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"ES ALLÍ ADONDE VOY" (CLARICE LISPECTOR)

  Más allá de la oreja existe un sonido, en el extremo de la mirada un aspecto, en las puntas de los dedos un objeto: es allí adonde voy. En la punta del lápiz el trazo. Donde expira un pensamiento hay una idea, en el último suspiro de alegría otra alegría, en la punta de la espada la magia: es allí adonde voy. En la punta del pie el salto. Parece la historia de alguien que fue y no volvió: es allí adonde voy ¿O no voy? Voy, sí. Y vuelvo para ver cómo están las cosas. Si continúan mágica. ¿Realidad? Yo os espero. Es allí adonde voy. En la punta de la palabra está la palabra. Quiero usar la palabra "tertulia", y no sé dónde ni cuándo. Al borde de la tertulia está la familia. Al borde de la familia estoy yo. A la orilla de mí estoy yo. Es hacia mí adonde voy. Y de mí salgo para ver. ¿Ver qué? Ver lo que existe. Después de muerta es hacia la realildad adonde voy. Mientras tanto, lo que hay es un sueño. Sueño fatídico. Pero después, después todo es real. Y el alma libre busca un ...
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UN SOL ARDIENTE

  Estaba yo al sol tendido sobre una roca al final del verano, cuando me dio por cerrar los ojos y me quemé la lengua. Estaba yo tendido al sol, tan inocente, casi puro de estar medio desnudo, sintiendo el mar azul por el rabillo del ojo mientras contemplaba el cielo con algúnos filamentos de nube flotando como peces de luz , oyendo a los niños que reían y gritaban mientras se tiraban desde el puente de cabeza desafiando las órdenes de los socorristas, y estaba a gusto, con el cuerpo caliente, con los poros de la piel respirando un anticipo del paraíso robado, cuando me dio por cerrar los ojos. Y entonce me quemé la lengua y mucho. Aprendí que no se debe cerrar los ojos cuando uno se tiende al sol. Hay que vivir con los ojos abiertos o te puedes quemar. Quizas hay que vivir despierto y nunca quedarse dormido, porque ¿quien vela por nosotros cuando nos quedamos dormidos? Poco antes de cerrar los ojos había pensado en levantarme y darme un baño, pero como las olas cogían un impulso c...

OMAR KHAYYÁN, PESSOA Y BERNARDO SOARES EN "EL LIBRO DEL DESASOSIEGO"

  Amigos, con buen vino alimentadme, para que se cambie en rubí el ámbar de mi rostro. Haced que cuando muera se me lave con vino y sea mi ataúd de madera de cepa. Entonces mis cenizas, aunque estén bajo tierra, el aire llenarán de embriagador aroma; y el creyente, al pasar al lado de mi tumba, sin poder remediarlo ha de sentirse ebrio. OMAR KHAYYÁN OMAR KHAYYÁN Omar tenía una personalidad; yo, afortunada o desgraciadamente, no tengo ninguna. De lo que soy a una hora, a la hora siguiente me separo; de lo que he sido un día, al día siguiente me he olvidado. Quien, como Omar, es quien es, vive en un solo mundo, que es el exterior; quien, como yo, no es quien es, vive no sólo en el mundo exterior, sino en un sucesivo y diverso mundo interior. Su filosofía, aunque quiera ser la misma que la de Omar, forzosamente no podrá serlo. Así, sin que de verdad lo quiera, tengo en mí, como si fuesen almas, las filosofías que critique; Omar podía rechazarlas todas, pues eran exteriores a él; no la...

EL MUNDO MAGO DE ANTONIO MACHADO

  LXXVIII ¿Y ha de morir contigo el mundo mago donde guarda el recuerdo los hálitos más puros de la vida, la blanca sombra del amor primero, la voz que fue a tu corazón, la mano que tu querías retener en sueños, y todos los amores que llegaron al alma, al hondo cielo? ¿Y ha de morir contigo el mundo tuyo, la vieja vida en orden tuyo y nuevo? ¿Los yunques y crisoles de tu alma trabajan para el polvo y para el viento? ("Soledades", 1903)

"MACACOS", UN CUENTO DE CLARICE LISPECTOR

  MACACOS La primera vez que tuvimos en casa un mico fue cerca del Año nuevo. Estabamos sin agua y sin sirvienta, se hacia cola para la carne, el calor había estallado; y fue cuando, muda de perplejidad, vi entrar en casa el regalo, ya comiendo un plátano, ya examinando todo con gran rapidez y una larga cola. Aunque parecía un monazo aún no crecido, sus potencialidades eran tremendas. Sabía por la ropa colgada en la soga, desde donde daba gritos de marinero, y tiraba cáscaras de plátano a cualquier parte. Y yo exhausta. Cuando me olvidaba y entraba distraída en el patio de servicio, el gran sobresalto: aquel hombre alegre allí. Mi muchacho menor sabía, antes de saberlo yo, que me desharía del gorila: "¿y si te prometo que un día el mono se va a enfermar y morir, lo dejas que se quede? ¿Y si suupieras que de cualquier forma un día se va a caer de la ventana y morir allá abajo?". Mis sentimiento desvíaban la mirada. La inconsciencia feliz e inmunda del monazo pequeño me hacía i...

