de las galaxias?
Enorme el
universo. Y yo, minúsculo.
Lo confieso:
minúsculo. ¡Minúsculo!
TAMBIÉN
OCURRE
El amor
cristaliza en una forma,
La doble
forma justamente opuesta.
Los dos
felices cumplen con su norma,
La selva
convirtiéndose en floresta.
Se consolida
un fondo que resiste.
Nunca
aridez. Pareja nunca triste.
Sensación de
placer y de embeleso.
Un lúcido
entusiasmo en la pareja.
Hombre y
mujer se enlazan: sexo y seso.
La luz
envuelve. Todo se despeja.
LO
INDISPENSABLE
Sin un
verdadero amor,
Sin un
quehacer verdadero
La Historia
no justifica
Nuestro paso
por la Tierra.
LA REALIDAD
Y EL FRACASO
1
¿Soñó una
falsa imagen de este mundo,
Y este mundo
–sin culpa-
No coincidió
con el error soñado?
Hubo algo
más que una ilusión perdida.
2
Sintió
deseos nunca satisfechos.
¿Qué
deseaba: gran amor, riqueza,
El saber, el
poder, las elegancias,
Un dominio
social, el gran renombre?
Le asaltaban
deseos
Sensuales,
muy precisos o muy vagos.
Exigía
dulcísima armonía
Como en sus
paraísos infantiles.
Y se lanzaba
hacia la primavera
Con delicado
cuerpo adolescente.
¿Qué
sucedió?
¿Hubo
persecución, enfermedad, miseria?
Jamás
externos dramas.
Nos dijo:
“Mi experiencia es un fracaso”.
Un fracaso
del mundo.
¿No del
hombre?
3
A pesar de
victorias muy gozosas,
¿Por qué
acusaba siempre?
¿Era siempre
inferior la realidad,
Que al fin
se le escapaba a su deseo’
Oscura
tentativa
De quien
consigue ser difícilmente,
interna
confusión contradictoria
Parada en
este punto de impotencia,
Desazones
del ser
Que lo es
mal y poco.
¿Pecado
original’
Boceto
insuficiente.
Se prolonga
una angustia
Suspensa en
ese trance de fracaso.
SEGUNDA
CARTA URGENTE
Como Tú no
te ausentas, yo te diré a mi lado
Mucho mejor
en verso que sigo enamorado.
La vida
cotidiana construye, no desgasta
Nuestro ser
de pareja que va viviendo… ¿hasta
Cuándo? Pregunta
inútil. No hay confín ya previsto.
Con ahelos
comunes tú existes y yo existo,
Y pongo en
la palabra “compañera” la esencia
De nuestra
relación, que a vida nos sentencia:
Entrañable
verdad sin vanas ilusiones.
No hay
momento de error que tú no me perdones.
El mundo en
tyorno se abre para nuestra avidez.
Viajes,
países, libros gozamos a la vez.
A mi pluma
el ambiente real no es ajeno.
La mañana a
los dos nos dispone su estreno.
¿Soledades?
Jamás. Un linaje rodea
A todos nos
aturde la universal pelea,
Y a este
fervor tan íntimo le confieso: tú vales.
Hijos,
Teresa, Claudio me son siempre esenciales.
Mi
descendencia: nietos, biznietos, perspectiva
Feliz, las
esperanzas en claridad, arriba.
Mientras, la
Historia enorme nos colma con sus dones,
El horror, las
proezas y siempre hacia un futuro
Que será
extraordinario contra presagio oscuro.
“Irene” es
paz. ¡Oh Paz! Mi voz mejor entonces.
AUSENCIA DE
RUIDO
Una
silenciosísima explosión
De luz en un
instante.
¿Qué?
Relámpago.
Se suceden
relámpagos sin truenos.
Esta
ausencia de ruido da al fenómeno
Su hermosura
sin mínima retórica.
DE LA VEJEZ
1
Esta falta
de tiempo en los finales,
Años… El
hombre aún concibe y puede,
Realizar con
la angustia de los límites,
Próximos, tan
normales, tan inciertos.
Y su
melancolía rememora
La infinitud
del juvenil futuro,
De veras,
sin querer, así sentido.
2
No se ve ni
se siente viejo el viejo
Cuando
prorrumpe de su ser un ímpetu
Que dispara
sus labios y sus brazos.
Prosigue el
yo de vida ahora joven
No el de
aquel mozo desaparecido.
He ahí los
deseos –bajo tiempo
Que pesa.
3
“Las hijas
de las madres que amé tanto
Me besan ya
como se besa a un santo.”
Y las madres
también. Y yo las beso.
(En el fondo
resalta puro un beso.)
4
Era un secreto
regocijo límpido,
Era un gozo
profundo que de pronto
Se me
imponía muy incongruente.
Era la
ingenuidad de una inocencia
Juvenil, sin
querer tan entrañable,
En reposo
quizá de una vigilia
Más bien
tranquila. ¿Fábula es el tiempo?
Las edades
resurgen, se barajan,
Laberinto
vital.
5
Cansancio,
gran cansancio de una Historia
Que
monótonamente se repite
Con mucha
pesadez.
Los muchos
años ¡ay! Se nos resuelven
En una
perspectiva pesadísima
¿Adiós
entonces?
No, no.
Esperemos.
3. DRAMATIS
PERSONAE
III EPIGRAMAS
La vida bien
vivida y entendida,
Si se
resuelve ya serenamente,
No nos deja
sabor del todo amargo.
Se va oyendo
un rumor. La vida es fuerte.
¿El
superhombre?
Designación
hipócrita de un dios.
-¿Hombre
divino?
-Quimera de
humildad en el orgullo.
-¿Y quién
quieres ser tú?
-Hombre. Y
nada más. Y ya es bastante.
Los impulsos
valiosos de los hombres
Son amor,
amistad, admiración.
Sin estos
tres impulsos,
La condición
humana más común,
Todo es
superficial.
Condenó al
hombre Dios a tales superficies,
Verdadero
pecado original.
Esos amigos
son superficiales.
¿Amigos?
¿Literatos envidiosos?
Vida privada en decadencia.
Frenesí de
la exhibición.
Se complace
el hombre en ser público.
Ah, que se
descorra el telón.
La fama es
un ruido muy tosco.
Ellos dicen:
“En él me enrosco”.
II
Me
despierto. Me zumba en los oídos
Un gran
rumor del cielo y de la tierra
Como si
hubiese el más solemne fondo.
¿Al mundo
así con ilusión respondo?
Una sola
gaviota ha madrugado,
Y nadie sino
yo contempla el vuelo
Que va cruzando
espacio silencioso.
Pura
amplitud en soledad alzada
Sobre
instante libérrimo, bellísimo.
¿Es una vida
muy superficial?
Constante
exhibición irá extendiendo
Las
superficies sobre superficies.
