Cuando Pavese se suicida en el verano
de 1950, contaba 42 años y era el escritor italiano más conocido de su
generación. Había publicado un solo libro de poemas y un puñado de novelas.
También era en ese momento un influyente editor. Después de su muerte, su fama no
paró de crecer. A diferencia de la mayoría de los escritores que al morir pasan
por un purgatorio que los borra de la memoria, Pavese subió directamente al
Olimpo de los autores que perduran. Y es que después de muerto, Pavese continuó
siendo un escritor prolífico. Su amigo Italo Calvino -que le sustituyó al
frente de la Editorial Einaudi- le hizo revivir después de su muerte con la sucesiva impresión de los tres manuscritos que se encontraron en su casa: un libro de
ensayos sobre literatura americana, un libro de poemas que luego llevará el
título de su poema más famoso, (“Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”) y un
diario que abarca sus últimos quince años de vida y que se conocerá con el
título “El oficio de vivir”. Hay que decir que este libro de poemas es
extrañamente hermoso; también muy triste, al igual que lo es su diario,
recorrido de cabo a rabo por la idea del dolor y la muerte voluntaria. El libro
de poemas tiene un tono elegíaco que ya anuncia la desesperación del poeta
hacia su gesto final. Puede tomarse como un poemario de amor, pero se masca el
desamor. Parece ensalzar la presencia de la mujer que en aquel momento amaba –Constance
Dowling- pero el dolor que resuena es el que siente por su ausencia. Lejos de la
tirada de versos largos y narrativos de su primer poemario –“Laborare stanca”-,
su métrica corta y asonante recuerda a veces la estructura y el tono de “Cancionero
y Romancero de Ausencias”, de Miguel Hernández. El mundo que se dibuja en sus
últimos poemas es un mundo desolado porque acoge casi con veneración la
presencia de la mujer que ama, pero a la vez le desaloja de su lado. Se vuelve
un mundo inhabitable para el poeta. La mujer es la vida, pero también la
muerte. La mujer es quicio y luz de ese mundo, pero para Pavese ya representa
la noche que le desquicia. En pocos libros de poemas se adivina el destino
trágico del autor como en “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”. Eran unos ojos
metafóricos, pero también eran los ojos del desdén con los que en los últimos
meses le miraba Constance Dowling. Constance era en Italia la actriz americana
del momento y con ella había mantenido un idilio con altibajos que se acabó
rompiendo poco antes de su muerte. No obstante, esta ruptura sólo fue el
detonante que acabó con una vida continuamente asediada por la idea de la
muerte voluntaria. Su diario está plagado de reflexiones filosóficas sobre este
asunto. Cinco años antes confiesa haber estado al borde del suicido dos veces.
Sufría por amor no correspondido, tenía miedo a la soledad, miedo al dolor, “esa
cosa bestial y feroz, trivial y gratuita”. “La gran y terrible verdad es esta –dice
al principio de su diario: sufrir no sirve para nada”. Quiere encontrar compañeras
para toda la vida, pero cuando cree encontrarlas, éstas le abandonan. Se dice
que Pavese pasó su última noche en la pensión turinesa donde murió llamando por
teléfono a varias amigas y que ninguna acudió a sus llamadas de socorro. Quería
que su muerte tuviera un significado, que fuera una suprema elección que le
librara de la indignidad de una muerte natural o por accidente. Pero acabó
siendo un gesto de desesperación que buscaba librarle del desamor y la soledad.
“La dificultad de cometer suicidio está en esto: es un acto ambicioso que se
puede cometer solamente cuando haya sido superada toda ambición”. Había una
disonancia muy grande entre el Pavese que en su oficio había llegado a lo más
alto y el Pavese vital que desfila en su diario transido de angustia y
desafortunado en amores. “Te dicen: tienes 40 años –escribió poco antes de su
muerte- y ya lo has logrado, eres el mejor de tu generación, pasarás a la
historia, eres extraño y auténtico. Querías continuar, ir más allá, comerte a
otra generación, ser perenne como una colina”. También escribió “en mi oficio
soy rey. En 10 años lo he hecho todo” ¿Qué más le quedaba por hacer a un escritor
al que le sonreía el éxito y le carcomía una desgracia íntima? Su diario
registra el 18 de agosto una última entrada que ya se ha hecho célebre: “Todo
esto da asco. No más palabras. Un gesto. No escribiré más”. Alguna vez escribió
que la muerte era una cuestión de valor y pensaba que nunca lo tendría. El 27
de agosto de 1950 Pavese dejó de tener
valor para seguir viviendo y ya no escribió más. Sólo dejó una escueta nota a
lo Maiakovski que decía: “Perdono a todos y a todos pido perdón. ¿De acuerdo?
No murmuren demasiados chismes”.
(Se deja a continuación una
introducción a su vida y obra que José Augustín Goytisolo escribió en 1971 para
una antología poética publicada en Plaza & Janés. La traducción también es
del mismo poeta. También se deja una gran parte de los poemas de sus dos libros de poesía, “Laborare Stanca” y “Verrà la morte e avrà i tuoi occhi”.)
“Cesare Pavese nació el 9 de septiembre de 1908, en San Stafano Belbo, un
pequeño pueblo de Piamonte. Pasó gran parte de su vida en Tuurín: como escolar,
primero, luego en el “Liceo D’Azeglio” y en la Universidad, en la que se
doctoró en Letras, con una tesis sobre Walt Whitman. Al terminar sus estudios,
y muerta su madre poco después, Pavese trabajó como traductor de literatura
aanglosajona. Su primera traducción fue “Nuestro señor Wrenn”, obra de Sinclair
Lewis. Redacta ensayos sobre escritores norteamericanos: Theodore Dreiser,
Sinclair Lewis, O’Henry, herman Melville, William Faulner, autores, además, de
los que tradujo y dio a conocer en Italia varias obras publicas por los
editores Frassinelli, Bemporad, Mondadori y Einaudi. Se ganaba la vida
alternando su trabajo de traductor con el de dar clases en una escuela y
lecciones particulares. Su profesor en el “Liceo D’Azeglio”, el escritor
Augusto Monti, tuvo gran influencia en las ideas literarias y políticas de Pavese.
En 1933 colabora en la revista La cultura
y trabaja para el editor Eiinaudi, revista y editor conocidos como antifascistas
y vigilados por la Policía. El 13 de mayo de 1935 es detenido Pavese, juntamente
con un grupo de intelectuales turineses, entre los que se encuentran Augusto
Monti, Norberto Bobbio y Giulio Einaudi. Antes de ser procesado, pasó unos meses en la cárcel.
Durante el juicio, y para no delatar a una mujer con la que tenía relaciones (la donna della voce rauca), se encerró
en un mutismo que le valió la condena de tres años de confinamiento en el
pueblo calabrés de Brancaleone, condena que luego le fue reducida a un año. En
1936 aparece su primer libro, Lavorare
Stanca (Trabajar cansa), editado por Solaria, en Florencia, y que se
reeditaría, aumentado, por Einaudi, en 1943. De regreso en Turín desde su
destierro, se entera de que la mujer a la que él ama, la donna della voce rauca, se ha casado con otro hombre, pocos días
antes. Pavese se vuelve taciturno y solitario, y no frecuenta ya ni a su
familia. Vuelve a sus lecciones y a su trabajo en la casa Einaudi. Su libro de
poemas Lavorare Stanca no fue tomado
en consideración por la crítica y la Prensa dirigida de la Italia fascista de
aquellos tiempos. Entonces, y mientras escribía su Diario Il Mestiere de Vivere, que no se había de publicar hasta después de
su muerte, Pavese comienza a redactar relatos y novelas. En 1941 aparece su
primera novela, Paesi Tuoi, publicada
por Einaudi, editor que debía publicar luego todas sus obras. A partir de esta
fecha, desarrolló una gran actividad como escritor y como colaborador del
equipo Einaudi. Durante la guerra, en Turín, se mantuvo, además, en contacto
con los grupos clandestinos del movimiento antifascistas, que empezaban
entonces a cobrar nuevos bríos. Paesi Tuoi obtuvo un gran éxito de público
y crítica. En 1942 es enviado a Roma por Einaudi, para trabajar como delegado
suyo en la capital. Pavese, que se había librado anteriormente del servicio
militar, por ser hijo de viuda, es llamado a filas en marzo e 1943 y destinado a Rívoli, al 30º Regimiento de Infantería
“Assietta”. A causa de su asma, se libró de partir al frente, estuvo en
observación en un hospital, y luego le fueron
concedidos seis meses de convalecencia. Regresa a Roma, que en esas
fechas está bajo las bombas de los aliados, a reanudar su antiguo trabajo.
Cuando éste se hace imposible, vuelve a Turín. La ciudad está semidestruida por
los bombardeos, sus amigos se han escapado a las guerrillas, en los montes.
Pavese se refugia en un pequeño pueblo, Serralunga. En esta época tiene,
seguramente, debido a los horrores de la guerra que tan de cerca ha visto, una
crisis religiosa, superada después de casi un año de lucha interior. Se refugia
en el santuario de Crea, asiste a los oficios, lee la Biblia y los Evangelios,
medita, se tortura. Terminada la guerra y resuelta la crisis religiosa, regresa
otra vez a Turín, a su trabajo en la casa Einaudi. El recuerdo de sus amigos,
muertos en la resistencia, en las guerrillas de la ciudad y en los montes, le
atormenta siempre. Sufre manía de soledad, y se le vuelve a ocurrir con
frecuencia la idea del suicidio, idea que ya le había asaltado tiempo antes.
Durante los años siguientes, su actividad literaria se multiplica: La Spiaggia, 1942; Fería d’Agosto, 1946; Il
Compagno, 1947, Dialoghi con Leucó,
1947; Prima che el gallo canti, 1949
(que agrupa las narraciones Il Carcere
y la Casa in collina); la Bella Estate, 1949 (que contiene tres
novelas cortas: La Bella Estate, Il Diavolo Sulle Colline y Tra Donne Sole); y finalmente, La Luna e i Faló, 1950.
Toma parte activa también en estos años, en la política, afiliándose al
partido de sus amigos. Alterna su estancia habitual en Turín con viajes a
Milán, Roma y San Stefano Belbo. El éxito literario que obtienen sus obras no
le compensa de su fracaso como hombre, de sus desengaños amorosos, de su
melancolía. Los últimos días de su vida los pasa en su domicilio de Turín, en
plena depresión física y moral, acompañado, o más bien vigilado, por su
hermano. Apenas come.
El sábado, 26 de agosto de 1950, sale por última vez de su casa, para
pasar, dice, unos días fuera, en el campo. Aquella tarde se despide de muchos
de sus amigos, escribe a otros. En vez de dirigirse a la estación, alquila una
habitación con teléfono en el “Albergo Roma”, en la misma ciudad de Turín.
Desde allí, hace, durante la noche, muchas llamadas telefónicas. Busca todavía
un asidero. Ninguna de las mujeres a las que llama acepta ir con él. Es el
final. La decisión está tomada.
Al día siguiente, un camarero del “Albergo”, al no obtener respuesta a
sus llamadas en la puerta de la habitación que ocupa Pavese, fuerza la entrada
y encuentra su cadáver tendido en la cama, vestido y compuesto, pero descalzo.
A su lado, en la mesilla, están los dieciséis tubos de somnífero que ingirió
para quitarse la vida. Su mejor biógrafo, Davide Lajolo, cuenta que se halló
también a su lado un ejemplar de sus Dialoghi
con Leucó, abierto en la primera página, y en la que Pavese había escrito:
“Perdono a todos y a todos pido perdón. ¿Está bien? No hagáis demasiados
comentarios”.
En la última página de su
“Diario”, y con fecha de dieciocho de agosto, había escrito: “Basta de
palabras. Un gesto. No escribiré más”.
