Adam Zagajewski
es un poeta, novelista y ensayista polaco que nació en Lwów, el 21 de junio de
1945, población que actualmente pertenece a Ucrania. Descendiente de una
familia de la antigua nobleza rural de Polonia, es hijo de un profesor de
ingeniería que heredó de sus padres el amor por la lectura. Su familia fue
expulsada por los ucranianos y se instaló en 1946, tras la Segunda guerra
mundial, en Gliwice (Silesia), una pequeña población alemana que Polonia
acababa de anexionarse. Cursa en esta población sus estudios secundarios y allí
experimenta, durante la adolescencia, sus primeras sensaciones de lo que luego
llamará mística para principiantes: “la combinación de felicidad inesperada y
de una comprensión muy intensa de lo que nos rodea”. Esta experiencia de
felicidad intensa la va a relacionar con la común experiencia de gran parte de
los artistas, aquello que fundamenta la base psicológica del arte. Precisamente
fue psicología la carrera en la que se matriculará en la Universidad de
Cracovia. Más tarde cursará Filosofía e impartirá clases de esta disciplina en
la Universidad de Ciencia y Tecnología. Mientras inicia la publicación de sus
primeros poemas, se adhiere al movimiento “nueva ola”, que eclosiona a finales
de los años sesenta, formando, junto con otros poetas, el grupo generacional
del 68, muy comprometido políticamente
contra el gobierno totalitarista y que tenía como altavoz para difundir su
disidencia la revista “Teraz” (Ahora). Tras una etapa de fuerte activismo
político en la década de los 70, y tras la prohibición por parte de las
autoridades de su país de la publicación de sus obras, en 1982 decide dejar
todo aquello que lo arraigaba a Polonia para vivir una historia de amor con una
mujer a la que sigue hasta París, ciudad en la que residirá por unos años. En
1988 se exilia a Estados Unidos para trabajar como profesor en el Creative
Writing Program de la Universidad de Houston. Allí publica su poemario Plótno
(1990), en el que ya se hace patente el abandono de una poesía de compromiso
político para transitar hacia otras preocupaciones más íntimas. Tras una larga
estancia de exilio en Estados Unidos, por fin regresa a su país en 2002 para
instalarse en Cracovia con su mujer. Además de los libros ya señalados, pueden
destacarse sus libros de poemas “Deseo” y “Mano invisible”, además de su libro
de ensayos “En defensa del fervor”. Entre los numerosos galardones recibidos a
lo largo de su carrera, se encuentra el premio “Princesa de Asturias de las
letras”, en 2017. Las manifestaciones sobre su concepción de la poesía han sido
numerosas y también puede leerse entre líneas repasando alguno de sus poemas.
Para Zagajewski, la poesía es la búsqueda de resplandor, ese algo que hay más
allá de las palabras: “Se transmite alguna experiencia que está antes de las
palabras, ¿cómo?..., a través de los agujeros que hay en las palabras”. Para
Zagajewski la poesía es el sentimiento de que hay en el mundo algo mucho más
profundo y contradictorio. Y este sentimiento se transmite al poeta como un
estado de enamoramiento por lo dramático de la vida. Los poetas, según su concepción un tanto
irracional de la poesía, escriben sin saber lo que dicen: “Escribir poesía es
un espacio angosto entre el decir algo y no decirlo”. Forma también parte de su
concepción de la poesía el parentesco del poeta con el místico, como se puede
apreciar en su poema “Mística para principiantes”: “El poeta –ha declarado en
una entrevista- es un místico imperfecto porque lo que le caracteriza es la
locuacidad”. Los poetas necesitan publicar sus obras y por eso rompen ese
silencio en el que madura una buena parte de su creatividad. En un encuentro
con el escritor John Burnside, en la residencia de Estudiantes de Madrid –se
deja enlace-, Adam dejó ver cuál es a su
juicio la naturaleza del proceso
creativo que se genera en los poetas cuando componen un poema. “A veces
escribir un poema implica inspiración y la existencia de obstáculos. Tienes un
momento de inspiración, que en sí mismo es como el aire, y en él hay metáforas,
espíritus… Y todo aquello que tiene un elemento de aire es transparente, sin
substancia, de modo que debe encontrarse con un obstáculo para poder
materializarse. Todo lo que odiamos de la vida, la rutina, el aburrimiento, el
sufrimiento o la crueldad de la historia, forma parte de estos obstáculos. La
energía pura con que sentimos esos espíritus proviene de no se sabe dónde; es
un inicio misterioso. Luego esa energía se topa con una red enorme y banal de
obstáculos y circunstancias.”
