viernes, 12 de enero de 2018

AFORISMOS Y CAVILACIONES 19. Política y sociedad (V)


 


LAS GRANDES UTOPÍAS NOS LAS DISEÑAN LOS RICOS. Lo más gracioso de las profecías que se nos lanza sobre nuestro futuro más próximo es que quienes  nos llevan a la utopía digital son los que mejor la están prospectando y los que más pasos están dando en su realización: los presidentes de los bancos y de las multinacionales. Todos ellos profetizan un futuro que parecen conocer a la perfección, por la sencilla razón de que ese futuro está siendo diseñado y planificado por ellos, y en esos planes han invertido ingentes cantidades de tiempo y dinero. La utopía de la humanidad es ya cosa de ricos, y por supuesto en ella no caben los pobres más que como pobres diablos alienados que aún quedarán más desheredados. Si la utopía fue una vez sueño de desharrapados que querían heredar una tierra mejor, ahora la utopía se gesta entre los ricachones de cuello blanco y frac, que no necesitan heredar una tierra mejor que la que ya poseen, sino sólo gestionarla con el auxilio de unos cuantos algoritmos.


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NO SÓLO LOS SELFIES SON HORTERAS: Hortera es todo aquello que es digno de ser fotografiado sólo por el hecho de haber sido fotografiado por otros. El colmo de este fenómeno ya es fotografiar las fotografías que se hallan expuestas en una exposición fotográfica, como a menudo se hace.


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LA ARCADIA YA ESTÁ AQUÍ. Se puede conseguir ya que gran parte de las tareas de la humanidad sean realizadas por máquinas –o sea, que ya podemos dejar de trabajar en cosas inútiles-, pero es importante, para inducir la alienación y la domesticación humana, que sean primero los hombres los que colaboren con las máquinas, ayudando a realizar los trabajos de aquellas  empresas que van a quedar finalmente automatizadas; pues es precisamente de esta forma como se logra el grado de sumisión requerido para que no haya una rebelión que exija que la riqueza se reparta. Mientras los usuarios de servicios trabajen para las empresas –mediante el autoservicio-, haciéndoles voluntariamente el trabajo que deberían haber hecho los trabajadores sustituidos por máquinas, los hombres se sentirán culpables y nunca dejarán que las máquinas hagan todo el trabajo a beneficio de la totalidad de los hombres, sino que lo hagan a beneficio de esos pocos hombres patricios, dueños de las máquinas. Mientras el hombre siga colaborando en el trabajo con las máquinas y siga haciendo el trabajo que deberían hacer las empresas y las máquinas, jamás se llegará a la conclusión de que toda la labor de los trabajadores puede ser ejecutada por máquinas, y que por fin podría ya ponerse a vacar, a aprovechar los frutos del esfuerzo de las generaciones precedentes, a vivir en una especie de arcadia donde, por un lado, se hallaría la existencia de las máquinas, cuya función sería hacer la vida más llevadera al hombre, y, por otro lado, estaría el hombre, sin contacto con las máquinas, llevando una vida  idílica, dedicándose a labores nobles y dignas propias del ser humano, sin apenas esfuerzo y sufrimiento.


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LOS DÍAS MENOS PRECARIOS DEL AÑO: El empleo está tan precario que ya sólo podemos crearlo por inspiración en los grandes días y acontecimientos del año: los Black Friday, los domingos de resurrección y los martes de carnaval, algún día de las vacaciones, en las fiestas patronales, en los días de Navidad y en las noches de Halloween. Los demás días laborables, la mayoría de las personas se quedan sin laborar. Y en realidad, el asunto sería de chiste si no fuera porque la situación es grotesca: la cuarta parte de los contratos de trabajo ya duran menos de cinco días.

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SÉ LIBRE Y HAZ LO QUE QUIERAS, PERO SIEMPRE QUE SEA EN INTERNET. Una famosa creadora de videojuegos que, ante un foro de jóvenes, proclama que es el mejor momento de la historia para hacer lo que uno quiera, solamente hay que meterse en internet (se supone que para meterse en alguno de sus videojuegos, tal vez titulado “El mejor momento de la historia”).


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QUE PRODUZCAN ELLOS. Al director del  banco de España le parece crucial mejorar la calidad del sistema educativo para que se consiga un mayor nivel de productividad, sin darse cuenta que, al expresarlo así, el lobo del capitalismo ha dejado asomar su fiera patita por debajo de la puerta. Nos educan para que lleguemos a ser más productivos y en eso ha de consistir toda formación humana a partir de ahora. Ya no necesitan formar hombres sino autómatas humanos que compitan inhumanamente con otras máquinas y se acaben acoplando a ellas.


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EL TEMPLO YA LO HAN TOMADO LOS MERCADERES: Todos estamos ya tan empapados de mentalidad mercantilista, que, si Dios se pudiera vender a los hombres en porciones, los templos se convertirían en mercados donde cada vendedor sacaría su mayor tajada de una parte de Dios.


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AL DINERO NO LE GUSTA EL RUIDO A nada son más alérgicos los ricos que velan por su dinero que a la revolución y la revuelta. Al dinero no le gusta el ruido, y nada hace más ruido que una secesión. Cuando el dinero huye de un país, este se queda sin fuerzas para su determinación. Se ha demostrado que para evitar que una región se independice no es necesario usar la violencia enviando a la policía, sino que se puede disuadir diplomáticamente metiendo miedo a los empresarios para que se retiren físicamente, es decir, para que trasladen su domicilio social a otros lares. Y se hace  evidente, además, que no manda la sociedad en su conjunto mediante la elección de sus dirigentes, sino los dirigentes de la empresas y la finanzas mediante los movimientos de capitales.


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NUESTRA EDAD DE HIERRO: Hay una nostalgia positiva que, en vez de columpiarse en el pasado, bascula sobre  el futuro, y que no estriba  en sentir que otro tiempo fue mejor, sino en cuestionarse porqué este tiempo es peor.


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EL PERFECTO CHIVO EXPIATORIO: El inmigrante se ha convertido en el chivo expiatorio perfecto: si el inmigrante llegase a tener papeles, en su carnet constaría la identidad idónea para convertirse en el chivo expiatorio de nuestra sociedad: es violento y a veces hasta el terror; cuando no delinque, se dedica a robar nuestro trabajo; cuando necesitemos ayuda –siempre económica-  éste nos la arrebata primero; si cada vez somos más desiguales es porque sus pretensiones de igualdad ante la ley nos desnivela; si el cuerno de la abundancia comienza a agotarse es porque el inmigrante se dedica a esquilmar las arcas; si las aguas de nuestras ciudades aparecieran envenenadas, seguro que el veneno ha salido de su mano; si se desbordan los ríos, si el nivel de los mares asciende, si se ensancha el agujero de la capa de ozono, si, en fin, Dios nos envía las siete plagas es porque la culpa la tiene el inmigrante. Y mientras echamos el mal de ojo al inmigrante, los verdaderos culpables de la miseria siguen invisibles detrás de los focos.


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EL PECADO ORIGINAL SE LLAMA ALGORITMO: El nuevo pecado original ya tiene nombre: se llama algoritmo; es el culpable de que todos los males entren en las redes y también el nuevo chivo expiatorio: lo que no puede regular el algoritmo, ya no lo puede regular el hombre.


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LA ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO PUEDE ESTAR OCULTANDO LA IGNORANCIA: La nueva proclama de los tiempos que ya se ha convertido en salmodia en la boca de los mandatarios de varios países. Se ha pasado –declaman éstos- de una economía basada en la energía a una economía basada en el conocimiento. El conocimiento es la palabra de moda que se encarga de prestigiar lo que toca. Pero curiosamente nunca se ha perseguido en sociedad un tipo de conocimiento tan raquítico. El conocimiento que las sociedades persiguen o es económico  o es técnico. El resto del conocimiento o bien no se persigue o se condena y se destierra.


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LA VELETA DE LA HISTORIA: El último Zar, el que en algún momento fuera el hombre más odiado por los rusos antes de ser asesinado, es hoy el personaje histórico que más simpatías despierta, hasta el punto de que a muchos les gustaría verlo resucitar. La estimación de los héroes de un país es como una  veleta: no para de oscilar al golpe de los vientos de la historia.


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YA TENEMOS LA VIDA ASEGURADA: Antes el hombre oteaba el horizonte para comprobar la llegada de las cosas, desde la llegada de un autobús urbano a la de  una tormenta. Ahora al hombre se le está encerrando en una jaula de oro. Ya no tiene más que informarse por su dispositivo para saber a qué hora llega el autobús o la tormenta, pero al estar colocado siempre bajo el acontecimiento previsto, su vida se vuelve una pura búsqueda a la que no le ocurre nada, encerrada en el más previsible horizonte, aséptica de accidentes lamentables, pero también de aventuras prodigiosas. Es la vida sin horizontes de los relojes  blandos de Dalí, el triunfo del señoritismo, de  una mentalidad de gestor de seguros que ha asegurado su vida de tal manera que nada imprevisible puede ya ocurrirle.


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CONFUSIÓN EN LA ERA DE LA INFORMACIÓN. Es paradoja de la era de la información que el mayor peligro que deben arrostrar los gobiernos sean las campañas de desinformación. Y hasta es posible que creyéndose los ciudadanos hallarse más informados que nunca, ocurra que estén confusamente desinformados.


