El síndrome de Stendhal, ese por el que uno se desmaya incapaz de tolerar tanta belleza junta, debería aquejar a todo artista y ser el diploma que lo acreditase como tal después de haberse desmayado al menos una vez en la vida. Si el artista es un ser raro en sociedad, lo es precisamente por elevación: tiene tal sensibilidad morbosa hacia la belleza que, a su mero contacto o contemplación, entra en éxtasis hasta desmayarse. ***** El resplandor de los cuerpos y rostros envueltos en belleza es tan sólo una cifra que oculta los infinitos atributos de una dimensión espiritual cuya hondura no somos capaces de sondear. La belleza es cifra que el hombre venera pero que no descifra: es la superficie reflectante de un insondable fondo que no ve; la textura tangible de un alma que no toca. ***** Si el mundo es bello es porque es incógnito, y es tan inagotable el mundo que el hecho de que se nos dé a conocer lo hace tod...
Bitácora de Poesía y Pensamiento