Los poemas que
se selecciona aquí proceden de su libro de poemas "Asimetría", cuya
traducción se le debe a Xavier Farré.
https://elcuadernodigital.com/2017/06/09/adam-zagajewski/
LOS POETAS
SON PRESOCRÁTICOS
Los poetas
son presocráticos. No entienden nada.
Escuchan con
atención lo que susurran los ríos anchos de las llanuras.
Admiran el
vuelo de los pájaros, la paz de los jardines en las afueras
Y los TGV
que corren todo recto sin aliento.
El olor del
pan caliente, recién hecho, de las panaderías
Hace que se
detengan de repente
Como si
recordaran algo muy importante.
Cuando
murmura un arroyo, el filósofo se inclina hacia las aguas salvajes.
Las chicas
juegan a las muñecas, un gato negro espera impaciente.
Hay silencio
sobre los campos en agosto al emigrar las golondrinas.
Las ciudades
también tienen sus sueños.
Pasean por
los caminos del campo. El camino no tiene fin.
A veces
reinan y entonces todo se queda inmóvil,
Pero su
reinado dura poco tiempo.
Cuando
aparece el arco iris, desaparece la angustia.
No saben
nada, pero van anotando metáforas sueltas.
Despiden a
los muertos, sus labios se van moviendo.
Miran cómo
los árboles viejos se cubren de hojas verdes.
Callan mucho
tiempo, después cantan y cantan hasta que estalla la garganta.
MALETA
Cracovia
nublada por la mañana, las colinas humeaban.
En Múnich
llovía, los Alpes, invisibles
Y pesados,
descansaban en los valles como piedras.
Hasta Atenas
no vimos el sol que
Provocó que
el aire, todo el aire,
Toda una
inmensa flota de aire
Se
transformara en oro tembloroso.
Como dicen
los escritores religiosos: de repente
Me convertí
en otra persona.
Soy tan sólo
un turista en el mundo visible,
Una de entre
esas miles de sombras que
Deambulan
por las salas inmensas de los aeropuertos,
Y detrás de
mí como un perro fiel con sus pequeñas ruedas
Tengo a mi
maleta verde.
Soy tan sólo
un turista distraído,
Pero amo la
luz.
MANDELSTAM
EN FEODOSIA
Dejadme libre, no estoy hecho para la cárcel.
OSIP
MANDELSTAM
(en la prisión de Feodosia, en el año
1920)
Mandelstam
no se equivocaba, no estaba hecho
Para las
prisiones, pero las prisiones sí estaban hechas
Para él,
innumerables prisiones y campos de trabajo
Le esperaban
pacientes, los trenes de mercancías
Y las
barracas sucias, las agujas de las vías y
Las lúgubres
salas de espera le esperaron mucho tiempo
Hasta que
llegó, le esperaban los chequistas
Con
cazadoras de cuero y los funcionarios
Del partido
de sonrosadas caras.
“No veré la
fantástica Fedra”,
Escribió. El
mar negro no lloró
Lágrimas
negras, los guijarros en la playa
Rodaban
obedientes, como quería la ola,
Las nubes
pasaban rápidas sobre la tierra despreocupada.