Después de su muerte, la fama de Pavese como prosista y como poeta ha ido
en aumento. Se han publicado, póstumamente, Verrá
la Morte e avrà i tuoi occhi, su segundo libro de poemas, 1951 (volumen que
contiene, además de los poemas agrupados bajo este título, otro grupo de poemas
titulado La terra e la Morte,
(escrito este último en 1945); un libro de ensayos La letteratura Americana e Altri Saggi, 1951; su “Diario” de 1935 y
1950, Il mistiere de Vivere, 1952; Fuoco Grande (en colaboración con Bianca
Garufi), 1959; y Racconti, 1960.
Todas sus obras han sido editadas por Einaudi.
Los poemas pertenecientes al libro Lavorare
stanca, son poemas de metro largo, descriptivos, de fuerte realismo, y sus
fechas oscilan entre los años 1931 a 1940. Los temas que predominan en estos
poemas son la vida en el campo, en contraste con la vida ciudadana, el paisaje
piamontés, las viñas, las colinas, el amor, el sexo y las preocupaciones
políticas y sociales de Pavese. La importancia de estos poemas y su influencia
en la poesía italiana, no fueron reconocidos, como ya queda dicho, sino años
después de su primera publicación. Gran parte de los nuevos poetas italianos,
desde Pier Paolo Pasolini hasta Carlo della Corte, y los “novísimos” no serían explicables hoy sin la anterior presencia
purificadora de la poesía de Pavese.
Su realismo crítico y civil, y el regreso a una poesía de sabor popular,
fue un estallido en los años en que, durante el fascismo, se glorificaba como
única poesía válida el escapismo y la patriotería.
De su segundo libro Verrà la Morte
e abrà i tuoi Occhi, de ellos, los primeros pertenecen a La terra e la Morte y fueron escritos en
Roma en el año 1945, y publicados por primera vez en la revista Le Tre Venecia, en 1947, la pasión
amorosa de Pavese por la donna della voce
rauca, se hace patente en ellos. La compara a las viñas y a las colinas de
su país natal, la busca, la llama desesperadamente. Es, para él, principio y
fin de toda su vida, y por tanto no nos puede extrañar que la compare con la
muerte. El tiempo de guerra, la lucha de los partighiani en las montañas, son tema de dos de los poemas Tu non sai le colline y E allora noi vili. El recuerdo de esta
lucha, en la que murieron tantos amigos suyos y en la que Pavese no participó
activamente, sino como emboscado, le persigue y atormenta. Intenta una
justificación de lo que él cree que fue una cobardía.
Era incapaz de matar, más no de matarse, y jamás comprendió la crueldad
humana y los horrores de la lucha.
De los poemas de la propiamente llamada Verrà la Morte a Avrà i Tuoi Occhi, compuesta por diez poemas,
todos ellos , salvo La casa, están escritos en 1950, del 11 de marzo al 11 de abril, es decir,
exactamente en un mes. En dichos poemas se mezclan, junto al sentimiento
amoroso, momentos de esperanza y de desesperación, que culminan en
el poema que da título al libro. Son los últimos versos escritos por Pavese,
cuatro meses antes de su muerte. La obsesión de esta muerte cercana es patente
en todos ellos, incluso en los que parecen más esperanzadores. Todos estos
poemas se encontraron entre los papeles de Pavese, después de su muerte, en
doble copia mecanografiada.
El juicio que a Pavese le merece la creación poética, y su propio valor
como poeta, podría resumirse en esta frase, extraída de su Diario: Il Mestiere de Vivere, correspondiente
al 15 de setiembre de 1936: “Aún no sé si soy un poeta o un sentimental, pero
lo cierto es que estos meses atroces constituyen una prueba decisiva. Si, como
lo espero, hasta los más grandes descubridores han tenido meses semejantes,
digamos que la alegría de componer se hace pagar cara.
La vida se venga –y está bien- si uno le roba el oficio. No es nada la
preocupación de componer –el famoso tormento- frente a la de haber creado algo,
y no saber luego qué hacer”.
VERRA LA
MORTE E AVRÁ I TUOI OCCHI
Verrà la
norte e avrà i tuoi occhi-
Questa norte
che ci accompagna
Dal mattino
alla será, insomne,
Sorda, come
un vecchio rimorso
O un vizio
assurdo. Y tuoi occhi
Saranno una
vana parola,
Un grido
taciuto, un silenzio.
Cosí li vedi
ogni mattina
Quando su te
sola ti pieghi
Nello
specchio. O cara speranza,
Quel giorno
sapremo anche noi
Che sei la
vita e sei il nulla.
Per tutti la
norte ha uno sguardo.
Verrà la
norte e avrà i tuoi occhi.
Sará come
smettere un vizio,
Come vedere
nello specchio
Riemergere
un viso morto,
Come
ascoltare un labbro chiuso.
Scenderemo
nel gorgo muti.
VENDRÁ LA
MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS
Vendrá la
muerte y tendrá tus ojos-
Esta muerte
que nos acompaña
Desde el
alba a la noche, insomne,
Sorda, como
un viejo remordimiento
O un absurdo
defecto. Tus ojos
Serán una
palabra inútil,
Un grito
callado, un silencio.
Así los ves
cada mañana
Cuando sola
te inclinas
Ante el
espejo. Oh, cara esperanza,
Aquel día
sabremos, también,
Que eres la
vida y eres la nada.
Para todos
tiene la muerte una mirada.
Vendrá la
muerte y tendrá tus ojos.
Será como
dejar un vicio,
Como ver en
el espejo
Asomar un
rostro muerto,
Como
escuchar un labio ya cerrado.
Mudos,
descenderemos al abismo.
(1950)
LAVORARE
STANCA
Traversare
una strada per scappare di casa
Lo fa solo
un ragazzo, ma quest’uomo che gira
Tutto il
giorno le strade, non è più un ragazzo
E non scappa
di casa.
Ci sono
d’estate
Pomeriggi
che fino le piazze son vuote, distese
Sotto il
sole che sta per calare, e quest’uomo, che giunge
Per un viale
d’inutili piante, si ferma,
Val la pena
esser solo, per essere sempre piú solo?
Solamente
girarle, le piazze e le strade
Sono vuote.
Bisogna fermare una donna
E parlarle e
deciderla a vivere insieme.
Altrimenti,
uno parla da solo. É per questo che a volte
C’è lo
sbronzo notturno che attacca discorsi
E racconta i
progetti di tutta la vita.
Non ´è certo
attendendo nella Piazza deserta
Che
s’incontra qualcuno, ma chi gira le strade
Si sofferma
ogni tanto. Se fosssero in due,
Anche
andando per strada, la casa sarebbe
Dove c’è
quella donna e varrebbe la pena.
Nella notte
la Piazza ritorna deserta,
E
quest’uomo, che passa, non vede le case
Tra le
inutili luci, non leva piú occhi:
Sente solo
is selciato, che han farto altri uomini
Dalle mani
indurite, como sono le sue.
Non è giusto
restare sulla Piazza deserta.
Ci sarà
certamente quella donna per strada
Che,
pregata, vorrebbe dar mano alla casa.
TRABAJAR
CANSA
Atravesar
una calle para escapar de casa
Lo hace sólo
un muchacho, pero este hombre que anda
Todo el día
las calles, ya no es un muchacho
Y no huye de
casa.
Hay en el
verano
Tardes en
que las plazas se quedan vacías, tendidas
Bajo el sol
que ya empieza a ponerse, y este hombre que llega
Por una
avenida de inútiles plantas, se detiene.
¿Vale la
pena estar solo para quedarse solo siempre más?
Callejear
únicamente, las plazas y las calles
Están
vacías. Es preciso detener a una mujer
Y hablarle y
decidirle a que viva con uno.
Si no, uno
habla solo. Por eso algunas veces
El borracho
nocturno comienza a parlotear
Y explica
los proyectos de toda su vida.
No es cierto que esperando en la plaza
desierta
Te encuentres
con alguno, pero el que anda las calles
A ratos se
detiene. Pero si fueran dos,
Aun andando
las calles, la casa ya estaría
Donde
aquella mujer, y valdría la pena.
Por la noche
la plaza vuelve a quedar desierta
Y este
hombre que la cruza no ve los edificios
Tras las
luces inútiles, pues ya no alza los ojos:
Sólo ve el
empedrado, que hicieron otros hombres
De
endurecidas manos, como lo están las suyas.
No es
correcto quedarse en la plaza desierta.
Seguro que
está en la calle aquella mujer
Que, al
pedírselo, quiera ayudar en la casa.
“Trabajar cansa” (1934)
GENTE
SPAESATA
Troppo mare.
No abbiamo veduto abastanza di mare.
Alla será,
che l’acqua si stende salvata
E sfumata
nel nulla, lámico la fissa
E io fisso
l’amico e non parla nessuno.
Nottetempo
finiamo a rinchiuderci in fondo a una tampa,
Isolati nei
fumo, e beviamo. L’amico ha i suoi sogni
(sono un
poco monotoni i sogni allo scroscio del mare)
Dove l’acqua
non è che lo specchio, tra un’isola e l’altra,
Di colline, screziate di fiori selvaggi e cascate.
Il suo vino
è cosí. Si contempla, guardando il bicchiere,
A innalzare
colline di verde sul piano del mare.
Le colline
mi vanno; e lo lascio parlare del mare
Perché è
un’acqua ben chiara, che mostra persino le pietre.
Vedo solo
colline e mi riempiono il cielo e la terra
Con le linee
sicure dei fianchi, lontane o vicine.
Solamente,
le mie sono scabre, e striate di vigne
Faticose sul
suolo bruciato. L’amico le acetta
E le vuole
vestiré di fiori e di frutti selvaggi
Per
scoprirvi, ridendo, regazze piú nude del frutti.
Non occorre:
ai miei sogni piú scabri non manca un sorriso.
Se domani
sul presto saremo in camino
Verso quelle
colline, potremo encontrar per le vigne
Qualche
scura ragazza, annerita si sole,
E,
attaccando discorso, mangiarle un po’ d’uva.
HOMBRES
DESARRAIGADOS
Demasiado
mar. Ya hemos visto bastante el mar.
Por la
tarde, cuando el agua se extiende, incolora
Y difusa en
la nada, el amigo la observa
Y yo observo
al amigo, y mientras no habla nadie.
Ya en la
noche, acabamos en el rincón de una taberna,
Aislados
entre el humo, y bebemos. Mi amigo tiene sueños
(son un poco
monótonos los sueños junto al rumor del mar)
Donde el
agua es tan sólo el espejo, entre una isla y otra,
De colinas,
salpicadas por cascadas y flores salvajes.
Su vino es
así. Se contempla en el vaso,
Alzando
verdes colinas sobre el llano del mar.
Me agrandan
las colinas; y dejo que me hable del mar
Porque su
agua es tan clara que muestra hasta las piedras.
Sólo veo
colinas y me llenan la tierra y el cielo
Con las
líneas seguras de sus perfiles, cercanas o distantes.
Tan sólo que
las mías son abruptas, con estrías de viñas
Fatigando el
suelo abrasado. El amigo las acepta
Y las quiere
vestir de flores y frutas salvajes
Para
descubrir, riendo, muchachas más desnudas que los frutos.
No es
necesario: a mis ásperos sueños les sobra una sonrisa.
Si mañana
temprano nos ponemos en camino
Hacia
aquellas colinas, podremos hallar en las viñas
A una
muchacha bruna, tostada por el sol,
Y,
comenzando a hablar, comerle un poco de uva.
“Trabajar
cansa” (1933)
IL DIO
CAPRONE
La campagna
é un paese di verdi misteri
Al ragazzo,
che viene d’estate. La capra, che morde
Certi fiori,
le gonfia la pancia e bisogna che corra.
Quando
l’uomo ha goduto con qualche regazza
-hanno peli
là sotto-, il bambino le gonfia la pancia.
Pascolando
le capre, si fanno bravate e sogghigni,
Ma al
crepuscolo ognuno comincia a guardarsi alle spalle.
I ragazzi
conoscono quando è passata la biscia
Dalla
striscia sinuosa che resta per terra.
Ma nessuno
conosce se passa la biscia
Dentro
l’erba. Ci sono le capre che vanno a fermarsi
Sulla
biscia, nell’erba, e che guodono a farse suchiare.
