BECQUER Y RILKE SE ENCUENTRAN EN SEVILLA* Oscura golondrina, has regresado -pero no a sus balcones. . Pero nosotros, los más efímeros de todos, una vez cada cosa. Nada más. Nunca más. Y nosotros también nunca de nuevo. . Hagamos lo que hagamos, siempre estaremos en la actitud del que se marcha. . Así vivimos siempre: despidiéndonos JOSÉ EMILIO PACHECO . *Gustavo Adolfo Becquer, Rima LIII; Rainer María Rilke, Elegías A Duino VIII y IX RIMA LXXIII Cerraron sus ojos que aún tenía abiertos, taparon su cara con un blanco lienzo, y unos sollozando, otros en silencio, de la triste alcoba todos se salieron. La luz que en un vaso ardía en el suelo, al muro arrojaba la sombra del lecho; y entre aquella sombra veíase a intervalos dibujarse rígida la forma del cuerpo. Despertaba el día, y, a su albor primero, con sus mil ruidos despertaba el pueblo. Ante aquel contraste de vida y misterio, de luz y tinieblas, yo pensé un momento: —¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos ! De la casa,...
PROGRAMACIÓN ¿... Y si todo esto fuera solo el resultado de una programación, la naturaleza y el milagro empuñados como dos espadas de luz enfrentadas en la cima de un mismo significado? ¿... Y si aquel que programó fuera a su vez programado por otro, concebido de antemano en un error más antiguo sin ser él mismo el culpable? ¿... Y si lo nuevo, reemplazado cada vez más rápido y sin motivo por algo aún más nuevo, no fuera más que el salto mortal inscrito con perfidia en los genes que siempre, siempre nos recuerda el mimsterio del corazón de todo?