"CUANDO MENOS, LOS AÑOS ME HAN ENSEÑADO ESTO: SI LLEVAS UN LÁPIZ EN EL BOLSILLO, HAY BASTANTES POSIBILIDADES DE QUE ALGÚN DÍA TE SIENTAS TENTADO A UTILIZARLO (PAUL AUSTER)
Esta frase de Paul Auster, hallada en "El cuaderno rojo", nos enseña que el escritor es un fetichista de las herramientas de su oficio. Auster sintió la necesidad de llevar siempre un lápiz porque por no tenerlo cuando era niño perdió la gran oportunidad de su vida: su gran ídolo del béisbol le dejó con un palmo de narices sin firmarle el autógrafo que unos segundos antes le había pedido. El escritor sabe que en cualquier momento la vida llama a su puerta para firmarle un autógrafo. Sólo le tiene que entregar su lápiz para que le dejé la prueba de que pasó por allí. La vida pasa para todos, pero al escritor además le deja su huella de tinta por todos los rincones y papeles. Todos los oficios tienen herramientas en su lugar de trabajo. El escritor, como el pintor, como todos los artistas, ejecuta su oficio en los momentos y lugares más inverosímiles. No importa que esté besando, el escritor querrá escribir ese beso si ha sentido algo especial. Pasa la vida y el escritor la atrapa manchándose las manos con la tinta, y en cada gota de tinta se va derramando su propia sangre para atrapar la vida. "Si llevas un lápiz en el bolsillo, hay bastantes posibilidades de que algún día te sientas tentado a utilizarlo". Yo añadiría más. Y si estás atento a la vida y has preparado tu mente para captarla, hay bastantes posibilidades de que algún día la captes y le des forma con tus propios pensamientos. Tan sólo hay que tener un lápiz para traducirlos. Pero entonces el lapiz ya no es una herramienta; es esa varita de mago que traspapela mundos y que hace magia con las palabras.

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