lunes, 4 de septiembre de 2017

AFORISMOS Y CAVILACIONES 11. Ego y desarrollo I


 
Toda persona posee un don; no es ningún don particular, es el don que le permite realizarse plenaria y productivamente y que le ofrece la oportunidad de encontrar su centro en el mundo y a partir de ese centro hacer irradiar toda su capacidad de obrar.
 
*****

No cabe duda de que debe tener algún sentido la individualidad en la que nos encarnamos, pero el mayor sentido está en la comprensión de que hay que aniquilar el yo; es ahí donde la individualidad adquiere su mayor rango y ha comprendido ya lo que significan todas las individualidades.
 
*****

Para que un hombre progrese espiritualmente ha de aniquilar su yo. El progreso espiritual del hombre está marcado por este peregrinaje en el que el yo se acaba extraviando cuando llega a su meta. Toda  persona en un momento dado atraviesa algunas de las etapas que balizan esta travesía. La personalidad se constituye a través de las maniobras que el ego va llevando a cabo para su sacrificio o autoaniquilamiento. El ego siempre se atasca en cada una de sus conductas. Fácilmente queda atascado el hombre y resulta ser el ego el obstáculo más grande para alcanzar su progreso verdadero. Se trata de darle al ego  el acicate suficiente para que se abra paso; pero lo que ha de venir tras este abrirse paso es una incógnita. Y esta incógnita abre un vacío que da pavor. Pues todo vacío del ego es una imagen de la muerte. Pero el hombre sólo logra resplandecer cuando acaba dando muerte a su ego.
 
*****

Entre las infinitas cosas valiosas que pueden contemplarse en este mundo, a menudo el hombre suele elegir la más insignificante: acaba contemplando su propio ombligo.


*****

Cuanto más objetivamente refleja un sujeto el mundo (por la desaparición de ese sujeto), más mundo se va constituyendo el sujeto. Si el sujeto  deja reflejar su sombra en el mundo, el mundo se vuelve subjetivo, se eclipsa y se empobrece; si ocurre al revés, si el sujeto hace todo lo posible por reflejar el mundo, el sujeto va ampliando su mundo, se hace universal y se enriquece.
 
*****

 La iluminación que reciben todas las cosas y seres del mundo, y que queda reflejada en su belleza, en su esplendor, y en su fuerza. Pero se puede  ser fiel a esa iluminación, verla y ser consciente y reflejarla o, por el contrario, ser ciegos a esa luz y no reflejarla. La alegría es el reflejo de esa luz. Al igual que la paz. Cuanto menos se refleja esa luz más crece alrededor la opacidad, la tristeza  y la violencia. La pesadez, la gravidez, la rigidez son también producto de la falta de reflejo de esa luz. La pantalla que impide que la luz se refleje y que vivamos de manera sombría es precisamente nuestro ego. No miramos el mundo más que a través de un espejo empañado cuyo punto central somos nosotros mismos.
 
*****

¿Por qué no hacemos lo suficiente por la buena marcha del mundo? ¿Por qué todo cuanto hacemos es pensando en nosotros mismos? por qué para hacer lo suficiente antes sería necesario trascenderse al mundo, es decir, traspasar la frontera que nos separa de él: abolir el ego que nos sirve de referencia para hacer todo cuanto hacemos y que es lo que precisamente está trabando la buena marcha del mundo.
 
*****

El mundo no gira a nuestro alrededor. El próximo giro copernicano que la humanidad espera debería aplicarse a  demostrarlo y a demostrar que de esta manera el mundo gira mejor.
 
*****

El asombro desde la más temprana infancia por la enormidad del yo. Que dice que a medida que crece el cuerpo, ese yo se va encogiendo y nunca recobra la plenitud oceánica de los primeros días. En ese apogeo de la infancia, ha llegado a descubrir su yo gigante reinando sobre un grano de vida, grano que se irá haciendo cada vez más grande, hasta convertirse en una roca que el empequeñecido yo, trabado por todas las convenciones sociales, será ya incapaz de cargar.
 
*****

Si el anhelo de perfeccionamiento está tan presente en el hombre es porque cada vez que se mira al mundo –si se mira con mirada amplia- se atisba enseguida que el mundo dista mucho de estar en ese proceso de perfeccionamiento –el mundo humano-, siendo que ese proceso, esa posibilidad de despliegue y potenciación está en la base del hombre como su propio ADN, y se atisba especialmente cuando se percibe en el mundo la falta de la belleza;  y es entonces que el hombre se da cuenta que su tarea y sentido en esta vida es estar produciéndola para que el mundo resplandezca a su alrededor, y que esa belleza es precisamente el motor que mueve el anhelo de perfeccionamiento que tiene el hombre, y que es lo que da razón de su espíritu creativo. El hombre solo puede perfeccionarse creando y solo crea mediante la belleza.
 
*****

Uno es en la superficie muchas cosas contrarias a lo que en el fondo es. Y lo verdaderamente nuestro está en el fondo hacia el que casi nunca descendemos por pereza.
 
*****

El afán, el impulso o el conato de mediocrizarse, de vulgarizarse, de agrisarse; ese impulso que está dormido pero continuamente despertándose, latente y vigente. Que es lo más contagioso que hay por ser una fuerza inercial que siempre está disponible para adueñarse de toda vida y para extenderse por ella. Sólo se contagia el mal y lo vulgar (por enfermedad y por tanto por debilidad). Por el contrario, el bien, la aristocracia y el refinamiento no pueden ser transmitidos, sólo pueden ser emulados.
 
*****

La vida de uno sirve para que se comprenda que ella está para ser trascendida, o mejor dicho, para trascender el propio ego y ver la vida propia como una vida más y así fundirse con la vida global y conmoverse por la pasión de todas los seres como si fueran nuestra propia pasión, y con la compasión que da este trascenderse ampliar el horizonte del egoísmo y la vida propia y tomar como horizonte la Creación completa. Ver nuestra vida como ajena es llegar a ver las  ajenas como propias. No es tan importante lo primero como lo segundo.

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario