No poseyendo más Entre cielo y tierra Que mi memoria, que este tiempo; Decido hacer mi testamento. Es Este: les dejo El tiempo, todo el tiempo. Eliseo Diego En sus últimos años, Marcel Proust iba pregonando por todas partes que se asfixiaba en su apartamento a causa del humo invisible que debía infiltrarse por las fisuras de su chimenea cuando encendía el fuego. Para tomar aire y despejar su neurosis, necesitaría salir de aquella casa que le sofocaba y le provocaba ataques de asma, que era lo que más temía en el mundo, porque le dejaban sin aliento y desorientado en mitad de una de aquellas largas y sinuosas frases por las que deslizaba su pluma -y entonces, se le extinguía la inspiración cuando se ahogaba, lo que hacía que se ahogase aún más-, pero para salir de aquella casa, antes debía alcanzar el ascensor, y ...
Bitácora de Poesía y Pensamiento