miércoles, 30 de diciembre de 2020

POETAS 125. Federico García Lorca (III). "Canciones

 



Federico García Lorca nace en Fuentavaqueros, Granada, el 5 de junio de 1898. Su padre es un rico hacendado, casado en segundas nupcias con la maestra del pueblo. Ciertos problemas motrices hacen que el pequeño Federico comience a hablar y andar muy tardíamente. Cuando tiene cinco años, la familia se traslada al vecino pueblo de Valderrubio. A los siete años ingresa en el internado de los escolapios de Almería, pero una grave enfermedad de la boca le obliga a volver con sus padres. Van a vivir a Granada y estudia el bachillerato en el colegio del Sagrado Corazón de Jesús. Desde niño aprende a tocar la guitarra. Es muy aficionado a las coplas populares y a la función de teatro. Más tarde estudia piano y armonía y sueña con dedicarse a la música, pero sus padres le obligan a cursar una carrera universitaria. En 1915 comienza derecho y Filosofía y letras en Granada. La pasión de escribir sustituye a su frustrada vocación de  músico. Su padre financia en 1918 la publicación de “Impresiones y paisajes”, que es un fracaso de ventas. Traba una amistad imperecedera con Manuel de Falla. En 1919 se va a estudiar a Madrid. Al principio se hospeda en una casa de pupilaje donde vivía uno de sus amigos. Pronto entra contacto con Alberto Jiménez Fraud, heredero de Giner de los Ríos, que le ofrece una plaza en la prestigiosa Residencia de Estudiantes. Con él llevaba una recomendación de Fernando de los Ríos dirigida al poeta Juan Ramón Jiménez. Allí se encuentra con el poeta Jorge Guillén. La residencia contó además con figuras importantes, como Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset y Juan Ramón Jiménez. A ellos acudirían renombrados hombres de ciencia y letras como Albert Einstein, Madame Curie, Valery, Marinetti, Valle-Inclán, Ortega , Gregorio Marañón o Eugenio d’Ors. Allí comienza a convivir y a trabar amistad con Pepín Bello, Rafael Alberti y Luís Buñuel y también comienzan sus apasionadas y tortuosas relaciones con Salvador Dalí. Trabaja duro  para abrirse camino en el mundo de las letras y conseguir la independencia económica de sus padres. Pero  no acaba de concentrar en los estudios y tampoco obtiene éxito como autor dramático ni como poeta. Por insistencia de su padre, logra por fin acabar la carrera de derecho en 1923. También a instancias de su padre, comienza a plantearse la posibilidad de algún trabajo lucrativo. Proyecta hacer oposiciones pero también irse a Italia. Durante el verano de 1924, García Lorca trabaja en el desarrollo del Poema del cante Jondo, que el titulará el romancero gitano. Lorca esclarecerá la entraña del proceso creativo de este poemario comentando tiempo después que “el romancero gitano no es  gitano más que en algún trozo al principio. En su esencia es un retablo andaluz de todo el andalucismo. Al menos como yo lo veo. Es un canto andaluz en el que los gitanos sirven de estribillo”. 1924  también fue el año de la composición de una de las obras más representadas en vida del autor, una comedia de corte cervantino, “La zapatera prodigiosa”. En marzo de 1925 se le abren nuevos horizontes y la oportunidad de viajar. Una oferta para dar una conferencia en Barcelona da paso a la invitación de  Salvador Dalí para que visite Cadaqués. Fueron aquellos días felices y alegres, cargados de sensaciones y de juegos infantiles. Allí se iniciaron los coqueteos con Ana María Dalí y con el mismo Salvador, a quien le uniría, además de una profunda amistad, una intensa relación amorosa. En Cadaqués realiza su primera lectura pública de “Mariana Pineda", ante la familia de su amigo. Luego una segunda lectura ante un grupo de amigos próximos a la familia. Es tanto el entusiasmo que suscita, que le proponen un homenaje en el hotel comercio de Figueres y más tarde en el Ateneo barcelonés. . Se le considera un juglar, un trovador y su nombre se extiende por todos los rincones de España y América. La estancia en Cataluña fue decisiva en la promoción definitiva de Federico. En 1927 publica su “Libro de poemas”, a la vez que consigue que Margarita Xirgu interprete con éxito en un teatro de Barcelona “Mariana Pineda, con el decorado pintado por Salvador Dalí. Durante esta época, se dedica también a la pintura, reúne sus dibujos y los expone en una galería de Barcelona. En Diciembre se desplaza Federico desde Granada a Sevilla para participar en una serie de actos literarios en la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Con el poeta viajan Alberti, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Guillén y Bergamín, además del torero Ignacio Sánchez Mejía. El acto inaugural termina con la lectura de un pasaje de la Primera Soledad de Góngora a cargo de Alberti y Lorca. Se lee también un texto de Bergamín en el que se exponen las influencias de la nueva lírica, que se reparten entre el simbolismo francés, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. La lectura del Romancero Gitano recibe severas críticas de Dalí y Buñuel, y se ahonda el distanciamiento estético. La incomprensión de sus viejos amigos, sumada a la ruptura de una relación amorosa con un escultor madrileño, sumen a Federico en una fuerte depresión que trata de aliviar aprovechando un viaje a Estados Unidos de Fernando de los Ríos. En Junio parte con su amigo en Barco desde Barcelona y llegan a la ciudad de Nueva York. Allí estudia en la universidad de Columbia y se gana la vida dando conferencias. Este episodio deja huella decisiva en su vida y obra. En Nueva York queda impresionado por las escenas de pánico que vive en las calles debido al hundimiento de la bolsa. En la Habana pasa, hospedado en la casa de unos amigos españoles, los días más felices de su vida, según propio testimonio.   A su llegada a España escribe la obra de teatro “el Público" y se lleva a escena “La zapatera prodigiosa”. También publica “El poema del cante jondo, con notable éxito. Con el advenimiento de la República, y a instancias de Fernando de los Ríos, a la sazón ministro, Lorca se embarca en "la barraca", un proyecto teatral ambulante que tenía que representar obras clásicas españolas por los pueblos de España: para empezar, escogerá entremeses cervantinos y “La vida es Sueño”,  y contará con la colaboración de Benjamín Palencia y Ramón Gaya, entre otros.  En el tiempo libre que le deja su actividad en "la barraca", escribe la obra de teatro “así que pasen cinco años”, donde exhibe su preocupación por la soledad del ser humano, el rápido paso del tiempo y la incapacidad para satisfacer el amor. Entre marzo y mayo de 1932 viaja por varias ciudades españolas para impartir conferencias promovidas por los Comités de Cooperación intelectual. La honda impresión que le causa Galicia se traducirá en la escritura de seis poemas escritos en gallego, que le publicará su amigo Blanco Amor.   En Agosto descansa en Granada de las representaciones de la barraca y escribe en poco tiempo “Bodas de Sangre”, que se representará al año siguiente en Madrid con gran éxito de taquilla. Regresa de nuevo a Granada para escribir Yerma, un drama sobre la mujer estéril.   En Julio de 1933 Federico viaja a Argentina para acudir al estreno de Bodas de Sangre. Lleva consigo en el barco los escritos de las conferencias que iba a impartir –“Juego y Teoría del duende”- y varios poemas amorosos que integrarán más  tarde su póstumo “Diván del Tamarit”. Allí conoce a Neruda y a Borges. Además, la representación  de la Zapatera Prodigiosa y Mariana Pineda, tanto en Buenos Aires como en Montevideo,  le reportan por primera vez pingues beneficios. A su regreso a España enseguida da a la imprenta, por mediación de Blanco Amor, algunos poemas de Diván del Tamarit en un intento de recrear la atmósfera morisca de Granada.  La muerte de su amigo torero y escritor en una plaza de toros de Manzanares le conmueve hasta al punto de hacerle escribir uno de los mejores poemas elegíacos de la lírica española: “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejía”.   A finales del 34  estrena Yerma y escribe Doña Rosita la Soltera, “en la línea trágica de nuestra vida social, las españolas que se quedaban solteras”, sátira que fustiga  toda la cursilería y mojigatería de la vida provinciana. Es esta una época de intensa actividad que va recogiendo los éxitos de su trayectoria. El “romancero gitano” bate records de venta. En Barcelona estrena Doña Rosita con gran acogida y en sus recitales de poemas del Cante Jondo y Romancero se le escucha con admiración y fervor. Al mismo tiempo sigue manteniendo sus desplazamientos con la barraca, que ya empieza a dar sus últimos coletazos, retirado el favor del gobierno de Lerroux.  La última obra que termina poco antes de su muerte es Bernarda Alba, el drama de una mujer que tras quedarse viuda decide, con mano autoritaria, convertir su casa en un convento de clausura donde encierra a sus hijas para evitar las habladurías del pueblo. La obra, que no llegaría a estrenar, se convierte en símbolo de la España negra y represora. Esta carrera de éxitos se ve bruscamente interrumpida por la muerte el 19 de agosto de 1936. Su asesinato convirtió a Lorca en víctima arquetípica del fascismo e influyo en la difusión de su figura como poeta universal. El fusilamiento de Lorca queda explicado por razones políticas en un contexto general de represión. Se le consideraba un rojo indeseable  que se había significado con la firma de documentos antifascistas y tomando actos públicos en apoyo del comunismo internacional. Además estaba unido por lazos de amistad o parentesco a personas tan malquistas como Fernando de los Ríos o Manuel Fernández, su cuñado, alcalde socialista de Granada a la sazón, que también sería ejecutado. Por otra parte la burguesía granadina no parecía dispuesta a perdonarle los duros ataque que le había dirigido poco tiempo antes. La denuncia partiría de los ultracatólicos de la CEDA, que se movían en torno al comandante José Valdés, jefe de gobierno de Granada tras la sublevación, quien firmó la sentencia de muerte. Casi todas las investigaciones han exonerado de culpa a los hermanos Rosales, destacados falangistas con los que Federico tenía una gran amistad, principalmente con Luis. El 16 de julio, Lorca se había trasladado de Madrid a Granada donde pensaba hallarse más seguro. Tras haber sufrido varias amenazas pidió a Luís Rosales que lo refugiara en su casa. Se instaló allí el 9 de agosto. El 16 fueron a sacarlo con una orden de detención. Parece probado que los Rosales hicieron todo lo posible por salvarlo, pero el desenlace fue inesperadamente rápido. Después de ser trasladado a distintos calabozos, el 19 fue fusilado en un paraje cercano a Víznar, junto a un maestro y dos anarquistas.


