No me gusta hablar de mí y he tenido que hacerlo. Hasta este verano no había ninguna foto mía por ninguna parte, nunca había hablado de mí salvo ficticiamente y me gustaba así. Sólo habría que hablar en publico de uno mismo cuando ese yo nos representa a todos. No me gusta hablar de mí y he tenido que hacerlo. Quizás un libro lo justifica. Tampoco estaba hablando de mí, estaba hablando del libro. Y el libro le pertenece a los lectores que quieran entrar en él. Ya es menos mío que antes de publicarlo. Así deberían ocurrir con todas las cosas. Que las cosas tuvieran algo de todos y que no pertenecieran a nadie.
Bitácora de Poesía y Pensamiento