UN POEMA
FLORECIENTE
Cada poema,
incluso el más breve,
Puede
transformarse en un largo poema floreciente,
Y dar la
sensación de que podría incluso estallar
Porque por
doquier se esconden unas reservas
Inconmensurables
de crueldad y de maravillas y esperan
Pacientes nuestras
miradas que puedan liberarlas
Y
extenderlas como se extienden las cintas de carreteras en verano,
Sólo que no
sabemos qué prevalece, ni si nuestro ingenio
Puede irle a
la zaga a esta realidad tan rica;
Por eso cada
poema tiene que hablar
De la totalidad
del mundo; por desgracia, no estamos
Lo
suficientemente atentos, nuestros labios son
Estrechos y
filtran las imágenes como
El avaro de
Molière.
MARTÍN
PESCADOR
As Kingfishers, catch fire…
G. M. HOPKINS
Vi cómo un
Martín pescador en su vuelo sobre la superficie del mar,
Un vuelo
sencillo como la vida de Euclides, sencillo e impetuoso,
De repente
estallaba en una plenitud de colores, vi cómo el salvaje fuego
Del mundo
recubría sus alas, pero no mataba, antes bien inducía
A que aquel
proyectil irisado alcanzara seguro
La orilla
rocosa, el nido allí escondido;
Resulta que
las llamas también pueden ser
Refugio, una
casa donde arden
Los
pensamientos pero no son destruidos,
Una prisión
que nos libera de la indiferencia,
De la
apática observación de una tarde ociosa,
Un potente
oxímoron,
A veces
también un poema,
Casi un
soneto.
ACERCA DE MI
MADRE
Acerca de mi
madre no sabría decir nada,
Cómo repetía
vas a lamentarlo
Cuando ya no
esté, y yo no creía
Ni en ya ni
en no esté,
Cómo me
gustaba mirarla leyendo una novela de moda,
Yendo
directamente al último capítulo,
Cómo en la
cocina, donde pensaba que no era un lugar
Adecuado
para mí, preparaba el café del domingo,
O, lo que
era aún peor, un filete de bacalao,
Cómo
esperaba a que llegaran los invitados y se miraba
Al espejo,
haciendo aquella cara que la protegía tan bien
De mirarse
cómo era realmente (por lo que parece, eso
Lo cogí de
ella, igual que otras debilidades),
Cómo hablaba
con soltura de las cosas
Que no eran
su fuerte, y cómo tontamente
La hacía
rabiar, como aquel día que se comparó
Con
Beethoven, al perder el oído,
Y yo le
dije, cruel, pero sabes, él
Tenía
talento, y cómo me lo perdonaba todo
Y cómo lo
recuerdo todo, y cómo volé de Houston
A su
entierro y no supe decir nada,
Y sigo sin
saberlo.
SABEMOS QUÉ
ES EL ARTE
Sabemos qué
es el arte, conocemos bien la sensación de felicidad
Que nos
aporta, a veces difícil, amarga, amargo-dulce
Y a veces
sólo dulce, como los postres turcos. Valoramos el arte
Porque
quisiéramos saber qué es nuestra vida.
Vivimos,
pero no siempre sabemos qué significa.
Así que
viajamos, o sencillamente abrimos un libro en casa.
Recordamos
el momento de iluminación ante un cuadro,
Y también
quizá recordemos qué nubes pasaban entonces por el cielo.
Temblamos al
oír cómo toca el violoncelista
Las suites
de Bach, cuando escuchamos cómo canta el piano.
Sabemos qué
puede ser la gran poesía, un poema
Escrito hace
tres mil años o ayer mismo.
Pero no
entendemos por qué algunas veces en un concierto
Nos domina
la indiferencia. No entendemos por qué
Algunos
libros parecen ofrecernos el perdón
Mientras
otros no ocultan su rabia. Lo sabemos, y después lo olvidamos.
Con
dificultad sólo suponemos por qué sucede que las obras de arte
Se enrollan,
se cierran como un museo italiano un día de huelga (sciopero).
