lunes, 22 de mayo de 2017

POETAS 70. Juan Ramón Jiménez I (Jardines lejanos)

 
 


MI POSIBLE
¿Soy yo quien anda esta noche por mi cuarto, o el mendigo
que rondaba mi jardín, al caer la tarde?
                       
                                                                    Miro
en torno y veo que todo es lo mismo y no es lo mismo…
¿La ventana estaba abierta? ¿Yo no me había dormido?
¿El jardín no estaba verde de luna?… El cielo era limpio
y azul.. Y hay nubes y viento y el jardín está sombrío…

Creo que mi barba era negra… Yo estaba vestido
de gris… Y mi barba es blanca y y estoy enlutado… ¿Es mío
este andar? ¿ Tiene esta voz que ahora suena en mí, los ritmos
de la voz que yo tenía?

                                     ¿Soy yo, o soy el mendigo
que rondaba mi jardín al caer la tarde?…

                                                                       Miro
en torno… Hay nubes y viento… El jardín está sombrío…

…Voy y vengo… ¿y yo !Yo! no me había ya dormido?
Mi barba está blanca… Y todo no es lo mismo y es lo mismo.
                                                                              (Madrid, 1903)



EL TIRADOR LOCO

Yo le tiré al ideal creyendo que no le daba.
(!Tiro negro, cómo abrió tu culatazo mi alma!)

La tarde, después del tiro que le partió las entrañas,
se calló de pronto, oscuro lo verde, la frente pálida.

Y oí allá en mi corazón, que saltando lo esperaba,
el golpe seco del cielo muerto, cerrado de alas.
                                                               (Moguer, 1904)


LOS NEGROS

Tus ojos me traspasaron con rayos negros mis ojos.

Los busqué fuga en dos alas nobles. Volé con tus ojos.

Le busqué refugio en dos rosas. Olían tus ojos.

Les busqué ansia en la estrella. Y me subían tus ojos.

Les busqué fondo en dos pozos hondos. Me sumí en tus ojos.



!ALLÁ VA!

!Allá va el olor
de la rosa! !Cójelo en tu sinrazón!

!Allá va la luz
de la luna! !Cójela en tu plenitud!

!Allá va el cantar
del arroyo! !Cójelo en tu libertad!



ANDANDO

Andando, andando.
Que quiero oír cada grano
de la arena que voy pisando.

Andando.
Dejad atrás los caballos,
que yo quiero llegar tardando
(andando, andando),
dar mi alma a cada grano
de la tierra que voy rozando.

Andando, andando.
!Qué dulce vuelta a mi campo,
noche inmensa que vas bajando!

Andando,
Mi corazón ya es remanso;
ya soy lo que me está esperando
(andando, andando),
y mi pie parece, cálido,
que me va el corazón besando.

andando, andando,
!Que quiero ver el fiel llanto
del camino que voy dejando!



POZO DE MI TORPEZA

Cielo que miro, azul y oro, sobre el triste
patio blanco y cerrado, pozo de mi torpeza;
en tu breve alegría total, cuanto es existe;
eres cuadrado círculo de toda la belleza.

Sí, lo eres todo, gloria y mundo (duda y fe);
y me dices (y a un tiempo me alzas y me supultas)
que en ti tendré yo siempre, y que nunca tendré;
todo lo que me muestras, todo lo que me ocultas.



CONSUÉLATE Y OLVIDA

        (Remordimiento)
(Yo era huérfano y triste…
                                             BECQUER)



Hombres en flor (corbatas variadas, primores
de domingo), mi alma ¿qué es para vuestro traje?
Jueces de paz, Peritos agrícolas, Doctores:
perdonad a este humilde ruiseñor del paisaje.

Yo no he querido nunca molestaros, cantándo-
os. Sí: este ramo blanco de rosas del ensueño,
puede hacer una música nueva y clásica, cuando
sonreís con los labios; pero yo no os desdeño.

¿Qué es mi voz ante vuestra decorada levita?
¿Vale, acaso, la pena, una pura sonata,
de achicar las orejas; o una estrella marchita
que volara, qué es para vuestra corbata?

…Y tú, ruiseñor mío, endulza tu tristeza,
escóndete en tu pino, consuélate y olvida;
sé igual que un muerto, y dile, penando, a la belleza,
que has sido como un huérfano en medio de la vida.
                                                 (ELEJÍAS LAMENTABLES)
 

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