domingo, 27 de junio de 2021

POETAS 128. William Carlos Williams (II). "Viaje al amor"




Williams Carlos Williams fue un poeta y escritor polifacético nacido el 17 de septiembre de 1883, en Rutherford (Nueva Jersey), ciudad que no abandonaría hasta su muerte, exceptuando algunos viajes dispersos por Europa. Era hijo de un hombre de negocios de ascendencia inglesa y una madre nacida en Puerto Rico, de la que heredaría un perfecto conocimiento del idioma y de la cultura hispánica, además de su afición y talento para la pintura, que con el tiempo acabaría cultivando. A los catorce años es enviado a estudiar durante dos años a Suiza, recalando una temporada en París. Tras terminar el bachillerato en Nueva York, inició los estudios de medicina en la Universidad de Pennsylvania. Allí entabló una duradera amistad con Ezra Pound. Después de trabajar como interino en diversos hospitales, en 1906 se trasladó a Leipzig para cursar la especialidad de pediatría. Los tres años que vivió en Alemania le dieron ocasión de conocer, de primera mano, la cultura Europea. Viajó por los Países Bajos, Francia, Inglaterra y España. Ya regresado a su país, en 1910 abrió una clínica privada en Rutherford, se casó poco después con su prometida Florence Herman, y publicó su primer libro de poemas. Esta labor creativa, que abarcaría además novelas, memorias y ensayos, iba a mantenerla constante a lo  largo de su vida, mientras diariamente se dedicaba a sus tareas de médico pediatra, asistiendo al parto de más de dos mil recién nacidos. Salvo un viaje por Europa a mediados de la segunda década, Williams ya apenas se movería de su ciudad natal. Cuando su obra comenzó a cosechar el reconocimiento general, en la década de los cuarenta, comenzó a hacer varias giras por las universidades de Estados Unidos, dando conferencias y recitales. El mismo año -1949- que publica la segunda parte de su célebre libro de poemas, “Paterson”, tiene su primer achaque importante de salud, con un ataque al corazón. En 1950 recibió el National Book Award por “Poemas selectos” y la tercera parte de “Paterson”. Poco después gozaría de una estancia en la colonia de artistas Yaddo, aparcando temporalmente la medicina para consagrarse a la escritura. Seguidamente continuó dando una serie de recitales por la costa del pacífico. Fue en ese momento cuando su fama comenzó a crecer, aupado por la admiración que empezaron a profesarle los escritores de la generación Beat. Amigo de Allan Ginsberg, se encargó de la presentación de su célebre libro, “Aullido”, donde hizo un elogio de la lucidez de los poetas: “Estamos ciegos y vivimos nuestras ciegas vidas en total oscuridad. Los poetas están malditos, pero no están ciegos; ven con los ojos de los ángeles”. En 1951 se retiró de la práctica de la medicina, a consecuencia de un segundo ataque al corazón. Fue acusado de asociación con actividades comunistas, al mismo tiempo que pagó un duro precio por su amistad con Ezra Pound, quien había sido condenado por traición a la patria: su relación con el poeta filofascista impidió el inminente nombramiento como asesor de poesía para la biblioteca del congreso. Todo ello le condujo  a una fuerte depresión que le supuso  el internamiento en un hospital. Aunque durante estos años no dejaba de publicar libros de poesía, su nivel de trabajo se vio mermado con un tercer ataque que le dejó casi paralizado y con dificultades para hablar. Cuando por fin fue recuperando el habla, siguió escribiendo hasta el final sus poemas a máquina con la mano útil. Antes de morir en su ciudad natal el 4 de marzo de 1963, aún tuvo fuerzas para dar a la imprenta su último libro de poemas dedicado a la pintura de Bruegel.




La obra poética de Williams –en contraste con la de sus compatriotas Pound y Eliot-, se caracteriza por una concreción extrema que huye de planteamientos abstractos.  Ensayó una poesía ágil y vivaz en la que trataba de transmitir sensaciones con la mayor naturalidad posible. Con una mirada que posa su atención sobre los objetos, logra transformar lo rutinario del mundo en algo extraordinario. Cultivó siempre el verso libre iniciado por Walt Whitman, extendiéndolo al verso corto mediante la introducción de un hallazgo formal de su propia cosecha: el llamado “pie variable” Para Carlos Williams el abuso que hicieron los poetas del verso libre inaugurado por Walt Withman había tenido un efecto deletéreo para la poesía norteamericana que vino después. Con el “pie variable”, Williams lograba romper con esa monotonía rítmica que había propiciado Wihtman. El “pie variable” medía rigurosamente los espacios entre los acentos, los versos se disponían tripartitamente y se iban desplegando en vaivén tipográfico, lo que acababa dando a sus poemas un cariz más pictórico que musical. Se trataba de convocar tanto al oído como a la vista, pintar con palabras y hacer escuchar las cosas, dejar que estas se mostrasen; se trataba además de huir de toda sensación abstracta o de cualquier nota reflexiva. Pero, sobre todo, Williams quería que la sonoridad de sus poemas registrase el habla propia de los Estados Unidos. Quería conectar el habla de la calle con la estructura poética. Seguía de esta forma la conocida exhortación de Marianne Moore a escribir en una lengua que “los perros y los gatos pudiesen entender".

Antes de la innovación formal que va a caracterizar el último periodo de su obra, publica una serie de libros de tanteo, entre los que destaca el publicado en 1928 con el título de “El descenso del invierno”. Un impulso en esta experimentación formal lo daría con “Paterson”, una obra a la que iba a consagrar gran parte de sus energías creativas, y que iba a convertirse en crónica histórica y cotidiana de una ciudad, en la línea de la Antología de Spoon River, de Lee Masters, o de los relatos de Sherwood Anderson sobre Winnesburg. Paterson es el nombre de la ciudad que recrea, pero también el del doctor protagonista que escucha a las personas a las que atiende, y a las que da voz para que puedan asomar sus vidas. A juicio de Juan Miguel López Merino, “Williams ve a sus semejantes y el entorno que comparte con ellos sin idealizarlos ni ensalzarlos, y nos habla de ellos y de sí mismo del modo en que ellos y él mismo hablan, consiguiendo trascender lo radicalmente concreto, el aquí y el ahora, mediante un largo y logrado trabajo estilístico basado en la concentración y en la brevedad”. En “Paterson” se cruza la poesía, la prosa y el collage, utilizando técnicas de montaje que permiten la aleatoria sucesión de  imágenes y escenas Pero será sobre todo a partir de su obra “La música del desierto”, 1954, donde da un  giro radical para introducir su “pie variable”. A partir de este poemario, el propio Williams comienza a aparecer como tema de su propia poesía, sin ocultar su decadencia física iniciada por su primer ataque al corazón. A medida que esta situación se hace precaria, echa cada vez más mano a la memoria como un poder capaz de transformar la realidad. La memoria es el elemento que reúne la experiencia y le otorga sentido. Esta memoria debe proyectarse más lejos que la experiencia individual, incluso a un pasado remoto que comprenda la vivencia colectiva. En su siguiente libro de poemas, “Viaje al amor”, 1955, el poeta continua abundando en contenidos autobiográficos, incluso en confesiones. Pero a juicio de Juan Antonio Montiel, a quien se le debe la traducción de estos poemas, “Viaje al amor es cualquier cosa menos un itinerario sentimental”. Las emociones con la que topa adquieren en sus manos una fuerte carga estética. También sigue ampliando en este libro su concepto de la memoria mediante lo que llama la “persistencia”. El poeta tiene que permanecer próximo a aquello que está en el origen de su poesía. Su último libro de poesía, “Cuadros de Brueghel”, lo publicó en 1962 y estuvo a punto de ser un libro póstumo. En el muestra la admiración que siempre profesó durante toda su vida a los pintores. También su viejo anhelo, expresado en una entrevista, de fundir el poema y la pintura en una misma cosa.


A NEGRO WOMAN

 

Carrying a bunch of marigolds

                    Wrapped

                                        In an old newspaper

She carries them upright,

                    Bareheaded,

                                         The bulk

Of her thighs

                    Causing her to waddle

                                         As she walds

Looking into

                    The store window which she passes

                                         On her way

What is she

                    But an ambassador

                                          From another world

A world of pretty marigolds

                    Of two shades

                                          Which she announces

Not kwowing what she does

                    Other

                                          Than walk the streets

Holding the flower upright

                    As a torch

                                          So early in the morning.

 

 



UNA NEGRA

 

Lleva un ramo de caléndulas

                    Envuelto

                                         Envuelto en un periódico viejo:

Las lleva en alto, medio

                     Descubiertas,

                                          La mole

De sus muslos

                     La hace ir

                                          Bamboleándose

Mientras pasa

                     Frente al aparador de una tienda

                                          Que se cruza en su camino.

Qué es

                     Sino una embajadora

                                           De otro mundo

Un mundo de bellas caléndulas

                     De dos tonos

                                            Que ella ofrece

Sin pensar nada más

                      Solo

                                             Yendo por ahí

Con las flores en alto

                      Como una antorcha

                                              Muy temprano en la mañana.           