¿Por qué se
enrollan también nuestras almas a veces y se cierran
Como un
museo italiano un día de huelga (sciopero)?
¿Por qué el
arte calla cuando suceden cosas terribles,
Por qué no
lo necesitamos entonces, como si esas cosas terribles
Llenaran el
mundo por completo, del todo, hasta el techo?
No sabemos
qué es el arte.
MAR DEL
NORTE
Así nos imaginamos el conocimiento:
Oscuro, salado, claro, móvil,
completamente libre…
ELIZABETH BISHOP
(Traducción de Sam Abrams y Joan
Margarit)
O tal vez
fuera que sólo fingíamos no saber nada.
Quizá así
fuera más fácil ante la inmensidad de la experiencia,
Ante el
sufrimiento (en general, el sufrimiento ajeno).
Quizá en
todo eso hubiera incluso un poco de pereza
Y una pizca
de distensión. Tal vez hubiéramos pensado:
Es mejor ser
un epígono lejano de Sócrates
A reconocer
que, no obstante, sabemos algo.
Tal vez en
los largos paseos cuando se mostraban
La tierra y
los árboles, cuando empezamos a entender algo
Tuvimos
miedo de nuestra determinación.
Tal vez
nuestro conocimiento sea amargo, demasiado amargo,
Como la ola
gris del mar del Norte
Que ya se ha
tragado muchos barcos
Pero que
sigue estando hambrienta.
RAJMÁNINOV
Antes, al
escuchar el tercer concierto,
No llegué a
percibir que para los entendidos
Era una
música demasiado conservadora (entonces no sabía
Que en el
arte aparte de arte también había odios, disputas
Fanáticas,
condenas dignas de la época de las guerras religiosas),
En el oí la
promesa de las cosas que tenían que llegar,
El presagio
de una dicha y de un amor difíciles, el esbozo
De los
paisajes que iba a conocer algún día
El presagio
del purgatorio y del paraíso, los desplazamientos
Y, al final,
tal vez también algo similar al perdón.
Ahora,
cuando escucho cómo Martha Argerich interpreta
El concierto
en re menor, admiro su maestría,
Su pasión,
su inspiración, y al mismo tiempo ese chico
Que yo había
sido intenta entender, no sin dificultad,
Que se
cumplió y qué se desvaneció. Qué vive.
CHACONA
Para Jaume Vallcorba
.
Lo sabemos,
todos saben que habló con el Señor
En
innumerables cantatas y pasiones, pero está
También la chaconne de la Patria para violín solo nº 2
Aquí, tal
vez sólo aquí, Bach habla de su vida,
De
improviso, inesperadamente, nos cuenta sobre sí mismo,
Con rapidez,
impetuosamente, arroja toda su tristeza y alegría
(no tenemos
nada más), la desesperanza por la pérdida de mujer e hijos,
La
desolación porque el tiempo nos lo va a arrebatar todo,
Aunque
también el éxtasis de las horas interminables
Cuando en el
aire estadizo de una tenebrosa iglesia,
Solitario
como el piloto de un avión transportando el correo
A países
extranjeros, tocaba los órganos y notaba bajo los dedos
La sumisión
neumática de ellos, su arrobo, su temblor,
O cuando oía
la voz del coro, uniforme, intensa, como si
De una vez
para siempre terminaran las disensiones de la gente
-precisamente
también nosotros soñamos
Poder decir
la verdad de nuestra propia vida,
Y lo
intentamos todo el tiempo con torpeza,
Y lo
seguiremos intentado, pero dónde están,
Dónde pueden
estar nuestras cantatas, dime
Dónde está
la otra cara.