Y si quizá
se mira en el espejo,
¿honda la
imagen? Apariencia vana.
Jamás la
vida es sólo superficie:
Un camino
muy serio hacia la muerte.
Esa creencia
en la Resurrección…
Me lo
explicó un creyente.
-¿Y la
famosa “cuarta dimensión”?
-No la
entiende mi mente.
-Einstein ha
sido un sublime Colón.
-En tal
magia no puedo hincar el diente.
Nos dice un
refrán odioso.
Feroz: “Más
vale lo malo
Conocido que
lo bueno
Por
conocer”. Mucho pánico
Yace en esa
tradición:
Pánico a la
vida misma.
UNA VOZ
(ADIVINANZA)
(De qué países)
Aquel General
Cuánto
asesinaba.
Y qué bueno
era.
¡Gloria a mi
país!
El secuestro
es maravilloso:
Aventura,
crimen, justicia,
Revolución
por seria causa,
Delito
vulgar. ¡Qué delicia!
Gran poeta
pero mal bicho.
Es infalible
lo bien dicho
Y lo peor:
era ya un dios.
Atroz,
atroz, adiós, adiós.
¿Pena de
muerte? No
Yo no
discuto.
Es crimen
absoluto
Que el
sofista se alíe con el bruto.
Ascensor,
Capacidad
máxima:
Ocho personas.
Tirano
Capacidad
mínima
Medio millón de muertos.
Elementos de
toda dictadura.
Bases: el
homicidio y la mentira.
Matar,
matar, matar, seguir matando,
Mentir,
mentir, mentir, seguir mintiendo.
Imposible
cualquier criterio crítico.
Santa voz:
la verdad os hará libres.
Todo el país
padece un hondo pánico.
No se atreve
a ensayar a ser moderno.
Ay, con
tanto remilgo y fuerza bruta
¿Logrará
mantener su propio infierno?
EL JUEGO Y LA GUERRA
-¿Juega Vd.
Al ajedrez?
-Ignoro ese
juego ilustre.
Pero mi vida
y mis obras
Se reducen a
jugar.
Es el modo
corriente de ser civilizados.
Las ciencias
y las artes así se desenvuelven.
En esa
convivencia tan pacífica
Convergen
los esfuerzos
Hacia las
creaciones del espíritu.
-¿Y si el
cuerpo se turba y no funciona?
-Entonces no
se juega.
La falta de
salud exige los cuidados
De
especiales peritos.
¿Más, más
vida? Más juego.
-¿Esa es
toda la Historia?
-Nunca,
nunca jamás.
Habrá
enemigos siempre que nos manden
Verter ríos
sangrientos. ¡Guerras, guerras!
Una de dos:
jugamos o matamos.
¡Lejos el
ajedrez!
DECLARACIÓN
Yo jamás he
vivido de negocio:
Patrono
explotador de esfuerzo ajeno.
Moderados
los gajes del oficio.
Nunca
escribir para ganar dinero
Página de
poema ni de prosa.
¿Y los
premios? Tardía lotería.
Burgués, en
suma por destino histórico.
No, no soy
proletario ni aristócrata.
Lo declaro
ante el juez inexorable,
Dogmático de
clero y anticlero.
Que conste;
Yo jamás he
vivido de negocio.
A soledades
no voy
De soledades
no vengo,
Porque para
andar en vida
No bastan
mis pensamientos.
No me podrán
quitar el placentero
Sentir,
entreverado de aflicciones,
Consecuencia
en rigor de vida-vida,
Adhesión al
contacto fecundante.
Me canso de
increpar a los peores.
¡Tanta
complicidad en tanto crimen!
Dejémoslo.
¿Futuro? Yo lo ignoro.
Me bastan
esos años asumidos
A través de
una vida en un planeta
Que a veces
logra cúspides geniales.
Gracias.
¡Adiós!
IV
TIEMPO DE
ESPERA
1
Aquella
antigua patria
Debió afrontar
la gran edad moderna,
Que es “un
antiguo error”. Y no lo quiso.
Y emprendió
un retroceso violento.
Años
atroces, años de fracaso,
De fracaso
esencial: una cruzada.
Tiranía. Bienestar.
Tantos coches por la calle
Justifican que no hable
La voz libre de la gente,
El espíritu viviente.
Tiranía. Corrupción.
2
Nos sonroja
nuestra Historia:
La época del
secuestro.
Esa
confusión de ideas
Alcanza un
grado siniestro.
Los
criminales se crecen
Inspirados
por el estro
De la Gran
Revolución:
“El sumo
derecho nuestro”.
Monstruo al
fin el asesino,
Que ya es
fantasma de espectro.
3
Españoles
castizos,
Absolutistas,
Quieren
llenar de muertos
Sus grandes
listas.
Todo muy
serio.
Ya no hay
lugar más grato
Que el
cementerio.
4
Muchísimos
asesinatos fueron
Imprescindibles
Para crear y
mantener la base
Del poder
absoluto: el terror colectivo.
Pero el
asesinato no es negocio.
El hambre,
siempre el hambre.
Tecnócratas
al cabo de los años,
Ingeniosos
tecnócratas
Inventaron
remedios.
Y ante Dios
y los hombres pudo justificarse
Todo lo
criminal y el poder absoluto.
Razón, la
Economía. ¿Lo esencial será eso?
5
La vida
avanza plural,
No según
rigor de clave.
Inextinto el
material.
Tiempo de
espera. ¡Quién sabe!
6
¿El vivir de
tumbo en tumbo?
“soñemos,
alma, soñemos.”
Inventemos
vida y rumbo.
7
Un fondo
inquisitorial
-Disparate-
Y un autócrata moderno
-No hay debate-
Forman un
solo caudal,
Río Orate,
Que aspira a
ser Río Eterno.
8
Y lúcido,
pérfido, caústico,
Sin saber de
miel ni laurel,
Escoge la
tabla de piedra
Para
inscribir: “me soy muy fiel”.
Nadie más
libre. Dictador.
¡Alabado sea
el peor!
9
Una agonía
muy larga.
En sus
concéntricos círculos
Una atención
general
Mezcla
iracundias y cálculos,
Augurios
quizá de paz.
Otra vez
asoma el alba.
Los gallos
quieren cantar.
10
Muere el
tirano, muere el tiranísimo.
Los
cómplices en duelo se lamentan
Y se
yerguen, tonantes, militantes,
Y cada díez
minutos
Estalla un
cañonazo
Con fragor
clamoroso,
Que resume
el terror de aquella historia.
Fragor,
terror, final apoteosis
A la
desesperada…
11
Manuel Azaña
In memoriam
Sucedió.
La paz victoriosa
Con un rigor
de tiranía
Se impuso a
los vencidos –siempre.
La tiranía,
sí, se acaba.
No hay Régimen
sin Vencedores.
Aquella
guerra, sí, se pierde.