                                          

 

 

THE IVY CROWN

The whole process is a lie,

                   Unless,

                                      Crowned by excess,

It break forcefully,

                   One way or another,

                                       From its confinement-

Or find a deeper well.

                    Antony and Cleopatra

                                       Were right;

They have shown

                    The way. I love you

                                       Or I do not live

At all.

Daffodil time

                    Is past. This is

                                         Summer, summer!

The heart says,

                    And note ven the full of it.

                                         No doubts

Are permitted-

                   Though they will come

                                         And may

Before our time

                   Overwhelm us.

                                        We are only mortal

But being mortal

                   Can defy our fate

                                        We may

By an outside chance

                    Even win! We do not

                                        Look to see

Jonquils and violets

                    Come again

                                        But there are,

Still,

                    The roses!

 

Romance has no part in it.

                    The business of love is

                                        Cruelty which

By our wills

                    We transform

                                        To live together.

It has its seasons,

                    For and against,

                                        Whatever the heart

Fumbles in the dark

                    To asssert

                                        Toward the end of May

Just as the nature of briars

                    Is to tear flesh,

                                        I have proceeded

Through them.

                    Keep the briars out,

                                        They say.

You cannot live

                    And keep free of

                                         Briars.

Children pick flowers

                    Le them.

                                          Though having them

In han

                    They have no further use of them

                                           But leave them crumpled

At the curb’s edge.

 

At our age the imagination

                    Across the sorry facts

                                            Lifts us

To make roses

                    Stand before thorns.

                                             Sure

Love is cruel

                     And selfish

                                             And totally obtuse-

At least, blinded by the light,

                     Young love is.

                                             But we are older,

I to love

                     And you to be loved,

                                              We have,

No matter how,

                    By our wills, survived

                                               To keep

The jeweled prize

                    Always

                                               At our fingertips.

We will it so

                    And so it is

                                               Past all accident                                 

 

 

 

LA CORONA DE HIEDRA

 

Todo el proceso es mentira

                  A menos que

                                      De algún modo

Coronado por el exceso

                 Decididamente rompa

                                      Su confinamiento

O se hunda en un pozo más hondo.

                 Antonio y Cleopatra

                                      Sabían la verdad:

Nos mostraron

                   El camino. Te amo

                                      O no puedo

Vivir.

El tiempo de los narcisos

                   Ha pasado. Ya es

                                       Verano, ¡verano!

Eso dice el corazón

                   Aunque aún no lo sea del todo.

                                       No hay duda

Que valga

                  Aunque habrá dudas

                                       Y quizá

Nos hagan rendirnos

                  Antes de tiempo

                                       Somos simples mortales

Pero siéndolo podemos

                  Desafiar nuestro destino.

                                       ¡Quizá

Por alguna extraña razón

                  Ganemos! No buscamos

                                       Que resistan

Los junquillos y las

                   Violetas

Pero aún

                 Nos quedan las rosas!

 

El romanticismo no tiene que ver.

                 El amor es

                                    Crueldad que con

Voluntad

                Transformamos

                                    Para estar juntos.

Tiene sus temporadas,

                Mejores y peores,

                                    Pero al fin el corazón

A tientas en la oscuridad

                Resiste

                                    Hasta que llega el fin de mayo.

Justo porque lo natural es que las zarzas

                Desgarren la piel

                                     He procedido

A atravesarlas.

                Evita las zarzas

                                     Te dicen.

No se vive

                Evitando

                                     Las zarzas.

Los niños recogen flores.

                 Que lo hagan.

                                    Pero cuando las tienen

En las manos

                 No se les ocurre nada

                                    Pero cuando las tienen

En las manos

                 No se les ocurre nada

                                     Más que dejarlas marchitas

En mitad de la calle.

 

A nuestra edad la imaginación

                  Nos sostiene

                                     Por encima de las penas

Y hace que las rosas

                  Prevalezcan sobre las espinas.

                                     Ciertamente

El amor es cruel

                  Y egoísta

                                      Y absolutamente estúpido…

Al menos, cegado por la luz,

                   Lo es el amor de los jóvenes.

                                      Pero ya somos mayores,

Yo para amar

                  Y tú para ser amada,

                                     Hemos logrado,

No importa cómo,

                  Por pura voluntad sobrevivir

                                      Y conservar

El valioso premio

                  Siempre

                                      Al alcance de la mano.

Es así

                  Y así será

                                     Por encima de cualquier accidente.

 

 

 

THE SPARROW

                                   To my father

This sparrow

                 Who comes to sit at my window

                                      Is a poetic truth

More than a natural one.

                 His voice,

                                      His movements,

His habits-

                 How he loves to

                                      Flutter his wings

In the dust-

                 All attest it;

                                      Granted, he does it

To rid himself of lice

                 But the relief he

                                      Makes him

Cry out lustily

                 Which is a trait

                                      More related to music

Than otherwise

                 Wherever he finds himself

                                      In carly spring,

On back streets

                 Or beside palaces,

                                      He carries on

Unaffectedly

                  His amours.

                                      It begins in the egg,

His sex genders;

                  What is more pretensiously

                                      Useless

Or about which

                  We more pride ourselves?

                                      It leads as often as not

To our undoigwith

                  The cockerel, the crow

                                      With their challenging

Cannot surpass

                  The insistence

                                      Of his cheep!

Once

                  At El Paso

                                      Toward evening,

I saw –and Heard!-

                  Ten thousand sparrows

                                       Who had come in from

The desert

                  To roost. They filled the trees

                                       Of a small park. Men fled

(wiht ears ringing!)

                  From their droppings

                                       Leaving the premises

To the alligators

                  Who inhabit

                                       The fountain. His image

Is familiar

                  As that of the aristocratic

                                       Unicorn, a pity

There are not more oats eaten

                  Nowadays

                                       To make a living easier

For him.

                  At that,

                                      His small size,

Keen eyes,

                  Serviceable beak

                                      And general truculence

Assure his survival-

                  To say nothing

                                      Of his innumerable

Brood.

                  Even the Japanese

                                      Know him

And have painted him

                   Sympathetically,

                                       With profound insight

Into his minor

                   Characteristics.

                                        Nothing even remotely

Subtle

                   About his lovemaking.

                                        He crouches

Before the female,

                   Drags his wings,

                                         Waltzing,

Throws back his head

                   And simply-

                                         Yells! The din

Is terrific.

                   The way he swipes his bill

                                          Across a plank

To clean it,

                   Is decisive.

                                          So with everything

He does. His coppery

                   Eyebrows

                                          Give him the air

Of being always

                   A winner-and yet

                                          I saw once,

The female of his species

                   Clinging determinedly

                                          To the edge of

A watter pipe,

                   Catch him

                                          By his crown-feathers

To hold him

                   Silent,

                                          Subdued,

Hanging above the city streets

                   Until

                                          She was through with him.

What was the use

                   Of that?

                                           She hung there

Herself,

                   Puzzled at her success.

                                           I laughed heartily.

Practical to the end

                   It is the poem

                                           Of his existence

That triumphead

                   Finally;

                                           A wisp of feathers

Flattened to the pavement,

                   Wings spread symmetrically

                                           As if in flight,

The head gone,

                   The black escutcheon of the breast

                                           Undecipherable,

An effgy of a sparrow

                    A dried wafer only,

                                           Left to say

And it says it

                     Without offense,

                                           Beautifully;

This was I,

                       A sparrow.

                                           I did my best;

Farewell. 

                                                

                                       

 

EL GORRIÓN

                                      A mi padre

 

El gorrión

                 Que se posa en mi ventana

                                     Más que una verdad natural

Es una verdad poética.

                 Su voz,

                                     Sus movimientos,

Sus hábitos…

                  Cómo goza batiendo

                                       Las alas en

El polvo:

                   Todo lo atestigua;

                                        De acuerdo, lo hace

Para sacudirse los piojos,

                    Pero el alivio que siente

                                         Hace que

Píe de placer,

                    Lo que supone un gesto

                                          Más musical

Que otra cosa.

                     Dondequiera que esté a comienzos

                                           De primavera,

En calles sin importancia

                      O en las proximidades de un palacio,

                                            Él prosigue

Sus amores

                       Sin inmutarse. Todo aquello

                                             Comienza en el huevo:

Su sexo lo genera;

                       ¿qué podría ser más pretencioso e

                                              Inútil

O hacernos

                      Sentir más orgullo?

                                               Nos conduce muchas veces

A la ruina.

                      El gallo, el cuervo

                                                Con sus voces desafiantes

¡no pueden

                      Superar

                                                 Su piar insistente!

Un

                      Atardecer

                                                 En el Paso

Vi -¡y escuché!-

                      Diez mil gorriones

                                                  Venir raudos

Del

                      Desierto. Invadieron los árboles

                                                   De un parque. Todo el mundo huyó

(¡zumbando los oídos!)