Cabría distinguir dos momentos en la actitud de Lorca ante la edición de su obra: el primero abarcaría hasta 1928, fecha de edición del Romancero Gitano, y el segundo se extendería hasta el año de su muerte. En la primera etapa Lorca proyecta y gestiona la edición de sus libros; en la segunda, en cambio, se muestra remiso a la entrega de textos a los editores. El centro de todo este proceso se sitúa en el éxito del Romancero. A pesar de quedar satisfecho con el libro, le molestaba que fuera leído en clave pintoresca. El autor del ciclo neoyorkino era consciente del salto cualitativo que representaban los poemas que había traído de EEUU. Se acentúa entonces en Lorca un creciente afán de comunicación directa y personal con el público de oyentes y espectadores.


Jorge Guillén definió al poeta como bardo anterior a la imprenta. Posada señala que una de las claves del éxito universal de Lorca es la traducibilidad de su obra. La maleabilidad para verterse en otras lenguas residen en la raigambre de la tradición: sabe captar de una forma viva la vieja tradición y el folklore de la poesía hasta expresarla en forma arquetípica con originales rasgos personales: la relación  sangre-fecundidad-muerte, la polivalencia de la luna, la fascinación  por los filos de las navajas, en suma la sacralidad de la vida. Este prurito por la tradición se conjuga a la vez con una vasta cultura en la que no se ha reparado, pero que se halla en sus versos perfectamente asimilada y camuflada. Entre las grandes influencia de esas abundantes lecturas transubstanciadas es la Biblia y Shakeapeare.



Para el mismo Posada el tema central de Lorca es el de la frustración, expresado tanto en un plano ontológico como social. Un mero repaso de sus temas nos enfrenta primero con el del amor, formulado y asumido en una dimensión cósmica, con su concreción en un evidente pansexualismo amoroso, que disuelve la oposición entre el amor heterosexual y el homosexual. Otros dos temas esenciales son los de la esterilidad y la infancia, vinculado el primero en el Amor oscuro, pero no únicamente a él, y sentido el segundo como la cara opuesta de la esterilidad. El tema de la muerte ha suscitado una considerable atención; sigue siendo válido el planteamiento de Salinas -la vida sentida por la vía de la muerte- y es muy perspicaz el enfoque de Francisco García Lorca al abordar la consideración de la muerte como un asesinato. Pero hay también en Lorca una vida de los muertos, de rostro espantoso. En Lorca parece subyacer una metafísica de la muerte, pero también del tiempo y la destrucción del principio de identidad. Pero el Lorca metafísico y mítico es capaz de tocar de modo estremecedor temas de la revolución y la injusticia vistos desde el ángulo de la represión implacable, como es el caso del Romancero Gitano o Poeta en Nueva York. Hay en Lorca una agudísima y siempre ascendente conciencia de solidaridad de los  desposeídos y humillados de este mundo que amplifica considerablemente la voz poética. Pero la mayor hazaña artística de Lorca es la creación de una lengua poética propia. En 1928, en carta a Jorge Zalamea, proclama que la suya es una poesía de “abrirse las venas”. Y así, en el marco de una doble crisis estética, propiciada por el éxito ambiguo del Romancero gitano, que se suma a la disolución de la poesía pura y el triunfo del irracionalismo, Lorca escribe en Nueva York el gran ciclo poético traspasado por el dolor, la revuelta que expresa una imaginación tan vertiginosa como profunda. A su regreso de América, el teatro le va ganando terreno a la poesía. La evolución de la poesía da cuenta de varios datos esenciales. La casi ilimitada capacidad de esta voz para tocar todos los registros, su profunda versatilidad estilística, en las antípodas de la repetición de formas y tonos, y su maestría total en el uso de la tradición métrica española.