12
Estalló
entonces el acontecimiento
Después de
cuarenta años implacables,
A los
cuarenta en puntos la Historia.
Y se
irguieron los más pisoteadosVíctimas respiraron en las cárceles
A los
cuarenta en punto de la Historia.
Se
estremecieron cómplices solmnes,
Crujieron
uniformes con sus cruces
A los
cuarenta en punto de la Historia.
Sonrieron al
sol los perseguidos,
Sus lares
restauraron los dispersos
A los
cuarenta en punto de la Historia.
Se sintieron
felices las palabras,
Volaron por
el aire más que pájaros
A los
cuarenta en punto de la Historia.
Bajo la
omnipotencia del Poder,
Entre ricos
y prósperos negocios
A los
cuarenta en punto de la Historia.
¿O eran las
cinco en punto de la tarde’
Eran años –cuarenta-
fugitivos,
A los
cuarenta en punto, punto, punto.
13
-¿Qué es una
guerra civil?
Matanza
entre dos discrepantes-
Atención:
cada viviente
Podría ser
fusilado
Bajo el
mismo crimen, único
Pude yo
también morir.
14
Época de
gran mudanza.
Por fin se avanza.
¡ay grillos
en una olla.
Todo se embrolla.
De nuevo
como otra vez.
Qué pesadez
La Historia
de esa Península.
Ínsula, ínsula.
Se ahoga en
el agua el pez.
13
El bien y el
mal siempre juntos
Ofrece el vivir
humano.
Distinción
capitalísima:
Muchos son
los incapaces
De asesinar
a los hombres.
Lector: no
has matado a nadie.
Ni yo.
Seremos amigos.
16çLleguemos
al momento por fin equilibrado.
Atrévete a
decirte, español tan patriota:
Defiéndame Dios de mí.
Ese eterno
proceso en retroceso,
Mientras se
esperan músicas divinas,
No impide
aún corazón lanzarse ileso
Tras ti, oh
Paz, y lo que tú combinas.
17
Después de
tantos años de poder absoluto
Fundado en
el terror –mata, miente, corrompe-
Y tan honda
la crisis general de la época,
Degradación
confusa de todo lo supremo,
Desesperados
hay con rabia, con desánimo
Sin una
perspectiva que implique actividad.
Nunca
simplifiquemos: nula visión abstracta
Sin contacto
preciso con las siempre complejas,
Distintas
realidades y sus contradicciones,
Que admiten
una ayuda de esfuerzo esperanzado
Hostil a ese
abandono del cobarde suicidio.
¿Quién va
creando Historia?
Retroceso no habrá.
NONAGENARIO
Ese
nonagenario
Ya es otro
personaje.
La persona,
disuelta por las sombras,
No sabe nada
entonces de sí mismo,
Del orbe de
los otros.
A diario se
agita,
Come,
duerme, fantasma.
Dura crisis
del fin: desmemoriado,
Animal, sin
historia.
PRESENTE QUE
REBOSA
(Quai St. Michel)
Junto al
pretil del muelle viendo el río
Se paró
Contemplaba el curso manso
Del agua con
espumas en la orilla.
Y la dama
apoyaba su mirada,
Vaga
entonces quizá, más bien absorta,
Sobre
aquella fluencia, suficiente
Compañía en
la luz de aquel domingo.
Sola por
entre gentes, rubia, firme,
Con energía
erguida resguardando
Sabe Dios
qué potencia de futuro.
¿Adónde
encaminaba su hermosura?
Aquel tesoro
implícito en espera…
¿De qué? Con
un pasado de treinta años
Quizá, ¿qué
impulso ahora la impelía?
¿Cuál sería
su nombre en su lenguaje?
Ese tiempo
compacto de presente
Condensaba
en figura femenina,
Certera su
atracción, una inminencia
Deslizante,
muy rauda hacia una incógnita:
El minuto
siguiente de una vida.
OTRO SNOB
-¿Quién es
ese impertinente
Que quiere
ser distinguido?
-Un menor
sin propio impulso,
En teatro
posturitas,
Apariencias,
vanidades,
Antes de su
propia muerte
Condenado a
nunca ser.
-¿Es condena
merecida?
-Sino
trágico: no es.
4. EN TIEMPO
FECHADO
LA PRIMERA
FRASE
Ninguna luz
era en el mundo,
Nada hay que
ver. Sólo un vacío,
Que así
permaneció anterior
Al “fiat
lux”, por nadie dicho,
O por
Alguien no material,
El
protagonista divino.
Irradió un
ser, luciente siendo.
Después
¿qué? ¿Ya era el tiempo, niño?
Y con su espacio
y con su espera.
Nuevo texto.
“Dijo Dios: Brote la
Nada.”
“Juan
de Mairena”, XXX
Hay más allá
de Dios, del Ser –creía-
La Nada con
mayúscula solmene
Que impide
que la Nada sea Nihil.
“Él con su
corazón lo intuye todo”,
También
acaso en juego intelectual,
Paso de la
palabra entre palabras.
¿Un
sacramento? ¿Poesía pura?
¿Antonio así
comulga con el verbo?
Nunca Dios
pronunció “La Nada brote”.
Inútil
herejía. –Juego puro.
DIÓGENES
Diógenes,
buen cínico, filósofo,
Está ahí
como asceta pordiosero,
Frente a la
sociedad establecida,
Muy agresivo,
libre, solitario
Como si
fuese impertinente hippy.
Le acusaron.
–Eres un ignorante.
¿y a la vez
un filósofo?
-Ser un
sabio en conducta, ¿No es ya filosofía?
Le
preguntan: -¿Qué es lo mejor del mundo?
Sin sombra
de conflicto respondió:
-Libertad de
lenguaje:
-¿Y cuál es
el valor máximo de la vida?
-La
esperanza, las esperanzas nuestras.
El arte de
vivir es muy difícil.
-Necesita
ejercicio
Al modo de los
músicos y atletas.
Diógenes se
reía
De saberes
científicos, les lanzaba sus retos.
¿y a tanto
se atrevía, tan cercano Platón
Y viviente
Aristóteles?
Heracles, su
maestro, dios entonces,
Decidía:
libertad ante todo.
Exclamó
nuestro héroe
Contemplando
preludios de gran fiesta.
-Si eres
hombre ¿no sientes
Que es
fiesta cada día?
Diógenes, en
su época de esclavo
Se opuso a
quien quería rescatarle.
-Leones
nunca esclavos de su guardas.
Los guardas
son esclavos de esas fieras.
Diógenes
muere. Dice un epitafio:
Ha volado a
la estrella del león.
“Antología
Palatina.” Otro epitafio:
Dijo a
Caronte:
Llévame a la
otra orilla de la Estigia.
Yo he
despojado toda vida humana
De su
soberbia.
Pan,
alforja, sayal, bastón y copa.