                      De sus deyecciones

                                                    Abandonando el lugar

A los lagartos

                      Que viven

                                                     En la fuente. Su imagen

Es tan familiar

                       Como la del aristocrático

                                                       Unicornio, qué lástima

Que ya nadie coma avena

                        En estos tiempos:

                                                        Su vida sería

Más simple.

                        Aunque

                                                         Su pequeñez,

Su aguda vista,

                        Su bien dispuesto pico

                                                          Y agresividad

Le aseguren la supervivencia;

                        Por no hablar

                                                          De su innumerable

Prole.

                        Hasta los japoneses

                                                           Saben de él y

Lo han retratado

                        Con simpatía

                                                           Y profundo acierto

En sus menores

                        Características.

                                                           Nada hay remotamente

Sutil

                      En su apareamiento.

                                                           Se inclina

Ante la hembra,

                       Bate las alas,

                                                            Bailoteando,

Echa atrás la cabeza y

                        Simplemente

                                                             ¡Chilla! El estruendo

Es enorme.

                         Su manera de limpiarse el pico

                                                               Frotándolo

Contra una tabla

                         Es decisiva,

                                                                Igual que el resto

De sus actividades. Sus cejas

                         Castañas

                                                                 Le dan un aire

De perpetuo

                          Ganador; incluso

                                                                  Una vez

Vi una hembra gorrión

                           Escalar decidida

                                                                   Hasta el techo

De un depósito de agua

Agarrando al macho

                                                                    Por las plumas

Y llevarlo,

                              Callado,

                                                                     Sumiso,

Colgando sobre las calles

                               Hasta

                                                                      Perderse de vista.

¿Qué significaba

                               Aquello?

                                                                       La propia hembra

Parecía

                                Perpleja su logro.

                                                                        Reí francamente.

Fue el poema

                                De su existencia

                                                                         Siempre práctica

Lo que triunfó

                                 Al final:

                                                                          Un amasijo de plumas

Aplastado en el pavimento,

                                 Alas simétricamente extendidas,

                                                                           Como si volara,

Perdida la cabeza,

                                  El negro emblema del pecho

                                                                               Indescifrable,

La efigie de un gorrión

                                  Sólo un cáliz vacío

                                                                                Ahí para

Comunicar

                                   Bellamente, sin

                                                                                  Ofender a nadie:

Esto fui,

                                   Un gorrión.

                                                                                   Lo hice lo mejor que pude.

Adiós.

 

 

 

THE LADY SPEAKS

 

A storm raged among the live oaks

                  While my husband and I

                                       Sat in the semi-dark

Listening!

                  We watched from the Windows,

                                       The lights off,

Saw the moss

                  Whipped upright

                                        By the wind’s force.

Two candles we had lit

                  Side by side

                                       Before us

So solidly had our house been built

                  Kept their tall flames

                                       Ummoved.

May it be so

                   When a storm sends the moss

                                        Whipping

Back and forth

                    Upright

                                         Above my head

Like flames i the final

                     Fury.

 

 

 

 

HABLA LA SEÑORA

 

La tormenta caía sobre los robles

                 Y mi esposo y yo

                                  Nos sentamos en la penumbra

¡escuchando!

                 Mirábamos por la ventana,

                                  Apagadas las luces,

Veíamos el musgo

                 Erizarse

                                   A causa de la fuerza del viento.

Frente a nosotros había

                 Dos velas prendidas

                                   Juntas;

Nuestra casa era sólida

                 Y sus altas llamas se mantuvieron

                                    Inmóviles.

Que sea siempre así

                 Cuando la lluvia agite

                                     El musgo

Adelante y atrás

                 Allá arriba

                                     Sobre mi cabeza

Como llamas de furia

                 Final.

 

 

 

TRIBUTE TO THE PAINTERS

 

Satyrs dance!

                   All the deformities take wing

                                    Centaurs

Leading to the rout of the vocables

                   In the writtings

Of Gertrude

                   Stein-but

                                    You cannot be

An artist

                   By mere ineptitude

The dream

                   Is in pursuit!

 

The neat figures of

                   Paul Klee

                                    Fill the canvas

But that

                   Is not the work

                                    Of a child

The cure began, perhaps,

                   With the abstractions

                                     Of Arabic art

Dürer

                     With his Melancholy

                                     Was ware of it-

The shattered masonry. Leonardo

                      Saw it,

                                     The obsession,

And ridiculed it

                      In La Gioconda

                                     Bosch’s

Congeries of tortured souls and devils

                      Who prey on them

                                     Fish

Swallowing

                      Their own entrails

Freud

                       Picasso

                                     Juan Gris-

The letter from a friend

                       Saying:

                                    Fort he last

Three nights

                       I have slept like a baby

                                    Whithout

Liquor or dope of any sort!

                       We know

                                    That a stasis

From a chrysalis

                       Has stretchead his wings-

                                    Like a bull

Or the Minotaur                                       

                        Or Beethoven

                                     In the scherzo

Of his 5th Simphony

                        Stomped

                                     His heavy feet

I saw love

                        Mounted naked on a horse

                                     On a swan

The back of a fish

                        The bloodthirsty conger eel

                                     And laughed

Recalling the Jew

                        In the pit

                                      Among his fellows

Whem the indifferent chap

                        With the machine gun

                                     Was sprying the heap

He

                        Had not yet been hit

                                      But smiled

Comforting his companions.

 

Dreams possess me              

                        And the dance

                                      Of my thought

Involving animals

                        The blameless beast

And there came to me

                        Just now

                                      The knowledge of

The tyranny of the image

                        And how

                                      Men

In their designs

                        Have learned

                                      To shatter it

Whatever it may be,

                        That the trouble

                                      In their minds

Shall be quieted,

                        Put to bed

                                      Again.

                              

 

 

                      

                                    

                                       

                                

                                      

 

 

TRIBUTO A LOS PINTORES

 

¡Los sátiros danzan! Todas

               Las deformidades alzan vuelo

                                 Los centauros ponen

Los vocablos en fuga

               En los textos

De Gertrude

               Stein, sin embargo

                                 No se puede ser

Artista

               Por pura ineptitud

El sueño está

                Al final de la búsqueda!

 

Las prolijas figuras de

                Paul Klee

                                 Cubren el lienzo

Pero aquello

                No es obra

                                  De un niño.

La cura empezó, quizá,

                Con las abstracciones

                                  Del arte árabe.

Durero

                 En su Melancolía

                                  Era consciente de ello

(la piedra rota). Leonardo

                 Descubrió

                                    Esta obsesión

Y la ridiculizó

                 En La Gioconda

                                    El montón

De almas torturadas por diablos en los cuadros

                 Del Bosco

                                    Peces

Devorando sus

                Propias entrañas

Freud

                Picasso

                                    Juan Gris.

La carta de un amigo

                Que dice:

                                    Las tres

Últimas noches

                Dormí como un lirón

                                    ¡sin

Licor ni droga alguna!

                Sabemos

                                     Que la estasis

De una crisálida

                Hace crecer sus alas:

                                      Como un toro o

Un minotauro,

                 Igual que Beethoven

                                    Que en el scherzo

De su 5ª sinfonía

                 Danza

                                    Con pesado pie

He visto al amor

                 Desnudo sobre un caballo

                                    Sobre un cisne

A lomos de un pez

                 El congrio sediento de sangre

                                     Y me he reído

Recordando al judío

                 En el foso

                                     Entre los suyos

Mientras el hombre de la metralleta

                 Indiferente

                                     Disparaba sobre la masa.

Él

                 No estaba herido aún

                                      Y sonreía

Animando a los otros.

 

Los sueños me poseen

                 Y la danza

                                    De mis pensamientos

(sobre animales,

                 Las bestias inocentes)

Y justo ahora tomo

                 Conciencia

                                    De la tiranía

De la imagen

                 Y de cómo

                                    Los hombres

Con su arte

                 Han aprendido

                                    A vencerla

A toda costa,

                 Que la inquietud

                                    De sus mentes

Debe ser aplacada,

                 Obligada a dormir

                                    De nuevo.

 

 

 

COME ON!

 

A differente kind of thought

                    Blander

                                      And more desperate

Like that of

                    Sergeant So-and-So

                                      At the road

In Belleau Wood

                    Come on!

                                      Do you want to live

Forever?-

                    That

                                      Is the essence

Of poetry.

                    But it does not

                                      Always

Take the same form.

                    Fort he most part

                                      It consists

In listening

                    To the nightingale

                                      Or fools.

 

 

¡VENGA YA!

 

Otro modo de pensar

                Soso y

                                  Desesperado

Como el del sargento Tal y Tal

                                   En la carretera

A Belleau Wood:

                 ¡Venga ya!

                                   ¿Quisiera vivir para

Siempre?

                 Tal

                                    Es la esencia

De la poesía.

                 Y sin embargo

                                    No siempre

Adquiere la misma forma.

                 Sobre todo supone

Saber escuchar al

                 Ruiseñor

                                    Y a los tontos.

 

 

THE PINK LOCUST

 

I’m persistent as the pink locust,

                Once admitted

                                  To the garden,

You will not easily get rid of it.