Le ragazze
anche godono, a farse toccare.
Al levar
della luna, le capre non stanno piú chete,
Ma bisogna
raccolgilierle e spingerle a casa,
Altrimenti
si dirzza il caprone. Saltando nei prato
Sventra
tutte le capre e scompare. Ragazze in calore
Dentro i
boschi ci gengono sole, di notte,
E il
caprone, se belano stese nell’erba, le corre a trovare.
Ma, che
spunti la luna: si driza e le sventra.
E le cagne,
che abbaiano sotto la luna,è perché hanno sentito il caprone che salta
Sulle cime
dei colli e annusato l’odore del sangue
E le bestie
si scuotono dentro le stalle.
Solamente i
cganacci piú forti dan morsi alla corda
E qualcuno
si libera e corre a seguire il caprone,
Che li
spruzza e ubriaca si un sangue piú rosso del fuoco,
E poi
ballano tutti, tenendosi ritti e ululando allla luna.
Quando, a
giorno, il cagnaccio ritorna spelato e ringhioso,
I villani
gli dànno la cagna a pedat di dietro.
E alla
figila, che gira di será, e ai ragazzi, che tornato
Quand’è
buio, smarrita una capra, gli fiaccano il collo.
Riempion
donne, i villani, e faticano senza rispetto.
Vanno in
giro di giorno e di notte e non hanno paura
Di zappare
anche sotto la luna o di accendere un fuoco
Di gramigne
nel buio. Per questo, la terra
È cosí bella
verde e, zappata, ha il colore,
Sotto
l’alba, dei volti bruciati. Si va alla vendemmia
E si mangia
e si canta; si va a spannocchiare
E si balla e
si beve. Si sente ragazze che ridono,
Ché qualcuno
ricorda il caprone. Su, in cima, nei boschi,
Tra le ripe
sassose, i villani l’han visto
Che cercava
la capra e pricchiava zuccate nei tronchi.
Perché,
cuando una bestia non sa lavorare
E si tiene
soltanto da monta, gli piace distruggere.
EL DIOS
CABRÍO
El campo es
un lugar de verdes misterios
Para el
muchacho que llega en verano. A la cabra, que muerde
Ciertas
flores, se le hincha el vientre y es preciso que corra.
Cuando el
hombre ha gozado con alguna muchacha
-tienen pelo
allí abajo- el niño le hincha el vientre.
Pastando
cabras, se hacen bravatas y burlas,
Pero al
crepúsculo cada uno comienza a mirar tras de sí.
Los
muchachos saben cuándo pasó la culebra
Por el
rastro sinuoso que queda en la tierra.
Pero ninguno
sabe si pasa la culebra
Entre la
hierba. Hay cabras que van a ponerse
Sobre la
culebra, en la hierba, y que gozan haciéndose sorber.
Las
muchachas también gozan, dejándose tocar.
Al alzarse
la luna, las cabras ya no se están quietas,
Pero es preciso recogerlas y empujarlas a casa
De otro modo
se excita el cabrón. Saltando en el prado
Destripa a
todas las cabras y desaparece. Muchachas en celo
Dentro de
los bosques van solas, de noche,
Y el cabrón,
si gritan tendidas en la hierba, acude a encontrarlas.
Pero, en
cuanto despunta la luna, se alza y las destripa.
Y los perros
que ladran bajo la luna,
Es porque
han oído al cabrón que salta
En las
cumbres de los cerros, y olfatea el olor de la sangre.
Y las
bestias se agitan dentro de los corrales.
Solamente
los perros más fuertes mordisquean la cuerda
Y algunos se
liberan y corren a seguir al cabrón,
Que los
salpica y embriaga con sangre más roja que el fuego,
Y después
bailan todos de pie y ladran a la luna.
Cuando, de
día, el gran perro vuelve pelado y arisco,
Los
aldeanos, patada al trasero, le entregan la perra.
Y a la hija,
que sale de noche, y a los chicos que vuelven
Ya oscuro,
perdida una cabra, les dan pescozones.
Preñan
mujeres los aldeanos y estorban sin respeto.
Pasean de
día y de noche y no tienen miedo
De cavar
hasta bajo la luna o de encender un fuego
De rastrojos
en lo oscuro. Por eso, la tierra
Es tan bella
y tan verde y, labrada, presenta el color,
Bajo el
alba, de rostros quemados. Se va a la vendimia
Y se come y
se canta; se va a desgranar el maíz
Y se baila y
se bebe. Se oyen muchachas que ríen,
Y alguna
recuerda al cabrón. Arriba, en la cima, en los bosques,
Entres
escarpas rocosas, los aldeanos lo han visto,
Buscaba a la
cabra y golpeaba con la cabeza en los troncos.
Porque,
cuando una bestia no sabe trabajar
Y se tiene
tan sólo para la remonta, le place destruir.
“Trabajar cansa”, 1933
GENTE CHE
C’E STATA
Luna tenera
e brina sui campi nell’alba
Assassinano
il grano.
Sul piano
deserto,
Que e là
putrafatto (ci vuole del tempo
perché il
sole e la pioggia soterrino i morti)
era ancora
un piacere svegliarsi e guardare
se la brina
popriva anche quelli. La luna
inondava, e
qualcuno pensaba al mattino
quando
l’erba sarebbe spuntata piú verde.
Ai villani
che guardano piangono gli occhi.
Per
quest’anno al ritorno del sole, se torna,
Foglioline
bruciate saran tutto il grano.
Trista luna
–no sa che mangiare le nebbie,
E le brine
al sereno hanno un morso di serpe
Che del
verde fa tanto letame. Ne han dato letame
Alla terra;
ora torna in letame anche il grano,
E non serve
guardare, e sarè tutto arso,
Putrefatto.
È un mattino che toglie ogni forza
Solamente
svegliarsi e girare da vivi
Lungo i
campi.
Vedranno piú tardi
spuntare
Qualche
timido verde sul piano deserto,
Sulla tomba
del grano, e dovranno lottare
A ridurre
anche quello in letame, bruciando,
Peche il
sole e la pioggia proteggono solo le erbace,
E la brina,
toccato che ha il grano, non torna.
GENTE QUE
FUE
Luna tierna
y escarcha sobre los campos del alba
Asesinan el
trigo.
Sobre el llanto
desierto,
Aquí y allá
podrido (se necesita tiempo
Para que el
sol y la lluvia entierren a los muertos),
Era aún un
placer despertarse y mirar
Si la
escarcha cubría incluso aquellos campos. La luna
Invadía, y
alguno pensaba en la mañana
Cuando la
hierba hubiera despuntado más verde.
A los
aldeanos que miran les lloran los ojos.
Cuando
regrese el sol este año, si vuelve,
Todo el
trigo será hierba quemada.
Triste luna
–sólo sabe comerse las nieblas-,
Pues del
verde tanto estiércol consigue. Abonaron
La tierra;
ahora hasta el trigo se convierte en estiércol,
Y de nada
sirve mirar, todo estará quemado,
Putrefacto.
Es un día que quita las fuerzas
Despertar
solamente y correr de prisa
A través de
los campos.
Más tarde
verán despuntar
Algunas
tímidas hierbas sobre el llano desierto,
Sobre la
tumba de trigo, y deberán luchar
Para
convertirlas también en abono, prendiéndoles fuego.
Porque el
sol y la lluvia protegen tan sólo hierbajos,
Y la
escarcha, una vez que ha destruido el trigo, no vuelve.
“Trabajar cansa” (1933)
LA NOTTE
Ma la notte
ventosa, la límpida notte
Che il
ricordo sfioraba soltanto, è remota,
È un
ricordo. Perdura una calma stupita
Fatta
anch’essa di foglie e di nulla, Non resta,
Di quel
tempo di là dai ricordi, che un vago
Ricordare.
Talvolta ritorna nel giorno
Nell’immobile
luce del giorno d’estate,
Quel remoto
stupore.
Per la
vuota finestra
Il bambino
guarddava la notte sui colli
Freschi e
Neri, e stupiva di trovarli ammassati;
Vaga e
límpida immobilitá. Fra le foglie
Che
stormivano al buio, apparivano i colli
Dove tutte
le cose del giorno, le coste
E le piante
e le vigne, eran nitide e norte
E la vita
era un’altra, di vento, di cielo,
E di foglie
e di nulla.
Talvolta
ritorn
Nell’immobile
calma del giorno il ricordo
di quel
vivere assorto, enlla luce stupita.
LA NOCHE
Mas la noche
ventosa, la noche limpia
Que rozaban
tan sólo al recuerdo, está lejos,
Es un
recuerdo. Perdura una calma asombrada
Hecha
también de hojas y de nada. No resta
De aquel
tiempo, más allá de los recuerdo, más que un vago
Recordar.
A veces, vuelve, en el día
En la luz
inmóvil del día de verano,
Aquel lejano
asombro.
Por la
vacía ventana
Miraba el
niño la noche sobre las colinas
Frescas y
oscuras, y se asombraba al encontrarlas tan juntas;
Vaga y
limpia inmovilidad. Entre las hojas
Que
susurraban en la oscuridad, aparecían las colinas
Donde todas
las cosas del día, los márgenes
Y las
plantas y las viñas, estaban limpias y muertas,
Y la vida
era otra, de viento, de cielo,
De hojas, de
nada.
Algunas veces vuelve,
En la calma
inmóvil del día, el recuerdo
De aquel
vivir absorto, en la luz asombrada.
“Trabajar cansa” (1938)
INCONTRO
Queste dure
colline che han fatto il mio corpo
E lo scuotono
a tanti ricordi, mi han schiuso il prodigio
Di costei,
che non sa che la vivo e non Riesco a comprenderla.
L’ho
incontrata, una será: una macchia piú chiara
Sotto le
stelle ambigue, nella foschía d’estate.
Era intorno
il sentore di queste colline
Piú profondo
dell’ombra, e d’un tratto suonò
Come uscisse
da queste colline, una voce piú netta
E aspra
insieme, una voce di tempi perduti.
Qualche
volta la vedo, e mi vive dinanzi
Definita,
immutabile, come un ricordo.
Io non ho
mai potuto afferrarla, la sua realtà
Ogni volta
mi sfugge e mi porta lontano.
Se sia
bella, non so. Tra le donne è ben giovane:4mi corprende, a pensarla, un ricordo
remoto
Dell’infanzia
vissuta tra queste colline,
Tanto è giovane. È come il mattino. Mi accenna negli occhi
Tutti I
cieli lontani di quei mattini remoti.
E ha negli
occhi un proposito fermo: la luce piú netta
Che abbia
avuto mai l’alba su queste colline.
L’ho creata
dal fondo di tutte le cose
Che mi sono
piú care, e non riesco a comprenderla.
ENCUENTRO
Estas
colinas duras que han formado mi cuerpo
Y lo sacuden
con tantos recuerdos, me han abierto el prodigio
De aquella
que no sabe que la vivo y no llego a entenderla.
Me la
encontré una noche: una mancha más clara
Bajo las
inciertas estrellas, en la oscuridad del verano.
Percibíase
en torno la fragancia de estas colinas
Más profunda
que la sombra, y de repente sonó,
Como si
saliera de estas colinas, una voz más limpia
Y áspera, a
la vez, una voz de tiempos perdidos.
Alguna vez
la veo, y se pone ante mí
Definida,
inmutable, como un recuerdo.
Nunca he
podido asirla: su realidad
Cada vez se
me escapa y me lleva más lejos.
Si es bella,
no lo sé. Es joven entre las otras:
Me
sorprende, al imaginarla, un lejano recuerdo
De mi
infancia vivida entre estas colinas,
Tan joven
es. Semeja la mañana. Me muestra en los ojos
Todos los
cielos lejanos de aquellas mañanas remotas.
Y tiene en
los ojos un firme propósito: la luz más limpia
Que jamás
tuvo el alba sobre estas colinas.
Lo he creado
del fondo de todas las cosas
Que me son
más queridas, y no llego a entenderla.
