jueves, 25 de mayo de 2017

POETAS 97. Jorge Guillén I. (Cántico)

 
 


Jorge Guillén nace en Valladolid en 1893, donde realiza sus primeros estudios hasta que se traslada a Madrid para comenzar la carrera de Filosofía y  letras. En esta ciudad comienza a la vez una estrecha relación con la residencia de Estudiantes, en donde más tarde conocerá a alguno de los miembros más destacados de la generación  del 27. Entre 1909 y 1911 viaja por Suiza e Italia. Desde 1917 a 1923 sucede a su amigo Pedro Salinas como lector de español en La Sorbogne. Es en uno de esos frecuentes viajes que hace por Europa conoce, en la localidad de Trégastel (Bretaña), a la que más tarde será su primera mujer, Germaine Cahen, con la que tendrá dos hijos. Al año siguiente de obtener en 1924 su doctorado en Madrid con una tesis sobre Góngora, ocupa la catedra de literatura en la Universidad de Murcia hasta el año 1929, y allí funda junto a unos amigos  la revista “Verso y Prosa”. Es también, durante este periodo, cuando comienza a mandar a  revistas sus primeros poemas, que culminan con la publicación en el año 1928 de su primer libro, “Cantico”, que en una primera edición constaba sólo de 75 poemas, lejos todavía de su magna versión definitiva. Desde 1929 a 1931 hace un lectorado  en la Universidad de Oxford y más tarde se incorpora como catedrático en la Universidad de Sevilla hasta el año 1936. La guerra civil provoca su encarcelamiento en Pamplona y precipita su exilio en el año 1938.  Durante su etapa fuera de España ejercerá su labor docente en las Universidades de Middlebury, McGill (Montreal) y en el Wellesley College. Después de la muerte de Germaine y de jubilarse en el Wellesley College en 1957, marcha  a Italia, donde conocerá en el año 1958 a su segunda mujer, Irene Mochi-Sismondi, con la que regresa durante un breve periodo de tiempo a la ciudad de Málaga. Harvard y Puerto Rico son sus nuevos destinos docentes, hasta que una caída con rotura de cadera lo aparta definitivamente de la enseñanza. Durante los últimos años de su vida radicó su residencia definitivamente en la ciudad de Málaga donde le fueron llegando multitud de premios como reconocimiento a su categoría como poeta y ensayista, entre ellos el premio Cervantes, en 1976, y el Alfonso Reyes, en 1977. Murió en Málaga el 6 de febrero de 1984. A Jorge guillen se le ha considerado  discípulo de Juan Ramón Jiménez, por su inclinación a la poesía pura, que el definía como “todo lo que queda en el poema después de haber eliminado todo lo que no es poesía”. Jorge guillen comienza tardíamente su carrera poética con la publicación de los 75 poemas de Cántico en 1928, que será ampliada con sucesivos poemas hasta alcanzar los 334 en su versión final publicada en México en 1950. Obra de actitud optimista en donde exalta el deleite de existir, la armonía cósmica y la plenitud de ser. Jorge Guillen concibió siempre su obra como un todo orgánico que se iría completando con más libros: Clamor (1963), Homenaje (1967), otros poemas (1973) y final (1982). Se ha considerado a Jorge Guillen como uno de los poetas más clásicos de la generación del 27, pero también como uno de los más herméticos, en la línea gongorista. Su ideal de poesía pura puede resumirse en la supresión de lo anecdótico, la precisión en las palabras y la concentración en los temas. Abundan las oraciones exclamativas, sin verbo,  y los versos de arte menor. Se deja aquí una selección de su primer libro, "Cantico".

CIMA DE LA DELICIA

!Cima de la delicia!
Todo en el aire es pájaro.
Se cierne lo inmediato
resuelto en lejanía.

!Hueste de esbeltas fuerzas!
!Qué alacridad de mozo
en el espacio airoso,
henchido de presencia!

El mundo tiene cándida
profundidad de espejo.
Las más claras distancias
Sueñan lo verdadero.

!Dulzura de los años
irreparables! !Bodas
Tardías con la historia
Que desamé a diario!

Más, todavía más.
hacia el sol, en volandas
la plenitud se escapa.
!Ya sólo sé cantar!


*****


EL RUISEÑOR

El ruiseñor, pavo real
facilísimo del pío,
envía su memorial
sobre la curva del río
lejos, muy lejos, a un día
parado en su mediodía,
donde un ave carmesí,
cenit de un primavera
redonda, perfecta esfera,
no responde nunca: sí.