               Tear it from the ground,

                                  If one hair-thin rootlet

Remain

               It will come again.

                                  It is

Flattering to think of myself

               So. It is also

                                  Laughable.

A modest flower,

                Resembling a pink sweet-pea,

                                  You cannot help

But admire it

                Until its habits

                                  Become known.

Are we not most of us

                Like that? It would be

                                 Too much

If the public

               Pried among the minutiae

                                Of our private affairs.

Not

               That we have anything to hide

                                But could they

Stand it? Of course

              The worl would be gratified

                               To find out

What fools we have made of ourselves.

              The question is,

                              Would they

Be generous whit us-

              As we have

                              With others? It is,

As I say,

             A flower

                              resilient

 Under-attack!

            Neglect it

                             And it will grow into a tree.

I wish I could so think of myself

           And of what

                            Is to become of me.

The poet himself,

          What does he think of himself

                            Facing his world?

It will not do to  say,

         As he is inclined to say

                           No much. The poem

Would be in that betrayed

          He might as well answer-

                         “a rose is a rose

Is a rose” and let it go at that.

          A rose is a rose

                        And the poem equals it

If it be well made.

         The poet

                       Cannot slight himself

Without slighting

         His poem-

                       Which would be

Ridiculous

        Life offers

                       No greater reward.

And so,

        Like this flower,

                      I persist-

For what there may be in it.

        I am not,

                      I know,

In the galaxy of poets

        A rose

                     But who, among the rest,

Will dey me

       My place.   

 

 

LA FALSA ACACIA

 

Soy tenaz como la falsa acacia:

                 Una vez admitida

                                  En el jardín,

No es fácil deshacerse de ella,

                 Arráncala del suelo:

                                  Si queda una simple

Raicilla

                 Volverá a brotar.

                                   Resulta

                 Así. Y también mueve

                                   A risa.

Una flor modesta,

                 Parecida a un rosado guisante de olor

                                   No puedes sino

Admirarla

                 Hasta que descubres sus

                                   Hábitos.

¿No actuamos nosotros

                  Igual? Sería

                                    Indeseable

Que el público

                  Se entremetiera en nuestros

                                     Pequeños asuntos privados.

No es

                 Que haya algo que esconder

                                    Pero ¿podrán

Soportarlo? Por supuesto

                  El mundo se alegraría

                                     Al descubrir

En qué clase de idiotas nos hemos convertido.

                  La cuestión es,

                                     ¿Serían tan

Generosos como

                  Lo hemos sido

                                      Nosotros? Se trata, tal

Como he dicho, de

                  Una flor

                                       Increíblemente resistente

A los ataques!

                  Ignórala

                                        Y pronto será un árbol.

Ojalá pudiera decirse lo mismo

                  De mí y de aquello

                                         Que me espera.

El poeta mismo,

                  ¿Qué piensa de sí de cara

                                          Al mundo?

No estaría bien responder,

                  Lo que siente inclinado a decir:

                                           “no sé”. Eso sería

Traicionar sus poemas.

                  Sería mejor contestar:

                                           “una rosa es una

Rosa es una rosa”, y dejarlo así.

                  Una rosa es una rosa

                                            Y el poema la iguala

Si está bien hecho.

                   El poeta

                                             No puede menospreciarse

Sin menospreciar

                   Su poema

                                             -lo cual sería

Ridículo.

                   La vida no da

                                              Mayor recompensa.

De modo que,

                    Como esta flor,

                                              Persisto,

Por lo que pudiera significar.

                     No soy,

                                               Ya lo sé,

Una rosa, en la galaxia

                     De los poetas, pero

                                               ¿Quién de los otros

Se atrevería a negarme

                      Mi puesto?

 

 

CLASSIC PICTURE

 

It is a classic picture

                 Women have always fussed with their hair

                                   (having no sisters

I never watched the process

                So intimately

                                   As this time); the reason for it

Is not clear-

               Tho’ I acknowledge,

                                  An unkempt head of hair,

While not as repulsive as a nest of snakes.

               Is repulsive enough

                                  In a woman.

Therefore

              She fusses with her hair

                                  For

A woman does not want to seem repulsive,

             Unless

                                   To gain for herself

She be hungry

            Hungry!

                                   As would be a man

And all hunger is repulsive

           And puts on

                                  An ugly face.

Their heads are not made as a man’s,

           An ornament

                                 In itself. They have

Other charms-

           needless

                                To enumerate. Under

Their ornate coiffures

          Lurks a specter,

                               Coiling snakes

Doubling for tresses

 

A woman’s brains

         Which can be keen

                               Are condemned,

Like a poet’s

        To what deceptions she can muster

                              To lead men

To their ruin

        But look more deeply

                             Into her maneuvers,

And puzzle as we will about them

        They may mean

                            Anything.

 

 

IMAGEN CLÁSICA

 

Es una imagen clásica

               Las mujeres han exagerado siempre con su pelo

                                  (no habiendo tenido hermanas

Nunca observé el proceso

               Tan íntimamente

                                   Como ahora); la razón no

Está clara y

                Sin embargo reconozco

                                    Que una cabellera revuelta,

Sin ser como un nido de serpientes,

                Resulta repulsiva

                                     En una mujer.

Así que

                Ella exagera con su pelo

                                      Porque

Ninguna mujer quiere ser repulsiva,

                A menos

                                   Que quiera triunfar

Y esté ansiosa,

                ¡ansiosa!,

                                    Como lo estaría un hombre:

Toda ansia es repulsiva

                 Y pone un gesto feo

                                      En la cara.

Sus cabezas no son como las de los varones,

                 Un ornamento

                                       En sí mismas. Tienen otros

Encantos que

                 No es preciso

                                        Enumerar. Bajo

Sus vistosos tocados

                 Merodea un espectro:

                                         Serpientes enroscadas

Que pretenden ser cabellos.

 

El cerebro femenino

                 Que puede ser muy agudo

                                         Está condenado,

Igual que el de los poetas,

                  A hacer acopio de engaños

                                          Y a conducir al hombre

A la ruina.

                  Hay que mirar de cerca, sin embargo,

                                  Sus maniobras

Y tratar de comprender, como ahora:

                  Quizá pretendan decirnos

                                  Algo.

 

 

 

THE DRUNK AND THE SAILOR

 

The petty fury

                  That disrupts my life

                                     At the striking of a wrong key

As if it had been

                  A woman lost

Or a fortune  .  .

                 The man was obviously drunk,

                                     Christopher Marlowe

Could have been no drunker

                 When he got himself

                                      Stuck through the eye

With a poniard

                 The bus station was crowded.

The man

                 Heavy-set

                                       About my own age

Seventy

                 Was talking privately

                                       With a sailor.

He had an ugly jaw on him

                 Suddenly

                                        Sitting there on the bench

Too drunk to stand

                 He began menacingly

                                        His screaming.

The Young sailor

                 Who could have flattened him

                                        At one blow

Kept merely looking at him.

                 The nerve-tingling screeches

                                        That sprang

Sforzando

                 From that stubble beard

                                        Would have distinguished

An operatic tenor

                 But me-

                                        The shock of it

My heart leaped in my chest

                 So I saw red

                                        Wanted

To strangle the guy

                 The fury of love

                                       Is no less.

  

 

EL BORRACHO Y EL MARINERO

 

La Pequeña furia

                 Que trastoca mi vida

                                   En cuanto se pulsa la tecla equivocada

Como si se tratase

                  De una mujer o una

Fortuna perdidas  .  .

                 El hombre estaba evidentemente borracho,

                                   Christopher Marlowe

No lo estaría menos

                 Cuando le clavaron

                                    Un puñal atravesándole

El ojo.

                La estación de autobuses atestada.

El hombre

                Bajo y fornido,

                                De mi edad, unos

Setenta años,

                Hablaba en privado

                                 Con un marinero,

Acercándole su horrible quijada.

                De pronto

                                  Sin levantarse del banco

Demasiado ebrio para ponerse en pie

                Comenzó amenazante

                                  A gritar.

El joven marinero

                Que podría haberlo aplastado

                                  De un golpe.

Simplemente se lo quedó mirando.

                 Los escalofriantes alaridos

                                  Que brotaron

Sforzando

                 De aquella barbita rala

                                   Habrían hecho famoso

A un cantante de ópera.

                  Pero a mí

                                   Ante todo aquello

Se me aceleró el corazón y

                  Furioso

                                   Quise

Estrangular al tipo.

                  La furia de amar

                                   No es menor.

 

 

 

A SMILING DANE

 

The Danish native

                  Before the Christian era

                                     Whose body

Features intact

                  With a rope

                                     Also intact

Round the neck

                  Found recently

                                     In a peat bog

Is dead

                  Are you surprised?

                                     You should be.

The diggers

                  Who discovered him

                                     Expected more.

Frightened

                  They quit the place

                                     Thinking

His ghost might walk

 

The cast of his features

                  Shows him

                                    To be

A man of intelligence.

                  It did him no good.

                                    What his eyes saw

Cannot be more

                 Than the male

                                    And female

Of it-

                 If as much.