Diógenes
sobrepasa a su figura.
CON LAO-ZI
Aquellos
pensamientos taoístas
No se quedan
aislados, polvorientos.
Nos lanzan
sugestiones, atracciones.
Contestamos
con voz de simpatía.
“Hombre de
superior virtud no tiene
Virtud.” En
apariencia. “La posee.”
¿Paradojas?
Hay muchas.
“Palabras
verdaderas parecen paradojas.”
“¿Qué es más
digno de estima?”
“¿La fama o
la persona?” Lo auténtico se busca.
“¿Qué será
lo peor, ganar, perder?”
Por rutas de
ambición se pierde el hombre.
Se quiere
ser auténtico.
“Gran lujo
en los ropajes, las espadas al cinto,
Manjares y
riquezas.” Llamadlo por sus nombres.
Son “Jefes
de bandidos”.
Una
conciencia ahí: este gran Lao-Zi.
“Deseo no
tener ningún deseo.”
“Poseo tres
tesoros: El amor,
Sobriedad.
No atreverme a ser primero.”
¿Espectador?
Desde la orilla actúa.
“Victoria en
regocijos
Es encontrar
placer en matar hombres.”
Más, más
aún.
“Si el
pueblo teme sin cesar la muerte,
Entonces
alguien tiene tarea de matanza.”
Ya muy bien
lo sabíamos, no hay duda.
“¿Humor,
sabiduría?”
“Regir un
gran Estado es algo así
Como freír
un pez, un pez pequeño.”
“Todo es
siempre difícil para el sabio.”
La verdad
ante todo.
“Palabras
agradables no son las verdaderas.
Palabras
verdaderas no son las agradables.”
También:
“Hablar poco
es conforme con la naturaleza.”
Valor en el
idioma.
“Los nombres
son principio de las cosas.”
Por último…
“Retirarse
una vez realizada la obra.
He ahí, he
ahí el dao del cielo.”
Dao: la
clave misteriosa, el misterioso dao.
VIDA CORTA
Chaos innúmeros auvidum confundere
mundos
“Belli civilis”, VI, 696
No pudo
concluir su gran poema.
Cuando le
suicidaron era joven:
Sólo un
cuarto de siglo. Son ya veinte
Las
centurias de voz jamás callada.
Lucano sigue
vivo con nosotros.
Dime, feliz
Barbarie rozagante:
¿Habrá posteridad,
historia antigua?
SUICIDIO
COMPRENSIBLE
Un encuentro
en un viaje.
Aquel
esclavo griego era bellísimo.
Adriano,
emperador, enamorado,
Se lo llevó
consigo para siempre.
Antinoo,
perfecta criatura,
Fue
convertido en dios –con sacerdotes.
No aguantó
ser divino aquel muchacho.
¿Y qué
ocurrió? Pues… que se suicidó.
Divos
toleran coros de loores…
INFIERNO
Ma tu perché ritorni a tanta noia?
Dice Virgilio a Dante, “Inferno” I, 76
Los
destructores siempre van delante,
Cada día con
más poder y saña,
Sin enemigo
ya que los espante.
Triunfa el
secuestro con olor de hazaña,
Que pone en
haz la hez del bicho humano.
Ni al más
iluso al fin la historia engaña.
El infierno
al alcance de la mano.
PURGATORIO
XIII, 70 – XIV, 81-84
Era la gran
cornisa de la envidia.
Para que
nada viesen un alambre
Perforaba
sus párpados a todos.
Guido del
Duca –de Romaña- dijo:
“Confieso mi
pasión, mi envidia ardiente”.
Los valores
ajenos bien veía,
Y su
videncia le dolía mucho.
Terrible
admiración contradictoria:
Posee el
admirable al envidioso.
Querría ser
el otro, tan odiado,
Mientras
rubor a su semblante quema.
LA FUERZA
DEL PENSAMIENTO
Por la dolce memoria di quel giorno
PETRARCA, “Trionfo d’Amore”, I,2
Se querían a
distancia.
La fuerza
del pensamiento
Lograba la
concordancia
Del placer
con mutuo aliento.
Era una
tensa ternura
Que en el
recuerdo perdura
Vivaz, real,
eficaz.
Y la mera
fantasía
Con sus alas
mantenía
Tal vuelo de
amor a paz.
Una mujer
entrevista
Con tanta
hermosura ignota
Se convierte
en ideal
De un amor
que no se agota.
Queda el
nombre hasta en el bronce.
(Hijos de
hogar fueron once.)
El distante
enamorado
Traza con
rigor sonetos.
Idea y
gloria también
Son
realidades –y retos.
EL BURLADOR
Téllez –
Tirso
Muy canalla
ese Don juan,
Primero de
la corriente
Donde será
un capitán
De este
cristiano Occidente.
Burlador
–engañador
Con cinismo,
con perfidia.
A sabiendas
de que así
Toda su vida
es mentira.
Fray Gabriel
es implacable.
Lo empuja
para que vaya
Directamente
al infierno
Que merece
tal canalla.
Don Juan
Tenorio es brutal
Y muy duro
en el engaño
Que deshace
a cada víctima
con astucia
de bellaco,
Más valeroso
en la cena
Con el
muerto, gran viviente
Que a las
llamas le condena
Donde
arderá, muy consciente.
UN PASEANTE
SOLITARIIO
ROUSSEAU,
“rèverie d’un Promeneur Solitaire”, 1782
Con un
acuerdo unánime proscrito por su siglo,
-Filósofos
sutiles de Razón-
Jean-
Jacques se retira a la natura,
Se retrae a
conciencia solitaria.
“horror de
raza humana.” Si a tal mundo
Lo siente ya
extranjero,
Se estudiará
a sí mismo y la natura.
“La fuente
de la dicha está en nosotros.”
Dios sabe
que Jean-Jacques es inocente
“Aquel tono
dogmático de aquellos charlatanes”
Precisamente
sus perseguidores.
El solitario
piensa con el disentimiento.
De
corazón-razón.
Y ahora…
Jean-Jacques
en el silencio se recoge
Sin más
rumor que el grito de las águilas,
Gorjeo
entrecortado de los pájaros,
Retumbo de torrentes
que de montañas cae.
El alma goza
de éxtasis, arrobos.
¿nada más?
Por allí los vegetales
Solicitan
atenta observación.
Ya en medio
de aquel lago,
Tendido
sobre un bote,
La mirada
pendiente de las nubes,
Entregándose
a horas y más horas
De ensoñación
confusa,
Sentía
deleitosamente vida,
Y a su
propia existencia era deleite.
Y luego
herborizaba por aquellos contornos.
La tierra
nos ofrece muy bellos espectáculos.
Y pensaba en
Linneo y su Botánica.
Y soñando
seguía así fundiéndose
Con éxtasis
y arrobos en el sistema entero
De natura,
de toda la natura,
Y buscaba
las leyes generales.