“Trabajar
cansa” (1932)
MANIA DI
SOLITUDINE
Mangio un
poco di cena alla chiara finestra.
Nella stanza
è già buio e si vede nel cielo.
A uscir
fuori, le vie tranquille conducono
Dopo un
poco, in aperta campagna.
Mangio e
guardo nel cielo –chi sa quante donne
Stan
mangiando a quest’ora- il mio corpo è ogni donna.
Fuori, dopo
la cena, verranno le stelle a toccare
Sulla larga
pinaura la terra. Le stelle son vive,
Ma non
valgono queste cliege, che mangio da solo.
Vedo il
cielo, ma so che tra i tetti di ruggine
Qualche lume
già brilla e che, sotto, si fanno rumori.
Un gran
sorso e il mio corpo assapora la vita
Delle plante
e dei fiumi, e si sente staccato de tutto.
Basta un
po’di silenzio e ogni cosa si ferma
Nel suo
luogo reale, cosí com’è fermo il mio corpo.
Ogni cosa e
isolata davanti ai miel sensi,
Che
l’accettano senza acomporsi: un brusio di silenzio.
Ogni cosa
nel buio la posso sapere
Come so che
il mio sangue trascorre le vene.
La pianura è
un gran scorrere d’acque tra l’erbe,
Una cena di
tutte le cose. Ogni planta e ogni sasso
Vive
immobile. Ascolto i miei cibi nutrirmi le vene
Di ogni cosa
che vive su questa pianura.
Non importa
la notte. Il quadrato di cielo
Mi susurra
di tutti i fragori, e una stella minuta
Si dibatte
nel vuoto, lontana dai cibi,
Dalle case,
diversa. Non basta a se stessa,
E ha bisogno
di troppe compagne. Que al bulo da solo,
Il mio corpo
è tranquillo e si sente padrone.
MANÍA DE
SOLEDAD
Junto a la
clara ventana tomo algo de cenar.
La estancia
está oscura y puede verse el cielo.
Al salir
afuera, las calles tranquilas conducen,
Después de
algún trecho, a la abierta campiña.
Como y
observo el cielo –quién sabe cuántas mujeres
Están
comiendo a esta hora- mi cuerpo está tranquilo;
El trabajo y
cualquier mujer aturden mi cuerpo.
Fuera,
después de la cena, las estrellas vendrán a tocar
La tierra,
en la amplia llanura. Las estrellas están vivas,
Pero no
valen lo que estas cerezas, que yo como solo.
Veo el cielo,
pero sé que entre los tejados de moho
Alguna luz
ya brilla y que, abajo, comienzan los ruidos.
Un gran
sorbo, y mi cuerpo saborea la vida
De las
plantas y ríos, y se siente apartado de todo.
Basta algo
de silencio y todo se detiene
En su lugar
real, igual que está mi cuerpo.
Todas las
cosas están aisladas frente a mis sentidos
Que las
aceptan sin descomponerse: un rumor de silencio.
En la
oscuridad puedo conocer todas las cosas
Como sé que
la sangre recorre mis venas.
La llanura
es un gran fluir de agua entre las hierbas,
Una cena de
todas las cosas. Todas las plantas y piedras
Viven
inmóviles. Oigo a mis alimentos nutrirme las venas
En todas las
cosas que viven sobre esta llanura.
No importa
la noche. El cuadrado de cielo
Me susurra
todos los ruidos, y una estrella pequeña
Se debate en
el vacío, alejada de los alimentos,
De las
casas, distinta. No se basta a sí misma,
Y precisa
demasiadas compañeras. Aquí en lo oscuro, solo,
Mi cuerpo
está tranquilo y se siente señor.
“Trabajar
cansa”, 1933
DONNE
APPASSIONATE
Le ragazze
al crepuscolo scendono in acqua,
Quando il
mare svanisce, disteso. Nel bosco
Ogni foglia
trasale, mentre emegono caute
Sulla sabbia
si siedono a riva. La schiuma
Fa i suoi
giochi inquieti, lungo l’acqua remota.
Le ragazze
han paura delle alghe sepolte
Sotto le
onde, che afferrano le gambe e le spalle:
Quant’è
nudo, del corpo. Rimontano rapide a riva
E si
chiamano a nome, guardandosi intorno.
Anche le
ombre sul fondo del mare, nel buio,
Sono enorme
e si vedono muovere incerte,
È un rifugio
tranquilo, enl sole calante,
Piú che il greto, ma piace alle scure ragazze
Star sedute
all’aperto, nel lenzuolo raccolto.
Stanno tutte
accosciate, serrando i lenzuolo
Alle gambe,
e contemplano il mare disteso
Come un
prato al crepuscolo. Oserebbe qualcuna
Ora
stendersi nuda in un prato? Dal mare
Balzerebbero
le alghe, che sfiorano i piedi,
A ghermire e
ravvolgere il corpo tramante.
Ci son occhi
nel mare, che traspaiono a volte.
Quell’ignota
straniera, che nuotava di notte
Sola e nuda,
nel buio quando muta la luna,
È scomparsa
una notte e non torna mai piú.
Era grande e
doveva esser blianca abbagliante
Perché gli
occhi, dal fondo del mare, giungessero a lei.
MUJERES
APASIONADAS
En el
crepúsculo las mujeres bajan hasta el agua
Cuando el
mar se desvanece, extendido. En el bosque
Cada hoja se
estremece, mientras emergen cautas
Sobre la
arena y en la orilla se sientan. La espuma
Compone sus
juegos inquietos a lo largo del agua remota.
Las
muchachas temen a las algas enterradas
Bajo las
ondas, que aferran las piernas y espaldas:
Lo desnudo
del cuerpo. Suben raudas a la orilla
Y se llaman
por sus nombres, mirándose en torno.
También las
sombras sobre el fondo del mar, en lo oscuro,
Son enormes
y se ven agitarse imprecisas,
Como
atraídas por los cuerpos que pasan. El bosque
Es refugio
tranquilo, bajo el sol poniente,
Más que el
arenal, pero les gusta a las oscuras muchachas
Estar
sentadas al raso, sobre la sábana recogida.
Están
acurrucadas, apretando la sábana
Contra sus
piernas, y contemplan el mar extendido
Como un
prado al crepúsculo. ¿Se atrevería alguna
Ahora a
tenderse desnuda en el prado? Del mar
Saltarían
las algas que rozan los pies,
Para asir y
envolver el cuerpo tembloroso.
Hay ojos en
el mar que a veces se vislumbran.
La ignorada
extranjera, que nadaba de noche
Sola y
desnuda en lo oscuro, cuando cambia la luna,
Desapareció
una noche y nunca volverá.
Era alta y
debía de ser blanca deslumbrante
Porque los
ojos, desde el fondo del mar, llegaron hasta ella.
“Trabajar cansa” (1935)
TOLERANZA
Piove senza
rumore sul prato del mare.
Per le luride stade non passa nessuno.
E discesa
del treno una femmina sola:
Tra il
cappotto si è vista la chiara sotana
E le gambe
sparire nella porta annerita.
Si direbbe
un paese sommerso. La será
Stilla
fredda su tutte le soglie, e le case
Spandon fumo
azzurrino nell’ombra. Rossastre
Le finestre
s’accendono. S’accede una luce
Tra le
imposte accostate nella casa annerita.
L’indomani
fra freddo e è il sole sul mare.
Una donna in
sotana si strofina la bocca
Alla fonte,
e la schiuma è rosata. Ha Capelli
Biondo-ruvido,
simili alle bucce d’arancia
Sparse in
terra. Protesta alla fonte, sogguarda
Un monello
nerastro che la fissa incantato.
Donne fosche
spalancano imposte alla Piazza
-i mariti
sonnecchiano ancora, nel buio.
Quando torna
la será, riprende la pioggia
Scoppietante
sui molti bracieri. Se spose,
Ventilando i
carboni, dànno occhiate alla casa
Annerita e
alla fonte deserta. La casa
Ha le
imposte accecate, ma dentro c’è un letto
E sui letto
una biona si guadagna la vita.
Tutto quanto
il paese riposa la notte,
Tutto,
tranne la bionda, che si lava al mattino.
TOLERANCIA
Llueve sin
ruido sobre el prado del mar.
Nadie transita
por las sucias calles.
Una mujer
sola descendió del tren:
Bajo el
abrigo se vio la blanca enagua
Y las
piernas desaparecieron el portal oscuro.
Se diría una
aldea sumergida. La noche
Gotea fría
los umbrales, y las casas
Esparcen
humo azul entre la sombra. Rojizas,
Las ventanas
se encienden. También brilla una luz
Tras los
entornados postigos de la casa oscura.
Al día
siguiente hace frío, y está el sol sobre el mar.
La mujer, en
enaguas, se lava la boca
En la
fuente, y la espuma es rosada. Tiene el cabello
Negro y
rubio, semejante a las pieles de naranja
Esparcidas
por el suelo. Protegida por la fuente, espía
A un
chiquillo moreno que la mira embobado.
Negras
mujeres abren de par en par postigos sobre la plaza
-los maridos
dormitan, todavía, en la sombra.
Cuando
vuelve la noche, sigue la lluvia,
Crepitando
en las brasas. Las esposas,
Aventando el
carbón, dirigen sus miradas
Hacia la
casa oscura y a la fuente desierta. La casa
Tiene
cerrados los postigos, pero dentro hay un lecho,
Y en el
lecho una rubia que se gana la vida.
Todos los de
la aldea reposan, por la noche,
Todos, menos
la rubia que se lava en el alba.
“Trabajar cansa” (1935)
LA PUTTANA
CONTADINA
La muraglia
di fronte che accieca il cortile
Ha sovente
un riflesso si sole bambino
Che ricorda
la stalla. E la camera sfatta
E desierta
al mattino quando il corpo si sveglia,
Sal’odore
del primo profumo inesperto.
Fino il
corpo, intrecciato oal lenzuolo, è lo stesso
Del primi
anni, che il cuore balzaba scoprendo.
Ci si
sveglia deserte al richiamo inoltrato
Del mattino
e riemerge nella greve penombra
L’abbandono
di un altro risveglio: la stalla
Dell’infanzia
e la greve stanchezza del sole
Caloroso
sugli usci indolenti. Un profumo
Impregnava
leggero il sudore consueto
Del Capelli,
e le bestie annusavano. Il corpo
Si godeva
furtivo la carezza del sole
Insunante e
pacata come fosse un contatto.
L’abbandono
del letto attiutisce la membra
Stese
giovani e tozze, come ancora bambine.
La bambina
inesperta annusava il sentore
Fugggitivo
dell’uomo: le piaceva GIOCARE.
Qualche
volta giocava distesa con l’uomo
Dentro il
fieno, ma l’uomo non fiutava i capelli:
Le cercava
nel fieno le membra contratte,
Le fiaccava,
schiacciandole como fosse suo padre.
Il profumo
eran fiori pestati sui sassi.
Molte volte
ritorna nel lento risveglio
Quel
disfatto sapore di fiori lontani
E di stalla
e di sole. Non c’è uomo che sappia
La sottile
carezza di quell’acre ricordo.
Non c’è uomo
che veda oltre il corpo disteso
Quell’infanzia
trascorsa nell’ansia inesperta.
LA RAMERA
CAMPESINA
La gran
pared de enfrente que da sombra al patio,
Tiene, a
veces, reflejos de solo niño
Que recuerda
el establo. Y la revuelta habitación
Vacía, por
la mañana, cuando el cuerpo despierta,
Sabe el olor
del primer inexperto perfume.
Has el
cuerpo enlazado a la sábana, es el mismo
De los
primeros años, cuando al descubrirlo brincaba el corazón
Aquí se
despierta sola, al reclamo avanzado
Del día, y
recuerda, en la espesa penumbra,
El abandono
de otro despertar: el establo
De la
infancia, y el pesado cansancio del sol
Calentando
las puertas tranquilas. Un perfume
Impregnaba,
ligero, el sudor habitual
Del cabello,
y las bestias husmeaban. El cuerpo
Gozaba
furtivo la caricia del sol,
Insinuante y
pacata, como si fuera un roce.