Pedro Salinas señala que la función de las metáforas lorquianas no es decorativa, sino significante, reveladora: son anuncios de lo desusado, de lo misterioso que este mundo poético tiene en su fondo, y que cobrando formas de personaje o hecho, caerá sobre el escogido en la hora fatal. Avisan de una inminencia, de un algo que se prepara en lo que va a venir, inexorable. Ya que el reino poético de Lorca, luminoso y enigmático a la vez, está sometido al imperio de un poder único y sin rival: la muerte. La visión de la vida y de lo humano que en Lorca luce y se trasluce está fundada en la muerte. Su manera de sentir la vida es por la vía de la muerte.



TEORÍAS

 

CANCIÓN DE LAS SIETE DONCELLAS

(TEORÍA DEL  ARCO IRIS)

 

Cantan las siete

Doncellas.

 

(Sobre el cielo un arco

De ejemplos de ocaso.)

 

Alma con siete voces

Las siete doncellas.

 

(En el aire blanco

Siete largos pájaros.)

 

Mueren las siete

Doncellas.

 

(¿Por qué no han sido nueve?

¿Por qué no han sido veinte?)

 

El río las trae,

Nadie puede verlas.

 

 

NOCTURNO ESQUEMÁTICO

Hinojo, serpiente y junco.

Aromas, rastro y penumbra.

Aire, tierra y soledad.

 

(La escala llega a la luna.)

 

 

LA CANCIÓN DEL COLEGIAL

 

Sábado.

Puerta de jardín.

 

Domingo.

Día gris.

Gris.

 

Sábado.

Arcos azules.

Brisa.

 

Domingo.

Mar con orillas.

Metas.

 

Sábado.

Semilla

Estremecida.

 

Domingo.

(Nuestro amor se pone

Amarillo.)

 

 

[EL CANTO QUIERE SER LUZ]

 

El canto quiere ser luz.

En lo oscuro el canto tiene

Hilos de fósforo y luna.

La luz no sabe qué quiere.

En sus límites de ópalo,

Se encuentra ella misma,

Y vuelve.

 

 

TÍO VIVO

 

Los días de fiesta

Van sobre ruedas.

El tío-vivo los trae,

Y los lleva.

 

Corpus azul.

Blanca Nochebuena.

 

Los días abandonan

Su piel, como las culebras,

Con la sola excepción

De los días de fiesta.

 

Estos son los mismos

De nuestras madres viejas.

Sus tardes son largas colas

De moaré y lentejuelas.

 

Corpus azul.

Blanca Nochebuena.

 

El tío-vivo gira

Colgado de una estrella.

Tulipán de las cinco

Partes de la tierra.

 

Sobre caballitos

Disfrazados de panteras

Los niños se comen la luna

Como si fuera una cereza.

 

¡Rabia, rabia, Marco Polo!

Sobre una fantástica rueda,

Los niños ven lontananzas

Desconocidas de la tierra.

 

Corpus azul.

Blanca Nochebuena.

 

 

BALANZA

 

La noche quieta siempre.

El día va y viene.

 

La noche muerta y alta.

El día con un ala.

 

La noche sobre espejos

Y el día bajo el viento.

 

CANCIÓN CON MOVIMIENTO

 

AYER.

 

(Estrellas

Azules.)

 

Mañana.

 

(Estrellitas

Blancas.)

 

Hoy.

 

(Sueño flor adormecida

En el valle de la enagua.)

 

Ayer.

 

(Estrellas

de fuego.)

 

Mañana.

 

(Estrellas

Moradas.)

 

Hoy.

 

Este corazón, ¡Dios mío!

¡Este corazón que salta!

 

Ayer.

 

(memoria

De estrellas.)

 

Mañana.

 

(Estrellas cerradas.)

 

Hoy…

 

(¡Mañana!)

 

¿Me marearé quizá

Sobre la barca?

¡Oh los puentes del Hoy

En el camino de agua!

 

REFRÁN

 

Marzo

Pasa volando.

 

Y enero sigue tan alto.

 

Enero,

Sigue en la noche del cielo.

 

Y abajo Marzo es un momento.

 

Enero.

Para mis ojos viejos.

 

Marzo.

Para mis frescas manos.

 

 

CAZADOR

 

¡Alto pinar!

Cuatro palomas por el aire van.

 

Cuatro palomas

Vuelan y tornan.

Llevan heridas

Sus cuatro sombras.

 

¡Bajo pinar!

Cuatro palomas en la tierra están.

 

 

FABULA

 

Unicornios y cíclopes.

 

Cuernos de oro

Y ojos verdes.

 

Sobre el acantilado,

En tropel gigantesco,

Ilustran el azogue

Sin cristal, del mar.

 

Unicornios y cíclopes.

 

Una pupila

Y una potencia.

¿Quién duda la eficacia

Terrible de esos cuernos?

¡Oculta tus blancos,

Naturaleza!

 

[AGOSTO]

 

Agosto.

Contraponientes

De melocotón y azúcar,

Y el sol dentro de la tarde,

Como el hueso en una fruta.

 

La panocha guarda intacta

Su risa amarilla y dura.

 

Agosto.

Los niños comen

Pan moreno y rica luna.

 

 

ARLEQUÍN

 

Teta roja del sol.

Teta azul de la luna.

 

Torso mitad coral,

Mitad plata y penumbra.

 

 

CORTARON TRES ÁRBOLES

 

Eran tres.

(Vino el día con sus hachas.)

Eran dos.

(Alas rastreras de plata.)

Era uno.

Era ninguno.

(Se quedó desnuda el agua.)

 

 

 

NOCTURNOS DE LA VENTANA

 

1

Alta va la luna

Bajo corre el viento.

 

(Mis largas miradas,

Exploran el cielo.)

 

Luna sobre el agua.

Luna bajo el viento.

 

(Mis cortas miradas,

Exploran el suelo.)

 

Las voces de dos niñas

Venían. Sin esfuerzo,

De la luna del agua,

Me fui a la del cielo.

 

 

2

Un brazo de la noche

Entra por mi ventana.

 

Un gran brazo moreno

Con pulseras de agua.

 

Sobre un cristal azul

Jugaba al río mi alma.

 

Los instantes heridos

Por el reloj pasaban.

 

 

3

 

Asomo la cabeza

Por mi ventana, y veo

Cómo quiere cortarla

La cuchilla del viento.

 

En esta guillotina

Invisible, yo he puesto

La cabeza sin ojos

De todos mis deseos.