“STUDNIÓWKA”
O cuando
antes de la studniówka madre vino a
la reunión
En la que
comentábamos el programa artístico de
la velada
Y cómo saltó
con unas ideas que
A nosotros
nos parecían flojas, pasadas,
Como si
fuera ella, y no nosotros, quien iba a hacer el examen
Que ya había
hecho antes de la guerra
Con
matrícula de honor, si lo recuerdo bien,
Y también la
guerra, como todo parece indicar,
La pasó con
buena nota, y cómo entonces,
Durante aquella reunión, yo me avergoncé de
ella,
En cambio,
durante la guerra no pude admirarla
Por otros
motivos, totalmente distintos,
Y cómo esa
asimetría,
Durante
muchos años, incluso décadas,
No me
permitía verla
Bajo la
intensa luz de la verdad,
Intensa e
intricada,
Intrincada y
justa,
Justa e
inalcanzable,
Inalcanzable
y espléndida.
NOCHE, MAR
Por la noche
el mar es oscuro, mate
Y habla con
un murmullo ronco
De esta
manera conocemos
Su
vergonzoso secreto: brilla
Con un
fulgor reflejado
Por la noche
es pobre como todos nosotros,
Negro,
huérfano:
Pacientemente
espera al regreso del sol.
ESE DÍA
Ese día cuando
te llega la noticia
De que ha
muerto alguien cercano, un amigo, o alguien
Que no
conocíamos pero que admirábamos en la distancia;
Ese primer
instante, las primeras horas: él o ella están muertos,
Parece como
seguro, inevitable, tal vez incluso
Justificado,
confiamos (de mal grado) en la persona que nos lo anuncia
Por
teléfono, desesperada, o tal vez en el locutor de una emisora
Indiferente,
pero no podemos creerlo,
No podemos
aceptarlo por nada del mundo,
Porque
todavía no ha muerto (para nosotros), no ha muerto
El (ella) ya
no está, pero todavía no ha desaparecido
Para
siempre, todo lo contrario, parece que esté en el punto
Más álgido
de su existencia, sigue creciendo,
Aunque ya no
esté, sigue hablando,
Aunque ya
haya enmudecido, sigue triunfando,
Aunque ya
haya perdido, ha perdido su batalla (¿contra qué?
¿contra el
tiempo? ¿contra el cuerpo?), pero no, es mentira, ha vencido,
Ha alcanzado
la plenitud, la mayor plenitud posible,
Está tan
pleno, es tan grande, tan admirable que no cabe
En la vida,
hace estallar los vasos frágiles de la vida,
Domina sobre
los vivos como si estuviera hecho
De otro
material, del bronce más resistente,
Pero al
mismo tiempo empezamos a dudar,
Tenemos
miedo, inferimos, sabemos
Que al
instante aparecerá el silencio
Y un llanto
impotente.
ENSAYO
O también
cuando decía: no deberías
Prestar
atención a lo que hacen los demás,
Pero ella sí
que se la prestaba…
Cuando
corregía mis redacciones.
Cuando
citaba, habitualmente mal,
Lo que
Joseph Conrad
Dijo sobre
la naturaleza de la escritura,
Cuando se
quedaba pensativa, pero nunca enteramente,
Cuando iba
por la calle de nuestra ciudad
Provinciana
como si fuera por París,
Cuando me
miraba inquisitiva
Y yo no
estaba seguro si
Me miraba a
mí o a un cierto
Ideal de
hijo, cuando enfermaba,
En general demasiado, y después, cuando
Empezó en
serio a enfermar
Y yo pensaba
que seguía siendo
Tan sólo un ensayo, mientras que era
Ya el
principio de morir
(final de la
cursiva).
VELAS
BLANCAS
Eugéne
Delacroix observaba
Los barcos
de vapor en el canal de la Mancha
Que lenta y
sistemáticamente empezaban
A arrinconar
a las fragatas de hinchadas velas blancas
Y escribía
con tristeza en su diario:
Todo a
nuestro alrededor es presa de la degradación,
La belleza
del mundo desaparece para siempre;
Sin parar
aparecen nuevos
Inventos,
tal vez útiles
Pero
infinitamente banales
(por
ejemplo, los ferrocarriles,
Las
locomotoras pesadas como el brazo de un verdugo).
