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Mostrando entradas de mayo, 2025

POETAS 4. Wislawa Szymborska (VI). El gran número

  De Wislawa Szymborska, y a la espera de que se escriba su reseña biográfica en esta página (que ya por fin se hará dentro de unas semanas, en la última entrega de esta poeta), únicamente interesa saber por ahora que se murió el 1 de febrero 2012, en su casa de Cracovia, a causa de un cáncer de pulmón -tan empedernida fumadora como entrañable bebedora-; que había nacido el 2 de julio de 1923 cerca de Poznan y que la mayor parte de su vida quiso vivirla en Cracovia, donde le sorprendió en 1996 la noticia de la concesión del premio nobel de literatura. Pocas veces un nobel fue más justo; pocas veces los de Estocolmo acertaron tan de pleno como con Wislawa, que para entonces era una perfecta e injusta desconocida. A Wislawa se le dedicó un espacio en esta página que data de marzo de 2009 -y donde se reproduce su discurso de recepción del nobel, titulado “El poeta y el mundo”- y también se reprodujo otro poema suyo ,”Hijos de la época”, en un artículo titulado “¿Se puede escribir poes...

POETAS 141. Dulce María Loynaz

  Dulce María Loynaz fue una poeta cubana nacida en La Habana el 10 de diciembre de 1902. Perteneciente a una familia de la alta burguesía -su padre, Enrique Loynaz del Castillo fue un general célebre por haber compuesto un himno patriótico- pudo formarse en el refinado ambiente del hogar y, al igual que sus hermanos, también poetas de talento, tuvieron la oportunidad de recibir una esmerada educación impartida por selectos profesores que desfilaban a diario por su casa. Sus primeros años están marcados por las posibilidades de este ambiente selecto, lo que le da la ocasión de viajar junto con sus hermanos por gran parte de los países de Oriente próximo, además de poder recorrer extensamente Europa, Sudamérica y los Estados Unidos. En 1927 obtiene en la Universidad de la Habana el doctorado en Derecho Civil, carrera que ejercería durante un tiempo. Dulce María Loinaz comenzó a escribir bajo la influencia de los poetas simbolistas franceses: Rimbaud, Verlaine y Baudelaire fueron ado...

CUENTOS MÍNIMOS 27. FANTASMAS DE ALQUILER

    Como me habían subido tanto el alquiler de la casa, para poder pagarlo me vi obligado yo también a alquilar el nicho donde estaba enterrado mi padre. En realidad, hacía mucho tiempo que ya no me acordaba de él ni de su nicho y de no haber sido por aquel anuncio yo no estaría hablando ahora de mi padre. Yo hacía ya tiempo que había ocupado su lugar, hacía tiempo que lo había enterrado y casi ni me acordaba de los tiempos en que fui su hijo. La herencia que me tocó en suerte la había dilapidado, ya no empleaba ninguna de las frases suyas que antaño me gustaba recitar y, a fuerza de no mirar ya fotografías antiguas, su rostro se me había ido gastando de una manera natural. Tan sólo recuerdo sus andares lentos y su letra ilegible de médico, que algunos parientes dicen que heredé. Los libros que me dejó, que ahora estarán tan pasados de moda, se los acabó comiendo la carcoma; las prendas de su ropa hace tiempo que fueron expurgadas de los armarios, y creo que puedo afirm...

CUENTOS MÍNIMOS 26. YO SOY LA PALABRA QUE PRONUNCIA TU BOCA

    Vi con claridad que a mis palabras le faltaban fuerza para dar el salto y llegar con ellas a clavarse en tus ojos. Yo mismo me sentía débil cuando las leía y por eso, ya perdida la fe, dejaba de escribir. Y me sentía impotente por no poder atravesar con ellas el espacio que nos distanciaba. Sentía su terrible lastre y me desplomaba al suelo aplastado por ellas. Pensé en defenestrarme al vuelo, hacer un pacto con el diablo para que me diera su lengua de ángel caído en la desgracia. Pensé en volverme tan ínfimo y disforme como un virus y así podría volverme letal, atravesar tu inmunidad para hacerme dueño de lo más íntimo tuyo y contagiarte, hacerte afín a lo que yo quería hacerte llegar, lo que yo tenía de nuevo y que te pondría enfermo por haberte hecho viejo de pronto; quería infectarte de mi elocuencia muda  y vulgar para que tu mundo fuera más compacto y circulase vivo con la fuerza de mi sangre. Y busqué infiltrarme con palabras suaves, porosas y ligeras, por ...

CUENTOS MÍNIMOS 25. VAMPIROS

La chica volvió a entrar en la pensión de mala muerte donde se hospedaban desde hacía una semana, trayendo consigo el frío de la noche, la intemperie, la ruina de un barrio que parecía venirse abajo. Apenas saludó con una mueca: “lo siento, me han dado el palo, sólo he podido conseguir esto”; sacó de una bolsa de plástico arrugada las cervezas, más cajetillas de tabaco y la pipa que pronto iba a estar repleta de polvos y cristales. El chico estaba contento de volverla a ver porque regresaba viva, impetuosa, más bella que nunca: se había quitado las dos cazadoras que llevaba encima, la gorra de lana beis, el bolígrafo bic con que liaba el moño, el pelo en mechas derramándose denso, ondulante hasta casi las caderas, y le había enseñado entonces el dedo malamente torcido, con desgarrones, todavía echando sangre y algo amoratado. “Esto tiene mala pinta”, le dijo el chico soplándole la uña, “no quiero que te metas en más líos o acabarás perdiendo al niño”. Se tocó la barriga como asegurándo...

POETAS 135. Louise Glück (II) Averno

  Louise Glück es una poeta nacida en Nueva York el 22 de abril de 1943, hija de un hombre de negocios y una ama de casa, ambos de ascendencia judía, originarios de Hungría por parte del padre y de Rusia por la línea materna. Se crió escuchando historias de la literatura clásica y de mitología griega por boca de su padre, que en su juventud acarició la ambición de convertirse en escritor. Su hija fue la que llegó a culminar esta vocación y comenzó a escribir poesía a una edad temprana. Desde su adolescencia padeció una anorexia nerviosa vinculada a la enfermedad y muerte de una hermana mayor  y a una conflictiva relación con la madre. Durante siete años necesitó un tratamiento psicoanalítico que le ayudó tanto a superar la enfermedad como a pensar radicalmente la vida desde un punto de vista existencial. Todas estas dificultades aparecidas en su adolescencia le impidieron matricularse en la Universidad a tiempo completo; sin embargo, permaneció fiel a su vocación de escritora ...