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Mostrando entradas de noviembre, 2017

SREBRENICA: EL GENOCIDIO QUE NUNCA EXISTIÓ.

      !Alto! !Deténganse aquí!  !No pasen de largo! El tiempo no se puede parar, pero la Historia sí. Lo que ha ocurrido alguna vez,  sigue ocurriendo para siempre. Así también ahora. No podemos dejar que el tiempo nos arrolle y vuelva a echar en el olvido lo que ocurrió en Srebrenica. ¿Y si resulta que hubiera ocurrido ayer? Los muertos de la matanza de Srebrenica, digo. ¿Y si los hubieran matado ayer, si no hubiera pasado más de veinte años? ¿Y si los están matando ahora? ¿No es eso lo que hace la Historia, traer de nuevo los acontecimientos cada vez que se los rememora? No podemos resucitar a los muertos de Srebrenica, pero podemos hacerlos comparecer. Incluso podemos juzgar a sus asesinos. ¿No es eso lo que estamos haciendo, juzgando a sus asesinos como si estuvieran cometiendo sus crímenes ahora, a la vista de todos? Como entonces, cometiendo los soldados serbios sus criminales actos a la vista de todos, sin que nadie movi...

AFORISMOS Y CAVILACIONES 17. Sobre la muerte (I)

    ¿Y si fuese precisamente la Muerte -aquello que más teme el hombre- eso que los hombres llaman Dios? ¿Y si la vida del hombre, de toda criatura viva, solo se pudiese sustentar precisamente  pactando una continua entrega a la Muerte, es decir, si la vida sólo fuera posible a fuerza de estar muriendo a cada instante, a base de estar siempre mutando, dejando de ser lo que se es?; ¿y si el curso del tiempo no fuera otra cosa que una sucesión de muertes instantáneas? ¿Y si la experiencia espiritual más honda, esa de la que siempre se ha dicho que está inspirada por lo divino, se produjera siempre auspiciada por la Muerte como fondo, por la innombrable transformación perpetua? ¿Y si solo existiera La Muerte, La Gran Dadora de Vida, precisamente por ser también su extirpadora? ¿Y si, como dice Eurípides, lo que llamamos muerte fuera vida y lo que llamamos vida fuera muerte?   ***** Cuando Buda alcanzó el nirvana, se dio cuenta de que no ...

POETAS 118. Claudio Rodríguez (I) "Don de la ebriedad"

En 1953 Claudio Rodríguez obtiene el premio Adonais por su libro “Don de la ebriedad”, un libro lúcidamente precoz que comenzó a escribir con diecisiete años. Para Claudio Rodríguez, estos datos elocuentes -edad y título- bastaban para orientar al lector: “Poesía –adolescencia- como un don y ebriedad como estado de entusiasmo, en el sentido platónico, de inspiración, de rapto, de éxtasis, o, en la terminología cristiana, de fervor”.     El largo poema que es “Don de la ebriedad” brotó del contacto directo con la geografía y las gentes de Castilla. Pero no parte de una visión ya preexistente sobre Castilla (no es la miserable y andrajosa de Machado, ni la gentil del Poema del Cid) . Precisamente Claudio Rodríguez  va a subrayar  el tono irracional del poema porque parte de una ausencia de conocimiento, al margen de cualquier imagen previa que se tuviera sobre el paisaje de Castilla. Para Claudio Rodríguez el estilo consiste en la personalidad: es ...