El abandono
del lecho entontece los miembros,
Entendidos,
robustos y jóvenes, todavía infantiles.
La niña
inexperta aspiraba el olor
Del tabaco y
del heno, y temblaba al contacto
Fugitivo del
hombre: le gustaba jugar.
Algunas
veces jugaba, tendida con el hombre,
Entre el
heno, pero él no olía los cabellos:
Le buscaba,
entre el heno, los miembros contraídos,
Los vencía,
golpeándolos, cual si fuera su padre.
El perfume
eran flores pisadas en las piedras.
Muchas veces
retorna en el despertar lento
Aquel olor
deshecho de flores lejanas,
Y de
establo, y de sol. Mas no hay hombre que sepa
La caricia
sutil del amargo recuerdo.
No hay
hombre que adivine en el cuerpo extendido
La infancia
transcurrida en el ansia inexperta.
“Trabajar cansa” (1937)
DUE
SIGARETTE
Ogni notte e
la liberazione. Si guarda i riflessi
Dell’asfalto
sui corsi che si aprono lucidi al vento.
Ogni rado
passante ha una faccia e una storia.
Ma a
quest’ora non c’è piú stanchezza: i lampioni a migliaia
Sono tutti
per chi si sofferma a sfregare un cerino.
La falmmella
si spegne sul volto alla donna
Che mi ha
chiesto un cerino. Si spegne nel vento
E la donna
delusa ne chiede un secondo,
Che si
spegne: la donna ora ride sommessa.
Qui possiamo
parlare a voce alta e gridare,
Ché nessuno
ci sente. Leviamo gli sguardi
Alle tante
finestre –occhi spenti che dormono-
E
attendiamo. La donna si stringe le spalle
E si lagna
che ha perso la sciarpa a colori
Che la notte
faceva da stufa. Ma basta appoggiarci
Contro
l’angolo e il vento non è piú che un soffio.
Sull’asfalta
consunto c’è già un mozzicone.
Questa
sciarpa veniva da Rio, ma dice la donna
Che è
contenta d’averla perduta, perché mi ha incontrato.
Se la
sciarpa veniva da Rio, è passata di notte
Sull’oceano
inondato di luce del gran transatlántico,
Certo, notti
di vento. È il regalo di un suo marinaio,
Non c’è piú il marinaio. La donna bisbiglia
Che, se
salgo con lei, me ne mostra il ritratto
Ricciolino e
abbonzato. Viaggiava su sporchi vapori
E puliva le
macchine: io sono piú bello.
Sull’asfalto
c’è due mozziconi. Guardiamo nel cielo:
La finestra
là in alto –mi addita la donna- è la nostra.
Ma lassú non c’è stufa. La note, I vapori sperdutti
Hanno pochi
fanali o soltanto le stele.
Traversiamo
l’asfralto a braccetto, gioando a scaldarci.
DOS
CIGARRILLOS
Cada Noche
es una liberación. Se ven los reflejos
Del asfalto
sobre los paseos que se abren lúcidos al viento.
Cada tipo
que pasa tiene un rostro y una historia.
Pero en esta
hora no existe el cansancio: los faroles, a miles,
Están a
disposición del que se detiene para encender un fósforo.
La llamita
se apaga sobre el rostro de la mujer
que me ha
pedido lumbre. Se apaga por el viento
y la mujer,
desilusionada, me pide otra vez fuego
y se vuelve
a apagar: la mujer ríe ahora, sumisa.
Aquí podemos
hablar en voz alta y gritar,
porque nadie
nos oye. Levantamos la vista
A las muchas
ventanas –ojos que duermen apagados-
Y esperamos.
La mujer encoge los hombros
Y se lamenta
por haber perdido el chal de colores
Que le
servía de estufa en la noche. Pero basta apoyarse
Contra la
esquina y el viento es sólo un soplo.
Sobre el
cansado asfalto ya hay una colilla.
Este chal lo
trajeron de Río, pero dice la mujer
Que se
alegra de haberlo perdido, pues me ha encontrado a mí.
Si el chal
llegó de Río, atravesó la noche
Sobre el
océano iluminado por la luz del gran trasatlántico.
Noches de
viento, claro. Era el regalo de un marinero.
Ya no está
el marinero. La mujer me susurra
Que si subo
con ella, me enseñará el retrato,
Rizado y
bronceado. Navegaba sobre sucios barcos
Y limpiaba
las máquinas: pero yo soy más guapo.
Sobre el
asfalto ya hay ahora dos colillas. Miramos hacia arriba:
La ventana
de allí, en lo alto –me dice la mujer-es la nuestra.
Pero arriba
no hay estufa. Por la noche, los barcos perdidos
Tienen muy
pocas luces o sólo las estrellas.
Cogidos del
brazo cruzamos la calle, jugando a calentarnos.
“Trabajar cansa” (1933)
PIACERI NOTTURNI
Anche no i
ci fermiamo a sentiré la notte
Nell’istante
che il vento è piú nudo; le vie
Sono fredde
di vento, ogni odore è caduto;
Le raici si
levano verso le luci oscillanti.
Abbiam tutti
una casa che attende nel buio
Che
torniamo: una donna ci attende nel buio
Stesa al
sonno: la camera è calda di odori.
No sa nulla
del vento la donna che dorme
E respira:
il tepore del corpo di lei
È lo stesso
del sangue che mormora in noi.
Questo vento
ci lava, che giunge dal fondo
Delle vie
spalancate nel buio; le luci
Oscilante e
le nostre narici contratte
Si dibattono
nude. Ogni odore è un ricordo.
Da lontano
nel buio sbucó questo vento
Che s’abbatte in città: giú per prati e colline,
Dove pure
c’è un’erba che il sol ha scaldato
E una terra
annerita di umori. Il ricordo
Nostro è un
aspro sentore, la poca dolcezza
Della terra
sventrata che esala all’inverno
Il respiro
del fondo. Si è spento ogni odore
Lunto il
buio, e in città non ci giunge che il vento.
Torneremo
stanotte alla donna che dorme,
Cn le dita
gelate a cercare il suo corpo,
E un calore
ci scuoterà il sangue, un calore di terra
Annerita di
umori: un respiro di vita.
Anche lei si
è scaldata nel sole e ora scopre
Nella sua
nudità la sua vita piú dolce,
Che nel
giorno scompare,e ha sapore di terra.
PLACERES
NOCTURNOS
También nos
detenemos para sentir la noche
En el
instante en que el viento está más desnudo: las calles
Están frías
de viento, todo olor se ha acabado;
Las narices
se alzan hacia las luces que oscilan.
Tenemos
todos una casa que espera en la oscuridad
Nuestro
regreso: una mujer nos espera en la sombra,
Echada en el
sueño: la habitación está caliente de olores.
Nada sabe
del viento la mujer que duerme
Y respira;
la tibieza de su cuerpo
Es la misma
de la sangre que murmura en nosotros.
Este viento
nos limpia, pues llega del fondo
De las
calles abiertas en la sombra; las luces
Oscilantes y
nuestras narices contraídas
Se resuelven
desnudas. Cada olor, un recuerdo.
De lejos, de
lo oscuro, salió este viento
Que cae
sobre la ciudad: allí, por campos y colinas,
Donde
también hay hierba que el sol ha requemado
Y una tierra
ennegrecida por los humores. El recuerdo
Nuestro es
un áspero olor, la escasa dulzura
De la tierra
revuelta que exhala en invierno
El aliento
del fondo. Terminó todo olor
En la sombra,
y a la ciudad sólo nos llega el viento.
Esta noche
volveremos junto a la mujer que duerme,
A buscar su
cuerpo con los dedos helados,
Y un calor
nos encenderá la sangre, un calor de tierra
Negra de
humus; un aliento de vida.
También ella
se calentó al sol, y ahora descubre
En su
desnudez una vida más dulce,
Que de día
se desvanece, y tiene sabor de tierra.
“Trabajar cansa”, 1933
LA VOCE
Ogni giorno
il silenzio della camera sola
Si richiude
sul lieve sciacquio d’ogni gesto
Come l’aria.
Ogni giorno la breve finestra
S’apre
immobile all’aria che tace. La voce
Rauca a
dolce non torna nel fresco silenzio.
S’apre come
il respiro di chi sia per parlare
L’aria
immobile, e tace. Ogni giorno è la stessa.
E la voce è
la stessa, che non rompe il silenzio,
Rauca e
uguale per sempre nell’immobilità
Del ricordo.
La chiara finestra accompagna
Col suo
palpito breve la calma d’allora.
Ogni gesto
percuote la calma d’allora.
Se suonasse
la voce, tornerebbe il dolore.
Tornerebbero
i gesti nell’aria stupita
E parole
parole alla voce sommessa.
Se suonasse
la voce anche il palpito breve
Del silenzio
che dura, si farebbe dolore.
Tornerebbero
i gesti del vano dolore,
Percuotendo
le cose nel rombo del tempo.
Ma la voce
non torna, e il susurro remoto
Non increspa
il ricordo. L’immobile luce
Da il suo
palpito fresco. Per sempre il silenzio
Tace rauco e
sommesso nel ricordo d’allora.
LA VOZ
Cada día el
silencio del cuarto solitario
Se cierra
sobre el leve rumor de cada gesto,
Como el
aire. Cada día la breve ventana
Se abre,
inmóvil, al aire que calla. La voz,
Ronca y
dulce, no vuelve en el fresco silencio.
Se abre como
el respiro de quien va a hablar
Y calla, el
aire inmóvil. Cada día es el mismo.
Y la voz es
la misma, que no rompe el silencio,
Ronca e
igual por siempre en la inmovilidad
Del
recuerdo. La clara ventana acompaña,
Con su
vibración breve, la calma de entonces.
Cada gesto
golpea la calma de entonces.
Si sonara la
voz, volvería el dolor.
Volverían
los gestos en el aire asombrado,
Y palabras,
palabras a la voz sometida.
Si sonara la
voz, hasta el temblor breve
Del silencio
que dura, se haría dolor.
Volverían
los gestos del inútil dolor,
Golpeando
las cosas a lo largo del tiempo.
Pero la voz
no vuelve, y el murmullo remoto
No levanta
el recuerdo. La luz inmóvil
De su hálito
fresco. Para siempre el silencio
Calla, ronco
y sumiso, en el recuerdo de entonces.
“Trabajar
cansa” (1938)
UNA
GENERAZIONE
Un ragazzo
veniva a giocare nei prati
Dove adesso s’allungano i corsi. Trovava nei prati
Ragazzotti
anche scalzi e salvata di gioia.
Era bello
scalzarsi nell’erba con loro.
Una será di
luci lontane echeggiavano spari,
In città, e
sopra il vento giungeva pauroso
Un clamore
interrotto. Tacevano tutti.
Le colline
sgranavano punti di luce
Sulle coste, avvivati dal vento. La notte
Che oscurava
finiva per espegnere tutto
En el sonno
duravano solo freschezze di vento.
(Domattina i ragazzi ritornano in giro
E nessuno
ricorda il clamore. In prigione
C’è operai
silenziosi e qualcuno è glía morelle strade han coperto le macchie di sangue.
La città di
lontano si sveglia nel sole
E la gente
esce fuori. Si guardano in faccia.)
I
ragazzi pensavano al buio del prati
E guardavano
in faccia le donne. Perfino le donne
Non dicevano
nulla e lasciavano fare.
I ragazzi
pensavano al buio dei prati
Dove qualche
bambina veniva. Era bello far piangere
Nel bambine
nel buio. Eravano i ragazzi.
La cita ci
piaceva di giorno; la será, tacere
E guardare
le luci in distanza e escoltare i clamori.
Vanno ancora ragazzi a giocare nei prati
Dove giungono i corsi. E la note è la stessa.
P passarci
si sente l’odore dell’erba.
In prigione
ci sono gli stessi. E ci sono le donne
Come allora,
che fanno bambini e non dicono nulla.