El estudio,
sereno.
“Y retorno a
mi herbario, que me hace feliz.”
Jean-Jacques,
tan remoto de los malos,
Es ya lo que
la gran natura quiere:
Profunda
dicha. “Yo… yo soy yo mismo.”
¿Al margen
de la Historia?
Siempre
causa de Historia, lo sabemos.
ENEMIGO
-¿Tiene
usted enemigos?
-Uno solo:
El que me
simplifica.
Críticos,
casi críticos, veloces,
Repiten
frases fuera de contexto.
Y sin haber
leído juzgan,
rudos.
“El mundo
está bien hecho.”
¡Todavía!
El hombre,
si no está desesperado,
Se adhiere a
este vivir con sus pulmones.
Es “Aire Nuestro”,
Y
respirando, libre, goza, sufre,
Perdura con
su crítica, protesta.
¿Inútil
insistir?
LA MATERIA
A materia e forte e
absoluta
Sen ela nao ha poesía.
MURILLO MENDES, “Poesía em pánico”
Poesía,
espiritual conato.
Por entre
las palabras y el espíritu,
Intuiciones,
visiones, sentimientos,
Jamás pura
abstracción. Se apoya siempre
Sobre eso
que está ahí, total materia,
Compacta de
elementos muy concretos
Que nos
salvan: rehúsan el vacío.
LOS TIRANOS
En este
siglo son tres los tipos de tirano.
El loco, el
perverso, el vulgar.
En arrebato
de pasión absurda
Va
destruyendo raza muy valiosa.
Un poderoso
jefe, muy dogmático,
Hasta sus
compañeros aniquila.
Mediocre
pillo sin ninguna idea
En su favor
irradia su poder absoluto.
¡Cuántos
asesinados! Siglo XX.
Maravillosa
técnica científica.
(Fin de
lectura: el horror –No, no por Dios, el vómito.)
CRISIS
Su cólera,
de pronto, fue tan fuerte
Que se le
revolvió contra sí mismo.
Morir,
morir. No queda resistencia.
Por el
balcón un salto hasta la calle.
Los nervios
disparados no obedecen
A ninguna
razón en el monólogo.
Pasan
minutos. Soledad destruye.
El
desconcierto borra la apariencia.
Una fatiga
se insinúa, cede.
Alguien
llega. Se habla con el mundo.
Hay que
vivir. La realidad se impone.
II
OTRAS VARIACIONES
RONSARD “LES
AMOURS”
Quand vous seres bien vieille, au
soir, à la chandelle.
Cuando
seréis muy vieja, frente a la luz candela,
Sentada
junto al fuego, hilando y conversando,
Diréis, y
con asombro, ante mis versos-acantos,
Ronsard me
celebraba cuando yo era hermosa.
Entonces la
sirvienta, oyendo tal noticia,
Y bajo su
labor a medias soñolienta,
Al oír mis
elogios habrá de despertarse
Vuestro
nombre alabando en una inmortal loa.
Yo estaré
bajo tierra, y fantasma sin huesos,
A la sombra
de mirtos lograré mi descanso.
Junto a la
lumbre os veo ya anciana acurrucada.
Sintiendo
aún mi amor, lamentando el orgullo,
Vivid,
hacedme caso, no esperéis a la mañana,
Y desde hoy
coged las rosas de la vida.
Cuillez des aujourd’hui les roses de
la vie.
CECILIA
MEIRELES
Antonio Machado
De “Mar absoluto”
Contigo,
ANTONIO, Antonio Machado
Quisiera
pasear contigo,
Por mañana
de sierras, por la noche del río,
Con la
naciente luna.
Palabras
sosegadas irías tú diciendo,
Se moverían
hojas en el árbol.
Eras tú el
árbol, el árbol, Antonio,
Con su alma
preliminar.
Palabras
tristes que no me dijiste,
Sentidas en
el viento, ya por otros lugares,
Los dioses
de los campos quizá las recogiesen
Y las transformarían.
Tú, tú eras
el árbol, andando por la tierra,
Con raíces
vivientes, con pájaros cantores,
Contigo,
ANTONIO, Antonio Machado,
Sería bueno
pasear contigo.
Por montes y
por valles ir andando andando,
Y entre los
cazadores que se van a cazar
Oír a los
lebreles que corren tras la luz,
Corza verde
en el aire.
YVES
BONNEFOY
De “LA TERRE”
(“Dans le leurre du
seuil”)
I
Yo grito:
¡Mira!
El almendro
se cubre
De millares
de flores bruscamente.
Aquí, lo tan
nudoso,
Lo siempre
terrenal, lo desganado
En su puerto
ya entran. Yo, la noche,
Consiento.
Yo, el almendro,
Entro
adornado en cámara nupcial.
Y, ya lo
ves,
Hay manos de
lo alto que en el cielo
Recogen
Como pasa
una onda- en cada flor
Algo imperecedero
de la vida.
Y las manos
dividen esa almendra
En paz, y
palpan extrayendo el germen.
Y se lo
llevan, ya simiente
De mundos
A ese “nunca
jamás” de flor efímera.
II
Tan arriba
encontrémonos,
Que tanta
luz
-como si
rebosara de una copa
Donde el
grito y la hora se entremezclan-
Sea un
desbordamiento
Claro, y
allí ya nada quede
Sino gran
abudnancia,
Como tal
abundancia designada.
Volvamos a
encontrarnos,
Tomemos a
puñados nuestra pura,
Presente
desnudez
En el lecho
nocturno y matutino,
Dondequiera
que el tiempo profundice una zanja,
Donde el
agua preciosa se evapore,
Cada uno
hacia el otro, sí, llevémonos
Como todo
animal y toda cosa,
Toda
desierta ruta, toda piedra,
Todo metal,
todo desbordamiento.
Mira bien,
mira aquí:
Florece aquí
la nada y sus corolas,
Sus colores
de alba y de crepúsculo,
El don de
una belleza, misteriosa,
El lugar
terrenal,
También un
verde umbrío, y el viento por las ramas.
El oro está
en nosotros: un oro sin material.
Oro de no
durar, de no tener,
El oro de un
haber ya consentido.
Única
llamarada
En el
transfigurado flanco del alambique.
Y vale tanto
el día que se acaba.
La calidad
de luz es tan preciosa,
Tan simple
ese cristal amarillento
De esos
follajes,
De esos
caminos entre manantiales,
Y tan
satisfactorias nuestras voces,
Una para la
otra,
Con tal sed
de encontrarse, errabundas al lado,
Y mucho
tiempo a oscuras por entre interrupciones.
Tú puedes
llamar Dios a este vaso vacío,
Dios que no
es, pero salva los dones,
Dios sin
mirada y con manos que enlazan,
Dios celaje,
Dios niño y por nacer,
Dios nave
que comprende los antiguos dolores,
Dios bóveda
Para la
estrella incierta de la sal
En la
evaporación, única inteligencia
Que sepa y
pruebe aquí.
