¡Ay! -dijo el ratón-. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que le tenía miedo. Corría y corría y por cierto que me alegraba ver esos muros, a diestra y siniestra, en la distancia. Pero esas paredes se estrechan tan rápido que me encuentro en el último cuarto y ahí en el rincón está la trampa sobre la cual debo pasar. -Todo lo que debes hacer es cambiar de rumbo -dijo el gato…y se lo comió.
Prodigiosa novela de László Krasznahorkai si se piensa que la escribió con 35 años. Personajes que se mueven en torno a una ciudad que ha caído en el caos y la angustia, amenazada por la dejadez y la llegada de una ballena hedionda en un circo ambulante. Seccionada en largos capítulos que son relevos de puntos de vista que se van adentrando en la interioridad de cada uno de los personajes. Una ciudad en decadencia contemplada desde el alma de sus protagonistas. Con una prosa crítica y satírica que roza lo grotesco, Krasznahorkai nos remite a la mejor literatura, a la de Proust y Faulkner por sus frases sinuosas, a la de Bernhard por su intención paródica y a la de Kafka por la constante amenaza de lo irracional.