 

Y un olor de limón

Llenó el instante inmenso,

Mientras se convertía

En flor de gasa el viento.

 

 

4

Al estanque se le ha muerto

Hoy una niña de agua.

Está fuera del estanque,

Sobre el suelo amortajada.

 

De la cabeza a sus muslos

Un pez la cruza, llamándola.

El viento le dice “niña”,

Mas no puede despertarla.

 

El estanque tiene suelta

Su cabellera de algas

Y al aire sus grises tetas

Estremecidas de ranas.

 

Dios te salve. Rezaremos

A Nuestra Señora de Agua

Por la niña del estanque

Muerta bajo las manzanas.

 

Yo luego pondré a su lado

Dos pequeñas calabazas

Para que se tenga a flote,

¡ay!, sobre la mar salada.

 

 

CANCIONES PARA NIÑOS

                 A

     LA MARAVILLOSA NIÑA

    COLOMBA MORLA VICUÑA,

    DORMIDA PIADOSAMENTE

   EL DÍA 8 DE AGOSTO DE 1928

 

CANCIÓN CHINA EN EUROPA

La señorita

Del abanico,

Va por el puente

Del fresco río.

 

Los caballeros

Con sus levitas

Miran el puente

Sin barandillas.

 

La señorita

Del abanico

Y los volantes,

Busca marido.

 

Los caballeros

Están casados,

Con altas rubias

De idioma blanco.

 

Los grillos cantan

Por el Oeste.

 

(La señorita,

Va por lo verde.)Los grillos cantan

Bajo las flores.

 

(Los caballeros,

Van por el Norte.)

 

 

CANCIONCILLA SEVILLANA

      

Amanecía

En el naranjel.

Abejitas de oro

Buscaban la miel.

 

¿Dónde estará

La miel?

 

Está en la flor azul,

Isabel.

En la flor,

Del romero aquel.

 

(Sillita de oro

Para el moro.

Silla de oropel

Para su mujer.)

 

Amanecía

En el naranjel.

 

 

CARACOLA

 

Me han traído una caracola.

 

Dentro le canta

un mar de mapa.

Mi corazón

Se llena de agua

Con pececillos

De sombra y plata.

 

Me han traído una caracola.

 

 

EL LAGARTO ESTÁ LLORANDO

 

El lagarto está llorando.

La lagarta está llorando.

 

El lagarto y la lagarta

Con delantaritos blancos.

 

Han perdido sin querer

Su anillo de desposados.

 

¡Ay, su anillito de plomo,

Ay, su anillito plomado!

 

Un cielo grande y sin gente

Monta en su globo a los pájaros.

 

El sol, capitán redondo,

Lleva un chaleco de raso.

 

¡Miradlos qué viejos son!

¡Que viejo son los lagartos!

 

¡Ay cómo lloran y lloran,

¡Ay!, ¡ay!, cómo están llorando!

 

 

CANCIÓN CANTADA

En el gris,

El pájaro Griffón  

Se vestía de gris.

Y la niña Kikirikí

Perdía su blancor

Y forma allí.

 

Para entrar en el gris

Me pinté de gris.

¡Y cómo relumbraba

En el gris!

 

 

PAISAJE

 

La tarde equivocada

Se vistió de frío.

 

Detrás de los cristales,

Turbios, todos los niños,

Ven convertirse en pájaros

Un árbol amarillo.

 

La tarde está tendida

A lo largo del río.

Y un rubor de manzana

Tiembla en los tejadillos.

 

 

CANCIÓN TONTA

 

Mamá.

Yo quiero ser de plata.

 

Hijo,

Tendrás mucho frío.

 

Mamá.

Yo quiero ser de agua.

 

Hijo,

Tendrás mucho frío.

 

Mamá.

Bórdame en tu almohada.

 

¡Eso sí!

¡Ahora mismo!

 

 

ANDALUZAS

                    A MANUEL PIZARRO

     (EN LA IRREGULARIDAD SIMÉTRICA DEL JAPÓN)

 

CANCIÓN DE JINETE

 

En la luna negra

De los bandoleros,

Cantan las espuelas.

 

Caballito negro.

¿Dónde llevas tu jinete muerto?

 

… Las duras espuelas

Del bandido inmóvil

Que perdió las riendas.

 

Caballito frío.

¡Qué perfume de flor de cuchillo!

 

En la luna negra

Sangraba el costado

De Sierra Morena.

 

Caballito negro.

¿Dónde llevas tu jinete muerto?

 

La noche espolea

Sus negros ijares 

Clavándose estrellas.

 

Caballito frío,

¡Qué perfume de flor de cuchillo!

 

En la luna negra,

¡un grito! Y el cuerno

Largo de la hoguera.

 

Caballito negro.

¿Dónde llevas tu jinete muerto?

 

 

ADELINA DE PASEO

 

La mar no tiene naranjas,

Ni Sevilla tiene amor.

Morena, qué luz de fuego.

Préstame tu quitasol.

 

Me pondrá la cara verde

-zumo de lima y limón-,

Tus palabras –pececillos-

Nadarán alrededor.

 

La mar no tiene naranjas.

Ay, amor.

¡Ni Sevilla tiene amor!

 

 

ZARZAMORA CON EL TRONCO GRIS

 

Zarzamora con el tronco gris,

Dame un racimo para mí.

 

Sangre y espinas. Acércate.

Si tú me quieres, yo te querré.

 

Deja tu fruto de verde y sombra

Sobre mi lengua, zarzamora.

 

Qué largo abrazo te daría

En la penumbra de mis espinas.

 

Zarzamora, ¿dónde vas?

A buscar amores que tú no me das.

 

 

MI NIÑA SE FUE A LA MAR

 

Mi niña se fue a la mar,

A contar olas y chinas,

Pero se encontró, de pronto,

Con el río de Sevilla.

 

Entre adelfas y campanas

Cinco barcos se mecían,

Con los remos en el agua

Y las velas en la brisa.

 

¿Quién mira dentro la torre

Enjaezada, de Sevilla?

Cinco voces contestaban

Redondas como sortijas.

 

El cielo monta gallardo

Al río, de orilla a orilla.

En el aire sonrosado,

Cinco anillos se mecían.

 

 

TARDE

 

Tres álamos inmensos

Y una estrella.

 

El silencio mordido

Por las ranas, semeja

Una gasa pintada

Con lunaritos verdes.

 

En el río,

Un árbol seco,

Ha florecido en círculos

Concéntricos.

 

Y he soñado sobre las aguas,

A la morenita de Granada.

 

 

CANCIÓN DEL JINETE

 

Córdoba.

Lejana y sola.

 

Jaca negra, luna grande,

Y aceitunas en mi alforja.

Aunque sepa los caminos

Yo nunca llegaré a Córdoba.

 

Por el llano, por el viento,

Jaca negra, luna roja.

La muerte me está mirando

Desde las torres de Córdoba.

 

¡Ay qué camino tan largo!

¡Ay mi jaca valerosa!