Él mismo
pintaba bellos caballos y amenazantes leones
Y sus
músculos tensos bajo el corto pelaje
Y los uniformes
de los cipayos, mucho rojo que
Puede dar la
sangre o las telas exóticas,
Y la luz
bailando en la hoja de los sables
-y después
ya sólo quedaron máquinas,
Grises
máquinas y manchas de aceite
En la arena,
en el serrín (y también sangre).
Hay mucha
nueva realidad
Y todo lo
que era maravilloso se ha cohibido,
Es difícil
encontrarlo, recordarlo,
Hacerlo
perdurable, con todo las altas,
Blancas,
acrecentadas nubes,
Los cúmulos
arrogantes y orgullosos, fluyen
Por encima
de Francia y de Alemania y de Polonia,
Fluyen por
encima de nosotros y en ellas se esconden
Fieles
pájaros migratorios, grullas y pinzones,
Y en ellas
viven golondrina, orioles, vencejos,
Y también
aeronaves de hierro
Que nos
matan o nos salvan,
Siguen
sobrevolando sobre nosotros
La muerte y
la salvación.
MIS POETAS
PREFERIDOS
Mis poetas
preferidos
No se han
encontrado nunca
Vivieron en
diferentes países
Y en
diferente épocas
Rodeados de
la banalidad
Por gente
buena y mala
Vivieron
modestamente
Como un
manzano en un jardín
Amaron las
nubes
Levantaban
la cabeza
Por encima
de ellos fluía
Una gran
armada
De sol y de
sombra
Era como una
película
Que no tenía
nunca final
Los
instantes de amargura
Pasaron
rápidamente
Los
instantes de felicidad también
A veces
sabían
Qué eran el
mundo
Y escribían
duras palabras
En un papel
sedoso
A Veces no
sabían nada
Y eran como
niños
En un patio
de recreo
Cuando caía
La primera
gota
De una
cálida lluvia
DESCONSUELO
POR LA PÉRDIDA DE UN AMIGO
Mi amigo no
ha muerto, mi amigo vive
Pero no
puedo encontrarlo, no puedo verlo
No nos está
permitido hablar entre nosotros
Mi amigo se
esconde de mí
Se lo ha
llevado una profunda corriente política
Mi amigo
ahora sabe la respuesta a todas las preguntas
Y sabe
encontrar la fuente de cada respuesta
Mi amigo
considera que yo soy
Frívolo,
errante, irreflexivo,
Perdido sin
esperanza en las tendencias
De los
epítetos irresponsables
En una
maleza amenazadora de evasivas
Mi amigo
sabe qué es el ancla de nuestra vida
Qué es una
hipérbole superflua y qué sólo una lítote
Mi amigo por
las noches no sale
De casa ni
siquiera en mayo cuando todas
Las casas
cantan y las golondrinas desaparecen en el cielo
Por largo
tiempo y vuelven de allí alegres
Despojadas
de preocupaciones, renovadas
Mi amigo
amaba la patria
Pero la
patria es seria y no sale a pasear ni siquiera
En mayo,
sólo está alerta, mi amigo
No tiene
tiempo ni para metáforas ni para el pars
pro toto
Mi amigo se
esconde de mí
Mi amigo
vive
JUNGLA
Pero esto es
una simple causalidad: una ciudad silesiana,
Escoriales
en el horizonte, en la calle gente mayor
Hablando en
una lengua traída del Este,
Después
descubrir la música, Brubeck, Charlie Parker,
El concierto
de Rajmáninov y la séptima sinfonía,
Descubrir
que hay algo más, algo muy diferente,
La música al
principio ajena y bella como Greta Garbo
En una
película de espías, en medio de figuras mediocres,
Y las
primeras poesías que me hablaban directamente,
Pero también
ese cura gordo con su sotana llena de manchas
Y el
profesor de la historia mentirosa con su tosca cara de buitre,
Los bailes
de la escuela en los que nuestras compañeras, tan normales,
Se
transformaban de repente en seres misteriosos,
La calle
principal (para nosotros era un fragmento
De una gran
metrópolis) y los jardines de las afueras que olían
A malas
hierbas, y en otoño al sustancioso humo de las hogueras.