(Paris, 14 agosto
1975)
ELIZABETH
BISHOP
UN ARTE
El arte de
perder no exige lastre.
Son hechas
muchas cosas con intento
De pérdida.
¿Pérdidas? No hay desastre.
Si, perder,
dad por bueno que os arrastre
Con sus
llaves la hora malgastada.
El arte de
perder no es un desastre.
Id perdiendo
más lejos, más de prisa
Poblaciones
y nombres con propósito
De viaje, lo
que no será desastre.
Perdí el
reloj materno, y la penúltima
-o última-
de tres amadas casas.
El arte de
perder no es un desastre.
Perdí ciudades,
dos, hermosas, vastos
Reinos
propios, dos ríos, Continente.
Me faltan,
pero no es un gran desastre.
Y si te
pierdo a ti (la voz burlona,
Un gesto
amado) yo no habré mentido.
El arte de
perder no exige lastre,
Aunque
pudiera parecer desastre.
MICHAEL
HAMBURGER
LA PUERTA
(THE DOOR)
Para Jorge
Guillén
Esposa,
hija, nieta
Van de
puntillas para que no cruja
La pared de
palabras.
A diario la
estrofa
Queda
abierta al amor inquieto a veces,
A los
errantes que cada día se apresuran.
Cuanto más,
con aplomo se edifique,
Continuará
la puerta siempre abierta
Para los
pies que rozan
Límites
familiares.
Para el
aliento apenas oído ni entendido,
Trozos quizá
de charla por el piso de abajo.
En esa
habitación de tal lenguaje,
Los vocablos
se mezclan
Con vientos
allá lejos, los de España,
Y con voces
más débiles y con huellas de pasos,
Respiración
pretérita extinguida.
Y las
palabras van hacia otros vientos,
A incógnitos
lugares –o sabidos.
Fuera de
cada estancia ya cerrada,
A través de
la misma puerta abierta,
Los errantes
ligeros y tranquilos,
Se halla
usted en su propia habitación,
Y próximo o
remoto permanece
Más y más
perdurable para el amor callado.
MIMMO MORINA
SAN FRANCISCO
Se refleja
sobre las vidrieras
Mi rostro de
hombre maduro,
Geométrico
encuentro de mundos.
En la maraña
de las calles
De la ciudad
En flor
Hincha la
brisa al cielo.
III
MARCEL
BATAILLON
Eminente sin
énfasis, persona,
Una persona
siempre,
Tan sabia
que reserva
Su saber,
tan profundo y elegante,
Sus muchas
precisiones de erudito,
Y sólo
ofrece su sabiduría,
Su calidad
humana,
Ecuánime
fusión
De
inteligencia muy sensible y ánimo,
Rendimiento
fraterno al otro prójimo.
Ante aquella
actitud tan verdadera,
Sin cesar
trasparente,
Dialoga con
palabra siempre auténtica,
Y con tal
sencillez
Como si
todos fuesen sus iguales.
Y desde su
París ira escrutando
Con amor a
esta España en su maraña,
Relieve esclarecido
ante sus ojos.
Excepcional
maestro: su memoria
Queda en el
corazón de sus amigos.
VICENTE
ALEIXANDRE
I
Frente al
mundo este hombre
Dice que “una
materia inmensa dura”,
Nace “del
existir”,
Y se detiene
en alguien.
¿Quién seré
yo?
“Soy lo que
soy” con mi “nombre escondido”.
Poeta
impersonal.
No se
individualiza. Ni hace falta.
Le invade el
universo.
Responde
Con su
imaginación en explosión
A través de
un lenguaje en elocuencia.
Impulso
violento
Se arroja
hacia la luz y la trasciende
Con su
palabra, siempre más allá
De un ser
humano:
Fuerza de
creación en ese espacio
Donde todo
se junta, se penetra,
Y sin
contradicciones
Todo es
complementario en plena vida,
La ternura,
la furia,
La destrucción
o amor
Que gobierna
galaxias.
II
Todo se
relaciona aún más en la palabra.
“Un navío,
me voy, adiós, al cielo.”
La discordia
es armónica en tal viaje.
“Entonces
son posibles… palabra sin sentido”
Ya que
también lo tienen.
Por la
frente así cruzan unos “pájaros
Cuyo sentido
ignoro”.
Nada, nada
podría destruir
“La unidad
de este mundo”.
¿Y el
hombre? “Pobre hombre”,
“De menguada
presencia”, nunca “selva”:
Un elemento
entre los elementos.
Y si esta
voz afronta
Cara a cara
compacta res taurina,
Aparece bajo
una “mano inmensa”
Que sí “cubre
celeste toro en tierra”
Es en la
creación de ese mundo infinito
Donde con
eficacia prevalece
La amorosa
potencia,
Aquí ya un
eco humano: poesía.
“Palabra
sola y pura,
Por siempre –Amor-
en el espacio bello.”
Y verá quien
lo escrute
Como llega a
lucir “piadosamente”.
Ah, no se
pierda jamás el incesante
Contacto con
la tierra.
Así
prolongaremos nuestros seres,
“hechos ya
tierra viva”.
¿El “mundo a
sola”? No.
Nuestro muy
semejantes,
Siempre tan
inmediatos, nos escuchan.
Un arranque
entrañable ofrece diestra
Fraternal,
solidaria.
El tan
viviente en medio de la Corte
No será
ajeno a Historia,
Y asume
apasionado el corazón
De todos, de
ninguno,
Fiel a lazos
que traban, unifican.
-¿Y desde
dónde?
-Pues mirad,
ahí.
… Y se abe
una casa.
Sonríe un caballero
En todo su
rigor de urbanidad.
Y preguntan
los rostros apremiantes:
-¿Quién es?
-Nada hay
que preguntar. Es el Poeta.
DIONISIO
RIDRUEJO
Un hombre.
Se equivoca.
(El
interlocutor es infalible.)
Reconoce su
error y lo combate.
(Lo que no
entenderá jamás el necio.)
Conspira, va
a la cárcel, es proscrito.
(-¿Dónde “la
consecuencia”? –Grosería.)
Bastaba
conocer a la persona,
Lejos de
todo esquema inamovible,
Para que
fuese amigo inolvidable.
Un alma
delicada,
Muy sensible
a la vida muy diversa,
Entiende a
cada uno
Con un
criterio serio de justicia.
Es la
imaginación de lo posible
Quien a la
inteligencia va orientando.
Poeta, pues,
abierto al universo
Y a la
aventura. Puede ser política,
Que nunca
deja de inspirar al ánimo,
Siempre nobles
los fines y los medios.
¿Los medios?
Gran problema.