UNA
GENERACIÓN
Un muchacho
acudía a jugar a los prados
Donde ahora
las calles se alargan. Encontraba en los prados
A otros
chicos descalzos, y saltaba de gozo.
Era hermoso
ir descalzo por la hierba con ellos.
Una tarde,
de luces lejanas, resonaron disparos
En la
ciudad, y arriba, el viento pavoroso
Juntó un
clamor truncado. Y se callaron todos.
Las colinas
desgranaban puntos de luz,
Sobre los
márgenes, avivados por el viento. La noche,
Que
avanzaba, terminó oscureciéndolo todo,
Y en el
sueño quedó sólo un frescor de viento.
(Al día
siguiente, los chicos acuden de nuevo,
Y ya nadie
recuerda el griterío. En la cárcel
Hay obreros
callados, y alguno está ya muerto.
En la calle
han borrado los regueros de sangre.
La ciudad, a
lo lejos, se despereza al sol,
La gente
sale a afuera. Se miran a la cara.)
Los muchachos
pensaban en la sombra de los prados,
Y miraban la
cara a las mujeres. Pero incluso ellas
No decían
nada, y dejaban hacer.
Los
muchachos pensaban en la sombra de los prados,
Donde alguna
muchacha acudía. Era hermoso hacer llorar
A las niñas
en lo oscuro. Éramos los muchachos.
La ciudad
nos gustaba de día: por la noche callar,
Mirar las
luces, lejos, y escuchar los clamores.
Van todavía
muchachos a jugar a los prados
Donde llegan
las calles. Y la noche es la misma.
Al pasear se
siente el olor de la hierba.
En la cárcel
están los de siempre. Y están las mujeres,
Como
entonces, que engendran niños y no dicen nada.
“Trabajar cansa”, 1934
PAROLE DEL
POLÍTICO
Si passava
sul presto al mercato dei pesci
A lavarci lo
sguardo: ce n’era d’argento,
Di vermigli,
di verdi, colore del mare.
Al confronto
col mare, tutto scaglie d’argento,
La vincevano
i pesci. Si pensaba al ritorno.
Belle fino
le done dall’anfora in capo,
Ulivigna,
foggiata sulla forma dei fianchi
Mollemente:
ciascuno pensaba alle donne,
Come
parlano, ridono, camminano in strada.
Ridevamo,
ciascuno. Pioveva sul mare.
Per la vigne
nascoste negli anfratti di terra
L’acqua
macera foglie e racimoli. Il cielo
Si colora di
nuvole scarse, arrossate
Di piacere e
di sole. Sulla terra sapori
E colori nel
cielo. Nessuno con noi.
Si pensaba
al ritorno, come dopo una notte
Tutta quanta
di veglia, si pensa al mattino.
Si godeva il
colore dei pesci e l’umore
Delle
frutta, vivaci nel tanfo del mare.
Ubriachi
eravamo, nel ritorno inminente.
PALABRAS DEL
POLÍTICO
En seguida
pasábamos a la lonja del pescado
A limpiarnos la vista: los había plateados,
Encarnados y
verdes, los colores del mar.
Comparados
al mar, todo escamas de plata,
Triunfaban
los peces. Se pensaba en la vuelta.
Bellas
también las chicas, en la cabeza jarras
Aceitunadas,
hechas con forma de caderas
Tiernamente:
cada uno pensaba en las chicas,
Cómo hablan,
cómo ríen, cómo van por la calle.
Reíamos
todos. Llovía sobre el mar.
Por las
viñas ocultas en las breñas de tierra
Macera el
agua hojas y racimos. El cielo
Se colora de
nubes escasas, enrojecidas
De placer y
de sol. Sabores en la tierra,
Y en el
cielo colores. Y nadie con nosotros.
Se pensaba
en la vuelta, como tras de una noche
Pasada toda
en vela se piensa en la mañana.
Se gustaba
el color de los peces y el humor
De mariscos,
vivaces por el vaho del mar.
Embriagados
estábamos, esperando el retorno inminente.
“Trabajar cansa”,(1935)
IL PARADISO
SUI TETTI
Sarà un
giorno tranquillo, di luce fredda
Come il sole
che masce o che muore, e il vetro
Chiadera
l’aria sudicia fuori del cielo.
Ci si
sveglia un mattino, una volta per sempre,
Nel tepor
edell’ultimo sonno: l’ombra
Sarà
come il tepore. Empirà la stanza
Per la
grande finestra un cielo piú voci,né visi morti.
No sarà
necesario lasciare il letto
Solo l’alba
entrerà nella stanza vuota.
Basterà la
finestra a vestiré ogni cosa
Di un
chiarore tranquillo, quasi una luce.
Poserá
un’ombra scarna sul volto supino.
I rocordi
saranno dei grumi d’ombra
Appiattati
cosí ome vecchia brace
Nel camino.
Il ricordo sarà la vampa
Che ancor
ieri mordeva negli occhi spenti.
EL PARAISO
SOBRE LOS TEJADOS
Será un día
tranquilo, con una luz fría
Como el sol
que levanta o que muere, y el cristal
Cerrará el
aire sucio del cielo exterior.
Nos
despertarán un día, de una vez para siempre,
En la
tibieza del último sueño: la sombra
Será tal la
tibieza. Llenará la habitación,
Por el gran
ventanal, un cielo aún más grande.
Desde la
escalera que se subió un día para siempre
No llegarán
más voces ni más rostros muertos.
No será
necesario abandonar el lecho.
Sólo el alba
entrará en la estancia vacía.
Bastará la
ventana para vestirlo todo
De un
tranquilo claror, casi como una luz.
Pondrá una
sombra pálida sobre el rostro supino.
Los recuerdos
serán como grumos de sombra
Aplastados
igual que vieja brasa
En el
camino. El recuerdo será como una llama
Que aún
hasta ayer mordía los apagados ojos.
“Trabajar cansa”, 1940
LA CASA
L’uomo solo
escolta la voce calma
Con lo
sguardo socchiuso,quasi un respiro
Gil alitasse
sul volto, un respiro amico
Che risale,
incredibile, dal tempo andato.
L’uomo solo
escolta la voce antica
Che i soui padri, nei tempi, hanno udito, chiara
E raccolta,
una voce che come il verde
Degli stagni
e dei colli incupisce a será.
L’uomo solo
conosce una voce d’ombra,
Carezzante,
he sgorga nei toni calmi
Di una polla
segreta: la beve intento,
Ochi chiusi,
e non pare che l’abbia acanto.
È la voce
che un giorno ha fermato il padre
Di suo
padre, e ciascuno del sangue morto.
Una voce di
donna che suona segreta
Sulla soglia
di casa, al cadere del buio.
LA CASA
El solitario
escucha la voz calma
Con ojos
entreabiertos, igual que si un respiro
lo alentase
en el rostro, un respiro amigable
que resurge,
increíble, desde el tiempo perdido.
El solitario
escucha la voz antigua
Que sus
padres hace tiempo oyeron, clara
Y allegada,
una voz que como el verde
De estanques
y colinas, se oscurece en la tarde.
El solitario
conoce una voz de sombra,
Acariciante,
que brota en los tonos tranquilos
De un
manantial secreto: él bebe absorto,
A ojos
cerrados, y no parece que esté junto a ella.
Es la voz
que un día detuvo al padre
De su padre,
y a todos los de su sangre muerta.
Una voz de
mujer que suena secreta
Bajo el umbral
de la casa, cuando la sombra cae.
“Trabajar cansa”, (1940)
TERRA ROSSA, TERRA NERA
Terra rossa, terra nera,
Tu vieni dal mare,
Dal verde riarso,
Dove sono parole
Antiche e fática sanguigna
E gerani tra i sassi-
Non sai quanto porti
Di mare parole e fática,
Tu rica come un ricordo,
Come la brulla campagna,
Tu dura e dolcissima
Parola, antica per sangue
Raccolto negli occhi;
Giovane, come un frutto
Che è ricordo e stagione-
Il tuo fiato riposa
Sotto il cielo d’agossto,
Le olive del tuo sguardo
Addolciscono il mare,
E tu vivi rivivi
Sensa stupire, certa
Come la terra, buia
Come la terra, frantoio
Di stagioni e di sogni
Che alla luna si scopre
Antichissimo, come
Le mani de tua madre,
La conca del braciere.
TIERRA ROJA,
TIERRA NEGRA
Tierra roja,
tierra negra,
Tú llegas
desde el mar,
Del ya
ardido verde,
En el que
existen voces
Viejas,
fatiga rojiza
Y entre
piedras geranios-
No sabes
cuánto traes
Del mar,
voces, fatiga,
Tú rica tal
recuerdo,
Como el
desnudo campo,
Tú, dura y
dulcísima
Voz, antigua
por sangre
Recogida en los ojos;
Joven igual
que un fruto
Que es
recuerdo, estación-
Tu hálito
reposa
Bajo el
cielo de agosto,
Olivas de
tus ojos
Convierten
dulce el mar,
Y tú vives
revives
Sin
sorprender, segura
Como la
tierra, oscura
Como tierra,
molino
De
estaciones y sueños
Que a la
luna se muestra
Antiquísimo
como
Las manos e
tu madre,
El hueco del
brasero.
“Vendra la muerte y tendrá tus ojos”, (1945)
TU SEI COME UNA TERRA
Tu sei come una terra
Che nessuno ha mai detto.
Tu non attendi nulla
Se non la parola
Che sgorgherà dal fondo
Come un frutto tra i rami.
C’è un vento che ti giunge
Cose secche e rimorte
T’ingombrano e vanno nel vento.
Membra e parole antiche.
Tu tremi nell’estate.
TÚ ERES COMO
UNA TIERRA
Tú eres como
una tierra
Que jamás
nombró nadie.
Tú ya no
esperas nada,
Sino aquella
palabra
Que brotará
del fondo
Como un
fruto entre ramas.
Ahora te
llega un viento.
Cosas secas
y muertas
Te estorban
y van en el viento.
Miembros,
viejas palabras.
Tú tiemblas
en verano.
“Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”,(1945)
ANCHE TU SEI COLLINA
Anche tu sei collina
E sentiero di sassi
E gioco nei canneti,
E conosci la vigna
Che di notte tace.
Tu non dici parole.
C’è una terra che tace
E non è
terra tua.
C’è un
silenzio che dura
Sulle piante
e sui colli.
Ci son acque
e champagne.
Sei un
chiuso silenzio
Che non
cede, sei labbra
E occhi bui.
Sei la vigna.
È una terra
che attende
E non dice
parola.
Sono passati
giorni
Sotto cielli
ardenti.
Tu hai
giocato alle nubi.
È una terra
cattiva-
La tua
fronte lo sa.
Anche questo
è la vigna.
Rittroverai
le nubi
E il
canneto, e le voci
Come
un’ombra di luna.
Ritttroverai
parole
Oltre la
vita breve
E notturna
dei giochi
Oltre
l’infanzia accesa.
Sarà dolce
tacere.
Sei la terra
e la vigna.
Un acceso
silenzio
Brucerà la
campagna
Come i falo
la será.
TAMBIÉN ERES
COLINA
También eres
colina
Y sendero de
piedras
Y juego
entre las cañas,
Y conoces la
viña
Que por la
noche calla.
Tú no dices
palabras.
Hay una
tierra muda
Pero ésa no
es tu tierra.
Hay un largo
silencio
En plantas y
colinas.
Hay aguas y
praderas.
Eres un
silencio cerrado
Que no cede,
eres labios
Y oscuros
ojos. Eres la viña.
Es una
tierra ansiosa
Que no dice
palabra.
Han pasado
los días
Bajo cielos
ardientes.
Jugaste con
las nubes.
Es una
tierra mala-
Y tu frente
lo sabe.
También esto
es la viña.
Reencontrarás
las nubes,
Las cañas y
las voces
Como sombra
de luna.
Reencontrarás
palabras
Tras de la
vida breve
y nocturna
de los juegos
Tras de la
ardiente infancia.