                                   His stomach

Its contents examined

                 Shows him

                                   Before he died

To have had

                A meal

                                   Consisting of local grains

Swallowed whole

               Which he probably enjoyed

                                   Though he did not

Much as we do

                Chew them.

                                   And what if

The image of his frightened executioners

              Is not recorded?

                                  Do we not know

Their features

             As if

                                   It had occurred

Today?

            We can still see in his smile

                                 Their grimaces.

 

 

UN DANÉS SONRIENTE

 

El nativo danés

                Anterior a la era cristiana

                                  Cuyo cuerpo

Prácticamente intacto

                Con una soga

                                  Igualmente intacta

Alrededor del cuello

                Fue encontrado hace poco

                                  En una turbera

Está muerto

                ¿Te sorprende?

                                  Debería.

Los hombres

                 Que lo descubrieron mostraron

                                   Más reservas.

Asustados

                 Abandonaron el sitio

                                   Pensando

Que el fantasma echaría a andar.

 Sus rasgos

                 Lo muestran

                                   Como un hombre

Inteligente.

                 No le sirvió de mucho.

                                    Sus ojos no

Distinguirían

                 Sino el macho

                                     Y la

Hembra

                 Si acaso.

                                     Un examen

De su estómago

                 Muestra que antes

                                     De morir.

Comió

               Unos granos

                                  Autóctonos

Que tragó enteros

               Y quizá disfrutó

                                  Aunque no tanto

Como nosotros

               Que masticamos.

                                  ¿Y qué si la imagen

De sus temerosos verdugos

               No quedó registrada?

                                   ¿no intuiríamos

Sus rostros

               Como si aquello

                                   Hubiera ocurrido

Hoy mismo?

               En la sonrisa del danés aún podemos reconocer

                                   Sus gestos.

 

 

 

SHADOWS

 

I

Shadows cast by the Street light

                   Under the stars,

                                      The heads is tilted back,

The long shadow of the legs

                  Presumes a world

                                       Taken for granted

On which the cricket trills.

                  The hollows of the eyes

                                       Are unpeopled.

Right and left

                  Climb the ladders of night

                                       As dawn races

To put out the stars

                  That

                                       Is the poetic figure

But we know

                 Better: what is not now

                                      Will never

Be. Sleep secure

                 The Little dog in the snapshot

                                      Keeps his shrewd eyes

Pared. Memory

                Is liver than sight.

                                      A man

Looking out,

                Seeing the shadows-

                                      It is himself

That can be painlessly amputated

                By a mere shifting

                                      Of the stars.

A confort so easily not to be

                And to be at once one

                                      With every man.

The night blossoms

                With a thousand shadows

                                      So long

As there are stars,

                Street lights

                                     Or a moon and

Who shall say

                By their shadows

Which is different

               From the other

                                     Fat or lean.

 

II

Ripped from the concept of our lives

               And from all concept

                                 Somehow, and plainly,

The sun will come up

               Each morning

                                And sink again.

So that we experience

               Violently

                               Every day

Two worlds

              One of which we share with the

             Rose in Bloom

                               And one,

By far the greater

              With the past

                              The world of memory,

The silly world of history,

              The world

                              Of the imagination.

Which leaves only the beasts and trees,

               Crystals

                              With their refractive

                              Surfaces

And rotting things

               To stir our wonder.

                               Sabe for the Little

Central hole

               Of the eye itself

                                Into which

We do not stare too hard

               Or we are lost.

                                The instant

Trivial as it is

               Is all we have

                                Unless-unless

Things the imagination feeds upon,

               The scent of the rose

                                 Startle us anew.                

 

                                         

SOMBRAS

 

I

Sombras proyectada por la luz de la calle

                 Bajo las estrellas,

                                   La cabeza echada hacia atrás,

La alargada sombra de las piernas:

                 Un mundo

                                    Que se da por hecho

Donde un grillo canta.

                 Las cuencas de los ojos

                                    Parecen vacías.

A derecha e izquierda

                 Las laderas de la noche trepan

                                     Mientras el alba intenta

Vencer a los astros.

                 Esas

                                     Son metáforas,

Pero sabemos

                  Bien: lo que no es ahora

                                      No será

Nunca. Tú duerme tranquilo,

                   El perro de la foto

                                       Achica sus astutos

Ojos. La memoria es     

                   Más vívida que la visión.

                                        Hay un hombre

Que mira afuera

                   Las sombras:

                                       Es él mismo

Quien podría ser limpiamente amputado

                   Por un mero parpadeo

                                        Estelar.

Qué gusto, tan fácilmente no ser

                   Y ser de pronto uno

                                         Con todos.

La noche florecerá

                    En cien sombras

                                          Mientras

Haya estrellas.

                    Lámparas

                                           O luna

Y quién diría

                    Por sus sombras

Que cosa es distinta

                    De otra

                                           Gorda o flaca.

 

 

II

Sin importar nuestras vidas

             Y todo concepto

                               De alguna manera, simple-

Mente el sol saldrá

             Cada mañana

                                Y después volverá a ocultarse.

De modo que cada día

              Experimentemos

                                 Violentamente

Dos mundos

              Uno para compartir con la

              Rosa e sazón

                                  Y otro,

Mucho mayor,

               Con el pasado,

                                   El mundo de la memoria,

El torpe mundo de la historia,

                El mundo

                                    De la imaginación,

Que conserva solo bestias y árboles,

                Cristales

                                     De superficies

                                     Refractarias

Y cosas podridas

                Para asombrarnos,

                                       Y el minúsculo

Agujero

                Del propio ojo

                                        Donde

No osamos fijamente mirar

                 Para no perdernos.

                                         Trivial

Como es, solo

                  Nos queda el instante

                                          Salvo por –salvo

Por- otras cosas que la imaginación alienta:

                   El olor de las rosas

                                           Vuelve a sobresaltarnos.

 

 

 

ASFÓDELO, ESA FLOR VERDOSA

 

LIBRO I

Del asfódelo, esa flor verdosa,

               Parecido a un ranúnculo

                                  Sobre su tallo ramificado,

Solo que leñosa y verde,

                Vengo, mi amor

                                   A cantarte.

Hemos vivido mucho tiempo juntos

                  Una vida llena

                                    De flores,

¿No crees? Así que

                   Me alegré

                                     Cuando comprendí

Que hay flores también

                     En el infierno.

                                      Hoy

Me invade el frágil recuerdo de esas flores

                      Que ambos amábamos,

                                       Incluso el de esa cosita

Descolorida

                       -la conocí

                                        De niño-,

Poco apreciada entre los vivos,

                       Pero que los muertos miran,

                                         Preguntándose entre sí:

¿qué era aquello

                        Que tenía

                                          La misma forma?,

Mientras los ojos se nos llenan

                         De lágrimas.

                                            Del amor, nos hablará

                          Aunque un tenue carmesí

                                             Lo tiña

Para hacerlo creíble

                           Hay algo

                                              Algo urgente

Que debo decirte

                             A ti y solo a ti

                                               Pero debe esperar

Mientras disfruto

                              Del placer de tu cercanía,

                                                Quizá por última vez.

Y con

                              Temor me

                                                 Lo arranco

Y hablo

                               Sin atreverme a parar.

                                                 Escúchame mientras hablo

Con el tiempo en contra.

                               No tardaré

                                                 Mucho.

He olvidado muchas cosas

                               Y sin embargo veo claro

                                                  Algo

Central para el cielo

                             Que se extiende alrededor.

                                                   ¡Despide

Un aroma!

                             ¡Un olor delicioso!

                                                   ¡Madreselva! ¡Y ahora

Se escucha el zumbar de una abeja!

                             ¡Y toda una inundación

                                                    De memorias hermanas viene!

Dame tiempo

                             Para recordarlas

                                                     Antes que tenga que hablar.

Dame tiempo,

                             Tiempo.

Cuando era niño

                              Tenía un libro

                                                      Donde, de tiempo

En tiempo,

                               Guardaba flores prensadas,

                                                      De modo que, poco después,

Tenía una buena colección.

                                El asfódelo,

                                                       Como un presagio

Estaba entre ellas.

                                Te traigo,

                                                       Redivivo,

El recuerdo de aquellas flores.

                                Eran bellas

                                                        Cuando las sequé

Y guardaron

                                Algún aroma

                                                         Durante mucho tiempo.

Es un olor curioso,

                                 Un olor moral,

                                                          Que me trae

Junto a ti.

                                  El color desapareció primero.

Tuve que enfrentar

                                  Un desafío:

                                                           Tu amada persona,

Mortal como yo era;

                                  ¡La garganta del lirio

                                                            Ante el colibrí!

Una infinita riqueza,

                                  Pensé,

                                                             Me abría los brazos.

Mil trópicos en

                                   La floración de un manzano

                                                               La propia tierra, generosa,

Nos cobijaba.

 

                                 ¡El mundo entero

                                                               Era mi jardín!

Pero el mar,

                                 Del que nadie se ocupa

                                                                 También es un jardín

Cuando el sol lo azota

                                  Y las olas

                                                                  Se levantan.

