En cuanto lo vi comprendí en el acto que era él. Decidí seguirlo, ver lo que hacía, tomar notas mientras lo seguía. Primero iba sin rumbo, mirando escaparates en el centro comercial. En un bar se tomó un café. En una plaza se detuvo a hablar con otro hombre, probablemente conocido. Cogió el autobús en una parada y yo me subí tras él. Le sonó el móvil y estuvo explicando a alguien no sé que cosa de un problema que tenía. Sólo le entendí "!Deprisa, deprisa!" y "Necesito ese dinero". Al bajarse se dirigió a un cajero y sacó unos cuantos billetes que guardó en la cartera mientras miraba a uno y otro lado: creo que me vio. En el kiosco compró un periódico y lo hojeó unos minutos sentado en un banco. Debía tener prisa, porque después de consultar el reloj se levantó y avivó el paso como si tuviera una cita. O tal vez lo que ocurría es que se había dado cuenta que había un loco siguiéndole mientras tomaba notas. Entró en una cafetería del centro. La cosa se ponía interesante porque al poco apareció una mujer y se sentó en una mesa. Yo seguía tomando notas mientras los veía gesticular tras el cristal. Había que saber si se trataba de una amiga, de su mujer o de su amante. Mientras tomaban una cerveza discutieron un rato de algo que no pude oír. No estuvieron más de media hora, después abandonaron el local, cada uno por su lado. Durante un rato dudé sobre a quien de los dos seguir, pero tuve que descartar a la mujer porque paró un taxi y la vi desaparecer en un instante. El hombre arrojó el periódico en una papelera, sacó un cigarrillo y lo encendió. Ahora iba más deprisa todavía, hablando por el teléfono móvil, abstraído en la conversación, tanto que no tuvo tiempo de ver el coche que lo arrolló. Oí el frenazo seco, el golpe en el capó; ni siquiera tuvo tiempo de gritar. Me acerqué al corro de personas que lo estaban atendiendo. Estaba muerto, dijo alguien. “No era él”, pensé yo. Tal vez me había confundido y debí haber cogido un taxi para seguir a la mujer. De todas formas no tenía importancia, había sido el testigo presencial del accidente y tenía que acompañar al conductor hasta la comisaria. Parece un tipo interesante que ahora mismo está metido en un grave problema. Yo creo que esta vez sí que es él.
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