Por qué
precisamente esa rara combinación de negro
Y blanco, de
verde y azul –el negro era el que predominaba-
Y no las
ideas, no la paz en estudio de un filósofo,
No el esbozo
de un ingeniero, la estenografía de mi padre,
Sólo el
caos, un caos de manchas, de sonidos y de olores,
Una jungla,
un fantástico caos que después
Durante toda
la vida uno intenta entender, ordenar,
En vano
porque siempre falta tiempo,
Atención, y
ya se queda así, de cualquier manera, en un borrador
Rayado con
líneas torcidas color violeta,
En un
borrador cuyas tapas de cartón
Se enrollan
como las alas de un murciélago, en un cuaderno
Que amarillea
y desaparece en el abismo
Del cajón
más bajo, desaparece, pero en realidad
Es inmortal.
RUTH
A la
memoria de Ruth Bucynska.
Pasó la
guerra en Ternópil. En las tinieblas y en la penumbra. En el temor.
Tenía miedo
de las ratas y de las pesadas botas, de las altas conversaciones, del griterío.
Ahora ha
muerto, en la oscuridad, en el silencio blanco de una sala de hospital.
Era judía. A
veces no sabía qué significaba aquello.
Una cosa tan
sencilla y del todo incomprensible, como el álgebra.
A veces lo
intuía. La Gestapo sabía perfectamente qué significaba
Ser judío
judía. La gran tradición filosófica ayuda,
Las definiciones
son afiladas como un cuchillo, certeras como una flecha budista.
Era guapa.
Debería haber desaparecido entonces, como otros, como otras,
Desaparecer sin
dejar huella, partir sin elegía, como tantos,
Como el aire
pero vivió largo tiempo a la luz del día, en el sol,
En el aire
cotidiano, en el oxígeno de esa simple Cracovia.
No solía
saber qué significaba ser una mujer guapa.
El espejo
callaba, no conocía las definiciones filosóficas.
No había
olvidado aquellos tiempos, pero casi nunca
Hablaba de
ellos. Una vez sólo explicó esta historia:
Su gata
preferida no se quería queda en el gueto, dos veces
Por la noche
volvió hacia la zona aria. Su gata no sabía
Quiénes eran
los judíos y qué era la zona aria.
No lo sabía
y por eso salía rauda hacia la otra parte como una flecha.
Ruth era
abogada y defendía a los demás. Quizá por eso vivió largo años.
Porque los
demás son muchos y necesitan ser defendidos.
Nunca van a
faltar los inculpadores, pero hay muy pocos defensores.
Era una
buena persona. Y tenía alma. Creemos saber
Qué
significa esto.
MANET
El artista
preocupado fuma un cigarro,
a lo mejor
no está contento,
hoy nada le
sale bien.
Es un
desayuno en el taller,
El limón
cortado como en los holandeses.
Pero mira,
el modelo, un chico joven
Con una
levita negra, se siente perfecto:
Apoyado en
la mesa nos observaba
Con una
mirada desafiante
Como es
propio de los seres felices
Cuya única
tarea
Es ser
guapos, brillar y
Eso aparte
no tienen más cuitas.
Saben que
vivirán eternamente,
Aunque sin
memoria.
HA MUERTO
KRZYS MICHALSKI
Ha muerto
inesperadamente Krzys Michalski
Él, de entre
mis numerosos conocidos,
Era quién
podía pasar por alguien un poco inmortal.
Insolente,
dominando a los demás. Increíblemente inteligente.
Hizo muchas
cosas buenas. Cuando se pensaba en él
La palabra éxito surgía de esa cueva en la que
Habitualmente
vegetaba. Éxito, un auténtico éxito.
Y no un réquiem u otras sensibleras antiguallas.