Tú y yo

                                  Lo hemos visto

                                                                   Avergonzar

A las flores.

                                  Y también hay estrellas de mar

                                                                   Resecas por el sol

Y algas y malas hierbas

                                  Marinas. Sabemos eso

                                                                    Y más porque

Nacimos en la costa,

                                  Hemos visto rosaledas

                                                                     Al borde mismo del agua.

Ahí crece la malvarrosa

                                  Y las fresas,

                                                                   En su estación,

Y ahí, más tarde,

                                  Fuimos a recoger

                                                                    Ciruelas silvestres.

No puedo afirmar

                                  Que por tu amor

                                                                     Haya ido al infierno

Pero a menudo

                                  Me acerqué

                                                                       En tu busca.

No me gustó

                                  Y prefería estar

                                                                        En el cielo. Escucha.

No te des la vuelta.

 

A lo largo de mi vida

                                  Aprendí mucho

                                                                         Dentro y fuera de los libros

Sobre el amor:

                                  No termina

                                                                           Con la muerte.

Hay una jerarquía

                                  Por la que puede ascenderse,

                                  Creo,

En su servicio.

                                   Su galardón

                                                                            Es una flor encantada;

Un gato de veinte vidas,

                                    Si nadie se atreve a intentarlo,

                                                                             El mundo

Saldrá perdiendo.

                                    Para ti y para mí

                                                                              Ha sido

Como quien mira una tormenta

                                     Surgir del océano.

                                                                               Año tras año

Hemos asistido

                                     Al espectáculo de nuestras vidas

                                                                               Con las manos entrelazadas.

La tormenta se desató.

                                     Los relámpagos

                                                                                Iluminan las nubes.

Al norte el cielo

                                     Se observa plácido

                                                                                  Arrebolado y azul,

Mientras el temporal arrecia.

                                     Es una flor que pronto

                                                                                 Alcanzará el ápice

De su floración.

                                     Hemos bailado

                                                                                 En sueños,

Y leído un libro juntos.

                                     ¿Te acuerdas?

                                                                                  Era un libro muy serio.

Y fue así que los libros

                                     Entraron en nuestras vidas.

¡El mar! ¡El mar!

                                      Siempre que

                                                                                   Pienso en el mar

Viene a mi mente

                                      La Iliada

                                                                                   Y el famoso desliz de Helena   

Que le dio origen.              

                                      De no ser por aquello

                                                                                    No habría habido

Poema y el mundo,

                                       Si acaso recordase

                                                                                     Aquellos pétalos carmesí

Desparramados sobre las rocas

                                       Los llamaría simplemente

                                                                                      Homicidio.

La orquídea sexual que floreció entonces

                                       Enviando a tantos

                                                                                      Hombres desinteresados

A la tumba

                                        Ha marcado el recuerdo

                                                                                       De una raza de tontos

O de héroes,

                                        Si es que el silencio es virtud.

                                                                                        Solo el mar

En su multiplicidad

                                         Acoge toda esperanza.

                                                                                         La tormenta

Se disipó

                                          Y resistimos

                                                                                         Todas aquellas ideas

Para al cabo

                                           Refundar nuestras vidas.

                                                                                         Es la mente

La mente

                                           La que ha de ser sanada

                                                                                          Antes que llegue

La muerte,

                                           Y el futuro será de nuevo

                                                                                          Un jardín. El poema

Es complejo, y también lo es hacerle

                       Un lugar

                                                                       En nuestras vidas.

El silencio puede ser complejo también

                        Pero no se va lejos

                                                                        Con silencio.

Comencemos otra vez.

                        Es como el catálogo de las naves

                                                                         En Homero:

Hace que transcurra el tiempo

                         Te hablo figuradamente 

                                                                    Y al cabo tus vestidos                                                                                     

Son figuras también:

                         De otro modo no podríamos

                                                                    Entendernos. Cuando hablo

De flores

                         Es para recordar

                                                                     Que algún día

Fuimos jóvenes.

                         No todas las mujeres son Helena,

                                                                      Lo sé,

Pero Helena habita en su corazón.

                         Querida:

                                                                       En ti también, por eso

Te amo,

                         Y de otro modo no podría.

                                                                       Imagina que ves

Un campo lleno de mujeres

                         Todas ellas blancas, de plata.

                                                                       ¿Qué podrías hacer

Sino amarlas?

                         La tormenta se abate,

                                                                       ¡o escampa! No es

El fin del mundo.

                         El amor es algo más,     

                                                                       O así lo veo yo,

Un jardín que se extiende

                          -Aunque te conocí mujer,

                                                                       Y nunca te vi de otro modo-

Hasta cubrir

                          El mar

                                                                        Y sus jardines.

Era el amor por el amor,

                          El amor que engulle todo el resto,

                                                                         Amor agradecido    

Por la naturaleza, la gente, los

                          Animales,

                                                                          Amor que engendra

  Dulzura y bondad,

                          Lo que me motivaba

                                                                            Y ese fue el amor que vi en ti.

Debí saber,

                           Pero no lo sabía,

                                                                           Que el lirio de los valles

Enferma

                           A quien lo huele.

                                                                            Nuestros hijos fueron

Rivales en el pleito general.

                            Los hice aun lado,

                                                                            Aunque cuidaba de ellos,

Como cualquier hombre

                            Cuida de sus hijos,

                                                                             De acuerdo a mis posibilidades.     

Tú me entiendes:

                             Tenía que reunirme contigo,

                                                                              Después de todo aquello

Aún había que reunirnos.

                              Amor

                                                                               Al que reverencias

Igual que yo:

                              Una flor

                                                                                La flor más frágil

Será nuestro sostén

                              Y no porque

                                                                                                                          Nos falten fuerzas

Para que sea distinto

                              Sino porque

                                                                                 En la cima de mi fuerza

Me arriesgué

                               Para probar

                                                                                   Que nos amábamos,

Temblando hasta los huesos

                               Por no poder llamarte

                                                                                    En el acto.

¡Del asfódelo, esa flor verdosa,

                                Vengo, mi amor,

                                                                                     A cantarte!

Mi corazón se enciende

                                Cuando pienso en darte nuevas

                                                                                     De algo

Que te atañe

                                 Y que atañe a muchos más. Mira

                                                                                     Lo que busca ser noticia:

No hallarás nada ahí, sino

                                 En los despreciados poemas.

                                                                                    Es difícil

Obtener noticias de un poema

                                  Aun cuando hoy muchos mueren miserablemente 

                                                                             Por carecer

De lo que ahí se encuentra.

                                   Escúchame

                                                                       Puesto que a mí también me atañe

Como a cualquiera

                                    Que desee morir en paz

                                                                        En su cama.

 

 

LIBRO II

Cercana la muerte, según

                 Creemos, la muerte del

                                   Amor, nada distingue ya

Con propiedad lugares

                 Y ambientes

                                    Que nos han sido

Durante mucho tiempo

                 Familiares.

                                    Todo se

Observa

                 Como a través del agua.

                                    Despertamos con un piido

De reconocimiento

                 Pero pronto los contornos

                                     Vuelven a difuminarse.

Si buscamos comprender nuestro tiempo,

                 No hallaremos la clave

                                     En los siglos

Dieciocho y diecinueve,

                  Sino en épocas anteriores,

                                     Más salvajes y oscuras  .  .   

Para saber, así, lo que he de

                   Saber sobre mi propia muerte,

                                     Si es verdad que se acerca,

He de analizarla.

                   ¿Qué piensa tu generación

                                     De Cázanne?,

                   Las abstracciones de la pintura india,

                                      Contestó,

Son por ahora lo único que me interesa.

                  Le gustó mi poema

                                      Sobre los trozos

De una botella rota,

                  Brillando verdes entre las cenizas

                                      Del patio de un hospital.

Y el otro, sobre el alegre tapiz

                  De un muro,                                     

                                      Del que había oído hablar

Sin haberlo leído.

                  Agradecí

                                      Su interés.

¿Recuerdas que

                  En Interlaken

                                       Pasamos cuatro días

Esperando ver la Jungfrau

                  Y la lluvia no cesó jamás?

                                       Entonces

Justo a punto de tomar el tren

                  A sugerencia de una camarera

                                       Corrimos

A la Gipfel Platz

                  ¡Y ahí estaba!,                                                                        

                                       A la distancia

Cubierto de nieve recién caída.

                  Recuerdo que en Granada

                                       Escalé,

Bajo el calor sofocante,

                  Una colina reseca

                                       Desde donde podía verse la Alhambra.

Cuando llegué

                  A la cumbre dos niños

                                        Que ahí

Jugaban

                  Huyeron.

                                        Mientras buscaba bajar

Por otra senda

                   Me encontré rodeado

                                         De gitanas

Que treparon hasta donde estaba,

                   Yo hablaba mal español,

                                          Así que

Con ayuda de una joven

                   Pasé como pude entre ellas.