UNA TESIS SOBRE TOLSTOI (Cuento del libro "Animalario")

    UNA TESIS SOBRE TOLSTOI     A la salud del círculo, ellos saben cuál. Para Almudena, Benjamín, Jesús, María y Marta.   “No puedo evitar sentirme sorprendido de que Dios haya elegido a una criatura repugnante como yo para hablar a los hombres a través de ella.” Lev Tolstoi   1 Tengo que hacer una confesión: no me gustan las confesiones. Prefiero no escarbar en mi vida privada. Sin embargo, sí me gusta escarbar en las vidas ajenas.   A veces leo biografías sobre gente célebre y, si me resulta interesante su vida, sigo hurgando en ella hasta desentrañar algunas cosas desagradables. Agradables no se suelen encontrar muchas. Tengo que hacer otra confesión. Soy un escritor, pero no escribo. Esta paradoja tiene fácil explicación, pero no la daré aquí, o sólo diré que escribir significa desenterrar todas las desvergüenzas y lanzarlas al aire, propalarlas, que se entere todo el mundo de quién es uno o quién se esconde detrás de uno.   Y d...

EL ORIGEN DEL MUNDO

 EL ORIGEN DEL MUNDO Mi cuadro preferido, "El origen del mundo", de Courbet, ese que pude ver en el Museo D'Orsay, mejor dicho, que me lo pude comer con los ojos como si fuese un pedazo de carne con toda su casquería, ya no lo podré volver a ver, aún debe colgar de una de las paredes del museo, en ese espacio que centrifuga a los puritanos y por donde pasean señores santiguándose o jóvenes púdicos que abaten sus pestañas con las miradas bajas. Sobre el cuadro de Courbet, "El origen del mundo", me he abismado yo muchas horas y fundido mi fantasía sobre la carne blanca que muestra a un mujer abierta de piernas, como si se hubiese tendido en el mostrador de una carnicería, un bodegón como un almuerzo sobre la hierba, pero sin hierba y con mucha carne mórbida que está punto de exudar sus vísceras. Ya no podré ver ese hermoso cuadro símbolo de la creación divina, y demoniaca para otros, réplica moderna de una diosa neolítica de la fertilidad, porque resulta que el al...

LA PARADOJA DE LOS SÍMBOLOS CÓSMICOS: "EL REINO DE DIOS ESTÁ DENTRO Y TAMBIÉN FUERA", Joseph Campbell ("El héroe de las mil caras")

  "Y así sucede que los símbolos cósmicos se presentan con el espíritu de una paradoja sublime que aturde al pensamiento. El reino de Dios está dentro y también fuera: Dios, sin embargo, no es sino un medio conveniente de despertar al alma, la princesa dormida. La vida es su sueño y la muerte su despertar. El héroe, que despierta su propia alma, no es en sí mismo sino el medio conveniente de su propia disolución. Dios, aquel que despierta el alma es, por lo tanto, su propia e inmediata muerte." JOSEPH CAMPMBELL ( El héroe de las mil caras )

HOMENAJE A MARCEL PROUST EN EL 103 ANIVERSARIO DE SU MUERTE: "LAS ALMAS SE MUEVEN EN EL TIEMPO COMO LOS CUERPOS EN EL ESPACIO"

  Hay que ahondar en esta frase, porque con ella Proust descubrió la ley que rige las almas y la llave con la que abrió el portón de un reino ignorado. Igual que la Cultura se ha entregado con el tiempo a ignorar los fenómenos del alma para aplicarse en la física del mundo. Con su monumental obra, Proust nos levanta a su vez un monumento a la memoria humana, a su capacidad para levantar sobre las ruinas del recuerdo todo un mundo olvidado que resucita con los sentidos más desdeñados: el olfato y el paladar. Ahí se reencuentra Proust con su mundo. Ahí está la mejor parte de nuestra memoria, fuera de nosotros, en el olor olvidado de una magdalena querida, pero también encontramos ahí una parte de nosotros mismos, sólo que no lo sabíamos porque se nos había ocultado a nuestras miradas. Y es gracias a ese olvido que al fin nos encontramos con nosotros mismos, con el que fuimos y todavía no hemos dejado de ser. Sólo fundiendo el que fuimos con el que ahora somos, merced a un esfuerzo de...

EL AMOR SEGÚN OCTAVIO PAZ: EL DESEO DE SER OTRO

El amor no realiza al yo mismo: abre una posibilidad al yo para que cambie y se convierta. En el amor no se cumple el yo sino la persona; el deseo de ser otro. El deseo del ser. Octavio Paz, "Cuadrivio"