¿Y cómo
entrar en la corriente sucia,
Ruda,
brutal, a veces asesina?
Bien se
hacía querer, varón singularísimo…
En ese fondo
trágico de España.
J.L.B.
Se
llamaba libro de Arena,
Porque ni el libro ni la arena tienen
Principio ni fin.
JORGE LUIS BORGES
Y los ojos
volvía hacia los años
Vividos, mal
vividos con tristeza.
No era feliz
por entre aquellos triunfos.
Y lo sentía
con remordimiento
Como una
propia culpa irreparable.
Su vejez le
arrastraba… ¿hacia el olvido?
La muerte
con su enigma incomprensible
Era una
libertad liberadora.
¿Sería
ahínco vano la escritura?
Pues seguirá
acudiendo a las palabras,
Quién sabe,
salvación definitiva,
¿Sin
principio ni fin?
Para sus
invenciones fama firme.
ESPERANDO A
GODOT
Esperando …
¿A quién? –A Godot -¿A estas alturas?
Fatiga así
esperar a quien tal vez no existe,
O no diría
nada. ¿Un dios? Godot,
O simplemente
God en un juego de sílabas.
Quien le
espera no espera y desespera.
¿Queda todo
extraviado en ese caos,
Roto en
innumerables accidentes?
¿Y todo será
absurdo?
¿Revelación
real? Godot no viene
Fenómeno muy
dentro de un espíritu.
Sola esa
criatura desvalida,
Que no
acepta el mensaje de los dioses
Ni consigue
dotar de coherencia al mundo,
Eso que existe ahí como un tesoro
De inteligentes
iluminaciones.
Hay que
inventar sentido,
No persistir
con nada entre las manos,
Fracasadas,
vacías,
Y sólo el
solitario con su absurdo.
Esperemos de
veras. ¿Hay vida? Ya esperanza.
AGENCIA DE
VIAJES
(ÁLVAREZ ITURBIDE,
“Recuerdos de
antaño”)
Una agencia de viajes en el año
2000.
Un curioso cliente
Pedía información sobre planetas,
Contemplaba un gran mapa.
-Este planeta es muy civilizado
Todos sus habitantes
Piensan exactamente
Los mismos pensamientos.
-No, no, qué horror.
-En aquel astro hermoso,
Bajo unas estupendas dictaduras
Hay naciones unánimes
Y prósperas.
-Horror de horrores.
Yo quisiera un planeta
Con variedad viviente, respirable.
LA INCOMUNICACIÓN
Hay siempre una distancia que separa,
Variable sin cesar, a los humanos.
Sucede que de un golpe descubrimos
Entre nosotros y tal hombre espacio
Muy profundo, como si fuera astral.
Incomunicación doliente encuentro.
El lenguaje desune. Las razones
Son nada más instinto irresistible.
El amor, la amistad, ay, tentativas
Válidas –siempre en críticos paréntesis.
Relaciones innúmeras, muy débiles,
Se diluyen se esfuman entre nieblas.
Peores hay. Dogmáticos feroces
Proclaman sus principios incendiarios.
La incomunicación es espantosa.
Hay “diálogos”a tiros decisivos.
Se invoca hasta los dioses, que se yerguen
Entre las humaredas del combate.
Bípedos parlanchines, no perdamos
La fe. No somos todos delincuentes,
Vosotros, los humanos, sois capaces
De más, de Mucho Más.
PARA NO MANCHARSE
Una ansiedad de Tántalo es la tuya.
De acariciar no dejas utopías
Que,
Ya reales,
Abandonarías
Sin prorrumpir, feliz, en aleluya.
Filósofo, prefieres lo ideal
Murmurando de lejos: mal, muy mal.
SOY Y NO SOY
To be and not to be
Se busca y no se encuentra.
¿Quién es? Jamás lo sabe.
Direcciones contrarias.
Le conducen a un caos,
El caos de sí mismo,
Un tormento infernal
Le exige destrucciones,
El flujo de los odios,
Ser y No Ser, atroz destino.
Y no alcanza jamás el Ser, fecundo.
ARTE DEL TERROR
I
Tentación: esa idea
De personalizar
En personaje vivo
-Sólo una fantasía-
A la muerte. ¡Cuidado!
La muerte nos acecha,
¿Nos persigue? Según.
Inútil la guadaña…
II
Se difunde un estilo catastrófico.
¿Una guerra mundial es inminente?
¿Destrucción –absoluta- de este mundo?
El temor y el gran cálculo discurren.
¿Será un placer el aniquilamiento?
¿O la espera secreta de un caudillo?
Historia imprevisible y completísima.
LO PÉSIMO
-En nuestro planetita, ¿cuál será, hoy por hoy,
Nuestra suprema infamia?
El viejo respondió: la crueldad.
Crueldad por recreo: romanos gladiadores
Que mueren ante el público.
Eso ya no es posible si es en orbe cristiano.
¡Progreso!
Homicidios políticos sin término.
Lo peor: aquel Auschwitz. El horror se razona.
La guerra que es cruzada. Son cómplices los diioses.
Salvación por patriotas: sacros asesinatos.
¡Milenio amenazante!
Se avergüenza la Tierra de tantas crueldades.
Y el viejo se alejó, cansado, melancólico.
¿FIIN DEL MUNDO?
I
¿Se anuncia un fin del mundo ya inminente?
Me resisto a creer en tal locura.
¿No creen los señores criminales
Que es quizá prematuro tal suicidio?
A fuerza de tozuda estupidez,
En las hermosas noches estrelladas
¿habrá un planeta estúpido girando’
II
La turbamulta de las perturbaciones
Aumenta sin cesar intensamente.
Esto es la Historia de la Bestia Humana.
¿Historia Natural? Mucho peor.
La bestia parlanchina y discursiva
Culmina en sus poderes formidables.
Terror y destrucción total. ¿La muerte
No es más que estupidez? La Nada es nada.
¿Dogmáticos crueles son la clave
De nuestro mundo?
No. No lo
creemos,
Energía se opone irresistible:
La esperanza, sustancia del viviente.
III
Larga marcha nocturna hacia la aurora,
Hacia más luz, hacia existencia activa
Con trabajos continuos y difíciles,
Insertos en un mundo que es de todos.
Y juntos nos salvamos o perdemos,
Porque el destino sigue en nuestras manos.
¿Y el amor? En las bases y en las metas.
IV
A la orilla del mar
El agua es transparente,
Y nos muestra un arrastre pedregoso,
Sin confusión, muy límpido.
Suaves ondulaciones ahora necesarias
Con cadencia de tiempo sosegado
Atraen nuestros ojos,
Y nos claman el alma ya sensible,
Frente al gran horizonte luminoso,
A esta paz tan concretas, bien vivida.
CAOS, NO
Tantas contradicciones,
Al fin complementarias,
Se juntan y se sirven
Las unas a las otras.