                                           Aquellos fueron mis pináculos

Las muertes que sufrí

                   Comenzaron en las mentes

                                            De quienes me rodeaban, era

Demasiado lúcido

                   Para ignorar

                                             La mezquindad del mundo.

Lo acepté como un

                   Destino.

                                             Desafié

A los ricos,

                   O más bien,

                                             Dado que ellos son como son,

A quienes los admiran.

                    He luchado

                                             Para sacar la cabeza del fango

Sin presentir jamás cómo

                    Al final

                                              Sería derrotado. Si el poema fallaba

Estaba perdido.

                    Pero si he salido del mar

                                              No es para quedarme

Fascinado

                    Ante el destellar de las olas.

                                               El libre juego

De la luz sobre el mar

                    Que antes he comparado

                                               A un jardín

No debe engañarnos

                     ni convertirse

                                               en una imposible metáfora.

Si el poema

                     Refleja el mar

                                               Refleja solo

Su danza

                     En la hondura

                                                Donde esta

Parece triunfar.

                      La bomba termina

                                                Con todo aquello.

Me recuerdan

                      Que la bomba

                                                Es

También una flor

                       Aunque ciertamente

                                                Orientada

A nuestra ruina.

                       La mera imagen

                                                 De la bomba que explota

Nos encanta

                        De modo que apenas podemos esperar

                                                 Para postrarnos

Ante ella. No creemos

                         Que el amor

                                                 Podría destrozar así nuestras vidas.

El fin

                         Llegará

                                                 A su tiempo.

Entretanto

                        Estamos hartos

                                                 De la bomba

Y de su infantil

                         Insistencia.

                                                 La muerte no es la respuesta,

No lo es,

                        Para un viejo ciego

                                                 Suyos huesos

Remedan el movimiento

                        Del mar,

                                                Un viejo asexuado

Para quien la muerte es el mar

                        Del que están hechos

                                                 Sus versos.

No hay mayor

                        Poder que el amor

                                                 Que es un mar

Y un jardín

                        Tan perdurable

                                                  Como los versos

De aquel viejo ciego

                        Destinados

                                                   A durar para siempre.

Pocas personas lo creen

                       Ni siquiera los niños en sus juegos.

                                                    Prefieren creer

En la bomba

                        Y perecerán

                                                     A causa de ella.

Comparemos el viaje de Darwin en el Beagle,

                         Un viaje de descubrimiento donde los haya,

                                                     A la muerte

Incomunicados

                         Del matrimonio Rosenberg

                                                     En la silla eléctrica.

Es una seña de nuestro tiempo

                         Que mientras condenamos

                                                     Lo que ellos piensan

Reverenciemos su fuerza.

                          Sin embargo Darwin

                                                    Abrió nuestros ojos

A los jardines del mundo,    

                          Mientras que ellos nos los cerraron.

                                                     O pensemos en aquel otro

Viaje prometedor

                          Que a causa de la avaricia,

                                                     Alimentando odio

Con miedo,

                          Terminó en desastre;

                                                     Un viaje

Que a mí mismo profundamente me concierne

                          El de la Pinta

                                                     La Niña

Y la Santa María          

                          ¡De qué manera abrió los ojos del mundo!

                                                     ¡Era una flor

Para la que abril

                           Había caído del cielo!

                                                     ¡Qué amargo

Desengaño!

                           Al cabo,                                           

                                                     Aquello condujo

A las muertes que he sufrido.

                           Porque ha habido

                                                     Mentes

Más despiertas que las de los descubridores

                            Que en su danza marcaron

¡Un nuevo compás!

                            Pronto perdido

                                                     La medid en sí

Se ha perdido

                            Y eso lo sufrimos todos.

                                                     Nos aproximamos en silencio

A la muerte.

                            Es la bomba la que habla.

                                                      Toda la represión,

Desde los juicios por brujería en Salem

                             Hasta las recientes

                                                       Quemas de libros,

Son evidencias

                             De que la bomba

                                                        Se ha metido en nuestras vidas

Para destruirnos.

                              Los taladros

                                                        Que perforan la tierra buscando

Petróleo perforan también

                              Mi costado.

                                                        ¡El despilfarro, el

Despilfarro domina el mundo!

                              He ahí la obra de la bomba.

                                                        ¿Qué si no fue el incendio

Del Jockey Club de Buenos Aires

                              (“malos aires”, deberíamos decir) cuando

                                                        Con la connivencia de Perón

Junto con los libros

                              Los vándalos destruyeron

                                                         Los inestimables goyas

Que ahí se exhibían?

                              Todo el mundo sabe cómo atesoramos

                                                         Las pocas pinturas

A las que aún nos aferramos

                              Especialmente aquella

                                                          Del difunto

Charlie Demuth.

                              Mi vida secreta

                                                          Se ha erigido

Sobre tus sonrisas

                              Y ciertas minucias de esa suerte:

                                                           No haber tenido

Que ver en la muerte

                              De un niño.

                                                           Pero lamento

Sobre todo

                              Que las palabras hechas

                                                           De aire, o de menos que

Aire, y que el

                              Aire traía

                                                           Insistiendo

En ser escritas

                              Hayan llegado ya

                                                           A su fin.

Pues entre todo aquello,

                               Lo que he hecho de mí mismo,

                                                            Se yergue esa única imagen

Que amo

                               Tanto como a ti y que

                                                            Por tanto

Nos reúne.

 

 

LIBRO III

¿Qué poder posee el amor, sino el del perdón?

                 En otras palabras,

                                   Por intercesión suya

Lo hecho

                 Puede deshacerse.

                                    ¿Qué bien mayor podría haber?

Por eso

                 He invocado una flor

                                    Que

Siendo frágil

                 Tras el crudo invierno

                                     Vuelve a brotar

Para nuestro deleite.

                 El asfódelo, creían nuestros ancestros,

                                      Para encono del maligno

Era esa flor.

                 ¡Con margaritas bicolor y

                                      Violetas azules,

Acostumbra a decirse, llega la

                 Primavera!

                                      Ojalá sea

Así con la primavera del

                 Amor

                                      Si logramos dar con

La palabra secreta

                 Que lo conjure.

                                      Son ridículos

Nuestros aires de gente

                 Profunda

                                      Mientras tuve tu amor

Fui rico.

                 Pensando que lo he perdido

                                       Me torturo

Sin descanso

                 No he venido a ti

                                        Humillado

A confesar mis faltas:

                 Las he confesado ya,

                                        Una a una.

En el nombre del amor

                 Vengo orgulloso

                                        Como tu igual

A ser perdonado.

                 Sé que tienes razones

                                        Para estar enojada,

Pero déjame intentar,

                 Si es posible,

                                        Hacer lo que toca

Para que aceptes pensar

                 Bien de mí

                                        Otra vez.

La estatua

                 Ecuestre de Colleoni

                                        Con el fornido hombrecito

De armadura

                 Montado

                                        Y alzando la espada desenvainada

Vuelve insistentemente

                 A mi memoria.

                                        Y con ella

El caballo rampante

                 Provocado por la yegua en

                                        Venus y Adonis.

Esas son atroces

                Imágenes de fuerza.

                                        Una noche

Esperando en la estación

                Con un amigo

                                        Un tren de carga pasó

Como un relámpago

                Levantando el polvo.

                                         Mi amigo

Un famoso artista,

                Se volvió hacia mí

                                          Protegiéndose los ojos:

Así quisiéramos ser todos, Bill,

                Me dijo. Sonreí

                                          Pues sabía cuán en serio

Hablaba. Ayer, en el metro,

                Vi a otro

                                          Hombre.

Yo iba a la ciudad

                A una reunión.

                                          Se me quedó mirando

Y yo a él:

                Llevaba entre las rodillas

                                           Un bastón de puño desgastado

Adecuado

                Para espantar perros.

                                           Tendría unos cuarenta años,

La oscura

                Barba partida por la

                                           Mitad

Y un sombrero

                De fieltro marrón

                                           Más claro

Que la piel de su rostro. Sus ojos

                Parecían inteligentes,

                                            Bien abiertos

Aunque evasivos, afables.

                Me dio curiosidad   

                                             Y lo miré con

Insistencia. De complexión delgada,

                Pero bastante fuerte,

                                             Vestía un abrigo

Negro cruzado y un

                Chaleco

                                              Que dejaba ver el cuello

De su gruesa y sucia

                Ropa interior.

                                               Las rayas de su

Pantalón eran

                De un vivo

                                              Marrón rojizo. Sus

Zapatos, de buena factura

                Aunque un tanto gastados,

                                              Habían sido lustrados poco antes.

Los calcetines, marrones,

                Le llegaban a la pantorrilla.

                                               En el bolsillo del pecho

Lucía

                Una pluma dorada

                                               Y un portaminas

Común. Por algún motivo

                Incomprensible

                                               No pude dejar

De mirarlo.

                Entre sus piernas, en el suelo,

                                                Podía verse

Un vetusto portafolio de piel

                Lleno a reventar.

                                                Entonces recordé:

Cuando mi padre era joven

                -como supe

                                                 Por una vieja fotografía-

Llevaba una barba como esa.