¡Ay que la muerte me espera,

Antes de llegar a Córdoba!

 

Córdoba.

Lejana y sola.

 

 

ES VERDAD

 

¡Ay qué trabajo me cuesta

Quererte como te quiero!

 

Por tu amor me duele el aire,

El corazón

Y el sombrero.

 

¿Quién, me compraría a mí

Este cintillo que tengo

Y esta tristeza de hilo

Blanco, para hacer pañuelos?

 

¡Ay qué trabajo me cuesta

Quererte como te quiero!

 

 

ARBOLE ARBOLE

 

Arbolé arbolé

Seco y verdé.

 

La niña de bello rostro

Está cogiendo aceituna.

El viento, galán de torres,

La prende por la cintura,

Pasaron cuatro jinetes,

Sobre jacas andaluzas,

Con trajes de azul y verde,

Con largas capas oscuras.

“Vente a Granada, muchacha.”

La niña no los escucha.

Pasaron tres torerillos

Delgaditos de cintura,

Con trajes color naranja

Y espada de plata antigua.

“Vente a Sevilla, muchacha.”

La niña no los escucha.

Cuando la tarde se puso

Morada, con luz difusa,

Pasó un joven que llevaba

Rocas y mirtos de luna.

“Vente a Granada, muchacha.”

Y la niña no lo escuchaba.

La niña del bello rostro

Sigue cogiendo aceituna,

Con el brazo gris del viento

Ceñido por la cintura.

 

Arbolé arbolé

Seco y verdé.

 

 

GALÁN

 

Galán,

Galancillo.

En tu casa queman tomillo.

 

Ni que vayas, ni que vengas,

Con llave cierro la puerta.

 

Con llave de plata fina.

Atada con una cinta.

 

En la cinta hay un letrero:

“Mi corazón está lejos”

 

No des vueltas en mi calle.

¡Dejásela toda al aire!

 

Galán,

Galancillo.

En tu casa queman tomillo.

 

 

TRES RETRATOS CON SOMBRAS

 

VERLAINE

 

La canción

Que nunca diré,

Se ha dormido en mis labios.

La canción,

Que nunca diré.

 

Sobre las madreselvas

Había una luciérnaga

Y la luna picaba

Con un rayo en el agua.

 

Entonces yo soñé,

La canción,

Que nunca diré.

 

Canción llena de labios

Y de cauces lejanos.

 

Canción llena de horas

Perdidas en la sombra.

 

Canción de estrella vida

Sobre un perpetuo día.

 

 

BACO

 

Verde rumor intacto.

La higuera me tiende sus brazos.

 

Como una pantera, su sombra,

Acecha mi lírica sombra.

 

La luna cuenta los perros.

Se equivoca y empieza de nuevo.

 

Ayer, mañana, negro y verde,

Rondas mi cerco de laureles.

 

¿Quién te querría como yo,

Si me cambiaras el corazón?

 

…Y la higuera, me grita y avanza

Terrible y multiplicada.

 

 

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

 

En el blanco infinito,

Nieve, nardo y salina,

Perdió su fantasía.

 

El color blanco, anda,

Sobre una muda alfombra

De plumas de paloma.

 

Sin ojos ni ademán

Inmóvil sufre un sueño.

Pero tiembla por dentro.

 

En el blanco infinito,

¡Qué pura y larga herida

Dejó su fantasía!

 

En el blanco infinito.

Nieve. Nardo. Salina.

 

 

VENUS

Así te vi

 

La joven muerta

En la concha de la cama,

Desnuda de flor y brisa

Surgía en la luz perenne.

 

Quedaba el mundo

Lirio de algodón y sombra,

Asomado a los cristales,

Viendo  el tránsito infinito.

 

La joven muerta,

Surcaba el amor por dentro.

Entre la espuma de las sábanas

Se perdía su cabellera.

 

 

DEBUSSY

 

Mi sombra va silenciosa

Por el agua de la acequia.

 

Por mi sombra están las ranas

Privadas de las estrellas.

 

La sombra manda a mi cuerpo

Reflejos de cosas quietas.

 

Mi sombra va como inmenso

Cínife color violeta.

 

Cien grillos quieren dorar

La luz de la cañavera.

 

Una luz nace en mi pecho,

Reflejado, de la acequia.

 

 

NARCISO

Niño

¡Que vas a caer al río!

 

En lo hondo hay una rosa

Y en la rosa hay otro río.

 

¡Mira aquel pájaro! ¡Mira

Aquel pájaro amarillo!

 

Se me han caído los ojos

Dentro del agua.

 

¡Dios mío!

¡Que se resbala! ¡Muchacho!

 

…y en la rosa estoy yo mismo.

 

Cuando se perdió en el agua

Comprendí. Pero no explico.

 

 

 

JUEGOS

DEDICADOS A LA CABEZA DE LUIS BUÑUEL

EN GRAND PLAIN

 

 

RIBEREÑAS

(Con acompañamiento de campanas)

 

Dicen que tienes cara

(balalín)

De luna llena.

(balalán.)

Cuántas campanas ¿oyes?

(balalín.)

No me dejan.

(¡balalán!)

Pero tus ojos… ¡Ah!

(balalín)

…perdona, tus ojeras…

(balalán)

Y esa rosa de oro

(balalín)

Y esa… no puedo, esa…

(balalán.)

 

Su duro miriñaque

Las campanas golpean.

 

¡Oh tu encanto secreto!..., tu…

(balalín)

Lin

Lin

Lin…)

 A IRENE GARCÍA

(criada)

 

En el soto

Los alamillos bailan

Uno con otro.

Y el arbolé

Con sus cuatro hijitas,

Bailan también.

 

¡Irene!

Luego vendrán las lluvias

Y las nieves.

Baila sobre lo verde.

 

Sobre lo verde verde,

Que te acompaño yo.

 

¡Ay cómo correr el agua!

¡Ay mi corazón!

 

En el soto,

Los alamillos bailan

Uno con otro.

Y el arbolé,

Con sus cuatro hijitas,

Baila también.

 

 

AL OÍDO DE UNA MUCHACHA

 

No quise.

No quise decirte nada.

 

Vi en tus ojos

Dos arbolitos locos.

De brisa, de risa y de oro.

 

Se meneaban.

No quise.

 

No quise decirte nada.

 

 

LAS GENTES IBAN

 

Las gentes iban

Y el otoño venía.

 

Las gentes

Iban a lo verde.

Llevaban gallos

Y guitarras alegres.

Por el reino

De las simientes.

El río soñaba,

Corría la fuente.

¡Salta,

Corazón caliente!

 

Las gentes

Iban a lo verde.

El otoño venía

Amarillo de estrellas,

Pájaros macilentos

Y ondas concéntricas.

Sobre el pecho almidonado,

La cabeza.

¡Párate,

Corazón de cera!

 

Las gentes iban

Y el otoño venía.

 

 

CANCIÓN DEL MARIQUITA

 

El mariquita se peina

En su peinador de seda.