Será dulce
callar.
Eres la
tierra y la viña:
Un ardiente
silencio
Abrasará los
cmapos
Tal fogatas
nocturnas.
“Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”, (1945)
HAI VISO DI PIETRA SCOLPITA
Hai viso di pietra scolpita,
Sangue di terra dura,
Sel venuta dal mare.
Tutto accogli e scruti
E respingi da te
Come il mare.
Nel cuore
Hay silenzio,
hai parole
Inghiottite. Sei buia.
Per te l’alba è silenzio.
E sei come le voci
Della terra –l’urto
Della secchia nel pozo,
La canzone del fuoco,
Il tonfo di una mela;
Le parole rassegnate
E cupa sulle soglie,
Il grido del bimbo- le cose
Che non
passano mail
Tu non muti. Sei buia.
Sei la cantina chiusa,
Al battuto di terra
Dov’è entrato una volta
Ch’era scalzo il bambino,
E ci ripensa sempre.
Sei la camera buia
Cui si ripensa sempre,
Come al cortile antico
Dove s’apriva l’alba.
TIENES
ROSTRO DE PIEDRA ESCUPILDA
Tienes
rostro de piedra esculpida
Sangre de
tierra dura,
Has venido
del mar.
Todo acoges
e indagas
Y rechazas
de ti,
Como el mar.
En el corazón
Tienes
silencio. Tienes palabras
Sumergidas.
Eres sombría.
Para ti el
alba es silencio.
Y eres como
las voces
De la tierra
–el golpe
Del cubo
contra el pozo,
La canción
de la hoguera,
La caída de
un fruto,
Las palabras
resignadas
Y oscuras
bajo los pórticos,
El grito del
niño- las cosas
Que no se
pierden nunca.
Tú no
cambias. Eres oscura.
Eres la
bodega cerrada
Por un
montón de tierra,
En donde
entró una vez
Un muchacho
descalzo,
Y la
recuerda siempre.
Eres el
cuarto oscuro
Que se
recuerda siempre,
Como el
antiguo patio
Donde se abría
el alba.
“Vendrá la muerte y tendrá tus
ojos”, (1945)
TU NON SAI LE COLLINE
Tu non sai le colline
Ove si è sparso il sangue.
Tutti quanti fuggimmo
Tutti quanti gettammo
L’arma e il nome. Una donna
Ci guardava fuggire.
Uno solo di noi
Si fermò a pugno chiuso,
Vide il cielo vuoto,
Chinò il capo e morí
Sotto il muro, tacendo.
Ora è un cencio di sangue
E il suo nome. Una donna
Ci aspetta alle colline.
NO CONOCES
LOS MONTES
No conoces
los montes
Donde corrió
la sangre.
Todos huimos
Todos
dejamos allí
El arma y el
nombre. Una mujer
Nos miraba
escapar.
Solo uno de
los nuestros
Se paró,
cerró el puño,
Miró al
cielo vacío,
Inclino la
cabeza y murió
Bajo el
muro, en silencio.
Ahora es
sólo una mancha de sangre
Y su nombre.
Una mujer
Nos espera
en los montes.
“Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”, (1945)
DI SALMASTRO E DI TERRA
Di salmastro e di terra
È il tuo sguardo. Un giorno
Hai stillato di mare.
Ci sono state piante
Ai tuo fianco, calde,
Sanno ancora di te.
L’agave e l’oleandro.
Tutto chiudi negli occhi.
Di salmastro e di terra
Hai le vene, il fiato.
Bava di vento caldo,
Ombre di solleone-
Tutto chiudi in te.
Sei la voce roca
Della campagna, il grido
Della quaglia nascosta,
Il tepore del sasso.
La campagna è fática,
La campagna è dolore.
Con la notte il gesto
Del contadino tace.
Sei la grande fática
E la notte che sazia.
Come la roccia e l’erba,
Come terra, sei chiusa;
Ti sabtti come el mare.
La parola non c’è
Che ti può possedere
O fermare. Cogli
Come la terra gli urti,
E ne fai vita, fiato
Che carezza, silenzio.
Sei riarsa
come il mare,
Come un frutto di scoglio,
E non dici parole
E nessuno ti parla.
DE SALOBRE Y
DE TIERRA
De salobre y
de tierra
Es tu
mirada. Un día
Has
destilado mar.
Han existido
plantas
En tu
costado, tibias,
Que saben
aún a ti.
La pitahaya
y la adelfa.
Todo
encierran tus ojos.
De salobre y
de tierra
Son tus
venas, tu aliento.
Hebra de
viento tibio,
Sombras de
la canícula-
Todo
encierras en ti.
Eres la
ronca voz
De la campiña,
el grito
De codorniz
oculta,
Lo tibio de
la piedra.
La campiña
es fatiga,
La campiña
es dolor.
Con la
noche, el gesto
Del
campesino calla.
Eres la gran
fatiga
Y la noche
que sacia.
Tal la roca
y la hierba,
Tal tierra
estás cerrada;
Te agitas
como el mar.
No existe la
palabra
Que pueda
poseerte
O detenerte.
Tomas,
Tal la
tierra, los golpes
Los haces
vida, aliento
Que
acaricia, silencio.
Como el mar,
requemada,
Como un
fruto de escollo,
Y no dices
palabras
Y ninguno te
habla.
“Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”, (1945)
SEMPRE VENI DAL MARE
Sempre vieni dal mare
E ne hai la voce roca,
Sempre hai occhi segreti
D’acqua viva tra i rovi,
E fronte basso di nubi.
Ogni volta rivivi
Come una cosa antica
E selvaggia, che il cuore
Già sapeva e si serra.
Ogni volta è uno strappo,
Ogni volta è la norte
Noi sempre combattemmo.
Chi si risolve all’urto.
Ha gustato la norte
E la porta nel sangue.
Come buoni
nemici
Che non
s’odiano piú
Noi abbiamo una stessa
Voce, una stessa pena
E viviamo affrontati
Sotto povero cielo.
Trai noi non
insidie,
Non inutili
cose-
Combatteremo sempre.
Combatteremo ancora,
Combatteremo sempre,
Perché cerchiamo il sonno
Della norte affiancati,
E abbiamo voce roca
Fronte bassa e selvaggia
E un idéntico cielo.
Fummo fatti per questo.
Se tu odio cede all’urto,
Segue una notte lunga
Che non è pace o tregua
E non è norte vera.
Tu non sei piú. Le braccia
Si dibattono invano.
Fin che ci trema il cuore.
Hanno detto un tuo nome.
Ricomincia la norte.
Cosa ignota e selvaggia
Sei rinata dal mare.
SIEMPRE
VIENES DEL MAR
Siempre
vienes del mar
Y tienes la
voz ronca,
Y siempre
ojos secretos
De agua viva
entre zarzas,
Y frente
baja, como
Cielo bajo
de nubes.
Cada vez tú
revives
Como una
cosa antigua
Y erial, que
el corazón
Ya sabía y
se cierra.
Cada vez un
desgarro,
Cada vez es
la muerte.
Y siempre
combatimos.
Quien se
decide al choque
Ha gustado
la muerte
Y la lleva
en la sangre.
Como
enemigos buenos
Que ya no se
odian más,
Tenemos una
misma
Voz, una
misma pena,
Vivimos
enfrentados
Nos cubre un
pobre cielo.
En nosotros,
no insidias,
Y no
inútiles cosas-
Combatiremos
siempre.
Aún
combatiremos,
Combatiremos
siempre,
Pues
buscamos el sueño
Flanqueados
por la muerte,
Y tenemos
voz ronca,
Frente baja
y salvaje
Y un
idéntico cielo.
Fuimos hechos
para esto.
Si tu odio
cede al golpe,
Sigue una
noche larga
Que no es
paz o tregua,
Si verdadera
muerte.
Tú ya no
estás. Los brazos
Se debaten
en vano.
Mientras nos
tiemble el pulso.
Han dicho un
nombre tuyo.
Recomienza
la muerte.
Cosa ignota
y salvaje
Renaciste
del mar.
“Vendrá
la muerte y tendrá tus ojos”, (1945)
E ALORA NOI VILI
E allora noi vili
Che amavamo la será
Bisbigliante, le case,
I sentieri sul fiume,
Le luci rosse e sporche
Di quei luoghi, il dolore
Addolcito e taciuto-
Noi strappammo le mani
Dalla viva catena
E tacemmo, ma il cuore
Ci sussultò si sangue,
E non fu piú abbandonarsi
Al sentiero sul fiume-
Non piú servi, sapemmo
Di essere soli e vivi.
Y ENTONCES
NOSOTROS LOS VILES
Y entonces
nosotros, los viles
Que amábamos
la noche
Que murmura,
las casas,
Los caminos
del río,
Las sucias
luces rojas
De aquellos
lugares, el dolor
Manso y
callado-
Arrancamos
las manos
De la viva
cadena,
Y callamos,
mas el corazón
Nos
estremeció la sangre,
Y ya no hubo
dulzura,
No hubo un
abandonarse
Junto al
sendero del río-
Ni más
siervos, supimos
Estar solos
y vivos.
“Vendrá la muerte y tendrá tus
ojos”, (1945)
SEI LA TERRA E LA MORTE
Sei la terra e la norte.
La tua stagione è il buio
E il silenzio. Non vive
Cosa che piú di te
Sia remota dall’alba.
Quando sembri destarti
Sei soltanto dolore,
L’hai negli occhi en el sangue
Ma tu non sentí. Vivi
Come vive una pietra,
Come la terra dura.
E ti vestono sogni
Movimenti singulti
Che tu ignori. Il dolores
Come l’acqua di un lago
Trepida e ti circonda.
Sono cerchi sull’acqua.
Tu li lasci svanire.
Sei la terra e la morte.
ERES LA
TIERRA Y LA MUERTE
Eres la
tierra y la muerte.
Tu estación
es la oscuridad
Y el
silencio. No existe
Cosa que,
más que tú,
Esté tan
lejos del alba.
Cuando
pareces despertar
Eres dolor
tan sólo,
Lo tienes en
los ojos y en la sangre
Pero no lo
sientes. Vives
Como vive
una piedra,
Como la
tierra dura.
Y te
recubren sueños,
Movimientos,
sollozos
Que ignoras.
El dolor,
Como el agua
de un lago,
Tiembla y te
rodea.
Hay círculos
en el agua.
Tú dejas que
se desvanezcan.
Eres la
tierra y la muerte.
“Vendrá la muerte y tendrá tus
ojos”, (1945)
IN THE
MORNING YOU ALWAYS COME BACK
Lo spiraglio dell’alba
Respire con la tua bocca
In fondo alle vie vuote.
Luce grigia i tuoi occhi,
Dolci gocce dell’alba
Sulle colline scure.
Il tuo passo e il tuo fiato
Come il vento dell’alba
Sommergono le case.
La città abbrividisce,
Odorano le pietre-
Sei la vita, el risveglio.
Stella sperduta
Nella luce dell’alba,
Cigolio della brezza,
Tepore, respiro-
È finita la notte.
Sei la luce e il mattino.
IN THE MORNING YOU ALWAYS COME BACK
La tronera
del alba
Respire por
tu boca
En las
calles vacías.
Tus ojos son
luz gris,
Dulces gotas
del alba
En las
negras colinas.
Tu hálito y
tu paso
Como el viento
del alba
A las casas
sumergen.
La ciudad se
estremece
Tienen olor
las piedras-
Vida y
despertar eres.
Extraviado
lucero
En la luz de
la aurora,
Sonido de la
brisa
Respiración,
tibieza-
La noche ha
terminado.
Eres luz y
mañana.
“Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”
HAI UN
SANGUE, UN RESPIRO
Hai un
sangue, un respiro.
Sei fatta di
carne
Di Capelli
dis guardi
Anche tu.
Terra e piante,
Cielo di
marzo, luce,
Vibrano e ti
somigliano-
Il tuo riso
e il tuo passo
Come acque
che sussultano-
La tua ruga
fra gli occhi
Come nubi
raccolte-
Il tuo
tenero corpo
Una zolla
nel sole.