*****


PAN

En el pan de tanta miga
-apretadamente suave-
a más sol de julio sabe,
dorada quietud de espiga,
la corteza. Siga, siga
variando el atractivo
del festín. Está cautivo
mi gusto. Bien lo acompaña
-Esencia que fuese entraña-
el pan, el pan sustantivo.


*****


BEATO SILLÓN

!Beato sillón! La casa
corrobora su presencia
con la vaga intermitencia
de su invocación en masa
a la memoria. No pasa
nada. Los ojos no ven,
saben. El mundo está bien
hecho. El instante lo exalta
a marea, de tan alta,
de tan alta, sin vaivén.


*****


MELENAS

!Oh melenas, onduladas
a lo príncipe en la augusta
vida triunfante: nos gusta
ver amanecer -doradas
surgen- estas alboradas
de virginidad que apenas
tú, Profusión, desordenadas
para que todo a la vez
privilegie la esbeltez
más juvenil, oh melenas!


*****


PERDIDO ENTRE TANTA GENTE

Perdido entre tanta gente
que el semblante sin nombre,
soy nada menos el Hombre:
mi abstracción indiferente.
¿Qué hacer? ¿Gritar? Dulcemente
la ondulación de fatiga
que en sus silencios abriga
lo anónimo sin capricho,
lo no hablado, de tan dicho,
se opone: -Soy buena amiga.


*****


PERFECCIÓN

Queda curvo el firmamento,
compacto azul, sobre el día,
es el redondeamiento
del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
central sin querer, la rosa,
a un sol en cenit sujeta.
Y tanto se da el presente
que el pie caminante siente
la integridad del planeta.


*****


VASO DE AGUA

No es mi sed, no son mis labios
Quienes se placen en esa
frescura ni con resabios
de museo se embelesa
mi visión de tal aplomo:
líquido volumen como
cristal que fuese aún más terso.
Vista y fe son a la vez
quienes te ven, sencillez
última del universo.


*****


LA ROSA
                 A Juan Ramón Jiménez

Yo vi la rosa: clausura
primera de la armonía,
tranquilamente futura.
Su perfección sin porfía
serenaba al ruiseñor,
cruel en el esplendor
espiral del gorgorito.
Y el aire ciñó el espacio
con plenitud de palacio,
y fue ya imposible el grito.


*****


FE

El alba. Todo me espera
también hoy.
Una fe con su certeza
voz del aliento
me impulsa y mantiene fuera
de este mundo que yo soy,
de un viento
que me enlaza a un real octubre.
No, no invento.
¿No soy yo quien él descubre?


*****


LA VOCACIÓN

Cada minuto viene tan repleto
que su fuerza no pasa,
y aunque el reloj sujeto,
no se humilla a su tasa
justa, no se disuelve en un discreto
suspiro. Por debajo
de un más sensible sin cesar Presente,
cada minuto siente
que seduce una voz a su trabajo.
-Dame tu amor, tu lento amor, detente.


*****


LOS BRAZOS

!Cómo sueñan los brazos! Son ellos los capaces
De ajustar a su orbe fabuloso y pequeño
-Amor: henos aquí para que nos enlaces-
esa verdad tan plena que se convierte en sueño.


*****


EL RETRASADO

De prisa, de prisa, de prisa
!Paso!
A los pies el alma se lanza,
y el sol por el suelo se alisa.
!Qué bello,
por fin mi atropello!
El suelo a este paso se rinde más raso.
La vida es cruel y precisa
!Cómo ahora se abraza a mi tardanza!
De prisa, de prisa, de prisa.


*****


LA PALABRA NECESARIA

He visto en los jardines tales Junios sin hombres
que mi voz necesita decir, entre los nombres
celestes de la flora,
alguno que al sonar me restituya
la Aurora
violenta,
cuando irrumpe con ramos y hace suya
la luz que más inventa.
Pido un nombre de flor que en la memoria anime:
Total y sin nadie el jardín de Junio sublime.


*****


DORMIDO SOÑADOR

Cedí,
         me abandoné,
                                 confié a la tiniebla
toda el alma y su peso
                                      para profundizar
Hasta el fondo arenoso que el desvarío puebla.

!Ay!

        Emergí. !Qué dicha sobre el nivel del mar!


*****


AMOR DORMIDO

Dormías, los brazos me tendiste y por sorpresa
rodeaste mi insomnio. ¿Apartabas así
la noche desvelada, bajo la luna presa?
Tu soñar me envolvía, soñado me sentí.

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