¿Todo es uno y lo mismo?
Todo es uno y diverso.
La historia no es un caos sin sentido.
UN NOMBRE
La tierra
Con sus prodigios nos cierra
La boca (Jorge, de “geo”…)
“Homenaje”, “Geórgica personal”
Mi nombre es una vía ya terrestre
Que sólo enfoca mi destino humano.
Y si por gran fortuna se cumpliese,
Jamás la frustración me angustiaría.
Hacia metas sublimes yo no avanzo,
Atenido a los rumbos de ese nombre,
Que no es fatalidad perturbadora
Sino humildad, conciencia de mis límites.
¿Y si por lujos se me diesen cielos
Maravillosos, las eternidades
Sagradas, más allá de la aventura
Que a mi esfuerzo concierne en mi existencia?
¿Se rendiría mi razón al orbe
De los prodigios? Aunque yo ignorase
Mi posible tarea en esos términos,
¿Toda la Creación a mis espaldas?
Heme aquí, mientras vivo en este globo,
Entre amor y terror. Yo soy terrestre.
MISTERIOSO
Para el video
misterioso
Vuelve el pasado en movimiento,
Y el instante insignificante
Llega en seguida a conmovernos.
¿Y por qué? Porque significa.
No cruzan su flujo y su tiempo,
Frente a nuestros ojos atónitos.
Sin arrastrarnos a lo inmenso,
Ese impulso que es esencial
Contra mareas, contra vientos,
Y jamás contacto con Nada,
Nada irreal que es siempre un sueño,
Y la gran verdad nos oculta:
El vivir del amigo muerto.
¿Cómo?
Salinas.
Me emociono.
Es él y todo el universo.
CUANDO CONTEMPLO EL CIELO
Cuando contemplo el cielo
De este cruel ambiente en que procuro
Salir del orbe oscuro
Bajo un hermoso cielo
Que ofrece su armonía a mi desvelo,
¿Cómo no desear ordenador Espíritu?
El amor y la pena
Dan a mi corazón un movimiento
Que cada noche estrena
Su canto sin condena
De este gran universo en que yo aliento.
¿Cómo no desear una Supremacía?
BUSCAR NIDO
Me refugio en la tiniebla
De este cuarto así clemente.
Yo, dueño, soy quien la puebla.
La claridad de la mente
Rehúye cualquier fantasma.
Ni siquiera Proust con asma
Me lleva al tiempo perdido
En el oscuro futuro,
Y sin el menor conjuro
Mi esperanza busca nido.
LA PAREJA
Madrugada aún oscura.
Mediante un frío incisivo
Se ofrece el mundo ya acorde
Porque estás ahí conmigo.
Amor absolutamente
Fatal. Es nuestro destino.
Esos conatos del énfasis
Bien unidos son sencillos.
Va a salir el sol. Que alumbre
Nuestro abrazo: sol ya íintimo.
OTRA FE TAMBIÉN
La verdad como dogma irrefutable
Causa un
daño infinito.
Dogma es Poder. No roces ese cable.
Asesinato
es Rito.
La extinción del aliento en nuestro pecho
Se acepta con tristeza, sí, serena
Sin delirio de ser como los dioses.
Felices muchas almas de esperanza.
Tanta fe se respeta.
Me moriré. Mal trago triste y justo.
Esta es mi humilde fe.
5
FUERA DEL MUNDO
1
Quevedo y otros dicen: vida es muerte.
La muerte es el principio de la vida.
Hay contrarios humildes.
¿La vida? Pues es vida. ¡Muerte? Muerte.
Cada uno responda con su fe.
La fe, no la razón, es quien decide.
2
Heme aquí, sin descanso,
Sin apenas descanso en la jornada
De este continuo esfuerzo
Tras la posible meta del valor.
¿Alcanzaré mi propio ser humano,
Más allá de la bestia parlanchina,
En relación de amor y creación
Por entre los errores y dolores
Del hombre –que no es dios, por fin humano.
3
Y dice el tentador con voz angélica:
Inmortales seréis como los dioses.
¿Desde un suelo de acróbata a ese puente
Donde Ninguna Parte ya principia
Habré de dar el salto incomprensible?
4
En el principio fue la conjetura.
Vivirá de esperanza.
Y da un gran salto: fe.
No perturbéis esa ambición sublime.
Dejad a cada uno esfera propia.
5
“¿Qué Tengo yo que mi amistad procuras?”
¿Aquel Motor Primero
Podría en mi fijarse,
En mí, tan diminuto,
Entre infinitos seres
Del tiempo y del espacio?
Humildemente yo me siento indigno
De atraer su atención.
¿me necesita a mí?
Esta pregunta suena y me anonada.
No interpondré ambiciones de orgulloso.
“Qué tengo yo que mi amistad procuras?”
¿El Primer Móvil necesitaría
Cánticos, alabanzas, oraciones,
Precisamente los elogios míos,
Sonantes en espacios tan enormes?
¿Cómo hacerme escuchar el Primer Móvil?
Y yo, con poca voz… Yo nada sé.
Feliz quien eso logre o que lo espere.
¿La Creación sería transición
Preliminar, insuficiente sierva?
Sin lugares, sin horas, ¿qué es el hombre?
¿Espléndido universo material
Va sucesivamente transformando
Su energía en un vértice de espíritu
Para acabar en coro de fantasmas,
Sobrantes las inútiles estrellas?
¿y yo al final en reunión de espectros?
6
Cuanto nosotros somos y tenemos
Forma un curso que va a su desenlace:
La pérdida total.
No es un fracaso.
Es el término justo de una Historia,
Historia sabiamente organizada.
Si naces, morirás. ¿De qué te quejas?
Sean los dioses, ellos, inmortales.
Natural que, por fin, decline y me consuma.
Haya muerte serena entre los míos.
Algún día -¿tal vez penosamente?-
Me dormiré, tranquilo, sosegado.
No me despertaré por la mañana
Ni por la tarde. ¿Nunca?
¿Monstruo sin cuerpo yo?
Se cumpla el orden.
No te entristezca el muerto solitario.
En esa soledad no está, no existe.
Nadie en los cementerios.
¡Que solas se quedan las tumbas!
7
Es justo que me anule yo también,
Aunque tanto me aflija perder a quienes quiero.
Y a tantos, tantos otros: este astro natal.
Natura me rodea, me sostiene.
8
-Dios es el más importante.
-¿Y si acaso no existiese?
-Erguido en la interrogante,
Siempre capital es Ése.
9
Mi conciencia cristiana muy bien sabe
Que el homicidio es siempre asesinato.
¿Y la pena de muerte? El verdugo asesina.
Matar por patriotismo… Montón habrá de crímenes.
Guerra por Dios, Cruzada, matanza tras matanza.
Revolución, fanáticos de novel religión.
¡Ay, violencia!
Paz, queramos paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario