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Mostrando entradas de agosto, 2020

LA PESADILLA

     Se despertó con tos, la lengua estropajosa y un sabor metálico en la boca, como si se hubiera pasado toda la noche fumando.  Encendió su primer cigarrillo en ayunas, pero lo dejó que se consumiera en el cenicero sin darle una calada. Sólo su olor ya le repugnaba y fue incapaz encender otro cigarrillo. La terapia había dado resultado.      Pero volvió al cabo de un tiempo a la consulta, porque había comenzado a sentir una punzada en el costado, mareos y cefaleas. Después de pasar por un hospital para realizar algunas pruebas, le diagnosticaron su mal.  Se le había declarado una grave enfermedad en los pulmones y pronto tendrían que operarle. Una vez que escuchó su narración, el terapeuta le preguntó qué quería en esta ocasión, y contestó que curarse.  El terapeuta no se asombró: le confesó que su terapia no obraba milagros; tan sólo satisfacía los deseos por medio de los sueños.   Para dejar de fumar había bastado con soñar...