Parece ser
que volaba exclusivamente en business class,
Se alojaba
en los mejores hoteles.
Trabó
amistad con el papa y con presidentes,
Y al mismo
tiempo no dejó de ser un filósofo, es decir
Una persona
invisible, alguien que escucha atentamente.
Alguien que
algunas veces desaparece en la cueva de los pensamientos.
Es ésta una
unión muy difícil, imposible,
Pero únicamente
lo que es imposible puede ser maravilloso,
Con una
americana negra bien confeccionada, delgado,
Vestido como
un viajero que se prepara
Para una
gran travesía y no quiere revelar a nadie
Hacia dónde.
BERTOLT
BRECHT EN LA ETERNIDAD
Tu tumba se
encuentra en el centro de Berlín
En ese
cementerio esnob, filosófico
Donde no se
entierra a cualquiera,
Donde descansan
Hegel y Fichte como anclas herrumbrosas
(sus veleros
se hunden en los abismos de los manuales).
Tus
equivocaciones extravagantes, tu adoración hacia la doctrina
Están de
lado como un hacha y una lanza en las tumbas del neolítico,
Igual de
útiles, igual de necesarias.
Elegiste la
Alemania Oriental pero por si acaso
Conservaste también
el pasaporte austríaco.
Fuiste un
revolucionario precavido -¿puede un oxímoron
Salvar el
mundo?
Escribiste
el poema “A los por nacer” –también querías que el futuro
Cediera a tu
persuasión. Pero el futuro ya había pasado.
Esos por
nacer ahora dan vueltas indiferentes entre las tumbas,
Como en un
museo los turistas
Que miran
principalmente a las leyendas
Debajo de
los cuadros.
Es abril, un
día soleado, frío, las negras sombras se agarran
A las tumbas
como si los agentes secretos resultaran ser inmortales.
NOCTURNO
Una tarde de
domingo, septiembre; padre escucha
Un concierto
de Chopin, distraído
(la música
con frecuencia era para él sólo un fondo
Para otras actividades,
para trabajar o leer),
Pero enseguida
deja el libro, se queda ensimismado;
Creo que uno
de los nocturnos
Lo ha
emocionado profundamente; mira a la ventana,
(no sabe que
lo estoy observando), su cara
Se abre
hacia la música, hacia la luz.
Y así queda
en mi memoria, concentrado,
Inmóvil, así
quedará para siempre,
Más allá del
calendario, del abismo,
Más allá de
la vejez que lo destrozó,
E incluso
ahora, cuando ya no está, sigue
Estando
aquí, atento, con el libro apartado,
Y él, inclinado
en el sofá, tranquilo,
Escucha a
Chopin como si ese nocturno
Le estuviera
hablando, explicando algo.
EL PRIMO
HANNES
Hannes era
pastor en Zürich.
Una vez me
llevó a petición mía
A ver la
tumba de Joyce y la de Thomas Mann
Y se reía de
mí, decía que era un necrófilo,
Un cementeriófilo
literario, y también le gustaba
Burlarse de
mí, que todo lo sabía
De los
libros, por mucho que aún no hubiera estado
en ningún
sitio y que no supiera nada.
Creía que
tal vez aquella pasión
De escribir
poemas (incomprensibles)
Se me
pasaría algún día y me ocuparía
De las
ideas, tal como hacen los que son inteligentes;
Tenía buen
corazón, ayudaba a la familia más lejana
Y a gente
que no conocía, pero sus propios hijos
Y a gente
que no conocía, pero sus propios hijos
Se lo
miraban con ojos muy críticos.
Los viernes
y los sábados era inaccesible:
Escribía la
homilía para el domingo
Y los tomos
de teología se apilaban
En el suelo
de madera de su despacho
Como negras esfinges
en el desierto.
Murió de
repente, no era en absoluto viejo,
Y tantas
cosas que han quedado no esclarecidas,
Y que
todavía dan vueltas encima de nosotros,
De día y de
noche.
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