 Los vecinos se sonríen

En sus ventanas postreras.

 

El mariquita organiza

Los bucles de su cabeza.

 

Por los patios gritan loros,

Surtidores de planetas.

 

El mariquita se adorna

Con un jazmín sinvergüenza.

 

La tarde se pone extraña

De peines y enredaderas.

 

El escándalo temblaba

Rayado como una cebra.

 

¡Los mariquitas del Sur

Cantan en las azoteas!

 

 

ARBOL DE CANCIÓN

 

Caña de voz y gesto,

Una vez y otra vez

Tiembla sin esperanza

En el aire de ayer.

 

La niña suspirando

Lo quería coger;

Pero llegaba siempre

Un minuto después.

 

¡Ay Sol! ¡Ay luna, luna!,

Un minuto después.

Sesenta flores grises

Enredaban sus pies.

 

Mira cómo se mece

Una y otra vez,

Virgen de flor y rama,

En el aire de ayer.

 

 

LA CALLE DE LOS MUDOS

 

Detrás de las inmóviles vidrieras

Las muchachas juegan con sus risas.

 

          (En los pianos vacíos,

        Arañas titiriteras.)

 

Las muchachas hablan de sus novios

Agitando sus trenzas apretadas.

 

           (Mundo del abanico,

        El pañuelo y la mano.)

 

Los galanes replican haciendo

Alas y flores con sus capas negras.

 

 

 

CANCIONES DE LUNA

 

 

LA LUNA ASOMA

 

Cuando sale la luna

Se pierden las campanas

Y aparecen las sendas

Impenetrables.

 

Cuando sale la luna,

El mar cubre la tierra

Y el corazón se siente

Isla en el infinito.

 Nadie come naranjas

Bajo la luna llena.

Es preciso comer

Fruta verde y helada.

 

Cuando sale la luna

De cien rostros iguales,

La moneda de plata

Solloza en el bolsillo.

 

 

DOS LUNAS DE TARDE

1

La luna está muerta, muerta;

Pero resucita en la primavera.

 

Cuando en la frente de los chopos

Se rice el viento del Sur.

 

Cuando den nuestros corazones

Su cosecha de suspiros.

 

Cuando se pongan los tejados

Sus sombreritos de yerba.

 

La luna está muerta, muerta;

Pero resucita en la primavera.

 

 

2

La tarde canta

Una berceuse a las naranjas.

 

Mi hermanita canta;

La tierra es una naranja.

 

La luna llorando dice:

Yo quiero ser una naranja.

 

No puede ser, hija mía,

Aunque te pongas rosada.

Ni siquiera limoncito.

¡Qué lástima!

 

 

LUNES, MIERCOLES Y VIERNES

Yo era.

Yo fui,

Pero no soy.

 

Yo era…

 

(¡Oh fauce maravillosa

La del ciprés y su sombra!

Angulo de luna llena.

Angulo de luna sola.)

 

Yo fui…

 

La luna estaba de broma

Diciendo que era una rosa.

(Con una capa de viento

Mi amor se arrojó a las olas.)

 

Pero no soy…

 

(Ante una vidriera rota

Coso mi lírica ropa.)

 

 

 

MURIÓ AL AMANCER

 

Noche de cuatro lunas

Y un solo árbol,

Con una sola sombra

Y un solo pájaro.

 

Busco en mi carne las

Huellas de tus labios

El manantial besa al viento

Sin tocarlo.

 

Llevo el No que me diste

En la palma de la mano,

Como un limón de cera

Casi blanco.

 

Noche de cuatro lunas

Y un solo árbol.

En la punta de una aguja

Está mi amor ¡girando!

 

 

PRIMER ANIVERSARIO

La niña va por mi frente.

¡Oh, qué antiguo sentimiento!

 

¿De qué me sirve, pregunto,

La tinta, el papel y el verso?

 

Carne tuya me parece,

Rojo lirio, junco fresco.

 

Morena de luna llena.

¿Qué quieres de mi deseo?

 

 

SEGUNDO ANIVERSARIO

 

La luna clava en el mar

Un largo cuerno de luz.

 

Unicornio gris y verde,

Estremecido, pero extático.

El cielo flota sobre el aire

Como una inmensa flor de loto.

 

(¡Oh, tú sola paseando

La última estancia de la noche!)

 

 

FLOR

 

El magnífico sauce

De la lluvia caía.

 

¡Oh la luna redonda

Sobre las ramas blancas!

 

 

 

EROS CON BASTÓN

         (1923)    

                            A PEPÍN BELLO

 

 

SUSTO EN EL COMEDOR

 

Eras rosa.

Te pusiste alimonada.

 

¿Qué intención viste en mi mano

Que casi te amenazaba?

 

Quise las manzanas verdes.

No las manzanas rosadas…

 

Alimonada…

 

(Grulla dormida la tarde,

Puso en tierra la otra pata.)

 

 

LUCÍA MARTÍNEZ

 

Lucía Martínez.

Umbría de seda roja.

 

Tus muslos como la tarde

Van de la luz a la sombra.

Los azabaches recónditos

Oscurecen tus magnolias.

 

Aquí estoy, Lucía Martínez.

Vengo a consumir tu boca

Y a arrastrarte del cabello

En madrugada de conchas.

 

Porque quiero, y porque puedo.

Umbría de seda roja.

 

 

LA SOLTERA EN MISA

 

Bajo el Moisés del incienso,

Adormecida.

 

Ojos de toro te miraban.

Tu rosario llovía.

 

Con ese traje de profunda seda,

No te muevas, Virginia.

 

De los negros melones de tus pechos

Al rumor de la misa.

 

 

INTERIOR

 

Ni quiero ser poeta,

Ni galante.

¡Sábanas blancas donde te desmayes!

 

No conoces el sueño

Ni el resplandor del día.

Como los calamares,

Ciegas desnuda en tinta de perfume.

Carmen.

 

 

N U

Bajo la adelfa sin luna

Estabas fea desnuda.

 

Tu carne buscó en mi mapa

El amarillo de España.

 

Qué fea estabas francesa,

En lo amargo de la adelfa.

 

Roja y verde, eché a tu cuerpo

La capa de mi talento.

 

Verde y roja, roja y verde.

¡Aquí somos otra gente!

 

 

SERENATA

(HOMENAJE A LOPE DE VEGA)

 

Por las orillas del río

Se está la noche mojando

Y en los pechos de Lolita

Se mueren de amor los ramos.

 

Se mueren de amor los ramos.

 

La noche canta desnuda

Sobre los puentes de marzo.

Lolita lava su cuerpo

Con agua salobre y nardos.

 

Se mueren de amor los ramos.

 

La noche de anís y plata

Relumbra por los tejados.

Plata de arroyos y espejos.

Anís de tus muslos blancos.

 

Se mueren de amor los ramos.

 

 

EN MÁLAGA

Suntuosa Leonarda.