                Este hombre

                                                 Me recuerda a mi padre.

¡Estoy viendo

                La cara

                                                  De mmi padre! La cubierta

De un letrero comercial

                Hace

                                                   De reflector. Es mi

Rostro.

                Pero de pronto

                                                   El vagón chirría y se detiene.

Háblale

                Me rogué. Él debe

                                                   Saber el secreto.

Se había ido

                Y no hice nada.

                                                    Con él

Se esfumaron los hombres

                Y también, a su lado,

                                                     Las mujeres.

Sin ser necesariamente

                Extravagante, aquello

                                                     Me pareció

Una flor de aroma

                Perdido. Una flor,

                                                     Una exótica orquídea,

Que Herman Melville admirara

                En la

                                                      Selva de Hawai.

O las lilas

                De los hombres que dejaron su impronta,

                                                       Alumbrados por antorchas:

Rituales de caza,

                En los muros

                                                       De prehistóricas

Cuevas de los Pirineos

                -qué enormes dibujantes eran-,

                                                       Bisontes y venados.

Sus mujeres

                Tenían grandes nalgas.

                                                       Pero ¡qué enormes

Dibujantes eran!

                Maravillosos,

                                                       ¡por las barbas de mi padre!

Y así, aprovechando,

                ¿cómo si no?

                                                       Lo que me ocurrió

En un vagón del metro

               He construido una imagen

                                                      De todos los hombres.

Es invierno

               Y allí

                                                       Esperando que las atiendas

Están tus plantas,

               ¡Pobrecitas!, dices,

                                                        Mientras, compasiva,

Viertes en sus raíces

               El agua vivificante

                                                        Demacrado

Me dije

               Siendo ella tan amable

                                                         ¿Por qué no lo sería

También conmigo? Así

               Me armé de valor

                                                         Para continuar.

¡Querida, ven a mis brazos!,

              Dije, apresurado,

                                                          Llevado por algún

Extraño impulso,

              Jactándome

                                                          De que aún tenía

Orgullo.

              No creas

                                                          Al menos

En cierto modo,

              Que me avergüenza confesar, puede decirse

                                                        Que aún tengo orgullo. Con esa actitud

Te reclamo,

              Puesto que yo lo he hecho ya,

                                                        Que perdones a las mujeres

Que te han ofendido

              Artista es quien

                                                         Busca y quien otorga

Un perdón así.

              El perdón nos curará a ambos.

                                                          Guardémoslo

En secreto, pero tengamos confianza.

              Estos rostros

                                                           Que se yerguen a mi alrededor

Están, lo sé

              Igualmente llenos de orgullo.

                                                            Las flores, sin embargo,

Con idéntica certeza saben

              Que no es primavera

                                                            Y sólo se alzarán, dignas,

En la estación adecuada.

              Los hombres han caído en trance.

                                                            Están aturdidos,

Como demuestran sus rostros en los

              Diarios. Vamos tras ellos

                                                            Como los niños

Tras el flautista

              De Hamelín –aunque él

                                                             Se interesaba

Sobre todo por las ratas.

              Te digo

                                                             Entre nos

Que los rostros de muchos hombres que veo

              En reuniones

                                                             O cuando me topo con ellos

Por doquier

              Están llenos de avaricia.

                                                              Aprendamos

De esos otros.

              Son las flores de la especie.

                                                              El asfódelo,

Aunque es pobre,

              Está entre ellos.

                                                              Ante su orgullo, sin embargo,

Viene a mi mente

              La margarita;

                                                              No la tímida flor

Inglesa, sino aquella, luminosa,

              Que cubría

                                                              De blanco

Los campos

              Que conocimos

                                                              De niños.

¿Recuerdas

              Su aroma sazonado

                                                              Dulce? ¡Cuánta abundancia!

Y, para tu placer,

              Vienen a mi mente

                                                              Muchas otras flores:

¡la pequeña violeta amarilla, de delicado aroma,

              Que crece

                                                              En lugares pantanosos!

Te pareces a ellas

              Aunque enseguida

                                                              Me corrijo:

Eres una mujer

              Y no una flor

                                                               Y has de enfrentar

Los problemas propios de una mujer.

              Pero en muchos sentidos

                                                               Fuiste una flor

Te lo digo ahora

              Y de eso está

                                                                Hecho hoy

Mi tormento:

              De que nunca

                                                                 Pude olvidarlo.

Me has perdonado

              Renovándome.

                                                                  Por eso

En el lugar

              Que la imaginación dedica

                                                                  A la memoria

De lo que ha muerto

              Te traigo

                                                                  Una flor última. No creas

Que por ser dicho

              En un poema

                                                                  No ha de tomarse en serio

O que los hechos no habrán de respaldarlo.

              ¿No son flores los hechos?

                                                                   Y las flores, ¿no son hechos?

¿No son flores y poemas

               Y todas las obras de la imaginación

                                                                    Intercambiables?

Lo cual prueba

               Que el amor

                                                                    Las rige a todas, por tanto

Tú serás mi soberana,

                Soberana de amor

                                                                    Para siempre.

 

 

CODA

Inseparable del fuego

                Es la luz

                                  Que de hecho es más importante

Luego viene

                Eso que tanto hemos temido,

                                   Pero que no puede

Triunfar sobre lo que ya no está.

                En el enorme intervalo

                                   Entre el relámpago

Y el rayo que cae

                Ha llegado la primavera

                                    O se ha producido una intensa nevada.

Llámalo vejez, si quieres.

                Ese trecho bastó

                                    Para ver

Al potro dar una coz.

                No hay que apurar

                                    La risa y la diversión,

La eternidad no alcanza

                Para que el calor agote la luz .

                                    Eso es seguro.

Eso castra a la bomba,

                Permitiendo

                                    Que la mente la contenga.

En ese dulcísimo intervalo,

                                     Cuando el amor florecerá,

Tarde o temprano,

                Y se hará accesible al amante.

¡Solo la imaginación es real!

                La he descrito

                                     Como un tiempo sin fin.

Si un hombre muere

                Es porque la muerte, primero,

                                      Ha poseído

Su imaginación.

                Pero si rehúsa morir

                                      Ningún mal

Puede ocurrirle

                A no ser que la muerte

                                      Del amor lo alcance

A toda carrera.

                En tal caso, sin duda,

                                       Para él

La luz se habrá esfumado.

Pero amor e imaginación

                Son tal para cual,

                                       Raudos como la luz,

Para conjurar la destrucción.

                Así que hemos venido a mirar pasar el tiempo

                                       Como si fuera

Una tormenta veraniega

                O una luciérnaga, seguros,

                                        Gracias a la imaginación,

A salvo a su cuidado,

                Puesto que si

                                        La propia luz

Se esfuma

                El edificio entero

                                        Se hunde.     

Luz, imaginación,

                Y amor,

                                         Hoy,

Por ley natural,

                 A la que nos acogemos,

                                          Mantienen

Intacto

                 Su dominio.

Así, amemos

                 Confiados, como la luz

                                          En su batalla contra las tinieblas

porque hay tanto que decir

                 o más

                                          de la luz

que de la oscuridad

                 que John Donne

                                          por ejemplo

entre muchos otros

                 nos presenta.

                                          En esa controversia

Que involucra a los jóvenes

                 Y a los viejos: Tolstói,

                                          Villon, San Antonio, Kung,

Rimbaud, Buda

                 Y Abraham Lincoln,

                                           La victoria es siempre

De la luz. La luz

                ¿Quién ha hecho avanzar más la luz?

                                           ¡Cualquiera de ellos!

La luz

                Será siempre más rápida

                                            Que el trueno.

La ceremoniosidad medieval

                Está llena de humanidad y aún hoy

                                             Su rumor nos deleita

Igual que en nuestros días gozamos

                La lectura de Chaucer,

                                             Como si fueran

Los ornamentos de un sacerdote

                (o los de un temible cacique).

                                              Todos son

Celebraciones de la luz.

                La pompa y la ceremonia

                                               De los matrimonios

-“Dulce Támesis, corre suave

               Hasta que mi canto

                                               Termine”-

Lo son también.

Para nuestra boda, igualmente,

               La luz se despertó

                                               Y brilló. ¡La luz

Se detuvo frente a nosotros,

               Expectante!

                                               Pensé que el mundo

Se detenía.

               Ante el altar,

                                               Tan decidido estaba

Ante mis votos

                Tan conmovido por tu presencia,

                                                Una joven pálida

Presta al desmayo,

                Que me compadecí

                                                Y quise protegerte.

Cuando lo pienso, hoy,

                Toda una vida después,

                                                  Es como si

Una aromática flor

                Dispuesta para mí

                                                   Se hubiese abierto.

El asfódelo

                No tiene olor

                                                   Excepto para la imaginación

Pero también ella

                 Celebra la luz.

                                                   Es tarde ya

Pero un aroma

                 Que pareciera provenir de nuestra boda

                                                    Ha revivido para mí

Y ha comenzado de nuevo a penetrar

                 Por las grietas

                                                     De mi mundo.              




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