Nos desenvolvemos y actuamos en el mundo según nuestras afecciones. La envidia que sentimos hace que perjudiquemos al otro. No es que las pasiones sean pasivas. Las pasiones también actúan, pero nos impiden obrar con justicia y eficiencia. Nos ciegan y nos impiden ver con claridad. Y también impide el crecimiento de todo desarrollo alrededor. Por tanto, resulta que nuestra sensibilidad es nuestro verdadero modo de acción. Interactuamos entre los hombres con esta capacidad de obrar que nos permiten nuestras pasiones. Nuestras acciones son el negativo de nuestras pasiones. O mejor dicho, su contrapartida. ***** Somos nosotros el principal obstáculo para la buena marcha del mundo. Si percibimos a nuestro alrededor malicia y malas cualidades, es nuestra propia envidia y rencor quien nos lo hace ver. ***** Sin duda la lujuria está relacionada con la gula. Y existe una sinergia negativa de las pasiones igual que se da una sinergia positiva entre las acciones virtuosas....
Bitácora de Poesía y Pensamiento