Hai un
sangue, un respiro.
Vivi su
questa terra.
Ne conosci i
sapori
Le stagioni i risvegli,
Hai giocato nel sole,
Hai parlato
con noi.
Acqua
Chiara, virgulto
Primaverile,
terra,
Germogliante
silenzio,
Tu hai
giocato bambina
Sotto un
cielo diverso,
Ne hai negli
occhi il silenzio,
Una nube,
she sgorga
Come polla
dal fondo.
Ora irdi e
sussulti
Sopra questo
silenzio.
Dolce frutto
che vivi
Sotto il
cielo chiaro,
Che respiri
e vivi
Questa
nostra stagione,
Nel tuo
chiuso silenzio
È la tua
forza. Come
Erba viva
nell’aria
Rabbrividisci
e ridi,
Ma tu, tu
sei terra.
Sei radice
feroce.
Sei la terra
che aspetta.
TIENES
ALIENTO, SANGRE
Tienes
aliento, sangre.
Estás hecha
de carne
De cabellos,
miradas
También tú.
Tierra y plantas,
Cielo de
marzo, luz,
Vibran, se
te parecen-
Tu sonrisa y
tu paso
Como aguas
que turban-
Tu surco
entre unos ojos
Como nubes
absortas-
Tu cariñoso
cuerpo
Un terrón
bajo el sol.
Tienes
aliento, sangre.
Vives sobre
esta tierra.
Y conoces
sabores,
Estaciones,
desvelos,
Jugaste bajo
el sol
Hablabas con
nosotros.
Agua clara,
retoño
De
primavera, tierra,
Silencio
germinante,
Tú has
jugado de niña
Bajo un
cielo distinto,
Hay silencio
en tus ojos,
Y una nube,
que brota
Como fuente
del fondo.
Ahora ríes,
te turbas
Sobre este
silencio.
Dulce fruto
que vives
Bajo este
cielo claro,
Que respiras
y vives
En esta
estación nuestra,
En tu ocluso
silencio
Está tu
fuerza. Como
Hierba viva
en el aire
Te
estremeces y ríes,
Pero tú, tú
eres tierra.
Eres raíz
bravía.
Eres tierra
que espera.
“Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”, (1950)
YOU, WIND OF MARCH
Sei la vita e la morte.
Sei venuta di marzo
Sulla terra nuda-
Il tuo brivido dura
Sangue di primavera
-anemone o nube-
Il tuo passo leggero
Ha violato la terra.
Ricomincia il dolore.
Il tuo passo leggero
Ha riaperto il olore.
Era fredda la terra
Sotto povero cielo,
Era immobile e chiusa
In un torpido sogno,
Come chi piú
non soffre.
Anche il gelo era dolce
Dentro il cuore profondo.
Tra la vita e la morte
La esperanza taceva.
Ora ha una voce e un sangue
Ogni cosa che vive.
Ora la terra e il cielo
Sono un brivido forte,
La speranza li torce,
Li sconvolge
il mattino,
Li sommerge
il tuo passo,
Il tuo fiato d’aurora.
Sangue di primavera,
Tutta la terra trema
Di un antico tremore.
Hai riaperto il dolore.
Sei la vita e la morte.
Sopra la terra nuda
Sei passata leggera
Come rondine o nube,
E il torrente del cuore
Si è ridestato e irrompe
E si specchia nel cielo
E rispecchia le cose-
E le cose, nel cielo en el cuore
Soffrono e si contorcono
Nell’attesa di te.
E il mattino, è l’aurora,
Sangue di primavera,
Tu hai violato la terra.
La speranza si torce,
E ti attende, ti chiama.
Sei la vita e la morte.
Il tuo passo
è leggero.
YOU, WIND OF
MARCH
La vida
eres, la muerte.
Has llegado
de marzo
A la tierra
desnuda-
Tu temblor
permanece.
Sangre de
primavera
-anémonas o
nube-
Tu caminar
ligero
Ha violado
la tierra.
Recomienza
el dolor.
Tu caminar
ligero
Ha reabierto
el dolor.
La tierra estaba
fría
Bajo un
cielo indigente,
Quieta
estaba y cerrada
En un pesado
sueño,
Como quien
ya no sufre.
Hasta el
hielo era dulce
Dentro del
corazón.
Asi, entre
vida y muerte
La esperanza
callaba.
Tiene ahora
voz y sangre
Cada cosa
que vive.
Ahora el
cielo y la tierra
Son fuerte
escalofrío
La esperanza
los tuerce,
El alba los
trastorna
Los inunda
tu paso,
Tu hálito de
aurora,
Sangre de
primavera,
Tiembla toda
la tierra
Con un
antiguo temblor.
Has
reabierto el dolor.
La vida
eres, la muerte.
Sobre la
tierra nuda
Has pasado
ligera
Tal
golondrina o nieve,
Y el fluir
del corazón
Se ha
despertado e irrumpe
Y se mira en
el cielo
Y refleja
las cosas-
Y las cosas,
en cielo y corazón,
Sufren y se
retuercen
A la espera
de ti.
Es el alba,
es la aurora,
Sangre de
primavera,
Tú has
violado la tierra.
La esperanza
se tuerce,
Y te espera,
te llama.
La vida
eres, la muerte.
Es ligero tu
paso.
“Vendrá la muerte y tendrá tus
ojos”, (1950)
PASSERO PER
PIAZZA DI SPAGNA
Sarà un
cielo chiaro.
S’apriranno
le strade
Sul colle di
pini e di pietra.
Il tumulto
delle strade
Non muterà
quell’aria ferma.
I fior spruzzati
Di colori alle fontane
Occhieggeranno
como donne
Divertite.
Le scale
Le terrazze
le rondini
Canterano
nel sole.
S’aprirà
quella strada,
Le pietre
canterano,
Il cuore batterà sussultando
Come l’acqua nelle fontane-
Sarà questa
la voce
Che salirà
le tu escale.
Le finestre
sapranno
L’odore
della pietra e dell’aria
Mattutina.
S’aprirà una porta.
Il tumulto
delle strade
Sarà il
tumulto del cuore
Nella luce
smarrita.
Sarai tu
–ferma e chiara.
PASARÉ POR
LA PIAZZA DI SPAGNA
Será un
Cielo claro.
Se abrirán
las calles
Sobre la
colina de pinos y piedra.
El tumulto
de las calles
No cambiará
aquel aire quieto.
Las flores
rociadas
De colores,
en las fuentes
Harán guiños
como mujeres
Divertidas.
Las escaleras
Las terrazas
las golondrinas
Cantarán al
sol.
Se abrirá
aquella calle,
Las piedrás
cantarán,
Hasta el
corazón con sobresalto
Como el agua
en las fuentes-
Será ésta la
voz
Que subirá
tus escaleras.
Las ventanas
sabrán el olor de la piedra y del aire
Matutino. Se
abrirá una puerta.
El tumulto
de las calles,
Será el
tumulto del corazón
En la luz
perdida.
Serás tú
–quieta y clara.
“Vendrá
la muerte y tendrá tus ojos”, (1950)
I MATTINI
PASSANO CHIARI
I mattini
passano chiari
E deserti.
Cost I tuoi occhi
S’aprivano un tempo. Il mattino
Trascorreva lento, era un gorgo
D’immobile luce. Taceva.
Tu viva tacevi; le cose
Vivevano sotto i tuoi occhi
(non pena no febbre non ombra)
Come un mare al mattino, chiaro.
Dove sei tu, luce, è il mattino.
Tu eri la vita e le cose.
In te desti respiravamo
Sotto il cielo che ancora è in noi.
Non pena non febbre allora,
Non quest’ombra greve del giorno
Affollato e diverso. O luce,
Chiarezza lontana, respiro
Affannoso, rivolgi gli occhi
Immobili e chiari su noi.
E buio il mattino che passa
Senza la luce dei tuoi occhi.
LAS MAÑANAS
TRANSCURREN CLARAS
Las mañanas
transcurren claras
Y vacías.
Así tus ojos
Se abrían
otro tiempo. La mañana
Pasaba
lenta., era un remanso
De luz
inmóvil. Callaba.
Tú, viva,
callabas; las cosas
Vivían en
tus ojos
(Sin pena,
sin fiebre, sin sombra)
Como en un
mar de claridad temprana.
“Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”, (1950)
THE NIGHT YOU
SLEPT
Anche la
notte ti somiglia,
La note remota che piange
Muta, dentro il cuore profundo,
E le stelle passano stanche.
Una guancia tocca una guancia-
È un brivido freddo, qualcuno
Si dibatte e tìmplora, solo,
Sperduto in te, nella tua febbre.
La notte soffre e ancla l’alba,
Povero cuore che sussulti.
O viso chiuso, buia angoscia,
Febbre che rattristi le stelle,
C’è chi come te attende l’alba
Scrutando il tuo viso in silenzio.
Sei distesa sotto la notte
Come un chiuso orizzonte morto.
Overo cuore che sussulti,
Un giorno lontano eri l’alba.
THE NIGHT
YOU SLEPT
También la
noche se te parece,
La noche
lejana que llora
Muda, dentro
del hondo corazón,
Y las
estrellas pasan cansadas.
Una mejilla
toca a otra-
Es un frío
temblor, alguien
Se agita y
te suplica, solo,
Perdido en
ti, en tu fiebre.
La noche
sufre y espera el alba,
Pobre
corazón que te sobresaltas.
Oh, rostro
secreto, negra angustia,
Fiebre que
aflige a las estrellas,
Hay quien,
como tú, espera el alba,
Mirando tu
rostro en silencio.
Estás
tendida bajo la noche
Como un
cerrado horizonte muerto.
Pobre
corazón que te sobresaltas,
Un día
lejano fuiste el alba.
“Vendrá
la muerte y tendrá tus ojos”, (1950)
THE CATS WILL
KNOW
Ancora cadrà
la pioggia
Sui tuoi dolci selciati,
Una pioggia leggera
Come un alito o un passo.
Ancora la brezza e l’alba
Fiorianno leggere
Come sotto il
tuo passo,
Quando tu rientrerai.
Tra fiori e davanzali
I Gatti lo sapranno.
Ci saranno altri giorni
Ci saranno altre voci.
Sorriderai da sola.
I Gatti lo
sapranno.
Udrai parole
antiche,
Parole
stanche e vane
Come i
costumi smessi
Delle feste di ieri.
Farai gesti anche tu.
Risponderai parole-
Viso di primavera,
Farai gesti anche tu.
I Gatti lo sapranno,
Viso di primavera;
E la pioggia leggera,
L’alba color giacinto,
Che dilaniano il cuore
Di chi piú non ti spera,
Sono il triste sorriso
Che sorridi da sola.
Ci saranno altri giorni
Altre voce e risvegli.
Soffriremos nell’alba,
Viso di
primavera.
THE CATS WILL KNOW
La lluvia
caerá aún
Sobre tus
dulces suelos,
Una lluvia
ligera
Como un
aliento paso.
Aún la brisa
y el alba
Florecerán
ligeras
Como bajo tu
paso,
Cuando tú
volverás.
Entre flores
y alfeizares
Los gatos lo
sabrán.
Seguirán
otros días,
Seguirán
otras voces.
Sonreirás a
solas.
Los gatos lo
sabrán.
Oirás viejas
palabras,
Voces
cansadas, vanas,
Tal trajes
arrumbados
De las
fiestas de ayer.
Tú también
harás gestos.
Responderás
palabras-
Rostro de
primavera,
Tú también
harás gestos.
Los gatos lo
sabrán,
Rostro de
primavera;
Y la lluvia
ligera,
Y el alba de
jacinto,
Que el
corazón laceran
De aquel que
no te aguarda,
Son la
triste sonrisa
Que te
ilumina a solas.
Seguirán
otros días,
Voces y
despertares.
Sufriremos
al alba,
Rostro de
primavera.
Vendrá
la muerte y tendrá tus ojos, (1950)
No hay comentarios:
Publicar un comentario