Carne pontifical y traje blanco,

En las barandas de “Villa Leonarda”.

Expuesta a los tranvías y a los barcos.

Negros torsos bañistas oscurecen

La ribera del mar. Oscilando

-concha y loto a la vez-

Viene tu culoDe Ceres en retórica de mármol.

 

 

 

TRASMUNDO

                      A MANUEL ÁNGELES ORTIZ

 

 

ESCENA

Alta torres.

Largos ríos

 

              HADA

Toma el anillo de bodas

Que llevaron tus abuelos.

Cien manos, bajo la tierra,

Lo están echando de menos.

 

               YO

Voy a sentir en mis manos

Una inmensa flor de dedos

Y el símbolo del anillo.

No lo quiero

 

Altas torres.

Largos ríos.

 

 

MALESTAR Y NOCHE

Abejaruco.

En tus árboles oscuros.

Noche de cielo balbuciente

Y aire tartamudo.

 

Tres borrachos eternizan

Sus gestos de vino y luto.

Los astros de plomo giran

Sobre un pie.

                   Abejaruco.

En tus árboles oscuros.

 

Dolor de sien oprimida

Con guirnaldas de minutos.

¿Y tu silencio? Los tres

Borrachos cantan desnudos.

Pespunte de seda virgen

Tu canción.

                Abejaruco.

 

 

EL NIÑO MUDO

 

El niño busca su voz.

(La tenía el rey de los grillos.)

En una gota de agua

Buscaba su voz el niño.

 

No la quiero para hablar;

Me haré con ella un anillo

Que llevará mi silencio

en su dedo pequeñito.           

 

En una gota de agua

Buscaba su voz el niño.

 

(La voz cautiva, a lo lejos,

Se ponía un traje de grillo.)  

 

 

EL NIÑO LOCO

 

Yo decía: “Tarde.”

Pero no era así.

La tarde era otra cosa

Que ya se había marchado.

  (Y la luz encogía

Sus hombros como una niña.)

 

“Tarde.” ¡Pero es inútil!

Esta es falsa, esta tiene

Media luna de plomo.

La otra no vendrá nunca.

  (Y la luz como la ven todos,

Jugaba a la estatua con el niño loco.)

 

Aquella era pequeña

Y comía granadas.

Esta es grandota y verde, yo no puedo

Tomarla en brazos ni vestirla.

¿No vendrá? ¿Cómo era?

  (Y la luz que se iba dio una broma.

Separó al niño loco de su sombra.)

 

 

DESPOSORIO

Tirad ese anillo

Al agua.

 

  (la sombra apoya sus dedos

Sobre mi espalda.)

 

Tirad ese anillo. Tengo

Más de cien años. ¡Silencio!

 

¡No preguntadme nada!

 

Tirad ese anillo

Al agua.

 

 

DESPEDIDA

 

Si muero

Dejad el balcón abierto.

 

El niño come naranjas.

(Desde mi balcón lo veo.)

 

El segador siega el trigo.

(Desde mi balcón lo siento.)

 

¡Si muero,

Dejad el balcón abierto!

 

 

SUICIDIO

(Quizá fue por no saberte la Geometría)

 

El jovencito se olvidaba.

Eran las diez de la mañana.

 

Su corazón se iba llenando

De alas rotas y flores de trapo.

 

Notó que ya no le quedaba

En la boca más que una palabra.

 

Y al quitarse los guantes, caía,

De sus manos, suave ceniza.

 

Porel balcón se veía una torre.

Él se sintió balcón y torre. 

 

Vio, sin duda, cómo le miraba

El reloj detenido en su caja.

 

Vio su sombra tendida y quieta

En el blanco diván de seda.

 

Y el joven rígido, geométrico,

Con un hacha rompió el espejo.

 

Al romperlo, un gran chorro de sombra

Inundó la quimérica alcoba. 

 

 

 

AMOR

(Con alas y flechas)

 

CANCIONCILLA DEL PRIMER DESEO

 

En la mañana verde,

Quería ser corazón.

Corazón.

 

Y en la tarde madura

Quería ser ruiseñor.

Ruiseñor.

 

(Alma,

Ponte color naranja.

Alma,

Ponte color de amor.)

 

En la mañana viva,

Yo quería ser yo.

Corazón.

 

Y en la tarde caída

Quería ser mi voz.

Ruiseñor.

 

¡Alma,

Ponte color naranja!

¡Alma,

Ponte color de amor!

 

 

EN EL INSTITUTO Y EN LA UNIVERSIDAD

 

La primera vez

No te conocí.

La segunda, sí.

 

Dime

Si el aire te lo dice.

 

Mañanita fría

Yo me puse triste,

Y luego me entraron

Ganas de reírme.

No te conocí.

Si me conociste.

Si te conocí.

No me conociste.

Ahora entre los dos

Se alarga impasible,

Un mes, como un

Biombo de días grises.

 

La primera vez

No te conocí.

La segunda, sí.

 

 

MADRIGALILLO

 

Cuatro granados

Tiene tu huerto.

 (Toma mi corazón

Nuevo.)

 

   Cuatro cipreses

Tendrá tu huerto.

 

   (Toma mi corazón

Viejo.)

 

   Sol y luna.

Luego…

¡ni corazón

Ni huerto!

 

 

ECO

 

Ya se ha abierto

La flor de la aurora.

 

   (¿Recuerdas

El fondo de la tarde?)

 

   El nardo de la luna

Derrama su olor frío.

 

   (¿Recuerdas

La mirada de agosto?)

 

 

IDILIO

                 A ENRIQUE DURÁN

 

Tú querías que yo te dijera

El secreto de la primavera.

 

   Y yo soy para el secreto

Lo mismo que es el abeto.

 

   Árbol cuyos mil deditos

Señalan mil caminitos.

 

   Nunca te diré, amor mío,

Por qué corre lento el río.

 

   Pero pondré en mi voz estancada

El cielo ceniza de tu mirada.

 

   ¡Dame vueltas, morenita!

Ten cuidado con mis hojitas.

 

   Dame más vueltas alrededor.

Jugando a la noria del amor.

 

   ¡Ay! No puedo decirte, aunque quisiera,

El secreto de la primavera.

 

 

NARCISO

 

Narciso.

Tu olor.

Y el fondo del río.

 

Quiero quedarme a tu vera.

Flor del amor.

Narciso.

 

Por tus blancos ojos cruzan

Ondas y peces dormidos.

Pájaros y mariposas

Japonizan en los míos.

 

Tu diminuto y yo grande.

Flor del amor.

Narciso.

 

Las ranas, ¡que listas son!

Pero no dejan tranquilo

El espejo en que se miran

Tu delirio y mi delirio.

 

Narciso.

Mi dolor

Y mi dolor mismo.

 

 GRANADA Y 1850

 

Desde mi cuarto

Oigo el surtidor.

 

   Un dedo de la parra

Y un rayo de sol.

Señalan hacia el sitio

De mi corazón.