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EL MERCADO SIGUE SALVÁNDOSE POR LOS PELOS última majadería del presidente del banco mundial, para quien las únicas fuerzas capaces de sacar a los hombres de la pobreza son las fuerzas del mercado, que son las mismas fuerzas que siempre lo han hundido en ella. Es como querer salvarse de ser ahogado buscando el amparo de las olas o tirándose de los pelos para salir volando.


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LA NORMALIDAD DE LOS MONSTRUOS: A olivier Guez, autor de “la desaparición de Josef Mengele”, lo que más terror le causa de este ángel de la muerte es su total normalidad; como si el hombre no fuera una pura anomalía biológica que se ha hecho natural, como si los médicos en Auschwitz no se hubieran convertido en sádicos matasanos con total naturalidad, como si los grandes crímenes de la humanidad no se hubiesen cometido gracias a la naturalidad con que los seres humanos nos avenimos a los más grotescos y violentos acontecimientos.


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LA ODISEA NO ACABA NUNCA. Unos de los caminos para armar moralmente al mundo de nuestros días es insertar a los inmigrantes en nuestras sociedades, haciendo reparar la dignidad que han ido perdiendo por la vía de sus migraciones –verdaderas penalidades sin cuento- y sin embargo la insensatez de los europeos va por la vía inversa: cerrarles las puertas y expulsarlos hasta hacerles sentir que son la escoria de la tierra y hacerles pasar la última y más penosa de las calamidades; cuando ya creían haber tocado su paraíso soñado, son expulsados sin garantías de vuelta a los infiernos.


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EL TOTALITARISMO DE LAS GRANDES COMPAÑÍAS: La paradoja de los tiempos modernos es que las  revoluciones ya sólo  se producen en el terreno más reaccionario de la sociedad: en la industria tecnológica, donde aparecen megacompañías capaces de tener más usuarios que el país más poblado de la tierra, y tanto presupuesto como algún país europeo, pero que puede llegar a hacer del planeta una aldea global sometida al totalitarismo de mercado.


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LOS POLÍTICOS CORRUPTOS AL MANICOMIO. La corrupción debería ser considerada una enfermedad psiquiátrica que, entre otros síntomas, provoca una aguda paranoia que afecta a los políticos, y les compulsa a decir que son perseguidos, luego que se han fugado del país con el dinero obtenido por sus corruptelas. Y es verdad que son perseguidos, pero se confunden de perseguidor. No son los otros políticos quienes les persiguen para poderse quitar un rival de en medio, sino los jueces para juzgarles por los delitos que han cometido. Su paranoia les lleva a creerse inocentes justo en el momento en que los jueces comienzan a verles culpables.


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EL SEGURO CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO. En el futuro los desastres naturales, como inundaciones o huracanes, serán tan frecuentes que las compañías de seguros no podrán resarcir los daños a sus asegurados y acabaran convirtiéndose en los mayores defensores del cambio climático.


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LAS MÁQUINAS YA TERCÍAN EN NUESTRAS CONVERSACIONES. Un conocido, al que siempre me lo encuentro asomándose a la red desde la pantalla de su iphone, me hace un encendido elogio de las nuevas tecnologías: argumenta que internet le permite zanjar las discusiones cada vez que se dirime una cuestión donde está en juego la verdad de la información: “por ejemplo –me dice- ¿qué sinfonía dedicó Beethoven a Napoleón?” (la máquina le dio la razón y ganó el debate con un amigo): Pero lo importante no es quien posee la verdad (las enciclopedias han estado siempre ahí para registrarla), sino quien tiene la razón proponiendo los mejores argumentos y utilizando sagazmente la información de que uno dispone, sin más auxilio que su propio caletre. En la actualidad, al poner el énfasis en la cantidad del datos, la calidad de una conversación se coloca en una cuestión meramente cuantitativa –en un cuanto de información, en un bit- y toda destreza y pedagogía humana, toda función socrática del diálogo queda contaminada por la intervención de la máquina, que tercia de pronto en una conversación y la interrumpe zanjándola. En los tiempos en que se instaura la autoridad de un saber mecánico, queda truncada la posibilidad de cualquier diálogo fructífero.


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GESTIONANDO PROBLEMAS. Si legamos nuestros problemas agravados a las generaciones venideras es porque, en vez de  gestionar las soluciones, nos dedicamos a gestionar los problemas


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LA CIBERGUERRA CIVIL: La ciberguerra del futuro, que apela a la llamada “comunicación estratégica”, será una lucha por cercenar las comunicaciones relevantes y disidentes a través de la red, filtrando sólo aquellos mensajes banales que hagan del cuerpo social un material más débil y maleable. Se trata, en efecto de la nueva forma de censurar los mensajes peligrosos para los gobiernos y que –por críticos- siempre son los más valiosos para los ciudadanos.


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SIMBÓLICO MURO. Cuando un imperio comienza a entrar en decadencia, el único monumento grandioso que consigue levantar es el muro de la frontera que lo aislará del mundo y aún lo empequeñecerá más.

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