Dejo aquí un poema de Samuel Beckett refiriéndose al paraíso y a la esperanza, eso que Nietzsche definió como la tortuga de los hombres.
Aún tenemos esperanza de volver al paraíso. Pero tal vez ella es lo que nos impide volver. Acaso el paraíso nos deba inspirar la mayor de las desesperaciones, la pérdida de toda esperanza, tal como nos parece proponer Beckett. Pienso que esta manera de tratar el regreso al Paraíso le habría satisfecho mucho a William Blake. Pienso que tal vez, en vez de mirar tanto hacia él, debemos darle la espalda; tal vez, con otra orientación insospechada, estaremos ya bien encaminados para dirigirnos a él. Así que "Dejad toda esperanza"; esa es la mejor manera de arrojar la nostalgia y comenzar el camino de vuelta al país del que somos exililados.
¿La esperanza?, un bribón, el más grande embustero,
hasta que la perdí, no supe de la felicidad.
Copiaré del infierno en la puerta del cielo:
dejad toda esperanza los que entráis.

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