 

Por el aire de agosto

Se van las nubes. Yo,

Sueño que no sueño

Dentro del surtidor.

 

 

PRELUDIO

 

Las alamedas se van,

Pero dejan su reflejo.

 

Las alamedas se van,

Pero nos dejan el viento.

 

El viento está amortajado

A lo largo bajo el cielo.

 

Pero ha dejado flotando

Sobre los ríos sus ecos.

 

El mundo de las luciérnagas

Ha invadido mis recuerdos.

 

Y un corazón diminuto

Me va brotando en los dedos.

 

 

PRELUDIO

 

Sobre el cielo verde,

Un lucero verde,

¿qué ha de hacer, amor,

¡ay!, sino perderse?

 

Las torres fundidas

Con la niebla fría,

¿cómo han de mirarnos

Con sus ventanitas?

 

Cien luceros verdes

Sobre un cielo verde,

No ven a cien torres

Blancas, en la nieve.

 

Y esta angustia mía

Para hacerla viva,

He de decorarla

Con rojas sonrisas.

 

 

SONETO

 

Largo espectro de plata conmovida,

El viento de la noche suspirando

Abrió con mano gris mi vieja herida

Y se alejó; yo estaba deseando.

 

Llaga de amor que me dará la vida

Perpetua sangre y pura luz brotando.

Grieta en que Filomena enmudecida

Tendrá bosque, dolor y nido blando.

 

¡Ay qué dulce rumor en mi cabeza!

Me tenderé junto a la flor sencilla

Donde flota sin alma tu belleza.

 

Y el agua errante se pondrá amarilla,

Mientras corre mi sangre en la maleza

Olorosa y mojada de la orilla.

 

 

 

CANCIONES PARA TERMINAR

                                                      A RAFAEL ALBERTI

 

DE OTRO MODO

 

La hoguera pone al campo de la tarde

Unas astas de ciervo enfurecido.

Todo el valle se tiende. Por sus lomos,

Caracolea el vientecillo.

 

El aire cristaliza bajo el humo.

-Ojo de gato triste y amarillo-.

Yo, en mis ojos, paseo por las ramas.

Las ramas se pasean por el río.

 

Llegan mis cosas esenciales.

Son estribillos de estribillos.

Entre los juncos y la baja tarde,

¡qué raro que me llame Federico!

 

 

CANCIÓN DE NOVIEMBRE Y ABRIL

 

El cielo nublado

Pone mis ojos blancos.

 

Yo, para darles vida,

Les acerco una flor

Amarilla.

 

No consigo turbarlosl

Siguen yertos y blancos.

 

(Entre mis hombros vuela

Mi alma dorada y plena.)

 

El cielo de abril

Pone mis ojos de añil.

 

Yo, para darles alma,

Les acerco una rosa blanca.

 

No consigo infundir

Lo blanco en el añil.

 

(Entre mis hombros vuela

Mi alma impasible y ciega.)

 

 

AGUA, ¿DONDE VAS?

 

Agua, ¿dónde vas?

 

Riyendo voy por el río

A las orillas del mar.

 

Mar, ¿adónde vas?

 

Río arriba voy buscando

Fuente donde descansar.

 

Chopo, y tú ¿qué harás?

 

No quiero decirte nada.

Yo… ¡temblar!

 

¿Qué deseo, que no deseo,

Por el río y por la mar?

 

(Cuatro pájaros sin rumbo

En el alto chopo están.)

  

EL ESPEJO ENGAÑOSO

 

Verde rama exenta

De ritmo y de pájaro.

 

Eco de sollozo

Sin dolor ni labio.

Hombre y Bosque.

 

Lloro

Frente al mar amargo.

¡Hay en mis pupilas

Dos mares cantando!

 

 

CANCIÓN INÚTIL

 

Rosa futura y vena contenida,

Amatista de ayer y brisa de ahora mismo,

                     ¡quiero olvidarlas!

 

Hombre y pez en sus medios, bajo cosas flotantes,

Esperando en el alga o en la silla su noche,

                     ¡Quiero olvidarlas!

 

                                Yo

                            ¡Sólo yo!

                    Labrando la bandeja

                    Donde no irá mi cabeza.

                             ¡Sólo yo!

 

 

HUERTO DE MARZO

Mi manzano

Tiene ya sombra y pájaros.

 

¡Qué brinco de mi sueño

De la luna al viento!

 

Mi manzano

Da a lo verde sus brazos.

 

¡Desde marzo, como veo

La frente blanca de enero!

 

Mi manzano…

(viento bajo).

 

Mi manzano…

(cielo alto).

 

 

DOS MARINOS EN LA ORILLA

                                         A JOAQUÍN AMIGO

1.º

Se trajo en el corazón

Un pez del Mar de la China.

 

A veces se ve cruzar

Diminuto por sus ojos.

 

Olvida siendo marino

Los bares y las naranjas.

 

Mira el agua.

 

2.º

Tenía la lengua de jabón.

Lavó sus palabras y se calló.

 

Mundo plano, mar rizado,

Cien estrellas y su barco.

 

Vio los balcones del Papa

Y los pechos dorados de las cubanas.

 Mira el agua.

 

 

ANSIA DE ESTATUA

 

Rumor.

Aunque no quede más que el rumor.

 

Aroma.

Aunque no quede más que el aroma.

 

Pero arranca de mí el recuerdo

Y el color de las viejas horas.

 

Dolor.

Frente al mágico y vivo dolor.

 

Batalla.

En la auténtica y sucia batalla.

 

¡Pero quita la gente invisible

Que rodea perenne mi casa!      

 

 

CANCIÓN DEL NARANJO SECO

                                            A CARMEN MORALES

Leñador

Córtame la sombra.

Líbrame del suplicio

De verme sin toronjas.

 

¿Por qué nací entre espejos?

El día me da vueltas.

Y la noche me copia

En todas sus estrellas.

 

Quiero vivir sin verme.

Y hormigas y villanos,

Soñaré que son mis

Hojas y mis pájaros.

 

Leñador.

Córtame la sombra.

Líbrame del suplicio

De verme sin toronjas.

 

 

CANCIÓN DEL DÍA QUE SE VA

 

¡Qué trabajo me cuesta

Dejarte marchar, día!

Te vas lleno de mí,

Vuelves sin conocerme.

 

¡Qué trabajo me cuesta

Dejar sobre tu pecho

Posibles realidades

De imposibles minutos!

 

En la tarde, un Perseo

Te lima las cadenas,

Y huyes sobre los montes

Hiriéndote los pies.

No pueden seducirte

Mi carne ni mi llanto,

Ni los ríos en donde

Duerme tu siesta de oro.

 

Desde Oriente a Occidente

Llevo tu luz redonda.

Tu gran luz que sostiene

Mi alma, en tensión aguda.

Desde Oriente a Occidente,

¡qué trabajo me cuesta

Llevarte con tus pájaros

Y tus brazos de viento!

 

 

 

 

 

 

 


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